INDICE
PROLOGO
CAPÍTULO I
Situación geográfica de la zona y su comarca
CAPÍTULO II
Rutas y marchas
De los escritos de:
Antonio Herrera (Rutas)
José de la Corte (Marcha 1. La ruta del suponer)
Turismo de Atienza (Ruta 5 y parte de la 7)
Antonio Nieto (Resto de marchas)
CAPÍTULO III
Sus pueblos y sus gentes
Del país que nunca se acaba
Los pueblos abandonados de la Sierra
De los escritos de Antonio Herrera
CAPÍTULO IV
Hiendelaencina, historias y leyendas de un pueblo a la falda del Alto Rey
Economía
Feria del ganado
Pasión Viviente
Fiesta Patronal
Hiendelaencina y sus minas de plata
De
los escritos de Abelardo Gismera
Historias y leyendas de Las Minas
De los escritos de Antonio
NietoHistorias y leyendas de Las Minas
Aporte y testimonio de Joaquin Latova
De un reportaje de "La nueva Alcarrea"
Pleito entre la sociedad minera Riqueza y la empresa minera Relámpago
La leyenda del descubrimiento de las minas en época reciente
Pleito entre la sociedad minera Riqueza y la empresa minera Relámpago
La leyenda del descubrimiento de las minas en época reciente
De los escritos de Eusebio Meléndez
La cruz de la mina Relámpago
Por Antonio NietoLa cruz de la mina Relámpago
El tesoro de la Sierra Pobre
Por Andrés Campos
Sobre las minas de plata de Hiendelaencina
Del Blog "La Alcarria obrera"
Sobre las minas de plata de Hiendelaencina
Del Blog "La Alcarria obrera"
CAPÍTULO
V
Estudios de interés
Estudios de interés
EL
PLAN DE MUSEALIZACIÓN DE HIENDELAENCINA.
Por
la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y
Minero
HISTORIA
Y PATRIMONIO DE LA IGLESIA DE SANTA CECILIA
Del vídeo reportaje del mismo nombre de José Salvador
Del vídeo reportaje del mismo nombre de José Salvador
ESTUDIO
HISTÓRICO DE LA FÁBRICA DE BENEFICIOS, LA CONSTANTE
Por Ana Parra Bodega y Gloria Viejo Ibarra
EPÍLOGO
Por Ana Parra Bodega y Gloria Viejo Ibarra
EPÍLOGO
HIENDELAENCINA Y LA SIERRA NORTE DE GUADALAJARA
Entre peñascos se extiende
allende,
un árbol le denomina,
la encina,
cerca el Alto Rey, allá
está.
Siempre permanecerá
Siempre permanecerá
en la memoria mi
tierra,
este lugar que en
la sierra
allende la encina está.
PRÓLOGO
Mi
única intención al recopilar y plasmar todos estos datos que a continuación
presento, es dar a conocer lo más amenamente que me sea posible, esta parte del
mundo sin ningún otro tipo de ambición, que la del apego que siento a este
rincón de España que es: “Hiendelaencina y sus alrededores”, y que no por poco
conocido deja de ser menos bello e interesante.
Para
ello, me he ayudado de notas, artículos y comentarios recopilados en Internet,
así como de libros y de artículos de revistas, publicados por prestigiosos
estudiosos de la Sierra Norte de Guadalajara, que en el epílogo en forma de
agradecimiento detallo.
Unido a
este elenco de colaboraciones he recurrido, a mis propias aportaciones en forma
de versos, rimas, romances, historias y cuentos a la antigua usanza de la zona,
realizadas con datos históricos, leyendas y también a mis vivencias y
conocimiento del lugar.
La
mayor parte de la literatura que aquí se expone, corresponde a retazos de
autores diversos. Haré puntuales referencias a su obra, de los artículos
escritos netamente por ellos, y como ya he dicho, al final de estas páginas,
con el fin de no caer en continuas y constantes alusiones que puedan cansar al
lector con datos ajenos a una fluida narración, dejaré mi agradecimiento a
todos los que con sus aportaciones hayan contribuido a la elaboración de esta
presentación. Añado que, al tratarse de una recopilación referida a
Hiendelaencina y sus aledaños, en ocasiones habrá que seleccionar y dejar una
única mención a un hecho o descripción del lugar en sí, o no, en función de las
aportaciones literarias, históricas o científicas que puedan dejar cada una de
ellas.
Y ya
entrando en harina, una de las primeras leyendas que te encuentras cuando
entras a conocer a través de su literatura o sus historias transmitidas de boca
en boca, es la leyenda de “Los tres hermanos” que expongo a continuación en
forma de décimas.
Cuentan
entre los serranos
que en
los remotos albores
los
primeros moradores
eran
díscolos hermanos,
en
parajes castellanos
discurrían
sus peleas
por
pueblos y las aldeas
de la
zona les veían
las
disputas que tenían
con tanta mala ralea.
con tanta mala ralea.
El padre encolerizado
una maldición hacía
a los tres desearía
estar lo más alejado,
y cada uno acompañado
de su propia vanidad
en días de claridad
cerca del cielo olvidados
como montes elevados
sentirán su soledad.
El
mayor es el Moncayo,
el
mediano es Ocejón,
aunque
menos mocetón
atrayendo
al veloz rayo,
a
través y de soslayo
está
el pequeño Alto Rey
los
lugareños su ley
la
aceptan de muy buen grado
los
pastores con agrado
a
él suben toda su grey.
CAPÍTULO
I
Situación
geográfica de la zona y su comarca
Al
norte de la provincia de Guadalajara, y limítrofe con las provincias de Madrid,
Segovia y Soria, se encuentra el parque natural de la Sierra Norte de
Guadalajara, al sur limita con la campiña alcarreña y al este con la Alcarria.
Sus
pueblos están asentados sobre terrenos elevados que en su orografía están
estructurados en tres grandes conjuntos montañosos que constituyen el extremo
oriental del Sistema Central: la sierra de Ayllón, compartida con Madrid y
Segovia, la sierra de Pela, compartida con Segovia y la sierra del Alto Rey.
Wikimedia.com
Las
mayores cumbres se encuentran en la sierra de Ayllón y superan muchas los dos
mil metros de altitud. Destacan el pico del Lobo, 2.273 metros, el Cerrón,
2.199 metros, la peña de Cebollera Vieja, 2.129 metros, el pico Ocejón, 2.049
metros, el pico de la Buitrera , 2.038 metros, la peña de la Tiñosa, 1.971
metros, la peña de la Silla, 1.937 metros, el pico Santuy, 1.927 metros, y el
pico de la Tornera 1.865 metros. Por su parte, la sierra de Alto Rey está
dominada por el pico del Alto Rey, 1.848 metros. La sierra de Pela tiene una orografía más rasa y está compuesta por cerros poco pronunciados y con
altitudes generalmente por debajo de los 1.500 metros. El punto más bajo del
parque natural se localiza en el suroeste, en las proximidades de la represa
del Pontón de la Oliva, 725 metros.
Sus
parajes frecuentemente se encuentran al abrigo de frondosos valles por los que
discurren pequeños ríos y arroyuelos y ya más al sur se suaviza su terreno en
pequeñas lomas que alternan las tierras de cereal con el monte bajo.
Wikipedia.com
Arquitectura
de la zona
En
las diversas tipologías de construcción rural, es común el uso de la pizarra,
argamasa y madera en los pueblos denominados de arquitectura negra. Son
construcciones bajas, sencillas, de anchos muros, donde la habitual pizarra
negra del lugar es la principal materia prima para las viviendas y que se ha
convertido en la gran seña de identidad arquitectónica de sus pequeños pueblos,
constituyendo un especial elemento diferenciador, que es motivo de orgullo y
mimo para los lugareños.
Una
parte de la ruta de la arquitectura negra transcurre en torno al pico Ocejón
por pueblos como Campillo de Ranas, Campillejo, El Espinar, Majaelrayo,
Roblelacasa, Robleluengo, Almiruete, Umbralejo, Valverde de los Arroyos,
Palancares, la Huerce, Valdepinillos, las aldeas de La Vereda y Matallana.
Dentro de las construcciones serranas en piedra, se enmarcan pueblos como
Cantalojas, Galve de Sorbe, Condemios de Abajo y Condemios de Arriba.
La
historia ha dejado huella en construcciones y monumentos, y muchos de los
pueblos conservan verdaderas joyas románicas, como son las iglesias o ermitas
de Villacadima, Campisábalos, Albendiego, Atienza, Carabias, Pozancos, Pinilla
de Jadraque y Puebla de Beleña.
Wikimedia.com
En
otras ocasiones, son palacios renacentistas que nos han llegado hasta hoy
restaurados o con la huella del paso de los tiempos en sus fachadas. Destacan
monumentos de este tipo en Cogolludo, Retiendas, Sigüenza y Tamajón.
Los
castillos y murallas, en su día vigías y fortalezas defensivas, están
representados en Jadraque, Atienza, Sigüenza, Riba de Santiuste, Palazuelos,
Pelegrina, Galve de Sorbe, Puebla de Beleña, Hita y Cogolludo.
Otros
pueblos, como Torre del Burgo, Arbancón, Muriel, Monasterio, San Andrés del
Congosto, Membrillera, Villares de Jadraque, Bustares, Gascueña de Bornova,
Prádena de Atienza y Arroyo de Fraguas, mantienen entre sus edificaciones una
tipología rural de construcciones alcarreñas y elementos característicos de la
zona en las iglesias, coronadas por esbeltas espadañas, o ermitas de piedra.
Algunas
veces, los pueblos se asientan en torno a accidentes naturales, en valles, como
Mandayona y Aragosa. En otras, pueden estar caracterizados por algún aspecto de
su vegetación, como Puebla de Valles con su olivo centenario, o por aprovechar
su cercanía con alguna característica especial del agua que trascurre cerca de ellos,
como las salinas de Imón y Huérmeces del Cerro.
Las
sierras en torno al Ocejón y al Alto Rey, atesoran unas extraordinarias
diversidades paisajísticas, históricas, medioambientales, arquitectónicas... de
todas ellas puede el viajero gozar si con la información necesaria se acerca
hasta esos lugares. Porque no es fácil llegar, más allá de Tamajón o de
Cogolludo, adentrándose en los vericuetos de las montañas, arribando a sus
pueblos mínimos y oscuros, y aprovechar de un golpe los recursos que ofrecen:
en un lugar es una fiesta ancestral (Valverde de los Arroyos, con su Octava del
Corpus; Majaelrayo con su Fiesta del Niño) en otro su tradición
religioso-cultural ya de más de cuatro lustros (Hiendelaencina con su Pasión
Viviente) y en otros puede ser el paisaje, los bosques de su entorno, como La
Huerce o Valdepinillos, que tienen impresionantes masas forestales de pino
negro o Palancares y Prádena de Atienza, con sus robledales de
cuento.
La
mayor parte de estos lugares ofrecen un añadido interés: su arquitectura
popular, la forma y color de sus edificios de vivienda, sus antiguos lavaderos
y sus iglesias, las formas de construir las cercas de los prados, las moles
gigantescas de sus caserones de pizarra... entre Tamajón y Majaelrayo se abre
un prodigioso valle que es protegido por las alturas peladas del Ocejón y la de
Somosierra. El Jarama y algunos arroyos, corren por gargantas en permanente
erosión. Y en lugares como Campillo de Ranas, El Espinar, Campillejo,
Roblelacasa, Robleluengo o Majaelrayo, la presencia de edificios solemnes y
hermosos, únicos en toda Europa, utilizados todavía para vivir y guardar
cosechas, pastizales y rebaños, crean la admiración de quienes encuentran por
primera vez en sus parajes la historia y las leyendas paridas la mayoría en las
largas y frías noches de invierno al calor y luz de fogones en humildes hogares
de agrestes piedras y que quedan expuestas en cada uno de sus rincones y en
cada una de las memorias de sus habitantes.
Leyenda de la
noche de muertos
Cuentan antiguas
leyendas serranas
que entre los montes praderas y ríos
cuando en otoños oscuros y fríos
pueblos aislados se quedan semanas,
miran sus gentes por frías ventanas
viendo la nieve cubrir a los huertos
buscan entonces con ojos abiertos
sombras ocultas bajar las montañas.
Esas figuras de formas extrañas
llegan durante la noche de muertos.
Trance que asusta, perturba y desalma
entra a oscuras subiendo tejados
entre buhardas espera en doblados
lleva perpetua la muerte con calma,
seco es el golpe que encoje en el alma
cuando un extremo silencio profundo
hace anunciar que se irá al inframundo
quien a la parca se crea que engaña.
Coge en su diestra la oculta guadaña
mientras la izquierda dará al moribundo.
Velas alumbran en huecas cabezas,
puede la brisa o quizás el destino
quiera que llegue apagando su sino
mientras que guardan sus pobres riquezas
y oran a santos pidiendo certezas;
para que aguante la luz de la vida
debe la llama seguir encendida…
Todos los días después de los Santos
se oyen profundos lamentos y llantos
donde la vela quedó consumida.
que entre los montes praderas y ríos
cuando en otoños oscuros y fríos
pueblos aislados se quedan semanas,
miran sus gentes por frías ventanas
viendo la nieve cubrir a los huertos
buscan entonces con ojos abiertos
sombras ocultas bajar las montañas.
Esas figuras de formas extrañas
llegan durante la noche de muertos.
Trance que asusta, perturba y desalma
entra a oscuras subiendo tejados
entre buhardas espera en doblados
lleva perpetua la muerte con calma,
seco es el golpe que encoje en el alma
cuando un extremo silencio profundo
hace anunciar que se irá al inframundo
quien a la parca se crea que engaña.
Coge en su diestra la oculta guadaña
mientras la izquierda dará al moribundo.
Velas alumbran en huecas cabezas,
puede la brisa o quizás el destino
quiera que llegue apagando su sino
mientras que guardan sus pobres riquezas
y oran a santos pidiendo certezas;
para que aguante la luz de la vida
debe la llama seguir encendida…
Todos los días después de los Santos
se oyen profundos lamentos y llantos
donde la vela quedó consumida.
Turinea.com
CAPÍTULO
II
Rutas
A
través de las rutas que a continuación se exponen, se puede alcanzar lo mejor y
más sabroso de este entorno, variado y múltiple; estas pinceladas te llevan,
unas las “Rutas”, a realizarlas en vehículo con paradas para visitar las zonas
más características que se indican, y otras ya más concretas y como punto común
de salida y llegada en el caso concreto de la ruta 7, "la ruta de los
molinos del Bornova" en algunos casos en Atienza y la mayoría de las rutas
en Hiendelaencina, que se realizan en la modalidad de “Marcha” por caminos o
veredas recogido de lugareños y de mi propio caminar.
Ruta
1. Desde Retiendas hasta La Vihuela
Nos
lleva desde Retiendas, pasando por el monasterio cisterciense de Bonaval, hasta
Matallana y La Vereda, sin olvidar asomarnos a los restos mínimos de El Vado,
allá donde el Arcipreste de Hita veneró a la Virgen, y a La Vihuela, entre
grandiosos cerros. La arquitectura negra más pura se encuentra en estos
lugares, de no difícil acceso hoy día.
Del blog de: Rafael Perez
Fernandez
Ruta
2. Desde Tamajón hasta Robleluengo
Es
la que recorre el gran valle del Jaramilla: desde Tamajón hasta Majaelrayo,
pasando por Campillejo, El Espinar, Campillo de Ranas y Robleluengo. Siempre
con la severa presencia altísima del Ocejón, los espacios urbanos de auténtico
tinte negro, grandes casas con corrales todos construidos en pizarra, dan una
visión arquetípica del espacio que pretende ser declarado Patrimonio de la
Humanidad.
Ruta
3. Desde Tamajón hasta Valdepinillos
A
Valverde de los Arroyos se dirige, partiendo asimismo desde Tamajón, y pasando
antes por Almiruete y Palancares, llegando a ese lugar de ensueño, meta
sempiterna de montañeros y excursionistas, con agua por todas partes y
espectaculares perspectivas de altos riscos: Valverde, donde además se oyen y
ven los colores de la fiesta de la Octava en el inicio del verano. Por
Umbralejo y La Huerce sigue la ruta, que acaba en las alturas pinariegas de
Valdepinillos. Una emoción nueva, hacer este recorrido.
Autor: Juanluys Gg
Ruta
4 Desde Cogolludo hasta el Pico Alto Rey
Parte
desde Cogolludo, tras arrimarse a San Andrés del Congosto se dirige a Zarzuela
de Jadraque, lugar de la más antigua alfarería de la provincia, y por Semillas
y las Cabezadas alcanza Arroyo de Fraguas y las Navas de Jadraque, para llegar
a Bustares, y desde allí, tras admirar su iglesia románica, intentar ascender
al Pico del Santo Alto Rey, si la niebla o la nieve no lo impiden.
Ruta 5. Desde Atienza hasta Hiendelaencina
Tiene
a Atienza de punto de partida. Aparte de lo que esta villa medieval tiene de
interesante, por la comarca se pueden admirar los enclaves de La Miñosa,
pequeño y gracioso lugar de pura arquitectura serrana. También se puede hacer
esto en Prádena de Atienza y Gascueña de Bornova, donde además hay bosques
centenarios y gentes que saben viejas leyendas. Hiendelaencina es el lugar
final de tanta sorpresa, con sus minas y sus recuerdos de gran ciudad en el
pasado.
Salimos
de Atienza tomando la flamante y desproporcionada circunvalación, y
en ella la glorieta de la que sale la carretera de Hiendelaencina.
Las Minas como se conoce a Hiendelaencina entre la gente de la zona
está situada a unos 22 kilómetros de Atienza. La carretera que
nos lleva a Hiendelaencina recorre la vega principal de
Atienza, La Bragadera, a lo largo de casi cuatro kilómetros. La
Bragadera no fue siempre tierra de cereal, al contrario, hasta el año
1874 fue dehesa para el ganado y sólo a partir de ese año fue
parcelada y roturada dedicándose la misma al cultivo del
trigo.
Acaba La Bragadera y, tras sobrepasar a nuestra izquierda la Ermita de Santa Lucía, dejamos el término de Atienza. La carretera, que por cierto se hizo hacia 1925, se mete en un barranco y deja a la derecha el pequeño pueblo de Naharros. El barranco se hace cada vez más estrecho. Se atraviesa un puente sobre el río Cañamares. Este barranco se llama el Barranco del Hierro. La salida del barranco se produce unos 8 kilómetros después, a la altura del cruce con Robledo de Corpes.
(Robledo de Corpes es un pueblo cuyo
nombre induce a error, pues muchos han creído que es éste el lugar
donde, según la tradición, las hijas del Cid fueron apaleadas por
sus maridos, los infantes de Carrión. Se cree que este asunto
medieval de maltrato familiar ("La Afrenta de Corpes") tuvo
lugar entre los pueblos de Castillejo de Corpes y Valdanzo, ambos en
la provincia de Soria y en la vertiente del Duero, o sea al otro lado
de la cordillera, en la otra Castilla).
Acaba La Bragadera y, tras sobrepasar a nuestra izquierda la Ermita de Santa Lucía, dejamos el término de Atienza. La carretera, que por cierto se hizo hacia 1925, se mete en un barranco y deja a la derecha el pequeño pueblo de Naharros. El barranco se hace cada vez más estrecho. Se atraviesa un puente sobre el río Cañamares. Este barranco se llama el Barranco del Hierro. La salida del barranco se produce unos 8 kilómetros después, a la altura del cruce con Robledo de Corpes.
Tras
unos 8 kilómetros de llanos estaremos en Hiendelaencina.
Hiendelaencina es un pueblo que sufrió grandes cambios a raíz del
descubrimiento en su término de minas de plata a mediados del siglo
XIX. El centro del pueblo es una amplia plaza cuadrada. La iglesia
fue construida en un lado de la plaza entre 1848 y 1851, en la época
del apogeo de las minas.
Algunas
curiosidades sobre este pueblo:
Las minas de plata se descubren en 1842 por un agrimensor, D.Pedro Esteban Gorriz natural de Subiza (Navarra), aficionado a la minería.
El jornal de los primeros mineros era de 5 reales diarios por una jornada laboral de 12 horas.
Algunas minas llegaron a los 600 metros de profundidad.
Hacia 1845 había más de 200 pozos abiertos.
La población de Hiendelaencina, que era antes de que se hallara plata de 100 habitantes, llegó a ser de 3.200 en 1857 y dicen que, en algunos momentos concretos de gran actividad en las minas, se acercó a los 9.000.
La primera mina se llamó Santa Cecilia. El monolito de piedra que en su día se puso a la entrada de esta mina puede hoy verse en la plaza del pueblo.
Una de las sociedades que explotó las minas de plata se fundó en Londres en 1845 y se deshizo en 1879. Esta sociedad estableci según dicen hubo teatro, hospital y casino además de una distribución racional de calles y edificios. Esta sociedad minera en sus años de actividad llegó a enviar a la Casa de la Moneda más de 275.000 kilos de plata.
También hubo minas de oro en un pueblo relativamente cercano: La Nava de Jadraque. (No confundir con Navas de Jadraque).
Los sueldos de los mineros
mejoraron con el tiempo y en 1870 (quizás justo antes de comenzar el
declive de las explotaciones) llegaron a ser de 2 pesetas diarias
para los hombres, 93 céntimos para los chicos y 83 céntimos para
las mujeres. Eso sí, la jornada laboral se mantuvo en 12 horas.
En los pozos de Hiendelaencina se llegaban a alcanzar temperaturas de 47º por lo cual debían tener sistemas de ventilación que hicieran posible el trabajo. Mediante estos sistemas se conseguía bajar unos 10º las temperaturas extremas. De los pozos se obtuvieron siete variedades de plata.
