Quien oculta la voz de la conciencia
entre miedos, falacia y religión
nunca sabrá medir la consecuencia
de la inquina, maldad y destrucción
que provoca el sentirte prisionero
de los hechos que matan la razón.
Muchas lenguas, dirán que un majadero
la vida dio al querer tener el don
que faculta a Caronte de barquero
manejando el dolor y sinrazón,
y las sombras errantes su castigo
les dará sin piedad ni remisión.
Solo la muerte llevará consigo
por un submundo inhóspito y malevo
en donde buscará tener abrigo
en la oquedad oculta del erebo,
y piensa que sería de justicia,
por dios, hacer labores de mancebo.
La atrocidad que la maldad propicia,
su sinsentido llena de tristeza;
cuando pudiera ser a otros propicia,
se amparan en su dogma con vileza,
pues dicen que los hechos son
cobrados
cuando al cielo los llevan con certeza.
Atrás se quedan cuerpos mutilados
de todo orden, estado y condición
causados por vesánicos tarados
que rompen sueños vidas e ilusión
quedando a la deriva los
que abogan,
por causar la mayor desolación.
Por ello esos sujetos que se arrogan
de los dioses derechos y tutelas
verán que sus bajezas les ahogan
al no poder dejarnos las secuelas
del miedo, del terror y la maldad,
entre almas alumbradas por
las velas
que nos guían entre tanta
oscuridad.
Antonio Nieto Bruna
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19-8-2017