Cuando el dolor se te incrustó en su herida
en la distancia se borró el camino,
porque el penar de quien quedó vencida
sobre la cruz, quedó su haz divino.
Arrastraras tu corazón, dolida
y llevarás con pena un triste sino,
mientras que vivas lacerante herida
acompañada de su cruel destino.
Desde el amparo que pudieran darte
hasta la pena convertida en nada,
cuando la vida se te quede aparte
si no es con una reflexión callada
entre tus sueños te querrá velarte
con su sonrisa y su especial mirada.