Las minas tuvieron dos grandes épocas de explotación: Los periodos 1844-1870 y 1889-1897.ó un poblado fuera de Hiendelaencina. El poblado se llamó La Constante, donde Dejando ya Hiendelaencina tomaremos la carretera que sale en dirección a Villares de Jadraque y Bustares. Primeramente, y a poco de salir del pueblo, hemos de bajar al barraco por donde discurre el río Bornova. A tres kilómetros de Hiendelaencina atravesamos el puente sobre el río y a la derecha dejamos el Molino de la Oportuna, último de los molinos del Bornova que actualmente quedan.
Siguiendo la carretera y antes de llegar a Villares de Jadraque, a menos de dos kilómetros del puente del río, sale a la derecha el desvío que primero nos conduce a Gascueña del Bornova y luego nos lleva a Prádena de Atienza.
Las minas de plata se descubren en 1842 por un agrimensor, D.Pedro Esteban Gorriz natural de Subiza (Navarra), aficionado a la minería.
El jornal de los primeros mineros era de 5 reales diarios por una jornada laboral de 12 horas.
Algunas minas llegaron a los 600 metros de profundidad.
Hacia 1845 había más de 200 pozos abiertos.
La población de Hiendelaencina, que era antes de que se hallara plata de 100 habitantes, llegó a ser de 3.200 en 1857 y dicen que, en algunos momentos concretos de gran actividad en las minas, se acercó a los 9.000.
La primera mina se llamó Santa Cecilia. El monolito de piedra que en su día se puso a la entrada de esta mina puede hoy verse en la plaza del pueblo.
Una de las sociedades que explotó las minas de plata se fundó en Londres en 1845 y se deshizo en 1879. Esta sociedad estableci según dicen hubo teatro, hospital y casino además de una distribución racional de calles y edificios. Esta sociedad minera en sus años de actividad llegó a enviar a la Casa de la Moneda más de 275.000 kilos de plata.
También hubo minas de oro en un pueblo relativamente cercano: La Nava de Jadraque. (No confundir con Navas de Jadraque).
Fotografía de JM Fontecha
En los pozos de Hiendelaencina se llegaban a alcanzar temperaturas de 47º por lo cual debían tener sistemas de ventilación que hicieran posible el trabajo. Mediante estos sistemas se conseguía bajar unos 10º las temperaturas extremas. De los pozos se obtuvieron siete variedades de plata.
Las minas tuvieron dos grandes épocas de explotación: Los periodos 1844-1870 y 1889-1897.ó un poblado fuera de Hiendelaencina. El poblado se llamó La Constante, donde Dejando ya Hiendelaencina tomaremos la carretera que sale en dirección a Villares de Jadraque y Bustares. Primeramente, y a poco de salir del pueblo, hemos de bajar al barraco por donde discurre el río Bornova. A tres kilómetros de Hiendelaencina atravesamos el puente sobre el río y a la derecha dejamos el Molino de la Oportuna, último de los molinos del Bornova que actualmente quedan.
Siguiendo la carretera y antes de llegar a Villares de Jadraque, a menos de dos kilómetros del puente del río, sale a la derecha el desvío que primero nos conduce a Gascueña del Bornova y luego nos lleva a Prádena de Atienza.
Merecen
la pena los paisajes del recorrido y la arquitectura peculiar de
Prádena. Es lo que aquí se llaman pueblos negros por estar
construidos principalmente con pizarra. Prádena ha sido de los
pueblos más aislados de la provincia. Su arquitectura negra va
desapareciendo poco a poco ante los estragos del cemento, la teja
roja, la uralita y otros adelantos. También el abandono y
hundimiento progresivo de las viviendas construidas la manera
tradicional van contribuyendo a la desaparición de este tipo de
arquitectura propia de la sierra. Sin embargo y a pesar de lo dicho,
Prádena todavía conserva bastante que ver.
Hasta hace poco sólo
se podía regresar de Prádena a Atienza por el mismo trayecto que
habíamos utilizado para ir. Desde hace unos años existe una
carretera blanca, perfectamente practicable tanto en invierno como en
verano que nos permite volver a Atienza bajando a Cañamares tras 11
kilómetros de rodar por la misma. Para tomar esta carretera hay que
salir del pueblo por donde entramos y girar a la izquierda en el
lugar donde la carretera que sale del pueblo nos devolvería hacia
Gascueña. Tras unos pocos kilómetros llegaremos al puente sobre el
Bornova , de bella arquitectura medieval y luego a el pueblo de Cañamares.
Ruta 6. Desde El Cardoso hasta Corralejo
Ruta 6. Desde El Cardoso hasta Corralejo
Es
la más occidental, permite admirar los lugares de El Cardoso de la Sierra,
Bocígano y sobre todo Corralejo, que es el pueblecillo que más cantidad de
ejemplares de arquitectura negra posee.
elcardosodelasierra.blogspot
Ruta 7. Rutas de los molinos del Bornova
Conviene
saber que esta ruta, al menos si se quieren visitar todos los
molinos, ha de hacerse a pie. No obstante a las inmediaciones de
algunos de ellos puede llegarse en coche.
IMPORTANCIA
DE ESTOS MOLINOS
Lo
primero que debemos saber es la causa de la importancia de estos
molinos en su época. Los molinos están alejados de los pueblos de
la zona, sobre todo teniendo en cuenta que en la época en la que se
utilizaban, la gente se desplazaba a pie o en caballerías. Por otro
lado en Atienza, Miedes, Cañamares, etc, había otros molinos muy
próximos al pueblo. ¿Por qué entonces venía la gente a moler a
estos molinos del Bornova, teniendo otros muy cerca?. La razón es
que estos molinos del Bornova podían moler continuamente, pues el
río tiene un cauce regular incluso en verano. Sin embargo los
molinos cercanos, movidos por el agua casi de arroyos, habían de
llenar sus caces y caceras y sólo podían moler durante el tiempo
que éstos tardaban en vaciarse. Después había que esperar a que se
llenasen de nuevo estas pequeñas presas. Se llaman estos molinos
aceñas o molinos harineros de ribera.
1º.-
El Molino del Callejón
2º.-
El Molino de la Saceda
3º.-
El Molino de Lumbreras o de Lucientes
4º.-
El Molino del Moral
5º.-
El Molino del Bornova o del Tío Jacinto
6º.-
El Molino de Castilpelayo
7º.-
El Molino de la Oportuna
8º.-
El Molino de Zarzuela
1.-
EL MOLINO DEL CALLEJÓN
En
coche: Salir de Atienza en dirección a Aranda. Tomar el desvío a
Galve de Sorbe y poco después de dejar a la derecha el empalme de
Albendiego llegar hasta el merendero que hay nada más pasar el
puente del río Manadero. Del merendero sale un camino que va al
molino. Pero, atención, es propiedad privada y no puede pasarse sin
permiso del propietario y, menos aún, en coche. Con coche no se
puede dar la vuelta hasta el mismo molino.
Este
molino es propiedad de Pedro Abad, antes lo fue de su padre y ha
estado moliendo hasta hace 4 años. Según su dueño es una de las
industrias registradas más antiguas de España, pues tiene, como
molino, una antigüedad de más de 500 años. El molino actualmente
produce luz para el consumo de sus propietarios y está en
condiciones de moler si hiciera falta. El Bornova no se llama aquí
Bornova. En puridad el río que alimenta este molino es "el Río
del Manadero" que nace en la laguna de Somolinos. Unos metros
corriente abajo se le junta el "Río o arroyo de la Requijada"
que viene de los Condemios y es a partir de este punto cuando los
mapas le conceden el nombre de Bornova.
2.-MOLINO
DEL BORNOVA O DEL TIO JACINTO
En
coche: Desde Atienza tomad la dirección a Aranda y al llegar a
Cañamares, nada más pasar el puente a la izquierda, tomad una
carretera blanca que va a Prádena. Cuando la carretera baja al río
Bornova, dejad el coche antes de llegar al puente.
A
pie: Antes de llegar a este puente y tomando un camino a la izquierda
de la carretera se llega al Molino del Bornova o Molino del Tío
Jacinto tras unos 300 ó 400 metros de camino. El molino está en
ruinas y sólo saqué de él unas fotos. Entre las ruinas estaban los
orinales de plástico de sus últimos inquilinos que, como se puede
deducir por el detalle, ya se habían adherido a las modernas
tecnologías.
3.-MOLINO
DEL MORAL
En
coche: Desde Atienza tomad la dirección a Aranda y al llegar a
Cañamares, nada más pasar el puente a la izquierda, tomad una
carretera blanca que va a Prádena. Inmediatamente antes de que la
carretera inicie la bajada hacia el río hay una gran pradera a la
izquierda de la misma. El paraje se llama la Parrancana. Aquí
debemos dejar el coche.
A
pie: Una vez en la Parrancana, en vez de bajar al Bornova por la
carretera blanca, lo hacemos por un camino que está frente a la
Parrancana, cruzando la carretera blanca antes de que ésta comience
su descenso hacia el Bornova. Este camino baja al Bornova por otro
lado. Cuando se llega a una cerrada bastante amplia, no se ha de
entrar en ella sino continuar siguiendo su trazo por la derecha de la
misma. Con el río casi a la vista tirad hacia la derecha, río
arriba y al cabo de unos 200 metros se verá el Molino del Moral.
Está también en ruinas y su acceso lleno de maleza. Se observan sus
anexos, unos por encima del propio molino y otros caminando a lo
largo del caz unos 50 metros río adelante.
4.-MOLINO
LUMBRERAS O DE LUCIENTES
En
coche: Desde Atienza tomad la dirección a Aranda y al llegar a
Cañamares, nada más pasar el puente tomar una carretera blanca que
va a Prádena pero no seguidla, dejad el coche en la pradera que hay
al inicio de la carretera, en el mismo Cañamares.
A
pie: Recorremos un trozo de la carretera blanca a Prádena hasta
llegar a un cortafuegos o trocha al lado de los pinos (a la derecha
de la carretera) que nos permite subir de forma muy directa a la
pequeña taina que hay en el Alto del Cuento (punto más alto a la
derecha de la carretera blanca). Desde allí, por el camino que va
junto a los pinos y por el alto, se da con otro camino que se cruza
con el que llevamos. A la izquierda bajamos al Molino Lumbreras o de
Lucientes, que de los dos modos lo llaman. Se llega al molino bajando
hacia el río por un camino que al final se pierde. Es el más
incomunicado de los tres molinos vistos hasta ahora. Quedan de éste
las cuatro paredes, tres piedras naturales y la magnífica salida del
caz con un pequeño puente sobre ella.
Los
anexos están hundidos. Junto a ellos yace una hermosa piedra de
moler natural y desgastada que dan ganas de llevarse de recuerdo. La
maleza hace difícil encontrarlo y penetrar en lo que aún queda de
él. Como me resistía a volverme por donde había llegado me dispuse
a buscar su acceso natural.
Cuando
subes por este camino desde el molino, al llegar al pinar, te
encuentras con la encrucijada citada antes, si tiras a la derecha vas
al Alto del Cuento (1257 m.), a la izquierda vas hacia otro alto (La
Matilla 1258 m.) donde hay un vértice geodésico y si tiras de
frente te internas en el pinar hacia Cañamares. Este último es el
camino que seguían los de Cañamares para ir con sus caballerías a
llevar sus cereales al molino de Lumbreras. Siguiendo este camino, ya
metido en el pinar, se llega a una segunda encrucijada junto a una
pequeña caseta con techo de tejas, donde los pineros guardan algunos
útiles y que queda a la derecha. Para ir a Cañamares hay que seguir
de frente, por el camino menos usado. Al cabo de un poco se sale del
pinar y por un camino algo perdido a veces se sale a Cañamares. Lo
mejor de este pueblo el puente medieval de tres ojos, mayor el
central y gemelos los laterales, con los extremos están rematados
por boliches de piedra, su suelo está empedrado y el puente no es
muy ancho, pero para mí, que es de los más antiguos que quedan en
la zona.
5.-MOLINO
DE LA SACEDA
En
coche: Desde Atienza tomad la dirección a Aranda y al llegar a
Cañamares continuad. Seguimos la carretera hasta pasar el cruce que
va a Hijes y Ujados. A menos de un kilómetro de este cruce y a poco
de rebasar un monete verde y blanco de la carretera, acaba una mancha
de pinar en un camino. Este camino sale a la izquierda de la
carretera. Aquí dejamos el coche.
A
pie:Tomamos el camino que atraviesa la mancha de pinos y al cabo de
unos 300 metros el camino está bordeado a la derecha por una cerca
de alambre con postes de madera. Esta cerca en una zona se puede
abrir. La abrimos, pasamos y la volvemos a cerrar. Comenzamos a
descender junto a unas tainas y bajamos por un camino ensogado con un
arroyo. Tras un buen rato de descenso llegaremos al río y si nos
fijamos con atención al comienzo del caz del molino. Recorremos el
caz y al cabo de unos 250 metros llegamos al Molino de la Saceda.
Creo
que es el más hermoso de los molinos del Bornova. No por el edificio
en sí, que también está en ruinas con dos hermosas piedras de
moler al descubierto, sino por la amplitud del paraje, sus cerradas y
sus dos cuadras rectangulares más abajo del molino. Por encima del
molino y del caz, subiendo, una cornisa de piedras impide el paso. Ha
de regresarse por donde se bajó o de lo contrario se dará un gran
rodeo. Por la situación en el mapa deduzco que era el lugar natural
para que vinieran a moler los de Ujados, Hijes y Miedes cuando lo
necesitaran.
6.-MOLINO
DE CASTILPELAYO
El
Molino de Castilpelayo se encuentra en la margen izquierda del río
Bornova; a 70 km de Guadalajara en la Sierra Norte.
Asentado sobre el desaparecido poblado de Castilpelayo, este rehabilitado Molino Harinero que data del siglo XVII, da vida a una zona de inigualable belleza.
Posiblemente uno de los lugares más bonitos que puedas conocer. Ideal para desconectar y olvidarte del mundo si se desea en la casa rural que se ha adaptado en dicho molino.
Asentado sobre el desaparecido poblado de Castilpelayo, este rehabilitado Molino Harinero que data del siglo XVII, da vida a una zona de inigualable belleza.
Posiblemente uno de los lugares más bonitos que puedas conocer. Ideal para desconectar y olvidarte del mundo si se desea en la casa rural que se ha adaptado en dicho molino.
En
coche: Marchando desde Hiendelaencina por la CM1001 dirección
Atienza y antes de llegar a Robledo de Corpes existe un camino a mano
izquierda justo al final del aeródromo, el cual te lleva siguiendo los
indicadores a través del pinar hasta el margen del río donde está
asentado el molino.
En
el apartado Marchas, más adelante, están las indicaciones de
como llegar hasta el molino en una agradable marcha desde
Hiendelaencina.
7.-MOLINO
DE LA OPORTUNA
En
coche: Hay que ir de Atienza a Hiendelaencina y desde allí tomar la
dirección a Gascueña de Bornova. Justo, en cuanto bajemos al río y
crucemos el puente, tendremos a nuestra derecha el Molino de la
Oportuna. Habitado actualmente y que se ve desde la carretera. Los
molinos que había bajando hacia el pueblo de Alcorlo han sido, junto
con el mismo pueblo, sepultados por las aguas del pantano del mismo
nombre.
Este
molino aunque se encuentra derruido por la subida del río al estar
en la cola del pantano de Alcorlo, no puede ni debe pasar
desapercibido por su bello emplazamiento y sus restos, donde destaca
el perfecto pequeño puente abovedado con piedra de gneis que sirve de paso para
cruzar la desembocadura del Arroyo Rama que baja desde Hiendelancina.
Para
llegar hasta este paraje se debe hacer a través del camino que parte
desde la plaza Mayor de Hiendelaencina dirección Noroeste y sube por
la calle del Jardín. Pasando el cementerio, hacia los últimos
chalés, se toma el camino que lleva hasta la mina Santa Teresa y
camino al río, a un kilómetro y medio, se ha de coger la
bifurcación de la derecha que inicia el descenso, por el camino de
pescadores, una senda zigzagueante, aunque se distingue hay que
prestar atención a su trazado el cual nos llevará en su descenso
hasta el río Bornova. Una vez estemos situados en la orilla de su
cauce, procederemos a seguir aguas abajo aproximadamente 1 kilómetro,
donde se podrá adivinar el antiguo molino por la arboleda muerta por
la crecida del río, las ruinas en la orilla perteneciente a Zarzuela
y los restos del antiguo puente.
Marcha 1. Más que una ruta es un agradable y suave
paseo por los alrededores de Hiendelaencina (Ninguna dificultad)
LA RUTA DEL SUPONER
José de la Corte
¿Por qué este nombre?... ¿y por qué no?
Todas las rutas que se precien, tienen un nombre y
nosotros tenemos la pretensión de que ésta se precie. Podríamos haberla llamado
Smith que suena prestigioso, pero creemos que ya existe. También se nos
ocurrió, en un alarde de creatividad y originalidad, llamarla la ruta de
Gorriz, pero ésta la guardamos para fines mayores.
Bueno puesto que suponemos que quiere
pasear, pues, ¡hala! Vamos a caminar.
Espere, espere no arranque todavía que tenemos que
hacer una aclaración. Esta ruta no tiene desniveles fuertes, les hacemos un
honor al denominarlas cuestecillas, por tanto difícilmente va a poner en juego
su fortaleza muscular, así pues, es una ruta apta para todos los públicos.
Respecto a la duración, conviene decir que depende de la prisa que tenga y lo que
guste de relajar la mirada acompañada por una buena charla.
Está bien. ¿Ha ido ya al baño? Perfecto, entonces
caminemos.
Esta ruta, no podría ser menos, puede convertirse en
dos subrutas: una que denominaremos la vuelta del tonto y no se
ofenda porque no nos referimos a sus aptitudes mentales, sino que en el lugar
la llamamos así. Y otra que podríamos llamar de la Teresa.
Si decide hacer una combinación de ambas, demostrará
su capacidad intelectual, aunque se dejará sin ver de cerca el cementerio, porque
lo verá de lejos.
Primera suposición LA VUELTA DEL TONTO.
Usted está en la plaza, si no es así, váyase allá.
Pongamos por inicio el monolito de Don Pedro Esteban que está en el centro de
la plaza, situándonos hacia el Alto Rey (luego lo verá, no se impaciente) con
la Iglesia a la izquierda (intuimos que, si está abierta, su curiosidad le haya
llevado a echarle un vistazo, igual que al resto del pueblo, pues si no es así
luego lo sentirá).
En la esquina de la derecha, la de los Pillos (lo
entenderá si el día es frío) se inicia su paseo. Está en la calle de la Perla,
aunque por eso del sociocentrismo algunos la llaman la carretera de Villares o
Bustares, dependiendo de para dónde vaya. Encontrará en esta calle toda una
variopinta muestra de la arquitectura negra, nueva, vieja, recompuesta,
blanqueada, en fin para todos los gustos, pero le recomendamos un vistazo a los
callejones porque encontrará vallas y plazuelas exquisitas.
No le importe salirse del pueblo, porque este es el
objetivo. En este momento encontrará muestras más residenciales e incluso
propias de polígono industrial.
A la derecha puede hacer testimonio de respeto a la
antigüedad, tiene a la vista (de lo lejos para acá) la mina de San Carlos
(lavadero y pozo de historias siniestras, cainitas), los restos del Hotel, que
lo hubo, las escombreras y la mina de Santa Catalina, la última que ha estado
en funcionamiento, con su Castillete para el ascensor (entre 700 y 800 metros
de profundidad llega a tener). Si el día es soleado, de por más, habrá notado
que no hay muchos árboles, están todos entibando las galerías o quemados para
la fundición. No se preocupe, el aíre refrescará su cuerpo.
No
se pase de la Caseta del Lobo, porque le costará volver. Esta caseta es una
preciosa construcción de vigilancia del estraperlo. Mírela que merece la pena.
Ya
parado (o parada) contemple, desde el camino que va hacia la izquierda, las
vistas del Alto Rey y el barranco del Bornova, no se entretenga mucho con las
piedras apiladas que son de la Pizarrita y tienen dueño.
Este
camino tiene cosas interesantes, sobre todo en el suelo, porque era el que
conectaba la Teresa con la Catalina y San Carlos, verá que existen algunas
escorias curiosas y cuarzos bien formados.
Si
ya ha llegado a lo alto del camino, tendrá a su disposición otra vista
impresionante, el Ocejón y la presa de Alcorlo (lo ve, ahí delante está el
cementerio) en esta zona están situadas algunas de las eras, acérquese que son
un goce de puro simples y bien construidas.
Mirando
y remirando (también aquí con muestras industriales) llegará a los chalés.
Si
ha elegido la opción inteligente (suponemos por supuesto que porque tiene
tiempo), siéntese un poco a esperar a los de la ruta de la Teresa. Si decide
volver al pueblo, tome el camino del cementerio, no tiene pérdida y desembocará
de nuevo en la plaza, refrésquese y haga lo que le parezca, aquí acaba, o
empieza (ya se lo dijimos) la ruta de la vuelta del tonto.
Segunda
suposición. RUTA DE LA TERESA
Recuerda
que al principio estábamos en el monolito de Don Pedro Esteban, bueno, pues
esta ruta se inicia por la esquina de la izquierda que va al camino del
cementerio.
Esta vez sí le recomendamos que la inicie por aquí y no por el final, sería menos impresionante.
A
media calle, a la izquierda, cuando acaban los típicos casillos de la
arquitectura negra, se inicia una valla con un somier por puerta (no podía ser
menos), párese un momento y busque a la altura de su ombligo una piedra de
cuarzo con forma de filete ruso aplastado por los bordes, este es el mejor
ejemplar de ojo de sapo que se puede apreciar, aunque ya le hablaremos de ellos
en el camino.
Cuando
le plazca siga caminando hacia los chalés y disfrute de la vista que se le va
ofreciendo. Según mira hacia la izquierda verá la presa de Alcorlo, y en día
claro, hasta el castillo de Jadraque y justo ahí delante tiene una muestra de
cómo se construían las eras y un precioso ejemplar de Carrasca que es como una
encina venida a menos.
