Alegorías

No me tachen de inocente
porque sean inconexos
algunos versos anexos
que me vienen de repente.
Pues todo se hace evidente
cuando la vida da el fruto
del brote que al nacer bruto
marchita las heridas,
con las gotas contenidas
de su esencia y atributo.

El árbol de nuestras vidas
crece recto desde el suelo
y su copa mira al cielo
con las ramas extendidas.
Derechas o retorcidas
a la tierra nos sujetan
las raíces que completan
con sus savias y energías
aquellas analogías
que en el fondo en él vegetan.

Con o sin alegorías
nuestros frutos se desprenden
y mientras ellos descienden
van pasando nuestros días.
Aunque no son garantías
de un sano y buen crecimiento
aun dándoles alimento
todas las dúctiles ramas
quedarán como retamas
a merced de lluvia y viento.

El bosque cubierto en gramas
adorna los verdes prados
con tiempos acrisolados
de bienes y algunos dramas.
Por ello cuando las llamas
amenazan la arboleda
al árbol solo le queda
esperar que pase el mal
y luchando hasta el final
se esconde entre la humareda.

Solo en lo trascendental
en su árbol el ser humano
si no quiere ser profano
busca su razón vital.
Otros en lo natural
basaran sus pensamientos
y en muchos conocimientos
que en la razón han quedado,
por ello nuestro legado
guardará los argumentos.

Buscando los argumentos
vemos en nuestro legado
que en la razón han quedado
los muchos conocimientos
basados en pensamientos
de todo lo natural.
La propia razón vital
hace que seamos profanos
algunos seres humanos
solo en lo trascendental.

Saliendo de la humareda
y luchando hasta el final
busca solución al mal
aunque al final poco queda
perdido entre la arboleda
que han consumido las llamas.
Los bienes y algunos dramas
en tiempos acrisolados
adornaron verdes prados
y al bosque cubre de gramas.

A merced de lluvia y viento
quedaran como retamas
algunas torcidas ramas,
aunque sirvan de alimento
para un sano crecimiento
mientras te dé garantías.
Y van pasando los días
cuando del árbol descienden
los frutos que se desprenden
con o sin analogías.

En el fondo en él vegetan
aquellas alegorías
con sus savias y energías
las raíces que completan
a la tierra nos sujetan
derechas o retorcidas.
Con las ramas extendidas
mirando la copa al cielo
mientras crece desde el suelo
el árbol de nuestras vidas.

De su esencia y atributo
son las gotas contenidas
que marchitan las heridas
del brote que nació bruto
cuando la vida da el fruto
de lo que se hace evidente.
Aunque no lleguen de frente
los versos aquí anexos
porque sean inconexos
no me tachen de inocente.



Antonio Nieto Bruna
Copyright ©
16-12-2019