Quisiera recordarte
pese a que te has dormido.
Tus parpados inertes
cerrados y caídos
se quedaron inmóviles
al borde del camino.
Pues, aunque te hayas ido
te salvaran tus libros.
Porque con tus palabras
y todos los escritos,
harán que tus poemas
rueguen al infinito
justicia y paz eterna
para los desvalidos.
Antonio Nieto Bruna
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17-5-2009
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