Si tiene suerte y está el cementerio abierto, entre
con respeto, aunque le parezca una paradoja, es donde mejor
se observa la vida del pueblo, lápidas cuidadas,
lápidas abandonadas, unas pulcras de mármol o granito, otras simples estelas de
piedra del lugar, todas ellas dignas expresiones del cariño a los que se
fueron. Así somos.
Por dar un toque cultural al paseo, observe la lápida
primera al entrar a la izquierda, (entre cipreses) es un inmejorable ejemplo de
cómo la misma piedra servía para dar culto a los muertos y agua a las ovejas
(hay una parecida en la fuente de la Perla que si quiere verla, ahora nos pilla
a trasmano, luego pregunta en el pueblo y las compara).
Por
rematar lo cultural, le diremos que Eduardo Galeano, que no es de aquí, pero
que nos gusta mucho, cuenta que los indios shuar de la amazonia ecuatoriana
lloran a su gente antes de que se mueran, para que vean lo mucho que los
querían. Son costumbres.
Si
al llegar a los chalés encuentra a alguien sentado esperando, no se preocupe,
serán los de la ruta conjugada o alguien del pueblo que está esperando el
atardecer, le avisamos que es sobrecogedor con el Ocejón a la izquierda y el
barranco del Bornova a los pies. Disfrútelo, pero dese prisa porque le cae la
noche en la Teresa.
Tomamos
hacia la izquierda el camino que pasa por la puerta de los chalés y nos
encaminamos hacia la mina. Si dejó el atardecer para más tarde, suponemos que
tiene tiempo porque es temprano, no dude en tomar el primer camino que más
adelante sale a la derecha y buscando al fondo las coquetas vallas que separan
los pedazos, asómese y vea la cola final del pantano de Alcorlo, si llega hasta
el último picacho posible, podrá disfrutar de una visión que no olvidará.
Cuando se sature vuelva de nuevo al camino de la
Teresa y disfrútela (tenga cuidado con algunos desniveles del terreno). Esta es
posiblemente la mayor construcción que se conserva, mezcla de distintos
estilos, ofrece la posibilidad de observar los lavaderos del mineral, las
oficinas, las torretas de fuerza, en fin lo que era la mina.
Mirando hacia el pueblo, a la derecha, bájese hacia el
camino que en pendiente va hasta los Prados del Trancón, tiene unas buenas
muestras de unas parideras construidas en pizarra.
Sin abandonar el camino, vamos hacia el pueblo, inicie
la cuestecilla y vaya fijándose en las piedras.
Está en una de las formaciones más antiguas de
Guadalajara, tiene unos 600 millones de años (un respeto) la mayor parte de
Gneis y tiene unos bultitos en las lanchas, estos son los ojos de sapo (ya se
lo dijimos, volveríamos a ellos) que cuando se independizan y quedan sueltos
dan aquella piedra que vio de cuarzo, son como pequeños ovnis.
Cuando llegue a la charca de invierno, dele un
vistazo, es un lavadero con un artesonado rústico pero elegante.
Si
no lo hizo antes, es el momento de visitar el Barrio de los Catalanes, es la
parte más antigua del pueblo, para algunos la más bonita, aunque poco a poco a
base de quitarle piedras nos quedemos sólo con su recuerdo, paséelo y como
pueda vuelva a la plaza que es donde acaba nuestra ruta y nuestro paseo.
Confiamos
en que haya disfrutado y el tiempo se le haya convertido en querer. Recuerde
como decía el principito que el tiempo que perdiste con tu rosa es lo que la
hace importante.
Última
suposición. Se queda satisfecho y le quedan ganas de volver otros días para ver
si está a punto la fastuosa ruta de Gorriz. Por si acaso, tráigase ésta vez
buenas botas para caminar.
No
dude que se lleva un trozo de nuestro cariño.
Gracias
por ser amable y respetar nuestro modesto entorno.
Permítanos
una última licencia:
Trabajé
el aire,
se
lo entregué al viento:
voló,
se deshizo,
se
volvió silencio.
(Ángel
González)
Marcha
2. Desde Hiendelaencina hasta Villares de Jadraque por el cauce del río Bornova
(Grado medio-alto de dificultad)
Esta
ruta parte desde la plaza Mayor de Hiendelaencina dirección Noroeste y sube por
la calle del Jardín. Pasando el cementerio, hacia los últimos chalés, se toma
el camino que lleva hasta la mina Santa Teresa y camino al río, a un kilómetro
y medio, se ha de coger la bifurcación de la derecha que inicia el descenso,
por el camino de pescadores, una senda zigzagueante, aunque se distingue hay
que prestar atención a su trazado el cual nos llevará en su descenso hasta el
río Bornova. Una vez estemos situados en la orilla de su cauce, procederemos a
seguir aguas arriba. No se pare a intentar localizar la presa de Entre Ríos,
pues ya es historia, políticas medioambientales y cinegéticas (Eso dicen los
entendidos) acabaron por derruirla. Siguiendo unos cinco kilómetros,
alcanzaremos el molino de Villares, donde subiendo a la carretera tomaremos la
dirección a Villares y después de unas cuantas curvas, llegaremos a un terreno
ondulado donde se asienta el pueblo. Después de visitarlo y reponer fuerzas,
volveremos por la serpenteante carretera hasta Hiendelaencina.
Camino de Pescadores
En la memoria queda la senda al transitar,
si con el tiempo en ella recuerdo ha de quedar
el caminante estela, pudo al pasar dejar
las notas del viajero que obtuvo del lugar.
si con el tiempo en ella recuerdo ha de quedar
el caminante estela, pudo al pasar dejar
las notas del viajero que obtuvo del lugar.
Difusa la leyenda con sus letras plasmara
algunas añoranzas la memoria dejara,
en unos cuantos versos estrofas dibujara
parajes de la sierra sita en Guadalajara.
algunas añoranzas la memoria dejara,
en unos cuantos versos estrofas dibujara
parajes de la sierra sita en Guadalajara.
Desde el norte se llega camino al mirador
el pico de Alto Rey nos muestra su esplendor
su falda con los pueblos todo su alrededor
y el descenso del río con su leve rumor.
el pico de Alto Rey nos muestra su esplendor
su falda con los pueblos todo su alrededor
y el descenso del río con su leve rumor.
Si encuentras la vereda podrías acceder
hacia donde la ruta parte hasta descender,
por el tenue sendero llegándose a perder
se aproximará el día, viene el amanecer.
Entre las peñas surge corto el lento vagar
llevándonos con ese pausado caminar
por aquel vericueto zigzagueante andar,
cauces en entre ríos se deben encontrar.
llevándonos con ese pausado caminar
por aquel vericueto zigzagueante andar,
cauces en entre ríos se deben encontrar.
El San Cristóbal llega con suave y tenue fluir
el Bornova recibe y agradece el diluir,
la garganta se agranda pues en su discurrir
ha moldeado el cauce su curso el devenir.
el Bornova recibe y agradece el diluir,
la garganta se agranda pues en su discurrir
ha moldeado el cauce su curso el devenir.
El descenso de aromas y sabores exhala
de romero y cantueso sus olores iguala,
con sus verdes colores a la orilla regala
la bucólica umbría donde el sol le acorrala.
Esas aguas fluyendo van junto a la ribera
con alegres colores de la luz mañanera,
con los cantos las aves traen la primavera
todo envuelve de magia y alegría su vera.
con alegres colores de la luz mañanera,
con los cantos las aves traen la primavera
todo envuelve de magia y alegría su vera.
Hacia el sur la vereda te lleva el caminar
donde con el descenso podrías alcanzar,
con un salto sus aguas deberán continuar
al seguir por su curso llegarán a la mar.
donde con el descenso podrías alcanzar,
con un salto sus aguas deberán continuar
al seguir por su curso llegarán a la mar.
Río arriba unas ruinas se podrán contemplar,
otros tiempos lejanos el cauce hizo empujar
con la fuerza sus aguas la turbina girar
su energía a las minas hacía trabajar.
Con las vetas ocultas en la profundidad
el argento en su entraña guardará soledad,
el metal que extrajeran con su gran calidad
de las minas el pueblo tomó su identidad.
Camino de Villares su molino algún día
labor de siega y trilla con la muela molía,
en mula el molinero para el horno subía
en el pan la tahona la harina convertía.
Esta ruta del río ya por hoy se termina
labor de siega y trilla con la muela molía,
en mula el molinero para el horno subía
en el pan la tahona la harina convertía.
Esta ruta del río ya por hoy se termina
la tarde acaba y queda por subir la colina
la que llega a la alcarria por la cuesta tan pina,
al final llevará hasta Hiendelaencina.
la que llega a la alcarria por la cuesta tan pina,
al final llevará hasta Hiendelaencina.
Marcha
3. Desde Hindelaencina hasta la cola del embalse de Alcorlo por el camino Real.
(Mínimo grado de dificultad)
Partiendo
desde la entrada al pueblo, concretamente desde la ermita de la Soledad por la
carretera de Madrid a Atienza, se toma dicha carretera y a unos cien metros,
nos desviaremos a la derecha por el arroyo la Cal. Subiremos oblicuamente por
el sendero hasta llegar al camino Real. Una vez en él, andaremos unos cuatro
kilómetros hasta llegar a las ruinas del parador de Justo y seguiremos unos
cuatro kilómetros más, hasta llegar a un pequeño alto, desde el cual se divisa
la cola del pantano. Desde allí, se podrá bajar campo a través hasta el mismo
pantano donde, después de reponer fuerzas, con un leve o suculento almuerzo,
según el apetito del caminante, se volverá al lugar de partida desandando el
camino.
Marcha 4. Desde Hiendelaencina hasta el Molino de Castilpelayo (Grado medio de
dificultad)
Esta
ruta parte desde la plaza Mayor de Hiendelaencina, dirección Noroeste, sube por
la calle Jardin, pasando el cementerio, hacia los últimos chalés. Desde allí,
se toma el camino que lleva hasta la mina Santa Teresa y camino al río, a un
kilómetro y medio, se ha de coger la bifurcación de la derecha, que inicia el
descenso por el camino de pescadores, desde allí al igual que la ruta 8ª se
descenderá hasta el río Bornova. Una vez estemos situados en la orilla de su
cauce, procederemos a seguir aguas arriba, unos cinco kilómetros, hasta llegar
al molino de Villares, aquí ya seguiremos caminos diferentes a la anterior
ruta. Subiendo a la carretera, la cruzaremos para tomar el camino que sale por
detrás del molino y que paralelo al río y al caz, discurre durante unos cuatro
kilómetros hasta llegar al castillo de Castilpelayo. Es ésta una construcción
del siglo XVII, asentada sobre el desaparecido poblado del mismo nombre
y en cuya fonda, se podrá reponer fuerzas para después volver a
Hiendelaencina, por la senda forestal que sale entre Robledo y el aeródromo.
Desde allí, caminando por la comarcal 1001 dirección Guadalajara, llegaremos a
nuestro destino, habiendo realizado un amplio rodeo al pueblo.
Marcha
5. Desde Hiendelaencina hasta Congostrina (Ruta del Cid) (Mínimo grado de
dificultad)
Partimos
desde la ermita de la Soledad a pie por el mismo camino de entrada a la
población desde la comarcal 1001, cruzando el arroyo de Rama hasta una flecha
que indica nuestro destino.
Tomamos
un camino de ganado en dirección Sur que pasa junto al vertedero, la fuente de
Aguas Calientes y atraviesa el arroyo de Diógenes por un puente a unos dos
kilómetros aproximadamente. Tras un ascenso, cruzamos el camino de Atienza y
seguimos de frente en dirección Sureste por un sendero junto a unos robles.
Cruzamos
de nuevo una pista a tres kilómetros iniciando un descenso que nos aproxima a
la carretera. Vadeamos un pequeño arroyo a tres kilómetros y medio y
continuamos en dirección Sur hasta alcanzar la carretera a unos cinco
kilómetros. Atravesamos la carretera junto a la ermita de la Soledad y
continuamos por un tramo asfaltado por donde accederemos a Congostrina.
caminodelcid.org
Un día para cada Ruta y medio día para cada marcha
Para una mayor información del resto de la comarca,
que no esté limitada a Hiendelaencina y su entorno, se puede consultar el
libro: “La Guía de la Arquitectura Negra de Guadalajara” del que se han
recogido aquí algunas notas, ya que ofrece una sencilla y cumplida forma de
enfrentarse a este entorno del norte de nuestra provincia. El saber y la
profesionalidad de un arquitecto como Tomás Nieto Taberna y una historiadora
como Esther Alegre Carvajal, que son sus autores, posibilitan a cualquiera
saber qué elementos, y qué lugares, merecen la pena admirar. Es la mejor forma
de orientarse por este laberinto de caminos, sierras y pueblos de sorprendente
originalidad. Unas rutas que merecen ser pisadas, anotadas y recordadas, porque
la Sierra Negra de Guadalajara está en la mejor disposición de consagrar un
espacio que quedó casi vacío hace años, a la admiración simple y sin mancha de
quienes esperan de la Naturaleza ese milagro que cada vez se hace más difícil
de conseguir.
CAPÍTULO
III
SUS
PUEBLOS Y SUS GENTES
De: elpaisquenuncaseacaba.blogspot.
Cercana a Madrid, apenas a un centenar de kilómetros de la gran urbe, la Sierra
Norte de Guadalajara es otro de esos oasis montañosos de paz y tranquilidad de
intensa esencia rural.
Lugares
donde conviven lo natural y lo humano, se mezclan, se funden. La climatología,
marcada por las altas cumbres del Sistema Central, las sierras de Ayllón y del
Robledal, con los picos del Lobo y el Ocejón condiciona inviernos duros.
La
histórica Tamajón es considerada la puerta de entrada a la zona de la
arquitectura negra extendiéndose a ambos lados del Ocejón. Pedanías y aldeas
varias aparte, al este, Valverde de los Arroyos o Palancares; al oeste,
Campillo de Ranas y Majaelrayo. En este último, punto final del asfalto hasta
que en 2007 se acondicionó definitivamente el Puerto de la Quesera que comunica
con Riaza, ya en Segovia, allí se grabó una famosa campaña publicitaria que
puso de moda una frase, “Y el Madrid, qué; ¿otra vez campeón de Europa?” en la
que se jugaba con la idea de lo lejos que podían llevarnos unos vehículos, nada
menos que a sitios en los que el tiempo se detenía, se relativizaba o se
difuminaba. Aún siendo una evidente exageración con fines comerciales, la idea,
el fondo, no faltaba a la verdad cuando se pensaba en la esencia de lo que es y
ofrece el lugar donde se ambientó aquella campaña y donde residía, su
protagonista. Jesús García Velasco.
elpaisquenuncaseacaba.blogspot
Pueblo
y protagonista, de algún modo, se convirtieron en los dos primeros reclamos, o
al menos sí en los más notorios, de una zona rica en historias y patrimonio de
consolidado turismo rural. Jesús falleció en el 2010, pero su figura y la de su
pueblo se convirtieron en iconos universales. En todo caso, más allá de
anuncios, la fidelidad arquitectónica a esas necesidades de adaptación es la
verdadera protagonista de esta zona. La pizarra de los hogares y las iglesias
mezcla bien con una orografía quebrada, de bosques, prados de monte bajo y riberas
y anárquicas disposiciones urbanísticas. Las nuevas construcciones más o menos
han sido respetuosas. Desde Tamajón, previo paso por su ciudad encantada y su
ermita de los Enebrales, llegamos a Campillo de las Ranas, Robleluengo y
Majaelrayo para profundizar en sus calles y llenarnos de la energía que
transmiten las miles de lajas de piedra que frenaron los elementos durante
siglos. La arquitectura negra, toda una marca todo un reclamo.
Los
pueblos abandonados de la Sierra
La
Sierra Norte de Guadalajara es, como lo era la Alcarria en los primeros años
del pasado siglo, “un sitio hermoso al que la gente no quiere ir y ellos se lo
pierden”. Ni está lejos ni es difícil de llegar a ella. Todo es ponerse.
En
la Sierra hay montañas, bosques, ríos, puentes, pueblos, fiestas y mucho
movimiento. Poco por parte de sus habitantes, porque son escasos, y mucho por
el de quienes la visitan, que son cada vez más. El estímulo y la promoción del
turismo rural en la Sierra de Guadalajara es una de las claves de su desarrollo,
en estos momentos. Porque si no es por el turismo, y una vez declarada toda
ella como “Parque Natural” apenas le queda otra posibilidad para sobrevivir que
mostrarse y ofrecerse como lugar de estancia, de descanso y viajes.
De
las muchas cosas que la Sierra Norte de Guadalajara ofrece, de las que algunas
se han contado ya, de las que otras se irán contando, quizás una de las más
sorprendentes sea la lista de sus pueblos desaparecidos, primero abandonados,
luego derruidos, a veces violentamente, y desde luego ahora sumidos en la
memora única de quienes los conocieron o en ellos habitaron.
Para
animar a viajar por la Sierra, a conocerla mejor, a saborearla en su total
dimensión de tristeza ida y sorpresa emergente, pongo aquí la relación de
algunos pueblos serranos que fueron y ya no son. O al menos solo queda de ellos
la memoria, los escritos y alguna que otra vieja fotografía.
Romerosa
dondeduermeelolvido.blogspot.
Partiendo desde Aleas, una vez que se ha llegado hasta
su fuente en lo alto de la calle principal, tomando el camino que tras pasar
una calle estrecha, se abre hacia el campo, por un camino de buen firme en poco
más de 2 Kms. Llegamos a avistar las ruinas de este antiguo pueblo serrano, que
en 1960 todavía estaba habitado.
Hoy solo quedan ruinas, destacando sobre las de las
viviendas el templo parroquial. Está situado sobre un promontorio que forman la
confluencia del arroyo de Romerosa y el barranco del Tejar. En su confluencia
aparece la vieja fuente de la Romerosa, que aún echa agua al arroyo. El viajero
disfrutará contemplando las ruinas de su iglesia, que era de una nave y aún
muestra la espadaña de doble vano, aunque se desilusionará al comprobar que ni
aún en aquella pacífica soledad bucólica los gamberros de este país han dejado
de hacer pintadas y destruir cuanto han podido.
Del pueblo de Romerosa quedan unos 30 edificios
derruidos y los viales que los comunicaban, todos sobre la cuesta agria en que
asentaba el pueblo. Una imagen demasiado llamativa, por lo reciente de su
abandono, de la espectacular agonía de una Castilla abandonada y consumida.
Santotís
herreracasado.com
Subiendo desde Cogolludo y Veguillas hacia la sierra,
un camino sale a la izquierda que lleva a Santotís. Hoy abandonado, aunque no
vacío (sigue viviendo un vecino en una casa que se negó a que se la
expropiaran) y en proceso de lento hundimiento, este hermoso enclave serrano
muestra todavía su estampa limpia, en lo alto de unas serrezuelas al norte de
Cogolludo, en lo que llaman «la Sierra Gorda», flanqueada por los hondos valles
del Sorbe y el Bornova. Pueden aún contemplarse, rodeadas de riscos grisáceos
y pizarrosos, y de verdes prados, algunas construcciones rurales muy
características con tejados de pizarra y muros de piedra.
Destaca sobre el caserío la iglesia parroquial, con
espadaña triangular cubierta también de pizarra, y amenazando ruina.
Este pueblo, que se incluyó en el sesmo de Bornova del
Común de Villa y Tierra de Jadraque, era conocido como «la Casa de Santotis» en
la relación de lugares que formaban el Condado del Cid, perteneciente desde el
siglo XV a la familia Mendoza, y cuya cabeza era la villa y castillo de
Jadraque. Para acceder a las casas hay que pedir permiso al vecino, que ha
puesto vallados a la entrada.
Robredarcas
Estuvo
esta pequeña aldea en un altozano, sobre la vertiente sur de sierra Gorda, y
fue primeramente de la Tierra de Atienza, para pasar luego a la jurisdicción de
Jadraque, en su sesmo de Bornova, siendo el señorío de los Mendoza hasta el
siglo XIX.
Su
humilde caserío serrano fue desmantelado y demolido por el Estado en los años
sesenta del siglo XX. Del ingente montón de ruinas que hoy forman Robredarcas,
destaca airosa la espadaña de su iglesia románica, hecha de grandes lajas
pizarrosas y piedras rojizas, un verdadero prodigio de arquitectura rural
medieval. Merece ascender el difícil camino que lleva hasta ella, por
contemplarla.
Despoblado
de Jócar
dondeduermeelolvido.blogspot.
En el actual término de Arbancón queda el recuerdo de lo que fue el pueblo de Jócar.
Este lugar serrano fue desmantelado completamente por el Estado hacia 1970, una
vez vacío de habitantes, que se habían ido a otros lugares de España, y
repoblando el término de pinos. Nada quedó de sus casas ni de su iglesia, de la
que se salvó la sencilla puerta, obra semicircular, baquetonada, con lindos
capiteles rudamente tallados, y que, formando un ejemplar románico muy curioso,
hoy se muestra en el Museo Diocesano de Arte Antiguo de Sigüenza. Perteneció
este lugar, desde la reconquista, al alfoz o Tierra de Cogolludo, pasando como
esta villa por los señoríos de la Orden de Calatrava, los Mendoza y los duques
de Medinaceli. Poseía numerosos y valiosos ejemplares de arquitectura popular,
pero todo fue lastimosamente perdido.
