La palabra es la
transmisora de los pensamientos,
expresión de
sueños a veces logrados,
otras veces no, causa y diferencia
entre el homínido primate y el pensador.
Este don divino o simplemente evolución
fue utilizado por Sócrates, Aristóteles,
Séneca, Descartes, Sartre o Platón,
para transmitirnos sus razonamientos
que el intelecto y la imaginación
todos conjugados y armonizados
pusieron las bases de la civilización.
Gracia intangible a veces apreciada
otras desdeñada no siempre utilizada,
en la resolución de las diferencias
de los pensamientos o de la opinión.
Esa es el arma que hay que utilizarla
para dirimir nuestras diferencias en paz,
en vez de confrontarlas en campos de batalla
donde la
fuerza no se imponga al raciocinio,
en lo justo, divino o necesidad,
de las discrepancias
de la humanidad.
Antonio Nieto Bruna
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29-11-2008