Las crónicas nos cuenta en los Pirineos
un mosén dio refugio
a unos maquis que auxilio le pidieron,
aquella resistencia fracasó
al escapar tres fueron abatidos
y dos más detenidos.
Quiso darles cristiana sepultura
y el sermón que hizo el cura
llegó a los aludidos.
En el púlpito haciendo la homilía
el párroco a sus fieles
con vehemente fervor les decía.
-Rezad por los pecados,
de aquellos guerrilleros
muertos en la contienda,
Él, Dios, nuestro Señor también les quiere,
cantad el Miserere,
rogad por los paganos.
-Si una sentencia es causa y es razón
entonces la inocencia
no precisa abogado ni perdón
tened benevolencia.
-En el salmo cincuenta
dice, el que se lamenta
y pide a Dios su gran misericordia
le reserva la gloria
y el alma le contenta.-
El desempeño de su ministerio
le causó inconvenientes
y entre paredes de aquel beaterio
algunos asistentes
de ello se incomodaron
y rojo le apodaron
por hacer a los maquis funeral
de allí fue desterrado
aunque aquellos recuerdos han quedado.
Antonio Nieto Bruna
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29-10-2015
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