Santui
En la carretera que va desde El Cardoso a El Bocígano,
en su lado izquierdo, existe un viejo caserío al que llaman Santui, escrito con
la ye final en documentos antiguos, Santuy. Hubo en este lugar, un monasterio
fundado por la Orden Cisterciense aquellos territorios serranos, apartado de
todo, e idóneo para la meditación por su silencio. Su fundación se remontaría
al siglo XII y en un principio estuvo dedicado a un Santo llamado San Audicio ó
San Audito, del que dice el martirologio que murió martirizado en Buitrago a
comienzos del cristianismo. Solo quedan rumores y leyendas sobre el lugar. Se
dice que tras ser abandonado por los monjes bernardos, pasó a pertenecer a la
Orden de Santiago, regalado por ella a la Basílica de Santa Leocadia de Toledo
y finalmente adquirido por el Cardenal Cisneros para uso de los docentes del
Colegio de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá de Henares. Ocurriría esto
último en el año 1510 y su objetivo sería establecer en aquel espacio, al que
se llegaba desde Buitrago, un amable lugar en el que pudieran pasar días de
vacación los profesores de ese Colegio complutense. La relación del Cardenal
Cisneros con Santui motivó que en 1974 se colocase una placa en el lugar, por
los estudiantes de la universidad de Salamanca, que dice: “al Cardenal Ximenez
Cisneros que pensó pasar los últimos días de su vida en el monasterio
universitario de San Audito o Santui, rodeado de amena soledad”.
En el siglo XVII, el historiador Diego de Colmenares
visitó las ruinas del monasterio y vio entre los escombros la tumba del infante
D. Sancho de Castilla, que según parece, murió en 1199.
Eso dice en su historia de Segovia, pero los datos son
muy poco precisos. Cuando en 1780 el gobierno de Carlos III decide vender los
bienes de los Colegios universitarios a particulares, el destino de Santui es
ese: al parecer allí se instaló una fábrica de cristales, que también
desapareció, y en la Guerra Civil sirvió de asiento a las tropas de la
República. Después fue comprado por la familia Yagüe, que lo tiene hasta hoy,
manteniendo un amplio edificio.
Pero del viejo monasterio, de la memorable fábrica,
nada queda sino este recuerdo. Como confirmación de su evanescente existencia,
los datos que se leen en el “Catastro del Marqués de la Ensenada”, de 1753, que
aún califica al lugar como “Real sitio de Santui”. En esa fecha vivía allí el
Canónigo D. Manuel Castañeda, de 49 años, al que se califica como “Canónigo en
la Real Casa de Santui”. En todo caso, una curiosidad a la que hoy solo asiste
el paisaje y la Naturaleza que todo lo devora.
Umbralejo
En suave depresión que se extiende en la orilla
izquierda del hondo cauce del río Sorbe, asienta, vacío ya de sus serranos
habitantes, este pequeño lugar que antaño tuvo vida populosa.
Vacías sus calles, los edificios muestran singulares
estampas de arquitectura popular, con los elementos constructivos propios de
la zona: piedras, madera de roble, lajas de pizarra. Es todo un muestrario de
formas, espacios y usos de tradición serrana.
A la entrada del pueblo hay una gran fuente pública.
En la calle Mayor, el edificio del Concejo. Al final, la iglesia parroquial,
precedida de un escueto prado al que se entra por arco de piedra, semicircular.
Está vacía su sencilla arquitectura, pero en el resto del caserío los edificios
se han ido acondicionando para actividades educativas. Hoy lo administra la
Consejería de Educación.
Aunque no lo parezca, también tuvo historia:
perteneció al señorío de Galve, y en las diversas familias que la poseyeron
estuvo hasta el siglo XIX. Hoy es propiedad de ICONA, del Estado, que lo tiene
prestado a la Consejería de Educación para su uso como Aula de la naturaleza
para la juventud.
Más ofertas serranas
La Sierra tiene algunos alicientes unos ocasionales
como las jornadas que la Asociación “Serranía de Guadalajara” organiza para
conocer el estado del patrimonio artístico e histórico, alguna excursión como
por ejemplo a la “Cueva del Oso” y algunos otros actos de divulgación y aliento
y otros que se prolongan en el tiempo, como es la fiesta de Atienza con más de
850 años de antigüedad: la Caballada.
Todo esto se puede también encontrar en un par de
libros que ofrecen la posibilidad de saber más, mucho más, de su esencia y sus
detalles: la “Guía Templaria de Guadalajara” que ha escrito Ángel de Almazán de
Gracia, en el que se hacen protagonistas el Santo Alto Rey, la “montaña
sagrada” en cuya cima tuvieron asiento los caballeros templarios, y las
iglesias de Albendiego (sobre todo) Campisábalos y Villacadima, donde quedaron
huellas muy expresivas del esoterismo templario.
La
leyenda del pastor
En
época lejana allá en la reconquista
vencidos se batían corriendo en retirada
las montañas subían con honra mancillada
la partida cristiana en derrota imprevista.
Una sombra lejana en el alto se avista
allá se dirigían por la angosta quebrada
de improviso surgían pastor, perro y cabrada
por zona castellana de la orden sanjuanista.
La tropa musulmana dos leguas de allí dista;
al suponer que huían a zona conquistada
en los llanos harían de noche la acampada
y esperan la mañana para aclarar la vista.
A la escuadra cristiana el pastor da la pista
y teas encendían a cada cuerno atada
las cabras parecían templarios de cruzada,
su astucia partisana al musulmán despista.
A manera aldeana perspicaz y efectista
del cabrero dirían su argucia fue probada,
del Alto Rey harían su cumbre más sagrada
con leyenda serrana de tan sagaz conquista.
vencidos se batían corriendo en retirada
las montañas subían con honra mancillada
la partida cristiana en derrota imprevista.
Una sombra lejana en el alto se avista
allá se dirigían por la angosta quebrada
de improviso surgían pastor, perro y cabrada
por zona castellana de la orden sanjuanista.
La tropa musulmana dos leguas de allí dista;
al suponer que huían a zona conquistada
en los llanos harían de noche la acampada
y esperan la mañana para aclarar la vista.
A la escuadra cristiana el pastor da la pista
y teas encendían a cada cuerno atada
las cabras parecían templarios de cruzada,
su astucia partisana al musulmán despista.
A manera aldeana perspicaz y efectista
del cabrero dirían su argucia fue probada,
del Alto Rey harían su cumbre más sagrada
con leyenda serrana de tan sagaz conquista.
Recorrido
desde el Pelagallinas hasta La Nava de Jadraque
El
camino desde el puerto de Pelagallinas, cerca de Condemios, y La Nava de
Jadraque, está cuajado de bosquecillos, de praderas, de rebaños de cabras y
acumulaciones de vacas que en algunas ocasiones se quedan con toda su
tranquilidad a rumiar en medio de la carretera. Hay que ir sin prisa por estas
trochas inigualables.
Autor: Jesús Chicharo
En
el mismo corazón del Parque Natural de la Sierra Norte, a la caída de la Sierra
de La Huerce, que por su orilla izquierda escolta al valle hondo del río Sorbe,
aparecen una serie de pueblos a los que es muy fácil llegar, porque ahora todas
las vías de comunicación están atendidas y son capaces de llevarnos de un lugar
a otro sin mayor problema.
Vista de Atienza desde el Alto Rey (Autor:Luis Monje)
Desde
Atienza hemos alcanzado Albendiego, y repasado de nuevo la magia de sus rodenas
cruces absidiales. Luego subiendo siempre hacia el valle glaciar de Galve, en
Condemios de Arriba nos hemos desviado por un camino de asfalto, curva tras
curva, a cruzar el puerto del Pelagallinas, que nos enseña en su bajada hacia
el sur los pueblos que invitamos aquí a recorrer, empezando por:
Aldeanueva
de Atienza
Bajando
desde el alto de Pelagallinas, en un valle profundo, ahondándose entre los
montes del Santo Alto Rey y la loma del Reventón, se abriga Aldeanueva de
Atienza, que como su mismo nombre indica es lugar de creación moderna en el
devenir de la historia, pues debió establecerse hacia finales del siglo XVII o
comienzos del XVIII.
No
figura su nombre entre los pueblos pertenecientes al sesmo de Bornova, en la
Tierra de Jadraque, durante el siglo XVII, mientras que ya en el siguiente
aparece en los libros de Ayuntamiento y parroquia de El Ordial, al cual estaba
anejo en todo. Perteneció, pues, a la casa ducal del Infantado.
Se
forma el pueblo, de empinadas callejas bien urbanizadas, con ancha plaza
central, de casas de piedra y pizarra que dan al lugar, visto desde la lejanía,
un aspecto serrano inconfundible. En lo alto está la iglesia parroquial,
edificio del siglo XVIII sin ningún detalle artístico en su construcción ni en
su interior., pero que aún alegra el entorno tan rural el triángulo luminoso de
su espadaña.
En
la plaza, junto a unas casonas de impresionante aspecto, el sonido del agua de
una vieja fuente en la que se talla la memoria del día en que fue hecha (1889)
nos paramos a considerar la grandiosidad del paisaje, que por oriente se cierra
a gran altura por la cumbre sagrada del Alto Rey.
Los
paisajes que rodean al pueblo, cuajados de bosques de diferentes especies
alpinas, y altas montañas, cubiertas de nieve durante varios meses del año, le
confieren el valor de lugar idóneo para excursionistas y amantes de la
naturaleza.
Por
una carretera bien asfaltada y limpia, desde la que vamos divisando campos de
un verde rabioso y cantarín, llegamos enseguida a El Ordial.
El
Ordial
Oculto entre ondulaciones cubiertas de
carrasco y encinas, de robles y rebollos en dispersa algarabía, vemos aparecer
El Ordial, pueblo que perteneció en la Edad Media a la Tierra de Atienza y
luego pasó a la jurisdicción de Jadraque, en cuyo estado se mantuvo cuando éste
fue incluido en el Condado del Cid, territorio así llamado por el cardenal
Mendoza para darlo en herencia a su hijo el marqués de Cenete, del que luego
pasaría a los Mendoza del Infantado.
Su caserío es de recia textura pétrea, con
grandes casas de este material y puertas cubiertas de enormes dinteles, algunos
tallados.
En la plaza, abierta, se erige la iglesia
parroquial, que conserva en su interior una buena pila bautismal románica, con
incisiones arqueadas. De indudable origen medieval, solo queda esa hermosa pila
como restos del pasado. A principios del siglo XX se derrumbó la cabecera del
templo, junto con el campanario y el coro, y hubo que esperar muchos años a que
se reconstruyera, estando hoy como salida de un cuadro. En el 2008 se ha hecho
la última reforma, coincidiendo con el auge que el pueblo ha ido tomando, al
recoger el regreso de muchos de sus hijos que han vuelto a reconstruir sus
casas.
Entre
las bellezas naturales de El Ordial puede mencionarse el “Chorro”, que es una
cascada de agua que vierte sobre el Arroyo del Molino, y que por sus
dimensiones podría parangonarse a las Chorreras de Valverde, aunque esta se
oculta entre malezas, siendo un espectáculo verla en época invernal cuando
queda completamente helada. En El Ordial cabe añadir algunos otros mínimos
elementos patrimoniales, que deben seguir teniendo su consideración, como ahora
la tienen, de huellas emotivas de un pasado multisecular. Son estos lo que
queda del Puente Romano, en la Pradera de la Fuente Arriba; el Antiguo Molino
del Tío Pepe, al cual se llega por el camino de Las Navas, y que aunque se
encuentra en estado de ruina, con cuidado aún se puede entrar en él, y ver lo
que queda de sus muelas. El antiguo Molino del tío “Cancho”, en el camino de
Bustares, justo en el límite con este pueblo, es otro viejo edificio que merece
visitarse, pues en su interior aún pueden verse las piedras de moler, hechas de
pizarra.
Si
será antiguo, que ya en las Relaciones de Felipe II, a finales del siglo XVI,
se hablaba de él.
Como
arte religioso, sin duda destaca la Iglesia de San Sebastián, original románica
del siglo XIII. De la época de su construcción únicamente queda la pila
bautismal, el antiguo altar (tras el actual) y la antigua entrada (visible hoy
en día desde el almacén).
Posteriormente
fue ampliada en el siglo XVII o XVIII, haciéndola unos metros más larga, y
cambiando el portalón de entrada a la plaza (antes miraba hacia el barranco). A
principios del Siglo XX se derrumbó toda la cabecera de la iglesia, junto con
el campanario y el coro, y se tuvo que reconstruir sólo esa parte, imitando en
el estilo del campanario al de Bustares. La última reforma de importancia se ha
llevado a cabo en el 2008, reforzando el coro y haciendo un nuevo campanario.
Las fiestas que se celebran son en honor de San Sebastián, el sábado más cercano al 20 de agosto.
Arroyo
de Fraguas
Caminando
hacia poniente, enseguida se llega a Arroyo de Fraguas, separado de El Ordial
por 4 Kms. de buena carretera. Presenta este pueblo un bonito aspecto al ser
avistado desde la carretera que nos acerca a él viniendo de Cogolludo. El telón
de fondo de la sierra de la Huerce, y el Santo Alto Rey sobre todo, matiza con
tonos oscuros los vivos colores de sus casas y edificios cubiertos de teja
unos, otros de pizarras, y salpicados con una abundante vegetación de huertos y
arboledas. Las casas son de recia sillería, casi todas con un corralillo en la
parte delantera, especie de antesala que sirve para guardar la leña y dejar los
cacharros y herramientas. Sobre ellas destaca la iglesia parroquial, que no
muestra nada de interesante en el plano artístico.
Fue
este pueblo antiguamente un importante centro productor de utensilios populares
de alfarería. De sus hornos y talleres salían productos de barro muy oscuro,
casi negro, que se utilizaban en los pueblos de toda la serranía de Ocejón.
Esta tradición está hoy completamente perdida.
Por
lo que respecta a su pasado histórico, solo cabe decir que Arroyo de Fraguas
formó tras la reconquista en el Común de Atienza, pasando luego a formar parte
de la Tierra de Jadraque, y con ella posteriormente, dentro del llamado condado
del Cid que formó el cardenal Mendoza para su hijo primogénito don Rodrigo de
Vivar y Mendoza, a la casa de Cenete y al ducado del Infantado, en el que se
mantuvo hasta el siglo diecinueve.
Al
salir de Arroyo, en dirección a la carretera CM-1006 a la que hay que dar rodeo
con una gran rotonda, nos llegamos en un periquete a La Nava de Jadraque, otra
mínima y encantadora aldea de esta sierra, que visitamos tranquilamente.
La
Nava de Jadraque
En una breve llanada, al pie de varios altos cerros
que inician las serranías del Ocejón, se halla este pequeño lugar, que
perteneció a la tierra de Atienza, y luego pasó a los Mendoza incluido en el
estado de Jadraque, en su sesmo de Bornoba.
Su breve caserío muestra algunos buenos ejemplares de
arquitectura rural, realizados con abundante piedra y pizarra, aunque en los
últimos decenios, al recuperarse el pueblo, se han modificado muchas de sus
construcciones. De tal modo que ha perdido su carácter autóctono y antiguo. La
iglesia parroquial, con una espadaña leve a poniente, y el atrio cubierto e
mediodía, sólo posee de interesante una muy bella pila bautismal, cuya copa se
adorna con tallas que semejan lanzas, y en la cenefa aparecen arcos con rombos
tallados, obra todo ello del siglo XIII. No sé muy bien si estaba descrita
previamente, pero para mí ha sido todo un hallazgo ver por vez primera esta
pieza románica, de gran carácter y fina ejecución, que reproduzco junto a estas
líneas. El retablo que llena a medias la pared del fondo de la iglesia es
moderno, hecho después de la Guerra.
Los días 31 de agosto y 1 de septiembre se celebra la
fiesta del pueblo en honor de San Ramón Nonato, paseando su efigie en andas
sobre las que se coloca, incluso atados, a los niños pequeños del pueblo. Se
tiene a este santo por patrón de los niños, y se hacen en su honor sencillos
festejos.
Costumbres y tradiciones
Muchísimas costumbres se mantienen en este enclave
privilegiado de la Sierra del Alto Rey. En las fiestas, son tradicionales las
rondas de los mozos por las calles del pueblo, la rondalla local, con
guitarras, laúdes..., la romería al Santo Alto Rey (que también sirve como
práctica de Senderismo) que se realiza en el primer Sábado de Septiembre y a la
que acuden numerosos peregrinos de toda la comarca, y autoridades como el
obispo de Sigüenza, y donde entre otros actos se recitan poemas.
Tormenta en el Alto Rey
Un año en el Alto Rey
la historia nos acredita
que el cielo se encapotó
al inicio de la Misa
truenos y rayos quisieron
malograr la Eucaristía,
una centella cayó
y cobró dos tristes vidas,
un año en el Alto Rey
al inicio de la Misa
Habitantes de Albendiego
eran los que morirían,
de ese lugar de la sierra
subían de romería,
sin saber por donde entraba
cayó aquel rayo en la ermita
los fervientes que allí estaban
vieron la llama asesina.
Habitantes de Albendiego
subían de romería.
Pasado el primer momento
aterrados muchos se iban
y algunos más valerosos
a los graves atendían,
a los leves evacuaban
y curaban sus heridas
en una tarde de perros
de una oscuridad muy fría,
pasado el primer momento
a los graves atendían.
Quince fueron los heridos,
dos por siempre quedarían
sus recuerdos en el pico
de la bella serranía
unos eran de Bustares
otros de Hiendelaencina
alguno era de Pradena
lo dijo la prensa escrita,
quince fueron los heridos
de la bella serranía.
Donde ven unos milagros
otros ven solo energías
donde algunos ven el sino
otros solo sienten ira.
Uno de los fallecidos
a una niña sostenía
con su zurrón la salvó
de la descarga sufrida.
Donde ven unos milagros
otros solo sienten ira.
Esta historia deja claro
que cuando te llega el día
ni con quicio ni con santos
de morir nadie se libra.
No le demos ya más vueltas
a nuestras egolatrías
solo estamos de prestado
disfrutemos de la vida.
Esta historia deja claro
de morir nadie se libra.
CAPÍTULO IV
Hiendelaencina, historias y leyendas de un pueblo a la falda del Alto Rey,
conocido por Las Minas.
Infinitas estrellas en el cielo
vi desde el Alto Llano,
alumbraban silentes en la noche
a mi pueblo serrano.
Acaricia sus aguas el pantano
de fluir muy delicado,
con la jara la encina y el romero
de verde está pintado.
Su legado nos deja del pasado
las minas arruinadas,
la escombrera con lodo, arena y polvo
y el campo sin azadas.
En sus tierras antaño cultivadas
con los frutos crecían
ilusiones que el tiempo marchitó
y que subsistirían.
Por la sierra del Alto Rey surgían
bucólicos parajes,
de lugares ocultos que afloraban
de piedras y follajes.
De su historia nos quedan sus bagajes,
las minas con la encina
y su emblema y blasón así nos dice
que es Hiendelaencina.
Hiendelaencina
es un municipio de la provincia de Guadalajara, Comunidad Autónoma de
Castilla-La Mancha, España.
En
este municipio se encuentran las que fueron las minas de plata más importantes
de España en toda su historia. Actualmente se encuentran abandonadas, pero
suponen un gran patrimonio cultural, natural y geológico.
Hiendelaencina
está situado al pie de la sierra de Alto Rey y junto a un pequeño cañón del río
Bornova. En su entorno se extiende una gran variedad de vegetación, desde los
jarales hasta los grandes pinares. Se sitúa sobre un vulcanismo antiguo.
Algunas
construcciones de Hiendelaencina forman parte de la arquitectura negra,
caracterizada por el uso de la pizarra, un material muy abundante en la zona.
Fue
lugar de paso de El Cid, y queda reflejado en el trazado del "Camino del
Cid", en cuyo tramo tercero se encuentra Hiendelaencina.
Economía
Las minas de Plata de Hiendelaencina fueron las más importantes de España durante la segunda mitad del siglo XIX. Tuvieron una actividad intermitente al ritmo de los acontecimientos históricos, hasta que fueron cerradas definitivamente a principios del siglo XX por ser poco rentables. Los avatares de la historia hicieron que parte de las infraestructuras mineras, especialmente los metales de los raíles de ferrocarril, los hornos y las vagonetas fueran esquilmadas. Pero aún hoy quedan en pie diferentes restos mineros como los malacates de las minas o las torretas y vagonetas de la mina Santa Cecilia.
Actualmente Los pocos recursos económicos están repartidos en tres sectores
principalmente.
El
agropecuario, del que apenas existen 1500 cabezas de ganado lanar, más los
pequeños huertos que por regla general son para consumo propio.
El
industrial, basado principalmente en la construcción, con una
empresa de suministro de materiales de construcción y un par de
constructoras que dan servicio al pueblo y sus alrededores. Y el de
servicios con una carnicería y frutería a la antigua usanza de los
ultramarinos, una tahona con su panadería de renombre en la zona y
que regenta la tercera generación, cuatro casas o albergues rurales,
un disco pub (como lo llaman los modernos), aunque el Stiletto de
Domingo y Charo es un sitio donde nos juntamos gentes de todas las edades a
tomar unas bebidas departiendo un rato amigable, un mesón de
renombre y del cual más adelante se hablará con más extensión, el mesón Sabory y
el bar más antiguo del pueblo, regido por Andrés
y Merce… “la chica del Elías” que con su dulzura se deja
querer por todos.
Soneto a Merce la del Elías
Su dulzura y nobleza se viste y engalana
de bondad, de ternura, de presencia y de paz,
su creencia es pureza de ella fervor emana
dejando en su blancura la herencia de su faz.
de bondad, de ternura, de presencia y de paz,
su creencia es pureza de ella fervor emana
dejando en su blancura la herencia de su faz.
La fe le da certeza en la razón cristiana
exhibe donosura con dulzura fugaz,
hace con su franqueza estar siempre cercana
aunque con su cordura demuestra ser tenaz.
En la Plaza Mayor de este pueblo serrano
en invierno y verano verás todos los días,
haga fresco o calor, pasando el alto llano,
está ya veterano con penas y alegrías
el bar acreedor de un trato muy cercano,
pues lo rige no en vano, Merce la del Elías.
pues lo rige no en vano, Merce la del Elías.
También
hay una farmacia y un Centro de Salud de la Seguridad Social, el cual da
servicio al pueblo y sus alrededores. Hasta la actualidad ha contado con un
excelente servicio de urgencias, del que me temo se haga estragos, por parte
del organismo pertinente del que depende, con la excusa de la dichosa crisis,
pese a las muchas movilizaciones y esfuerzos habidos para conseguir que no sea
así.
Soneto a la Sierra Norte
Está en Guadalajara allá
orgullosa
la Sierra Norte, honesta,
digna, afable,
con sus costumbres y su gente
amable
entre ufana, cercana y
laboriosa.
La demanda no es nada
pretenciosa
al pedir la asistencia
razonable
a cualquier ciudadano
respetable
con crisis de salud
dificultosa.
En su ambición querrá no ver
cerrado
el servicio de urgencias que
es valía
y dignifica a quien lo ha
otorgado.
Solo en vuestra conciencia
quedaría.
Y entre ríos y montes el
legado
de la bella y hermosa Serranía.
de la bella y hermosa Serranía.
La
verdad, desde que comencé esta recopilación y confección de este libro ha
pasado un tiempo, y donde antes veíamos oscuridad ahora vemos algo de claridad,
pues el esfuerzo y lucha de los ciudadanos de estos pequeños pueblos, aunados
en el Centro de Salud de Hiendelaencina han dejado sus frutos, al obligar a la
Junta de Castilla La Mancha a dar marcha atrás a sus pretensiones de recortes
en la sanidad rural.
Mineros de dos Castillas,
de la Nueva ciudadanos
de la Vieja más que hermanos,
del Foro a setenta millas;
humildes gentes sencillas
habitantes de primera,
aunque no lo pareciera
para algunos inmorales,
queriendo arreglar sus males
con granos de ajena era.
Nunca seréis de tercera
ni porque así os consideren
los que por siempre prefieren
llenarse bien la cartera.
La igualdad es la manera
de saber si la justicia
es esa dama ficticia
con balanza y medio ciega,
que al ciudadano le niega
lo que a otros beneficia.
La voz contra la injusticia
se escucha en la serranía
hasta el Alto Rey se oía
el rumor de la noticia;
demostrando su pudicia
se alzará Hiendelaencina
del Alto Llano a la mina
de Diógenes al Bornova
de Bustares a la Toba
la comarca se amotina.
Resiste tú, numantina
tierra de piedras lunares
brillantes entre encinares,
como luna que ilumina
el lugar en que camina
las huellas de los ancestros,
la que hace que sean nuestros
sentimientos tan profundos
como los que son oriundos
de la tierra de estos estros.
Fiestas
Durante el año, en Hiendelaencina tienen lugar una
serie de eventos de interés turístico, religioso, económico o cultural.
Estos eventos son:
Feria del Ganado
Esta
localidad serrana celebra la tradicional Feria del Ganado junto con la edición
del Día del Pastor. Toda una jornada de actividades en torno al sector ganadero
y de apoyo al medio rural organizada por la Diputación Provincial de
Guadalajara, el Ayuntamiento de la localidad y la Junta de Comunidades de
Castilla-La Mancha todos los años allá por el mes de Junio ya durante casi tres
décadas.
En la feria suele haber para su exposición y venta ganado ovino ojalado, cabra blanca celtibérica, cabra negra serrana y razas ovinas y caprinas autóctonas de Guadalajara.
El programa suele incluir una visita guiada a las antiguas instalaciones de la mina de plata ‘Santa Catalina’ y conferencias relacionadas habitualmente con la minería, Además, suelen celebrarse talleres de minerales, demostraciones de bateo y exposiciones de artesanía realizada por la Asociación de Mujeres Mineras de Hiendelaencina; todo ello amenizado por la música de las dulzainas.
Fotografía de F. Catalá Roca
La última pastora
(Pedro Vacas Moreno)
Cuando la aurora despierta
va creciendo los candiles
de las cumbres de la sierra.
Se despiertan los cencerros
el rocío y los baldíos,
la pastora y los perros.
El rebaño andarío
va detrás de la pastora
hacia las cuestas del río.
Con su paso suave y lento
van despertando el camino
con sus tres perros canelos.
La pastora y sus ovejas
van calentando los cierzos
en las amanecidas bermejas.
Pastora ni joven ni vieja,
prisionera de silencios,
ni se lamenta ni queja.
Amiga de soledades,
de sus ovejas esclava,
sin tiempo de enamorarse.
El campo le dio templanza,
el tiempo sabiduría,
la naturaleza enseñanza.
En su mirada mil sueños
de noches y amaneceres
por los caminos sin dueño.
Guardado dentro del pecho
lleva en su alma de niña
sus nostalgias y sus sueños.
En su sencillez desnuda
en la intimidad del silencio,
y la complicidad de la luna.
En la hora de los sestiles
le traen en entresueños
sus recuerdos infantiles.
Sus juegos con tabas de hueso
sus collares de escaramujo
y coronas de cantueso.
Del Otero al Ocejón
conoce las gradaciones
de la luna y del sol.
Y las lluvias de estrellas
las noches de San Lorenzo
que caen sobre la tierra.
Y los vuelos de los buitres
con su escritura invisible,
haciendo mil garabatos
en el cuaderno del aire.
¿Fue espiga de trigo
en un campo de amapolas,
o amapolas entre los trigos?
El amor y compañía
de sus perros y ovejas
llenó toda su vida.
Pasión Viviente
El pueblo tiene una tercera seña de identidad: La
Pasión Viviente de Semana Santa, fue la primera que se representó en
Guadalajara, y una de las primeras de toda España que se realizó como una
representación teatral de la pasión de Cristo realizada por los habitantes
y amigos de Hiendelaencina.
Cada año se lleva a cabo la escenificación clásica de
la representación de la Pasión Viviente, basada en los últimos acontecimientos
de la vida de Cristo, compendiados en unos hechos que se reviven todos los
Viernes Santo en Hiendelaencina ya desde 1972 cuando el maestro (Don Abelardo)
y el párroco del pueblo (Don Bienvenido) en un principio con los alumnos y
jóvenes del pueblo, escenificaron por vez primera La Pasión y Muerte de
Jesucristo, acto que comienza cuando las campanadas de la Iglesia nos recuerdan
que son ya las doce del mediodía.
La Pasión Viviente tiene por protagonistas a casi
todos los habitantes del pueblo, volcados desde el principio en este
acontecimiento, que ya se ha convertido en una de las señas de identidad de
Hiendelaencina. El esfuerzo y el tesón de tantos años han sido premiados por
sus valores, con el reconocimiento oficial de su declaración como de Interés
Turístico Regional.
Autor: Alejandro Cardaba
Cerca
del monolito, que recuerda el descubrimiento de la primera mina de plata en
este pueblo, de tan notable pasado minero, comienza la escenificación con la
alegre entrada de Jesucristo en Jerusalén, a lomos de un borrico, entre
vítores, agitar de palmas y ramas de olivo. Prosigue la representación con La
Última Cena, la oración del Huerto de los Olivos, El Prendimiento, la presencia
ante Pilatos, ante Caifás, para continuar con la Flagelación, la Coronación,
las Cruces, el Cirineo, La Verónica, Las Santas Mujeres y la subida al
Calvario, donde en el camino encontramos a Judas Iscariote ahorcado.
Autor: Juan A. M.
La llegada al Gólgota, tiene lugar en las eras, en un montículo a las afueras del pueblo, donde también se representa La Crucifixión. Este pasaje, con las tres cruces alzadas en la cumbre del cerro es un momento de real belleza, donde los cuerpos semidesnudos recortados en el cielo, producen un escalofrío de sobrecogimiento.
El
posterior Descendimiento y la entrega del cuerpo de Jesús a su madre María,
embargan de emoción año tras año a los asistentes.
Autor: Alejandro Cardaba
El
silencio se oye en la montaña, con el fondo de su Majestad, el Alto Rey. Cada
mediodía de Viernes Santo en Hiendelaencina, la Pasión Viviente es escenificada
con ilusión por sus vecinos, haciendo posible para unos poder ofrecerse con
amor y respeto a las creencias y para otros seguir las tradiciones de un pueblo
de sentimientos profundos y emociones intensas. Una ocasión especial para
interiorizar y rememorar, al tiempo que se nos presta la bonita oportunidad de
descubrir y disfrutar de los singulares parajes de la tan poco conocida
serranía norte de Guadalajara.
Pasión viviente
(Pedro Vacas Moreno)
El pueblo se hizo pasión
pasión se hizo gente
gente se hizo palabra
palabra que se hizo viviente.
Viviente que se hizo luz
luz que se hizo noche
noche que se hizo camino
camino que se hizo lamento
lamento que se hizo suspiro.
Suspiro que se hizo viento
viento que se hizo beso
beso que se hizo sueño
sueño que se hizo rezo.
Rezo que se hizo silencio
silencio que se hizo eco
eco que se hizo verso
verso que se hizo palabra
palabra que se hizo deseo.
Deseo y sentimiento,
Sentimiento de un pueblo.
Escenificación de la Pasión Viviente
La escenificación del Vía Crucis o Pasión Viviente, se reparte en 17 actos, representados en dos escenarios principales.
Escenificación en La Plaza Mayor. Es donde comienza la puesta en escena de los participantes, saliendo desde la Calle Cecilio Oliver hasta la zona central de la Plaza Mayor, y es el lugar en que se desarrollan los siguientes actos:
1 ACTO - Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
¡Si al menos conocieras en este día el don de Dios! Ahora está oculto a tus ojos, pero días vendrán sobre ti en que te rodearán de trincheras tus enemigos y te cercarán por todas partes a ti y a los hijos que tienes dentro y no dejarán piedra por no haber conocido el tiempo de tu visitación.
2 ACTO - Última Cena.
(Sentados los trece frente a la mesa...)
JESÚS: -(Sereno mira a todos) -Ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la comeré más hasta su cumplimiento en el Reino de Dios
(Toma la Copa en la mano, y elevándola dice...)
-”Bendito seas, Señor Dios, que has creado el fruto de la vid”
(Bebe un poco, ofrece la copa a Pedro y demás apóstoles y dice:)
“Tomad y repetirlo entre vosotros. Pues os digo que ya no volveré a beber del fruto de la vida hasta que llegue al Reino de Dios”...
En verdad os digo que uno de vosotros me traicionará. En verdad os digo que más le valdría no haber nacido”
(Pedro pregunta por señas a Juan. -¿A quién se refiere?)
JUAN: -Señor, ¿quién es?
JESÚS: -Aquel para quien moje un bocado y se lo dé...
(Jesús dirigiéndose a Judas:)
“Lo que has de hacer hazlo pronto...”
(Judas se va)
JESÚS: -Ahora ha sido glorificado el Hijo del Hombre y Dios ha sido glorificado con Él...
“Os doy un mandamiento Nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. En esto conocerán que sois mis discípulos.”
“Todos os escandalizaréis esta noche de mí.”
“Porque está escrito: heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño...”
PEDRO: -Aunque todos se escandalicen, yo no me escandalizaré jamás.
(Jesús, con triste sonrisa y suave ironía, responde...)
JESÚS: -Antes que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces...
Pero deben cumplirse las Escrituras.
Que no se turben vuestros corazones. Si creéis en Dios, también creéis en mi. Yo soy el camino de la verdad y de la vida.
“Padre ha llegado el momento, Glorifica a tu hijo”
(Se levanta y se encamina hacia el Huerto de los Olivos...)
3 ACTO - Oración de Jesús en el Huerto y Prendimiento.
JESÚS: -Sentaos aquí mientras yo voy más allá y hago oración. Se acercan tiempos difíciles, es el momento de la verdad. Mi alma siente angustias mortales, la tristeza ahoga mis palabras. Cada instante de estos, supone para mí una eternidad. De todos modos sentaos aquí y velad conmigo.
(Ora)
Padre, si es posible aparte de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Padre, si es posible aparte de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
(Se dirige a los discípulos)
Es posible que no hayáis podido velar el tiempo necesario conmigo. Por lo que deberéis velar y orar para no caer en la tentación. Aunque el espíritu esté dispuesto, la carne es débil
(Ora)
Padre mío, si no puedes pasar este cáliz, sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.
Padre mío, si no puedes pasar este cáliz, sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.
JUDAS: - (Besándole, dice) -Salve, Rabí.
JESÚS: -¿Amigo, a qué vienes?
(Los judíos atan a Jesús)
- Como un ladrón habéis salido con palos y garrotes a prenderme: todos los días me sentaba con vosotros en el templo a enseñaros la palabra de Dios, y no me prendisteis
JUDIOS: -Porque no estábamos seguros de que eras un traidor, pero Judas no lo ha confirmado.
Te llevaremos a Caifás para que te juzgue
(Proceden a maltratarle)
4 ACTO - Juicio ante Caifás.
CAIFÁS: -Hemos estudiado minuciosamente el caso de Jesús de Nazaret y no hemos encontrado en él causa alguna para condenarle.
JUDIO 2: - Este ha dicho: “Yo puedo destruir el Templo de Dios y en tres días edificarlo”
CAIFÁS: -¿Nada respondes? ¿Qué dices a lo que estos testifican de ti? Te conjuro por Dios vivo. ¡Di si eres el Mesías, el hijo de Dios!
JESÚS: -Tú lo has dicho. Y os digo que algún día veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del poder de Dios y venir sobre las nubes del cielo.
CAIFÁS: -¡Ha blasfemado! ¡Qué necesidad tenemos de más testigos! Acabáis de oír su blasfemia. ¿¡Qué os parece!?
JUDIOS: -(Proceden a maltratarle, mientras gritan) -¡Reo de muerte!, ¡reo de muerte!
CAIFÁS: -Llevadlo a Pilatos y que lo Juzgue.
(Mientras Jesús está ante Caifás, Pedro y los demás discípulos se calientan en una lumbre junto a unas cuantas mujeres)
MUJER 1: -También tú andabas con Jesús el Galileo.
PEDRO: -(Extrañado responde) -No sé de que me hablas, mujer.
MUJER 2: -(Mirándole se acerca a él y le dice) -Yo creo que tú eres de los que andabas con ese hombre.
PEDRO: -(Con enfado responde) -¡Os lo repito, yo no conozco a ese hombre!
MUJER 3: -Se te nota en el habla, tú también eres de ellos.
PEDRO: -¿Queréis que os lo jure?, yo no tengo nada que ver con Él. Os lo repito por tercera vez.
(En ese Instante canta un gallo)
5 ACTO - Arrepentimiento de Judas.
JUDAS: -¡Esperad escucharme todos! ¡Tenéis que soltar a Jesús!
JUDIO 3: -Si hombre, en eso estamos pensando.
JUDAS: -Estoy convencido de que es un hombre bueno.
JUDIO 4: -Eso lo podías haber pensado antes.
JUDAS: - Perdón por mi equivocación.
JUDIO 5: -Ahora es demasiado tarde.
JUDAS: -Nunca es tarde para el arrepentimiento.
JUDIO 1: -Tú no estás arrepentido, nos estás engañando.
JUDAS: -Si, estoy convencido de que he pecado entregando sangre inocente.
JUDIO 2: -Nos dijiste que era un perturbador que movilizaba las masas
JUDAS: -Pero eso no es motivo suficiente para condenarlo a muerte.
JUDIO 3: -¿Quieres decir?, ¿que nos lo compra otra vez?
JUDAS: -Si, os lo doy todo el dinero que me disteis y cuanto tengo.
JUDIO 4: -De ninguna manera, por nada del mundo lo cambiaríamos.
JUDAS: -Jesús es la mejor persona del mundo.
JUDIO 5: -No trates de convencernos porque pierdes el tiempo
JUDAS: - Jesús es bueno... es bueno, es muy bueno
JUDIO 1: -No sabes lo que dices, estás loco. (Le dicen, apartándole de él)
6 ACTO - Jesús ante Pilato.
PILATO: -¿Qué acusación presentáis contra este hombre?
JUDIO 2: -Si este no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos.
PILATO: -Llevároslo y juzgarlo según vuestras leyes.
JUDIO 3: -No estamos autorizados para dar muerte a nadie.
PILATO: -¿Eres tú Rey de los judíos?
JESÚS: -¿Piensas eso por tu cuenta, o te lo han dicho otros de mi?
PILATO: -¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los Sumos Sacerdotes te han entregado a mí, ¿qué has hecho?
JESÚS: -Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia hubiera luchado para que no hubiera caído en mano de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
PILATO: -¿Entonces, tú eres rey?
JUDIOS: - Tú lo dices, soy rey. Para esto he nacido y para esto estoy en el mundo. Para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad. Escucha mi voz.
PILATO: -No encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre vosotros que por Pascua ponga un reo en libertad. Todos conocéis a Barrabas, podéis elegir la libertad de uno de los dos.
JUDIOS: -¡Suelta a Barrabas! ¡Suelta a Barrabas!
PILATO: -¿Ha este queréis que suelte?
JUDIOS: -Si, ¡suelta a Barrabas!
7 ACTO - Coronación y Flagelación
JUDIO 3: -Esperad, primero vamos a coronarle Rey.
JUDIO 4: -Bien, ¡vamos a coronarle Rey!
JUDIO 5: -Colocársela bien, a ver que tal le cae.
JUDIO 1: -Tiene buena figura con la corona.
JUDIO 2: -Aquí está el Rey de los Judíos.
JUDIO 3: -¡Ya tenemos Rey!
JUDIO 4: -Quítate esa túnica.
JUDIO 5: -A lo mejor le da vergüenza que se le vean las espaldas.
JUDIO 1: -No te preocupes, no nos escandalizaremos.
JUDIO 2: -Va a ser poco rato, aunque nosotros lo aprovecharemos bien. Las vas a pagar todas juntas.
JUDIO 3: -¡Soldados, acercaros con vuestros látigos!, vamos a ver si su padre le ayuda y le evita la paliza que le vamos a dar.
JUDIO 4: -¡Dale fuerte!, no le tengas duelo.
JUDIO 5: -Tiene buenas espaldas, ¡márcaselas bien!
JUDIO 1: -Qué, ¡te hacen daño!
JUDIO 2: -Se encoge como si tuviera frio, ¡dale más leña para que se caliente!
JUDIO 3: -¿Le dejamos ya?
JUDIO 4: -¿Le dejamos ya?
JUDIO 5: -Ha dicho que era Dios. Vamos a taparle los ojos y sacudirle, si adivina quien ha sido, entonces creeremos en él.
JUDIO 1: -Salve, Rey de los Judíos
8 ACTO - Juicio de Pilatos.
PILATO: -¿No tenéis compasión de este hombre?
JUDIOS: -¡Crucificarle, muerte!, ¡crucificarle!
PILATO: -¿A vuestro Rey voy a crucificar?
JUDIO 3: -No tenemos más Rey que el César.
PILATO: -¿De dónde eres tú?, (Silencio...) ¿A mí no me contesta?, ¿no sabes que tengo autoridad para soltarte o para condenarte?
JESÚS: -No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado desde lo alto, por ello el que me ha entregado a ti, tiene un pecado mayor.
PILATO: -Llevároslo y crucificarlo, pero yo no veo culpa alguna en él.
JUDIO 4: -Tenemos una ley y según dicha ley, debe morir, porque se ha declarado Hijo de Dios.
PILATO: -(Lavándose las manos, dice) -Soy inocente de la sangre de este hombre, vosotros sabréis.
JUDIO 5: -¡Que caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!
Aquí los actores desaparecen por un lateral de la Iglesia, el acceso derecho a la Plaza de Don Nicolás Martín dirigiéndose a la plazuela formada por la Calle Cecilio Oliver y la Calle Guadalajara donde los reos recogerán las cruces saliendo en comitiva junto a los soldados y judíos hacia la Plaza Mayor acompañados de la marcha Procesional.
9 ACTO -Primera Caída
JUDIO 1: -¿Ya no puedes?
JUDIO 1: -¿Ya no puedes?
JUDIO 2: -Pues no te queda poco camino hasta el calvario.
JUDIO 3: -Es que no quiere ser crucificado, ¡que se levante!
JUDIO 4: -La cruz no es tan pesada. Son dos maderos pequeños.
JUDIO 5: -Vamos a ayudarle y sigamos andando.
JUDIO 1: -No te hagas el perro, ¡vamos!
10 ACTO - Segunda Caída
JUDIO 4: -Tiene miedo, se cae porque tiene miedo.
JUDIO 5: -Cree que le vamos a perdonar.
JUDIO 1: -De otras salió victorioso, pero de esta no se escapa.
JUDIO 2: -No te ampara ni la caridad.
JUDIO 3: -Parecía valiente, pero creo que tiene poca fuerza.
JUDIO 4: -Venga, no perdamos el tiempo.
(Pepe Aljarilla recita unos versos)
No tengas pena Esperanza
Esperanza de los hombres,
Virgen y Madre de Dios,
Ese Hombre de la Cruz
no morirá para siempre,
Él vivirá en las estrellas,
en las arrugas del viejo,
en la sonrisa del niño,
en el agua del estanque,
en el tallo del clavel,
en el fruto del olivo.
No tengas pena Esperanza
que ese Hombre de la Cruz
no morirá para siempre
(Pepe Aljarilla canta una Saeta)
Poner flores en el suelo
porque Cristo va a pasar
cargado con una Cruz
y una corona de espinas
ceñida sobre sus sienes
le van a crucificar.
Silencio Pueblo Minero
11 ACTO - Encuentro con el cirineo.
JUDIO 5: -Parece muy cansado.
JUDIO 1: -Vamos a ayudarlo, que si no se nos queda en el camino.
JUDIO 2: -Mirad, ese hombre que parece muy fuerte puede ayudarle a llevar la cruz. Nos hará un buen trabajo.
JUDIO 3: -Si porque si no llega hasta el cerro, no disfrutaremos cuando esté colgado.
JUDIO 4: -¿De dónde eres tú?
CIRINEO: -De Cirene.
JUDIO 5: -Tú vas a ayudar a este hombre a llevar la cruz.
CIRINÉO: -Yo no tengo porqué ayudarle.
JUDIO 1: -¿No ves que no puede?
CIRINEO: -Si yo no le conozco.
JUDIO 2: -Es un malhechor
CIRINEO: -Pues si ha sido castigado por sus delitos, que la lleve él.
12 ACTO - Encuentro de Jesús con su madre.
VIRGEN MARÍA: -Hijo mío...
JUDIO 3: -¿Tú eres la madre de este blasfemo?
VIRGEN MARÍA: -Mi hijo no ha hecho nada malo.
JUDIO 4: -Tú hijo es un pecador. Lo hemos visto en casas de hombres de mala fama. Era amigo de muchos de estos y pecador como ellos.
JUDIO 5: -Si no fuera un pecador no le hubieran condenado a muerte.
VIRGEN MARÍA: -Todas sus obras han sido buenas. Él todo lo ha hecho bien.
JUDIO 1: -Esta es como todas las madres, sus hijos son los mejores del mundo y cuando los ven en apuros, los alaban y los ponen por las nubes
JUDIO 2: -Lo que quiere es que le soltemos.
VIRGEN MARÍA: -Calla. No me digas nada. Puedes hacerte daño al hablar.
JUDIO 3: -No habla, no. Si no vale.
VIRGEN MARÍA: -Por favor, permitirme que le limpie el sudor y la sangre que corre por sus mejillas. Por bondad, quiero estrecharle entre mis brazos, dejadme llegar hasta él
13 ACTO - Encuentro con La Verónica.
VERÓNICA: -¿Porqué, te hacen sufrir tanto?
JUDIO 4: -¿Esta es otra de tu familia?
JUDIO 5: -A lo mejor es una de esas amigas pecadoras que él tiene.
VERÓNICA: -¿No tenéis compasión de tanto sufrimiento? Su rostro está desfigurado, desencajado, ¿porqué no le perdonáis?
JUDIO 1: -¿Oís lo que dice esta mujer?, perdonar...
VERÓNICA: -¿Porqué, te callas? Di la verdad. Di que no has hecho daño a nadie. Di que tu vida ha sido ejemplar. Di que...
VERÓNICA: -Si, tengo que hablar, tengo que publicar a los cuatro vientos la atrocidad que están cometiendo con mi Señor. Si yo callara las piedras hablarían por mí. Nada ni nadie me podrá tapar la boca para defender la justicia, la bondad y la honradez de mi Señor. Estáis equivocados. Condenáis la inocencia.
Autor David Ramalleira
14 ACTO - Tercera caída
JUDIO 1: -Ten cuidado, parece que no miras por dónde vas.
JUDIO 2: -Tiene los pies de plomo, no los levanta.
JUDIO 3: -Venga si ya queda poco. Cuanto antes lleguemos, menos tiempo tendrás que llevar la cruz. El camino tienes que recorrerlo, así que hazlo pronto.
JUDIO 4: -¿Donde están tus amigos? Ahora te podrían echar una mano.
JUDIO 5: -Creo que nos vamos a ver mal aunque queda poco. Está muy agotado.
JUDIO 1: -No estéis con contemplaciones, darle una patada y que se levante.
JUDIO 2: -Si no, entre todos le ayudamos y ya está, vamos.
15 ACTO - Encuentro con las mujeres.
MUJER 1: -Como te han maltratado.
MUJER 2: -¿Tienes mucho dolor?
MUJER 3: -Todo tu cuerpo es un manantial de sangre. Por todas partes brota sangre a raudales ¿Cómo es posible aguantar tanto sufrimiento?
MUJER 4: -No tiene corazón Esto es inhumano.
JUDIO 5: -Han dado una orden y se cumplirá. Debe morir.
MUJER 1: -¿Te podemos ayudar en algo? ¿Que necesitas?
MUJER 2: -Todo lo que esté en nuestras manos pídenoslo. Estamos dispuestas a lo que sea necesario.
MUJER 3: -Eres muy bueno ¿Por qué te martirizan tanto?
MUJER 4: -Intentemos alzar la cruz.
JESÚS: -No lloréis por mi sufrimiento. Ocupaos de vosotras y de vuestros hijos. Ayudarles a ser educados, sinceros, respetuosos y obedientes. Inculcarles buenos sentimientos. Decidles que aborrezcan el pecado. La causa de mi dolor son vuestros propios pecados. Llorad por ellos, no lloréis por mí.
Escenificación en el montículo de las eras. En este entreacto se produce una pausa en la que se da paso al público concurrente para que suban al Calvario, en el camino desde la Plaza Mayor por la Calle Jardín, hasta el montículo de las Eras, los caminantes encontrarán a Judas colgado en un “olivo” y al llegar al “Monte Calvario” esperarán a la representación del resto de actos hasta su conclusión.
Autor Hel Martínez Photography
Autor Hel Martínez Photography
16 ACTO - Calvario.
JUDIO 5: -Por fin hemos llegado, yo creí que se nos quedaba por el camino.
JUDIO 1: -Deja la cruz y descansa.
JUDIO 2: -Pero no mucho rato, porque enseguida te colgaremos.
JUDIO 3: -Tenemos todo preparado, ¿vedad?
JUDIO 4: -Bueno, pues quítate esa túnica, si no puedes yo te ayudaré.
JUDIO 5: -¿Qué hacemos con ella?
JUDIO 1: -Eso, ¿qué hacemos?
JUDIO 2: -Vamos a cortar un pedazo para cada uno. Así tendremos un recuerdo de esta fiesta.
JUDIO 3: -Es muy buena, no la rompamos. Echemos a suerte a ver a quien le toca.
JUDIO 4: -Si eso es mejor, así la aprovecharemos.
JUDIO 5: -Bueno, comencemos sin perder más tiempo a clavare en la cruz.
JUDIO 1: -Tiéndete ha llegado el momento.
JUDIO 2: -A este le clavaremos, a esos dos atadles, ¿no os parece?
JUDIO 3: -Si, coged los martillos y clavos. Vamos clavadle deprisa, no sea que se escape.
JUDIO 4: -Te trataremos con delicadeza, no tengas miedo.
JUDIO 5: -Pon los músculos tensos. Así. Estírate.
JUDIO 1: -Qué, ¿te hacen mucho daño?
JUDIO 2: -Mirad, parece que la cruz está hecha a medida.
JUDIO 3: -Si la encargamos a propósito no hubiera resultado tan perfecta.
JUDIO 4: -Ya está, vamos a levantarlos.
JUDIO 5: -Vamos, a la cruz.
JUDIO 1: -Pesa mucho, se pegó buena vida.
JUDIO 2: -Asegurarle bien, que es de cuidado.
JUDIO 3: -A otros salvó, que se salve así mismo si es el Hijo de Dios.
JESÚS: -Padre, perdónales porque no saben lo que hacen.
JUDIO 4: -Mirad, llama a su padre.
LADRÓN MALO: -¿No eres tú el Cristo? Entonces sálvate a ti mismo y a nosotros.
LADRÓN BUENO: -¿Ni siquiera temes tú a Dios, tú que estás en el mismo suplicio? Nosotros recibimos lo merecido por nuestras obras, pero este nada malo hizo, Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino.
JESÚS: -Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso
Autor David Ramalleira
JESÚS: -Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
JESÚS: -Tengo sed.
JUDÍO5: -Toma, te sentará muy bien, está fresco.
JESÚS: -Tengo sed.
JUDÍO5: -Toma, te sentará muy bien, está fresco.
JESÚS: -Todo se ha cumplido.
JESÚS: -Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
SOLDADO: -Verdaderamente este hombre era justo.
17 ACTO - Descendimiento.
Autor Hel Martínez Photography
VIRGEN MARÍA:
¿Por qué lo has hecho así, mi vida? ¿Por qué me haces sufrir de esta manera? Te has empeñado y lo has conseguido. Tú has perdido la vida, yo he encontrado la soledad, la tristeza y el dolor. Ha sido hermoso morir por los hombres, lo acepto aunque sea con dolor. Hijo mío has terminado tu obra. Lo has dado todo, hasta la última gota de tu sangre. Todo tu proyecto cumplido. Ahora a esperar, a esperar nuevos odios, nuevas murmuraciones, calumnias, falta de sinceridad y honradez. A esperar nuevas crucifixiones
En este momento con el majestuoso escenario de fondo de la Sierra del Alto Rey tras el descendimiento y el lamento de María sosteniendo en sus brazos a Jesús yacente, termina La Pasión Viviente.
Semana Santa cautiva
Entre el Domingo de Ramos
y el de la Resurrección
conmemoran la pasión
y muerte por los romanos
de aquel que llamara hermanos
a los que le condenaron;
con su crimen instauraron
del patíbulo, señal,
aun siendo un hecho amoral
fe apostólica dejaron.
Por la Vía Dolorosa
del camino hacia la luz,
llevaba Cristo su Cruz
a la montaña escabrosa,
con una marcha tortuosa
tres veces cayó al suelo,
la mujer con su pañuelo
secó a su rostro el sudor
y el vero icono de amor
la dejó como consuelo.
Entre muy hondas saetas
con tambores y timbales
de pasos casi ancestrales
entre imágenes concretas,
fieles y algunos ascetas
recorren sus estaciones
catorce las oraciones
que otorgan la salvación,
cuando con la devoción
se piden absoluciones.
Semana Santa cautiva
Semana Santa ya arcana
la tradición hoy mundana
engalanada y altiva
saldrá con la comitiva
del paso corto y silente,
representación doliente
del Verbo crucificado.
Dicen que resucitado
nos absuelve sacramente.
Aun siendo rito y lamento
siempre si es santificada
es memoria acreditada
de aquel tremendo tormento,
y a la postre es alimento
de una fiesta ya pagana;
el asueto hará cercana
al resto de los mortales
purgando todos sus males,
la efemérides Cristiana.
¿Hasta qué punto es honroso
festejar dicho martirio?,
¿quién ha de encender el cirio
de un acontecer doloso,
del hecho tan doloroso
y de su infame maldad?
Pues aunque la humanidad
reflexione una semana,
sea creyente o arriana
celebrará esa crueldad.
y el de la Resurrección
conmemoran la pasión
y muerte por los romanos
de aquel que llamara hermanos
a los que le condenaron;
con su crimen instauraron
del patíbulo, señal,
aun siendo un hecho amoral
fe apostólica dejaron.
Por la Vía Dolorosa
del camino hacia la luz,
llevaba Cristo su Cruz
a la montaña escabrosa,
con una marcha tortuosa
tres veces cayó al suelo,
la mujer con su pañuelo
secó a su rostro el sudor
y el vero icono de amor
la dejó como consuelo.
Entre muy hondas saetas
con tambores y timbales
de pasos casi ancestrales
entre imágenes concretas,
fieles y algunos ascetas
recorren sus estaciones
catorce las oraciones
que otorgan la salvación,
cuando con la devoción
se piden absoluciones.
Semana Santa cautiva
Semana Santa ya arcana
la tradición hoy mundana
engalanada y altiva
saldrá con la comitiva
del paso corto y silente,
representación doliente
del Verbo crucificado.
Dicen que resucitado
nos absuelve sacramente.
Aun siendo rito y lamento
siempre si es santificada
es memoria acreditada
de aquel tremendo tormento,
y a la postre es alimento
de una fiesta ya pagana;
el asueto hará cercana
al resto de los mortales
purgando todos sus males,
la efemérides Cristiana.
¿Hasta qué punto es honroso
festejar dicho martirio?,
¿quién ha de encender el cirio
de un acontecer doloso,
del hecho tan doloroso
y de su infame maldad?
Pues aunque la humanidad
reflexione una semana,
sea creyente o arriana
celebrará esa crueldad.
Festividad
de Santa Cecilia, patrona del municipio
Todos los años alrededor del 22 de agosto se celebran las fiestas patronales, en las cuales y en los últimos años las peñas tienen un peso específico en la celebración y organización de eventos, concursos y demás formas de pasar unos días agradables.
Una vez más, las fiestas patronales
llegando están a su celebración,
charangas, peñas y demás rituales,
ya se disponen para la ocasión.
Estos días de encuentros tan cordiales
acrecientan la buena sensación
que dejan los momentos especiales
de juerga, convivencia y relación.
Mineros somos porque aquel legado
ensalza tan espléndido apellido,
idiosincrasia y rasgo del pasado.
Hagamos un festejo divertido,
por todos como siempre respetado
y por Santa Cecilia bendecido.
Las
fiestas comienzan habitualmente con una misa de celebración de la patrona de
Hiendelaencina, la presentación de las peñas, el saludo del Señor Alcalde y la
lectura del pregón por algún vecino o amigo del pueblo. Este año, en concreto,
(2012) tuve el honor de ser elegido pregonero, por lo que me atrevo a exponer
aquí las palabras que, salidas de mi boca con todo el cariño para mi pueblo, dieron
lugar a la apertura de las fiestas:
Señor Alcalde, autoridades, vecinos y amigos de
Hiendelaencina, es para mí un honor tener la responsabilidad de ser pregonero
de las Fiestas de 2012 de nuestro querido pueblo, por lo que dejo constancia de
mi agradecimiento ante vosotros por tal distinción.
En primer lugar quiero dedicar un sentido recuerdo, a
aquellos que nos dejaron en el transcurrir de este periodo de tiempo.
Los seres humanos tenemos la necesidad de buscar y por
tanto hallar en todos los ámbitos de la vida, similitudes y diferencias, por lo
que una de las formas más habituales de demostrar las afinidades a un mismo
lugar, es la celebración de la fiesta patronal, justificadora de reuniones de
engalanada armonía, que motivan unos días de encuentro entre los que siempre
estáis aquí, con los que venimos ocasional o asiduamente a quitarnos el estrés
de la ciudad.
El sentimiento minero de nativos, descendientes o foráneos
que un día llegaron y se impregnaron de la historia y belleza de nuestro
pueblo, se nota tanto en el quehacer diario de este pequeño municipio de la
Sierra Norte de Guadalajara, como en el orgullo que ponemos al proclamar a los
cuatro vientos por unos y otros cofines, los dones del lugar.
Tal distinción, se podría resumir en tres estrofas que
adaptadas para la ocasión dicen:
En un rincón de Castilla
junto a unas ruinas yertas
cerca de una cumbre altiva
y al pie de esta sierra esbelta,
entre el Ocejón y el Otero
aquí mi pueblo se encuentra,
en otros tiempos testigo
de la actividad minera
con la emigración se fue
el cultivo de la tierra.
Allende en la encina está
en la meseta ancha alzado
formándose con el cauce
barrancos accidentados
del Bornova y su caudal
otrora tiempo olvidado,
sus corrientes hechizadas
con sus aguas moldearon
la mies y electricidad
su descender hoy pausado.
Hiendelaencina es su nombre
su apodo es muy elegante
por Las Minas le conocen
forasteros y habitantes,
su fiesta la celebramos
como algo significante
porque los mineros somos
ciudadanos muy amantes
de portar en nuestra fiesta
la esencia como estandarte.
Esencia
de nuestra idiosincrasia expresada en esta ocasión en forma de celebración y
estandarte de las costumbres heredadas de nuestros ancestros.
A
través de generaciones, todos y cada uno de nosotros hemos mantenido de una u
otra forma esas tradiciones, costumbres y formas de ver y vivir la vida,
recordadas en ocasiones como las más tiernas, más tristes o más lúdicas y que
guardamos en nuestras memorias y en nuestros corazones.
Ya
lejanas, llegan hasta mi reminiscencias de aquella infancia transcurrida
felizmente con mis abuelos, guardianes de la esperanza de unos padres alejados
por las circunstancias, de aquellos días de paseo colegial por las escombreras,
junto al anciano y entrañable maestro Don Desiderio o aquellas fiestas donde en
la plaza, entre el bar del Elías y el de Santos, se colocaba la orquesta y al
son de pasodobles, desde nuestras diminutas perspectivas, con mis coetáneos
compañeros de correrías veíamos a los vecinos marcarse aquellos repetitivos
pasos, los hombres con sus impolutas camisas blancas, pantalones nuevos de pana
y sus abarcas de los domingos y las damas con sus bonitos vestidos de fiesta o
faldas de tablas.
En
mi juventud y ya reagrupada la familia, recuerdo con placer las fiestas de los
años setenta, precursoras de la etapa actual de peñas, donde por grupos nos
perdíamos por Los Prados, El Asiento del Cura o La Peña de la Visera, con
nuestra limonada adulterada con gotas de etílicos caldos.
Aquello
ya es pasado y el presente es el futuro que entonces esperábamos, disfrutándolo
como el primero de los veranos que se pierden en nuestras memorias, unas más
cercanas que otras, en definitiva, recuerdos de las raíces que nos aferran a
esta generosa, sufrida y amada tierra.
Como
Baltasar Gracian dijo, “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”, si no cumpliese
la primera premisa, al menos si quisiera no haber sobrepasado en exceso la
segunda, por lo que agradeciendo vuestra paciencia, os deseo que tengáis unas
muy felices fiestas y os invito a decir conmigo:
¡Viva
Santa Cecilia!
¡Viva
Hiendelaencina!
¡Vivan
Los Mineros!
En
el calendario católico se marca el día de Santa Cecilia el 22 de Noviembre, los
vecinos celebran su día con una misa en su honor y una hoguera nocturna.
En la plaza alumbrando está la hoguera
a la oscura, cerrada y fría noche
y el alba dejará por fin su broche
con cenizas y ascuas de madera.
La mañana aguardando sola espera
que el fuego purifique con derroche
el amor que florece a troche y moche
como estrellas fugaces en la era.
Su laúd nos dejó la melodía
del acorde entonado por la musa
y honrosos festejamos este día.
Su figura alegórica inconclusa
se erige de patrona y de vigía
a
los pies de esta sierra tan difusa.
Historias
y leyendas de Las Minas.
Como
todo pueblo que se precie, Hiendelaencina tiene sus historias y sus leyendas
unas con más y otras con menos partes de veracidad, y con la misma particularidad
que todas ellas, tiene el vínculo común de la transmisión oral de sus historias,
algunas ya irremediablemente perdidas, otras que aún perduran en mentes que
desgraciadamente el silencio producido por la degradación y el paso del tiempo
no permite que tengamos sus testimonios y otras que han quedado escritas y que
por suerte podemos disfrutar de ellas.
A
continuación se exponen algunas formas y modos de contar unas historias según
el autor correspondiente, pero con un nexo común, las minas.
HIENDELAENCINA
Y SUS MINAS DE PLATA
Del
libro del mismo nombre de Abelardo Gismera
La
historia de Hiendelaencina
Sobre
la oscura planicie que bordea los hondos barrancos del Bornova y sus
microscópicos afluentes, con los picos de la sierra encima, y la silueta de las
viejas casas de pizarra contrastadas con las medio derrumbadas chimeneas de los
complejos mineros, se alza hoy Hiendelaencina, que tiene en todo caso siglos de
antigüedad, porque perteneció en su origen al Común de Villa y Tierra de
Atienza, rigiéndose por su Fuero. En 1269 aparece citada en documentos como
Loin del Encina (más tarde será nombrada Allende la Encina), y quedando luego
adscrita al Común de Villa y Tierra de Jadraque, en su sesmo del Bornova. Con
él pasó a propiedad y señorío de don Gómez Carrillo, en 1434, por donación que
de toda esta tierra hizo el rey don Juan II y su esposa a este magnate
castellano al casar con doña María de Castilla. Como el resto de la tierra
jadraqueña, Hiendelaencina pasó a poder del cardenal Mendoza, éste instituyó
mayorazgo con el título de conde del Cid para su hijo Rodrigo, por cuya vía
vino a quedar, mediado el siglo XVI, en poder de los duques del Infantado, hasta
el siglo XIX.
Fue en esta centuria cuando la villa conoció el inicio y apogeo de toda su prosperidad, al ponerse en explotación a gran escala las minas de plata que por su término se distribuyen, y que ya eran conocidas desde la época de la dominación romana. Faltas de una utilización y trabajo oportuno, habían quedado muchos filones sin ser nunca aprovechados. La perspicacia y afán emprendedor de un navarro, don Pedro Esteban Gorriz, hizo que éste “descubriera” en 1844 el filón de Canto Blanco, creando una sociedad para su explotación, e iniciando ese mismo año la extracción del mineral en la llamada Mina Santa Cecilia. Es curiosa la relación de los siete valientes que forman esta sociedad, porque está formada por gentes de muy variada condición y procedencia, unidos solamente por la fe en eso que estaba tan de moda en el siglo XIX: el progreso.
Fue en esta centuria cuando la villa conoció el inicio y apogeo de toda su prosperidad, al ponerse en explotación a gran escala las minas de plata que por su término se distribuyen, y que ya eran conocidas desde la época de la dominación romana. Faltas de una utilización y trabajo oportuno, habían quedado muchos filones sin ser nunca aprovechados. La perspicacia y afán emprendedor de un navarro, don Pedro Esteban Gorriz, hizo que éste “descubriera” en 1844 el filón de Canto Blanco, creando una sociedad para su explotación, e iniciando ese mismo año la extracción del mineral en la llamada Mina Santa Cecilia. Es curiosa la relación de los siete valientes que forman esta sociedad, porque está formada por gentes de muy variada condición y procedencia, unidos solamente por la fe en eso que estaba tan de moda en el siglo XIX: el progreso.
El
9 de agosto de 1844 quedó constituida esta primera sociedad explotadora,
formada por: don Pedro Esteban Gorriz, agrimensor oficial desde 1840 por varios
pueblos de la provincia de Guadalajara, hombre muy aficionado a la minería, y
dedicado con pasión al estudio de los suelos y sus propiedades; Francisco
Salván, murciano, que trabajaba en Sigüenza como empleado de Rentas Estacadas;
Ignacio Contreras, natural de Torremocha del Campo donde se ocupaba del
tradicional pluriempleo de ser sacristán y maestro de primeras letras; Galo
Vallejo, cura párroco de Ledanca; Eugenio Pardo y Adán, sacristán de
Bujarrabal, y contador oficial en la catedral de Sigüenza; Francisco Cabrerizo,
leonés, empleado en la cárcel de Valladolid, y Antonio Orfila, mallorquín,
administrador en Guadalajara de los duques del Infantado, buen conocedor
también del terreno y hermano del famoso Mateo Orfila, catedrático de química
en París y autor de numerosos tratados científicos, a quien fueron enviadas las
primeras muestras del mineral extraído, y que, al contestar afirmativamente
respecto a su riqueza, dio el espaldarazo definitivo a tan magna empresa.
El patrimonio minero
Si hay pueblos de Guadalajara que tienen un patrimonio románico que les hace
destacar entre todos (Pinilla, Albendiego, Carabias…) o un patrimonio
renacentista que les lleva a todos los capítulos que tratan de ese tema (Cogollado,
Mondéjar…) el patrimonio de Hiendelaencina es el minero, por supuesto.
Para el viajero de hoy no dirá nada su iglesia parroquial moderna y sin arte, o el conjunto de calles y plazas que muy bien arregladas permiten a sus habitantes vivir a gusto, pero perdido ya el aire que tenían en tiempos pasados. Aún se ven algunas casas o, sobre todo, algunas tinadas y corrales viejos construidos al serrano modo, con sus muros de gneis y sus tejados de pizarra. El auténtico patrimonio de Hiendelaencina, a medio hundir y desaparecer, pero testigo aún de su pasado glorioso, son los edificios de sus minas, que se reparten por el término, y que este libro de Gismera Angona rescata, organiza, explica y ofrece en su dimensión auténtica. Valgan las siguientes líneas como memoria apretada de los mejor del conjunto.
Porque de todo ello es sin duda la fábrica de La Constante uno de los elementos claves de esta zona minera.
Para el viajero de hoy no dirá nada su iglesia parroquial moderna y sin arte, o el conjunto de calles y plazas que muy bien arregladas permiten a sus habitantes vivir a gusto, pero perdido ya el aire que tenían en tiempos pasados. Aún se ven algunas casas o, sobre todo, algunas tinadas y corrales viejos construidos al serrano modo, con sus muros de gneis y sus tejados de pizarra. El auténtico patrimonio de Hiendelaencina, a medio hundir y desaparecer, pero testigo aún de su pasado glorioso, son los edificios de sus minas, que se reparten por el término, y que este libro de Gismera Angona rescata, organiza, explica y ofrece en su dimensión auténtica. Valgan las siguientes líneas como memoria apretada de los mejor del conjunto.
Porque de todo ello es sin duda la fábrica de La Constante uno de los elementos claves de esta zona minera.
Autor: J. Alonso
Surge a raíz de la llegada, en 1845, de los ingleses a
Hiendelaencina. Durante 30 años, y hasta 1877, es la empresa del señor Pórtland
y su compañía quienes se dedican, con los mejores aparatos y elementos técnicos
de la época, a extraer y depurar la plata que sale de la tierra. Se calcula que
en solamente entre 1854, recién abierto el conjunto, y 1859, se obtuvieron
500.000 quintales de plata por un valor de unos cinco millones de reales. Se
creó la Sociedad “La Bella Raquel” y a la fábrica le denominaron “La
Constante”, elevando una serie de edificios junto al río Bornova, en la cara
sur de la sierra del Alto Rey, en término de Gascueña, y dotando al lugar de
todas las comodidades imaginables para la época. Con los años llegó a ser una
gran factoría con amplias naves y altas chimeneas, instalando más tarde dos
máquinas de vapor. En 1868 la Sociedad “La Bella Raquel” compró otras minas del
conjunto: Santa Catalina, Perla, Tempestad, y más tarde Unión, Verdad de los
Artistas, Suerte y San Carlos. Todo se vió paralizado, por agotamiento de los
filones, hacia 1877 en que la Sociedad prácticamente abandonó “La Constante”,
levantando casi todas las instalaciones siendo finalmente vendida a muy bajo
precio a los siguientes propietarios y explotadores, los señores Bontoux y
Rotschild, que la mantuvieron, a pesar de los problemas de la primera Guerra
Mundial, en funcionamiento hasta 1926. Fue adquirida luego por un segoviano,
Gregorio Lobo, que arregló una parte para vivienda y planto chopos junto al
río, pero luego todo quedó abandonado y aquellos no es hoy más que un montón de
evocadoras ruinas. Como todo el resto de bocas de mina, fábricas e ingenios
productivos.
APORTE Y TESTIMONIO DE JOAQUIN LATOVA
Reportage de "la nueva alcarrea.com"
Reportage de "la nueva alcarrea.com"
En
1880 Hiendelaencina competía en número de habitantes (4068) con la capital
provincial. El pueblo entero era el hervidero de la actividad que demandaban
sus 30 minas de plata abiertas. La depreciación de este metal precioso y el
agotamiento de las mejores vetas hacen inviable su explotación en la
actualidad. Sin embargo, el Ayuntamiento tiene en mente recuperarlas como
activo turístico mediante un ambicioso proyecto planteado en tres fases que ya
están en marcha.
Joaquín
Latova es un jubilado del sector químico que vive a caballo entre
Hiendelaencina y Madrid. Además de ser su patria chica, a Joaquín también le
une un vínculo profesional con la localidad serrana. Es copropietario de la
casa rural “El Fielato”.
Pese
a lo que pueda parecer por cercanía geográfica, su apellido no procede de La
Toba. “Mi abuelo era industrial. Fue dueño de las salinas de Rienda, muy
cercanas a las más conocidas de Imón, que era su pueblo natal”, dice. También
su padre llegó a ser un hombre muy popular. Fue el farmacéutico de Las Minas
durante más de 50 años. Junto a Nicolás Martín, médico al que su pueblo le ha
dedicado un busto en la Plaza de la Iglesia, formó un tándem profesional de
reconocido prestigio en la comarca.
Joaquín
vino al mundo en Madrid de una forma casual, “porque mi familia vivió siempre
en Las Minas”. Según avanza la conversación con él, queda claro que, por lejos
que haya llegado -ha trabajado en el departamento de extracciones en Repsol-,
su referente vital lo tiene en Hiendelaencina. La casa rural El Fielato, que
regenta, junto a su esposa, es un magnífico exponente de la Arquitectura Negra.
Sus materiales y su estética son respetuosos con el entorno. El protagonismo
estético es para la pizarra y la madera en el exterior, y para la calidez y
confort en el interior.
El
turismo rural eclosionó en Guadalajara hace siete años. Antes había una oferta
muy limitada de alquiler de habitaciones en las casas de pueblo. Era una
fórmula tan romántica como poco favorecedora de la intimidad”, explica Joaquín.
Gracias a la demanda creciente, los emprendedores construyeron en nuestra
provincia los primeros establecimientos independientes. Tuvieron un éxito inmediato.
“Había mucha demanda y poca oferta. A la gente le encantaba este turismo
diferente, o complementario, al de playa, catedral y ciudades. Poco a poco la
oferta igualó a la demanda. En los últimos años la crisis ha acentuado el
descenso de las visitas. El turismo no es una primera necesidad. Cuando la
economía doméstica no es boyante, es uno de los primeros gastos de los que
prescinden las familias”, opina Latova.
Los
inquilinos de las casas rurales proceden mayoritariamente de Madrid. Otro
porcentaje significativo, llega desde el Corredor del Henares. “La nuestra es
su sierra natural, es la que tiene mejor acceso para ellos”, dice. Y luego hay
casos puntuales: “También llegan turistas de Levante que huyen de sus arenas
masificadas en verano o que quieren ver la nieve por primera vez en invierno”.
La tipología de cliente es siempre muy similar: matrimonio con hijos, parejas o
grupo de amigos.
Las
minas de plata de Hiendelaencina Lo que más gusta a los visitantes de
Hiendelaencina es la tranquilidad. La casa está localizada en una placita muy
coqueta, espaciosa pero sin ruidos, ni siquiera en el fin de semana.
Pero,
¿por qué a Hiendelaencina le llaman también Las Minas? .Joaquín relata con
absoluta propiedad la vieja historia de los yacimientos de plata y de los más
de 360 pozos y 30 minas que se han explotado en el pueblo. “Nuestro pasado
minero despierta, por insólito, la curiosidad del visitante”, explica. No puede
ser de otra manera. A finales del siglo XIX, la localidad competía en número de
habitantes, más de 5000, con la capital provincial, y era un hervidero de
actividad subterránea que tenía su fiel reflejo en la superficie.
Fue
exactamente un día 2 de junio de 1844 cuando la aldea negra de la sierra
guadalajareña se transformó en una ciudad minera, que llegaría a ser sede
social de numerosas sociedades anónimas.
Un
agrimensor de nombre Pedro Esteban Góriz atravesaba el paraje local de
Cantoblanco, camino de Atienza. Unos brillos especiales en las piedras llamaron
su atención. Regresó a Madrid con una muestra en el bolsillo que mandó analizar
a un familiar.
El
análisis reveló que las rocas contenían elevadas dosis de sulfuros de plata.
Espoleado por el descubrimiento, hizo lo que entonces se conocía como una
denuncia del terreno, o una reserva para profundizar en él y comprobar si había
o no mineral que extraer. Y así fue como, junto con otros dos socios, creó una
primera sociedad para la explotación de la primera mina de Hiendelaencina.
Atraídos
por el color de la plata, fueron llegando cientos de aventureros en busca de
fortuna. Hiendelaencina creció exponencialmente. Hubo que construir un pueblo
nuevo al margen del viejo y oscuro pueblo de pizarra.
Esta
es la razón de su urbanismo cuidado, de sus calles y plazas amplias y de su
enorme iglesia. En pocos años cientos de buscavidas abrieron cientos de pozos y
decenas de minas que seguían las mejores vetas del metal precioso. Las que
tenían éxito, se convertían inmediatamente en sociedades anónimas cuyas
acciones cotizaban en bolsa. Hubo inversores de la época que hicieron
auténticas fortunas con la plata de Hiendelaencina. Otros se arruinaron. Las
fallas caprichosas acaban con las vetas de metal puro cuando querían, sin que
la tecnología de entonces pudiera hacer nada por predecirlo. La extracción
mineral se mantuvo a gran escala hasta finales del siglo XIX. Después quedó una
actividad residual. “La mina de Santa Teresa estuvo activa hasta poco antes de
la Guerra Civil”, informa Latova.
De
las entrañas de Hiendelaencina salieron miles de toneladas de plata pura. El
mineral que veía la luz era transportado a la fábrica de La Constante,
construida en tiempo récord a unos cientos de metros del área de extracción, al
lado del río Bornova. Allí se fundía el mineral que tenía la suficiente ley, es
decir, una proporción adecuada del metal preciado con respecto a otros
elementos. A su vera se construyó una mini-ciudad independiente que fue fundada
por ingleses. “Ellos eran quienes tenían la tecnología para hacerlo”, explica
Joaquín. En La Constante llegaron a vivir medio millar de británicos. Hubo una
escuela y un hospital de aquella nacionalidad. La plata, fundida y transformada
en lingotes en La Constante, era transportada en carros custodiados por
guardias de asalto armados hasta los dientes con dirección a la Fábrica
Nacional de la Moneda de Madrid.
Ahora
que Hiendelaencina tiene 150 habitantes, se percibe claramente que su urbanismo
está pensado para mucha más población. Las empresas mineras habilitaron casas
para sus trabajadores, que las ocupaban según llegaban. Hubo un segundo
hospital en el pueblo, en este caso nacional, y un casino de juego.
Cuenta
la leyenda que todas las noches había reyertas, algunas con muertos, por deudas
de juego o disputas del trago. “El tópico dice que el minero gasta con una mano
el dinero que gana con la otra”. Muchos pastores y labradores cambiaron la
agricultura por un oficio mucho mejor remunerado. Era duro. Pero no más que el
campo. El último minero de Hiendelaencina murió en 2009. Se llamaba Félix
Vacas.
Pese
a las similitudes míticas con el Far West, “no del todo desencaminadas”, afirma
Latova, las explotaciones estuvieron siempre bien reguladas jurídicamente.
Tenían responsables, ingenieros y sus sistemas de seguridad. Inicialmente la extracción
era completamente manual, a pico y pala. La introducción de la máquina de vapor
ahorró muchos esfuerzos en la excavación. Las minas más modernas, como la de La
Teresa, ya se aprovecharon de la energía eléctrica. Los ingenieros fabricaron
casas de máquinas, alimentadas por pequeñas centrales hidráulicas para mover
los mecanismos de extracción y producción.
La
actividad de las minas quedó reducida a la explotación, en una segunda etapa,
de las enormes escombreras de mineral que quedaban acumuladas al pie de las
minas y que fueron desechadas siguiendo las vetas más puras del metal.
Con
el perfeccionamiento de la técnica, y sin perforar nada, estas escombreras
dieron hacia el año 1970 un buen beneficio. ¿Sería rentable hoy la explotación
de las Minas? La gran pregunta es si todavía queda algo de mineral en las
entrañas de Hiendelaencina.
El
Instituto Geológico Minero de España ha practicado muchas catas sobre el
terreno. “Tienen una radiografía muy aproximada de lo que puede haber en el
subsuelo, pero en realidad, hoy día, el precio de la plata, que no tiene que
ver con el de otros metales preciosos o de valor industrial, no permitiría una
explotación minera”. Precisamente la depreciación de la plata y el agotamiento
de las mejores vetas de material fueron las razones de la paralización
progresiva del negocio, hace ahora un siglo.
“La
extracción dejó de ser rentable. La ley del mineral era cada vez peor. Sin
embargo, nuestra tierra sigue siendo un área muy interesante desde el punto de
vista geológico. Hay muchas tesis doctorales de la Universidad de Lovaina
(Bélgica) hechas aquí”, Explica Joaquín.
Todo
este pasado legendario y multicultural ha dejado huella en el carácter
hiendelaencinero. Muchos de los mineros que llegaron de todas partes de España,
se quedaron después de que acabó la explotación. “Por eso la gente de este
pueblo es muy abierta, más que la del entorno. Nos a quedado el poso del
cosmopolitismo”, opina. Herencia de su pasado esplendoroso son también los
servicios de los que disfruta el pueblo, capital de su comarca serrana. Entre
ellos han prosperado y se han afamado en la comarca algunos restaurantes como
el mesón Sabory el cual se ha hecho merecedor de una reconocida fama por la
calidad del asado de cabrito; una vez degustado tranquilamente puedes retar a
Julián a una partida de mus, seguro que gustosamente recogerá el guante.
El arte del engaño
y el despiste al contrario,
es requisito
indispensable para todo aquel
que quiera
dedicarse a este juego de mesa.
Por lo que los
adjetivos utilizados en estos versos
son dedicados a alagar al buen jugador de mus.
son dedicados a alagar al buen jugador de mus.
Soneto a Sabory
En la plaza Mayor de un pueblo de la sierra
la partida echa al mus en siesta y con calor
en sombreada mesa; trolero y charlador,
envida a grande tres y cuatro a pares cierra.
Sin mínimo rubor en la diatriba encierra
su jugada maestra, con cuento bullidor
y gracia zalamera deja al postre postor,
pasa, otro mete dos y el órdago no hierra.
Le gusta quitar mano, aunque no tenga ley,
sabe cómo abusar y cómo usar paciencia
y si las cartas no entran, corta con solo un rey.
Buen jugador de mus, de mentira hace esencia
y mientras ara con uno u otro buey,
derrocha dualidad y oculta inteligencia.
Y dice la sentencia:
En la guerra, en política y jugando a las cartas,
de envidar y engañar, ni te cansas ni te hartas.
Partida de mus, por Ernest Descals
¿Qué
se puede hacer con las minas, hoy?
A
pesar de que su explotación como yacimientos ya no sería rentable, las minas
aún pueden enriquecer a Hiendelaencina. El Ayuntamiento ha diseñado un
proyecto, ejecutable en tres fases, para recuperarlas como activo económico.
Con la ayuda de Junta de Comunidades y de la Diputación de Guadalajara, entre
otras instituciones, el Consistorio concluyó la construcción del Museo de la
Plata. “Tenemos comprometidas varias ayudas, entre ellas una de ADEL Sierra
Norte, por la cual se subvencionará la instalación de los audiovisuales del
Museo”, explica Joaquín. El edificio, también de estética muy cuidada, se
convertirá en un centro de interpretación de la minería. Junto al de Almadén
serán los dos únicos de este estilo en Castilla La Mancha. “Además de en
Hiendelaencina, también se extrajo mineral en otros pueblos cercanos como en
Zarzuela de Jadraque o Robledo de Corpes. En La Nava de Jadraque hubo minas de
oro. Toda nuestra cuenca minera tendrá su reflejo en los fondos del Museo”,
explica Joaquín. Esta primera etapa del plan es prácticamente una realidad.
En
una segunda fase, el Ayuntamiento pretende hacer visitable en profundidad la
mina de La Catalina. El último intento de explotarla lo llevó a cabo una
empresa murciana en los años 80. Por lo tanto, parte de su edificación y
tunelación son del siglo XX. En teoría, y con una inversión de recursos no
demasiado grande, podría quedar visitable. “Este paso será sin duda el más
costoso, pero ya sabemos por dónde empezar. El 9 de marzo de 2011 fue
presentado en Sigüenza el Plan de Zona de la Sierra Norte de Guadalajara, que
surge de la aplicación del Programa de Desarrollo Rural Sostenible en Castilla
– La Mancha 2010-2014. Dentro de las actuaciones aprobadas figuraba “La
recuperación del entorno y adecuación del interior de las Minas de Plata de
Hiendelaencina con fines turísticos”, con un presupuesto de 1.525.000 €. En la
actualidad queda pendiente la firma del convenio entre la Junta de Comunidades
y el Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, para hacerlo
efectivo. No obstante, hemos contactado ya con HUNOSA, una empresa asturiana
con amplia experiencia en la materia, para empezar el proyecto”, termina
Latova.
La
tercera y última etapa crearía rutas mixtas señalizadas de naturaleza y
minería. Al menos una de ellas llegará hasta el río para mostrar a los turistas
la maquinaria hidráulica que ayudó a las excavaciones. Los hiendelaencineros ya
se han marcado unos plazos.
Pleito
entre la sociedad minera Riqueza y la empresa minera Relámpago
En
aquellos días no era de extrañar que surgiesen diferencias entre las compañías
propietarias de las minas.
Generalmente
las minas, se registraban, individualmente, los costes de explotación eran muy
grandes por lo que para poder paliar gastos tan costosos sobre todo en los
inicios de las explotaciones, surgían las compañías explotadoras de minas, que
a la postre en vez de sumar esfuerzos en común terminaban mirando solo y
exclusivamente cada mina su propio interés pues en el reparto de tierras
colindantes siempre había una vara más corta o algún mojón movido.
Según
la ley vigente en el momento, las concesiones tenían que ser rectangulares y de
unas determinadas dimensiones, pues bien, los espacios entre varias minas que
quedaban de esta distribución era lo que ocasionaban tales problemas.
Las
compañías de las minas limítrofes a estos espacios, sin dueño, se querían
repartir las distintas tierras, que normalmente eran las
propietarias
de las minas colindantes a los espacios referidos.
Existían
normas para hacerlo, normas complejas, que escapan a este escrito. Cuando no se
estaba de acuerdo con ellas, se acudía a los tribunales, ya que demandante y
demandado creían que tenían razones ambos, por lo que debían ser los tribunales
de justicia quienes determinasen la adjudicación de los mismos.
La
cuestión de este pleito en concreto se inicio entre la compañía propietaria de
las minas Verdad de los Artistas y Riqueza como demandantes y la Mina Relámpago
como demandada.
Litigando
por una superficie comprendida entre las minas Suerte, Verdad, Riqueza y
Relámpago
Empiezan
las reclamaciones el 16 de abril de 1852 y después de un largo camino termina
el tres de septiembre de 1857.
Un
periodo relativamente largo teniendo en cuenta las grandes pérdidas que podía
suponer la no explotación de estos terrenos.
Hubo
otro tipo de pleitos, pensemos que las minas tenían profundidad, y estaban
abiertas sobre un prisma de base rectangular, por lo que los límites entre una
y su vecina a veces generaban conflictos, que se dilucidaban en los juzgados.
En
honor a la verdad las compañías se llevaban bien, colaborando entre ellas.
Las
diferencias entre obreros y compañías estaban igualmente a la orden del día y
generalmente por motivos salariales. No debemos olvidar que se realizaba muy
frecuentemente el trabajo mediante compañías subcontratadas.
A
continuación se intenta resumir lo máximo posible para que no resulte
excesivamente tedioso, la sentencia del pleito entre las minas Riqueza y la
Verdad de los Artistas presentada contra la mina Relámpago.
RESOLUCIÓN
JUDICIAL
Doña
Isabel II por la gracia de Dios y la Constitución de la Monarquía española
Reina de las Españas; a todos los que las presentes vieren y entendieren, y a
quienes toca su observancia y cumplimiento, sabed que hemos venido en decretar
lo siguiente…
El
diez y seis de abril de mil ochocientos cincuenta y dos, se presentó ante el
Gobernador Civil de la provincia de Guadalajara la solicitud de investigar por
pozo y galería un terreno existente en el término de aquélla ciudad y sitio
llamado el Raso, lindante por Norte con la mina Verdad, Poniente con la
Riqueza, y Mediodía y Levante con baldíos del pueblo.
En
primera instancia se presenta la solicitud realizada al alcalde constitucional
de Hiendelaencina por el mismo interesado y el decreto marginal por el cual
concedió aquella autoridad el permiso necesario para la investigación, a
condición de indemnizar los daños y perjuicios que con ella ocasionase al
vecindario a cuyos baldíos pertenecía el terreno.
El
Gobernador civil de la expresada provincia decreto el veintitrés siguiente, que
el ingeniero del ramo pasase a demarcar la pertenencia, en el caso de haber
terreno franco para ello, conforme al artículo treinta y tres del Reglamento de
minería.
El
veinticuatro de abril de mil ochocientos cincuenta y dos D. Vicente Tabares en
representación de la sociedad minera Los Artistas, presentó la solicitud para
que se le adjudicase como demasía un espacio franco de terreno que no forma
superficie rectangular de cuarenta mil varas entre la misma mina Verdad, la
Suerte y la Riqueza, o se le concediese la parte correspondiente en el caso de
pretender éstas su parte correspondiente y que no formaba superficie
rectangular de cuarenta mil varas.
A
su vez D. Carlos Gil, como representante de la compañía explotadora de la mina
Suerte el veinticinco de noviembre, dispuso que el Ingeniero del ramo
procediese a practicar el reconocimiento y la adjudicación de la demasía entre
las minas Verdad, Riqueza y Suerte, según lo prevenido en el artículo setenta y
cuatro del Reglamento.
El Ingeniero Sedeño en el informe presentado el
veintisiete de Junio de mil ochocientos cincuenta y tres, manifiesta hallarse
mal colocados los mojones de la mina Verdad, a mayor distancia de la que por la
ley debieras tener, sucediendo lo mismo con las mojoneras de la colindante la
Suerte, y que era imposible señalar de un modo positivo la superficie de la
demasía, y por consiguiente la parte de ella que correspondiese a cada una de
las minas colindantes, hasta que la superioridad no resolviese acerca del
amojonamiento de las expresadas minas.
El siete de octubre de mil ochocientos cincuenta y
tres se presenta el recurso al Gobernador de Guadalajara por los mencionados
Tabares y Lorente, protestando contra la preferencia dada a la demarcación del
Relámpago y contra la demarcación misma, que consideraban ilegal por comprender
un terreno que no se hallaba entre las minas aspirantes a la mejora, y haberle
dado una longitud de trescientas quince varas, siendo así que la ley no concede
más que trescientas a una pertenencia ordinaria, y solicitando que una comisión
de Ingenieros rectificase los límites de la mina Riqueza y de la investigación
San Carlos; que después se rectificase la medida practicada en la demarcación
de la mina Relámpago; negándose la aprobación al expediente de la mina
Relámpago.
El cinco de abril de mil ochocientos cincuenta y
cuatro manda el Ministerio de Fomento que se practicase un deslinde, deduciendo
la superficie del terreno que comprende el registre o demasía conocida por el
Relámpago; y reservando resolver con vista de esta operación sobre la
suspensión de las labores del Relámpago, pretendida por las sociedades arriba
mencionadas…
El trece de noviembre siguiente, la Junta Facultativa
de minería emite el informe sin dar solución á las dudas y dificultades
suscitadas en el examen del expediente de investigación Relámpago, y se
reconoce el daño que causa su desaprobación…
Por todo lo expuesto y algunas consideraciones más
menos relevantes, se llegó a la conclusión de que habiendo presentado la
solicitud de investigación por pozo u galería por D. Remigio Martínez el diez y
seis de abril de mil ochocientos cincuenta y dos, acompañando el permiso del
alcalde de Hiendelaencina, y que además obtuvo aquel el del Gobernador de la
provincia de Guadalajara el siete de septiembre del propio año. Se consideró
que la expresada solicitud de Tabares se dirigió á obtener la adjudicación de
un espacio franco de terreno, que no forma superficie rectangular de cuarenta
raíl varas, y que se halla entre las minas verdad. Suerte y Riqueza, el cual es
muy diferente del solicitado por la investigación realizada por Relámpago, como
lo demuestra el hecho de haberse pedido la parte que en aquel perteneciere a la
Suerte, según las líneas de contacto que tuviese con la demasía, y el de no
haberse presentado como demandante la sociedad explotadora de ésta cuando por
los resultados obtenidos en la expresada investigación se variaron los términos
de las pretensiones.
Considerando, en cuanto al fondo de la cuestión, que
la ley quiere la distribución equitativa y moderada de la riqueza minera, y
habiendo establecido, para evitar la acumulación, que a ningún particular ni
sociedad puedan concederse sobre un mismo criadero más de dos pertenencias
contiguas, o tres si la sociedad fuese de cuatro o más personas. El artículo
once de la ley de minería de once de abril de mil ochocientos cuarenta y nueve
fija que la extensión de una pertenencia, determina expresamente la longitud y
latitud que debe tener, midiéndolas horizontalmente al rumbo que designe el
interesado. El artículo trece de la expresada ley no se refiere ni a una ni a
otra, sino que habla únicamente del espacio que existía entre dos o más
pertenencias, cuya palabra repite para alejar toda duda, previniendo que solo
cuando no pueda formarse cómodamente otra que contenga al menos un rectángulo
equivalente a las dos terceras partes del espacio de una pertenencia ordinaria,
se adjudique como demasía á las minas colindantes. El artículo setenta y dos
del Reglamento aclara,
confirma y perfecciona la disposición de la ley en
cuanto puede hacerlo para observar su estricta observancia, disponiendo que se
forme y conceda una nueva pertenencia cuando se solicite, siempre que entre dos
o más pertenecías haya un espacio que tenga al menos una superficie rectangular
igual o mayor que las dos terceras partes de la extensión de una ordinaria; la
demarcación del Relámpago se ha hecho en un espacio que se halla colocado entre
dos pertenencias, pues al Poniente linda y está ceñida por la pertenencia de la
Riqueza, al Norte por Los Artistas y al Levante con la investigación, San
Carlos, ocupando solamente una corta porción de terreno franco que no está
unida a la demarcación de esta, de este modo la prescripción de la ley se ha
cumplido colocando la demarcación del Relámpago entre dos minas,
exigiéndose que una pertenencia extraordinaria haya de estar ceñida en toda su
extensión y por sus dos lados, por dos o más minas, sería casi imposible o muy
difícil y rara la formación y concesión de pertenencias supletorias,
frustrándose de esta manera la disposición de la ley y las acertadas miras
del legislador… el párrafo primero del artículo octavo de la ley de minería de
once de abril de mil ochocientos cuarenta y nueve da preferencia a la concesión
de una mina, cuando dos o más abran calicatas dentro del espacio de una
pertenencia al que primero descubra el mineral y le confiere el derecho de incluir
en su demarcación las otras calicatas.
Visto
el escrito de contestación presentado por el Fiscal, pidiendo que se desestime
en ambos extremos la pretensión del recurrente con la imposición de costas y
perjuicios.
Visto
el escrito del licenciado Gómez de la Serna, sosteniendo, en nombre de la mina
Relámpago la misma pretensión que el Fiscal.
Visto
el artículo doscientos setenta y cinco del Reglamento de lo contencioso del
Consejo Real, que dice: - Será condenada a satisfacer daños y perjuicios la
parte que, sin legítimo fundamento, dedujere recursos de interpretación,
revisión, nulidad o apelación de una definitiva que no fuere susceptible de
ellos…
SENTENCIA
Oído
mi Consejo Real, Vengo en declarar Improcedente el recurso de revisión
interpuesto por la sociedad de la mina Riqueza contra mi Real decreto de doce
de noviembre de mil ochocientos cincuenta y seis, y se condenará dicha sociedad
a que satisfaga a la de la mina Relámpago los daños y perjuicios que se le
hayan causado con motivo del expresado recurso.
Dado
en Palacio a veintinueve de Julio de mil ochocientos cincuenta y
siete.
Leído
y publicado el anterior Real decreto por mí, el Secretario general del Consejo
Real, hallándose celebrando audiencia pública el Consejo pleno, acordó que se
tenga como resolución final en la instancia y autos a que se refiera; que se
una a los mismos; se notifique a las partes por cédula de Ujier, y se inserte
en la Gaceta, de que certifico.
Madrid
tres de septiembre de mil ochocientos cincuenta y siete.
De
todo esto se deduce, entre otras cosas interesantes, que se inicia la primera
denuncia el 16 de abril de 1852 y termina el 3 de septiembre de 1857.
Más
de 5 años, demasiado tiempo.
Romance de Las Minas
I
Cuentan que en
la Sierra Norte
cerca de
Guadalajara
se encontró una
rica veta
el filón era de
plata
allá en
Hiendelaencina
los yacimientos
estaban
en el rico Canto
Blanco
donde a plena
luz brillaba
nativo argento
metal
entre rocas y
pizarras.
Aquel
acontecimiento
de la noche a la
mañana
cambió la
fisonomía
de aquella
agreste comarca
donde antes
había huertas
ora tierras
perforadas,
agricultor y
pastor
cambian cayado y
azada
por el pico y la
barrena
y el oro trigo
por plata.
En pocos años
los pozos
surgieron como
hierba mala
aunque no todas
las minas
dan aquello que
esperaban,
explotando el
filón rico
Santa Cecilia la
llaman
lindando queda
la Suerte
la Fortuna está
cercana
aunque nadie lo
diría
pues la
inversión era escasa.
Las minas con
auge pleno
finalmente
comenzaban
a dar el fruto
esperado
aquel que un día
soñara
Don Pedro
Esteban y Górriz
quien con su
impronta dejaba
la leyenda que
nos cuentan
las hazañas ya
olvidadas
de todas
aquellas gestas
que en la
historia se quedaran.
No todo será
fortuna
no todo fueron
bonanzas
por tanta
prosperidad
se pagarán
cuotas altas,
tal riqueza ya
despierta
envidias en la
comarca
y aquellos los
lugareños
pensaban que no
ganaban
por tanto, riesgo
y esfuerzo
lo que su frente sudaba.
lo que su frente sudaba.
II
Allá por mil
ochocientos
entre desgracias
llegaban
el diecinueve de
octubre
negras y frías
jornadas,
el año sesenta y
cuatro
a las tres de la
mañana
del pozo maestro
Perla
un espeso humo
asomaba
barreneros y
escombreros
al salir dieron
la alarma.
Haciendo un
primer recuento
se fijaban que
faltaban
cinco de
aquellos mineros
que cumplían la
jornada
un capataz se
dirige
a la Fortuna y
se baja
con cuatro o
cinco mineros
a donde
comunicaba
la sexta con la
tercera
galerías de
ambas plantas.
Observando como
un torno
cubierto parece
en llamas
y de espesa nube
de humo
le envuelve una
nube blanca,
sabe que los
atrapados
agotan sus
esperanzas,
llegan medio
intoxicados
y el resuello
hasta en el alma
mira al cielo y
a sus hombres,
ve que no puede
hacer nada.
En los días
siguientes
intentan ir a la
planta
por otros pozos
y medios
perdiendo las
esperanzas.
El veinticinco
de octubre
la tragedia se
saldaba
con otros ocho
mineros
que en
circunstancias extrañas
al intento de
rescate
muertos allí se
quedaban.
Esta es parte de
la historia
retazos de una
comarca
en donde con
grandes rasgos
así quedó
dibujada
en claroscuros
momentos
de sus épocas
doradas.
Queda ahora solo
un pueblo
que heredó una
enorme plaza
con pozos ruinas
y campo
y una escombrera
sin plata.
La
leyenda del descubrimiento de las minas en época reciente
Del
libro “Historias cuentos y rimas”
Este
relato, como tal, no está sujeto a ningún rigor histórico, por lo que cualquier
alteración de la realidad es sólo y exclusivamente debido al argumento.
La
leyenda que a continuación expongo, está basada en la historia del
descubrimiento de los yacimientos de plata, en un pequeño pueblo de la Sierra
Norte de Guadalajara, España, llamado Hiendelaencina.
Para
completar este relato me he valido de las versiones de Don Bibiano Contreras y
Don Francisco de Bartolomé recogidas del libro Hiendelaencina y sus Minas
de Plata, que fue publicado en 2008 por Don Abelardo Gismera Argona y de
las leyendas que mi abuelo me contaba en mi infancia y que hoy en día, aunque
muy vagamente, aún…
Recuerdo los cantos de cuarzo tallado
por más de mil grados en la Era Primaria
igni y orogenia quisieron formar,
extraídos ellos por manos mineras
a las escombreras allí iba a buscar.
Recuerdo las casas de piedras en ruinas
las huertas labradas calles empedradas,
el roce de cascos que contra las rocas
con ruidoso paso las mulas hacían
subiendo la calle de Santa Cecilia
llegan a la fuente para allí abrevar.
llegan a la fuente para allí abrevar.
Autor: Luis Monje
A
mediados del segundo decenio del siglo XIX, año arriba año abajo, llego a las
costas del levante español un gentil napolitano llamado Vicenzo Fortuni quien
contrajo nupcias en Yecla con una vecina del lugar.
Al
poco tiempo trasladó su residencia a un pueblo de la zona norte de Guadalajara
llamado Pálmaces. Allí desempeñó su oficio de hojalatero, que a la postre,
compaginó con el de platero al encontrar un yacimiento de plata. Tal hallazgo
se produjo, por mediación de un vecino conocido por “El Perucha”, de un lugar
cercano qué, en el camino de Pálmaces a Congostrina, se encontró con el
hojalatero que regresaba con sus herramientas a lomos de una mula, una vez
terminada su gira de trabajo por los pueblos de la zona. “El Perucha” le
propuso intercambiar dos celemines de trigo y una pequeña roca que acababa de
encontrar en el lugar de procedencia, de unas características especiales y poco
vistas, por la reparación del asa de una sartén. Fortuni accedió al trueque, con
otra condición, que le dijese el lugar en donde había encontrado dicha “piedra”
que prácticamente en su totalidad era de plata, cosa que, evidentemente era
desconocida por el lugareño, quien indicó a Fortuni sin ningún reparo, el lugar
de su hallazgo.
De
esta forma, uno se llevó la sartén reparada y el otro el nombre donde encontrar
más mineral igual que el obtenido por la reparación. Dicho paraje era
denominado como Canto Blanco en Hiendelaencina.
Hasta
entonces, se había dedicado a aumentar su corta renta con malas artes, ayudado
de su don de gentes, su meloso acento y su dicharachera verborrea en la
utilización de su oficio de platero hojalatero para engañar, entre otros, al
párroco de Villares o al Ayuntamiento de Gascueña.
Según
la leyenda, una vez “descubierta” la beta a cielo abierto, su ambición y sus
pocas o ninguna gana de complicarse la vida en registrar su ubicación y buscar
inversores, le llevó a dedicarse a la explotación clandestina del yacimiento.
Con un hornillo y la caja para el vaciado acuñaba monedas con la plata que de
él extraía, pero a la postre le salió caro su proceder.
Aunque
la forma de blanquear las monedas falsificadas era relativamente segura, al ir
desprendiéndose de ellas, poco a poco, en los diversos lugares por donde pasaba
realizando su trabajo, finalmente cometió un grave error. Un amigo y vecino de
Pálmaces al cual le debía algún que otro favor, le pidió que le prestara unas
cuantas monedas de plata que le faltaba para completar la recaudación de la
cual era responsable, pues se las había gastado sin tiempo para su reposición.
Fortuni se las prestó y una vez entregada la recaudación en la Administración
de Guadalajara, inmediatamente se levantaron pesquisas al comprobarse la
falsificación de parte de la recaudación entregada.
Mandado
apresar y condenado a cuatro años de cárcel por el Juez de Jadraque el reo
conocido como Vicente Fortunato fue conducido el 28 de julio de 1829 al penal
de Málaga.
Aquí
debería de acabar la historia de Fortunato pues, posteriormente a su
liberación, fue perdida su pista al haber marchado con toda probabilidad al
país del que procedía.
La
leyenda dice que, por mediación de un funcionario de prisiones, Fortunato se
puso en contacto con Don Pedro Gorriz a quien le dio una muestra de la beta de
plata pura, haciéndole saber que era conocedor del lugar donde se encontraba un
rico y basto yacimiento a cielo abierto. La propuesta del hojalatero fue que si
le hacia las gestiones oportunas para el indulto de la pena que le restaba por
cumplir, le haría conocedor de aquel lugar que está:
En
un rincón de Castilla junto a unas ruinas yertas, reinando en
horizonte altiva al pie de una sierra esbelta, entre Ocejón y el
Otero, allá ese pueblo se encuentra…
Actualmente,
existe un monolito ubicado en la plaza Mayor del pueblo de Hiendelaencina y
que, originariamente, se hallaba en el lugar donde se cree que se encontró la
primera pieza de plata nativa, en el camino de la Perla a la mina de Santa
Cecilia.
La
historia, a partir de ahí ya se encarga de registrar oficialmente que el
descubridor de dicho lugar, de fecundos yacimientos de plata y otros metales
menos nobles, le cabe el honor de ser a Don Pedro Gorriz Artacoz, que en uno de
sus recorridos por la zona norte de Guadalajara se “tropezó” con una veta a
cielo abierto en aquellos bellos y ocultos Parajes de la Sierra Norte.
Semblanza
y andanzas de Don Pedro Esteban Górriz Artázcoz, “redescubridor” de las minas
de Hiendelaencina.
Del
libro “La plata en las minas de la Alcarria”
Realmente
poco queda por decir, de nuestro buen amigo y personaje un tanto peculiar, Don
Pedro Górriz en su papel de “redescubridor” del complejo minero de
Hiendelaencina, pues es bien sabido que ya eran conocidas estas minas en
tiempos de la época del Imperio Romano, porque poco también es lo que sabemos
de sus posteriores andanzas hasta el fin de sus días. No obstante, y conociendo
la forma de ser del personaje presumimos que no estaría inactivo mucho tiempo.
Solamente sabemos, por ejemplo, que en el año 1858 registró una mina de azogue
en Arive, Navarra a la que denomino “Santa Cecilia de Navarra”.
Sabemos
también que fue concejal del ayuntamiento de Pamplona en varias ocasiones y
tenemos conocimientos de que el Sr. Gorriz fue Presidente de la “Cruz Roja” de
Navarra, como lo demuestra el acta de la sesión inaugural, celebrada el 5 de
julio de 1864.
El
día 1 de octubre de 1865 aparece el primer número del que probablemente sería
el también primer diario pamplonés, titulado “El Progresista Navarro” escrito
en tamaño folio y a cuatro columnas, apareciendo como director, al tiempo que
como poeta y autor dramático, este antiguo subteniente del ejército y ocasional
correo entre Espoz y Mina, el mismísimo Don Pedro Górriz. Como quiera que el
mencionado periódico aparecía ante sus lectores como portavoz del progresismos,
ello sería determinante para que su vida fuera un tanto lánguida y efímera.
Debido
a tal echo, el 31 de octubre de 1865, el obispo Uriz y Labeiru advertía contra
el periódico en un Aviso Pastoral, sobre la difusión de ideas revolucionarias a
las cuales criticaba de franco-masónicas y anticatólicas. Su disconformidad con
el Prelado, llevó al diario a contestar de forma más enérgica todavía,
nuevamente proclamando la libertad de conciencia sexual, de cultos, de
enseñanza, el estado aconfesional, y el desacato a la autoridad del Vicario de
Jesucristo, con marcadísimas tendencias al cisma y a la herejía, supuesto queda
cual fue el final del periódico con tamaño bagaje en su andadura.
Se
sabe por documentos de la época que Don Pedro Esteban Górriz y su esposa Doña
María Moreda Tuvieron un Hijo barón el cual fue poeta, y prolífico autor
teatral del género chico, como muestra valga este botón en forma de poema.
Más glorias hay
en los hechos
De los hijos de
Navarra
Que robles sus
montes crían
Y arena el Ebro
arrastra.
Pamplona tiene
jardines
Y Tudela su
mejana
Pero valor y
virtudes
Las tiene
Navarra entera.
Y
ya volviendo a lo que nos ocupa, sabemos que Don Pedro Esteban Górriz Artázcoz
murió en el año 1870.
Siempre
que se intenta saber algo más de él, sobre todo en su última etapa de la vida,
se encuentra una laguna insalvable. Dado su carácter inquieto y emprendedor, a
buen seguro que antes de la crisis y paralización definitiva de la explotación
de las minas, este hombre debió de haber hecho ya un buen capital el cual cabe
duda que lo derrochara en sus escarceos políticos donde se han encontrado
algunos rastros de su actividad, como es en Ayuntamiento de Pamplona, Cruz Roja
de Navarra o en el campo de la información escrita.
LA CRUZ DE LA
MINA RELÁMPAGO
Una de tantas historias que se cuentan de la Guerra Civil Española por estos parajes, con el tiempo se va haciendo leyenda y es la referida a la cruz que todavía se puede ver en el pozo Relámpago en el camino a San Carlos.
Por el motivo de haber sido durante mucho tiempo una de las líneas que separaba ambos frentes, según a quien escuches te podrá dar una u otra versión de los hechos acaecidos y por los cuales existe dicha cruz, unos cuentan que fueron ejecutados unos falangistas y arrojados al pozo y otros que la guardia mora que ocupó durante un tiempo el pueblo ejecutó a republicanos siendo el destino de sus cuerpos el mismo que el anteriormente descrito.
Como todas estas leyendas que van fraguando el tiempo, la verdad suele ser más trivial y menos novelesca.
Según cuenta uno de los vecinos más documentados que conozco del pueblo, José Salvador (Pepe Salvador), lo único de cierto referente a lo ya expuesto es que Hiendelaencina era la línea de separación de ambos frentes por lo que continuamente existían escaramuzas entre uno y otro bando, en el caso que nos ocupa, la historia comienza uno de esos días en el que desde el bando nacional que tenía su centro de operaciones en Atienza bajó un destacamento a realizar una incursión a la línea que separaba el frente republicano del frente insurrecto, con tal mala suerte para ellos, que emboscados en la carretera entre las escombreras de las minas de Hiendelaencina y Robledo, les estaban esperando un pelotón de milicianos. En la refriega cayeron dos soldados del bando rebelde y una vez dada la orden oportuna por el jefe del pelotón al retén de guardia de enterrar los cadáveres, los soldados vieron que la mejor tumba que podrían tener aquellos soldados era el pozo de San Carlos, y de paso evitarían las consabidas y molestas excavaciones.
Según Pepe Salvador, hasta hace relativamente pocos años, todavía bajaban desde Atienza los familiares a visitar la tumba en fechas señaladas y se podía apreciar la inscripción en la base de mármol de la blanca cruz. Hoy en día parece ser que aquellos vestigios desaparecieron y solo queda una historia y varias leyendas de los hechos, como el resto de aquel pasado, se va difuminando en el tiempo y los libros nos dejan la fría historia que unas veces son más ciertas que otras, según quien las narre y desde que punto de vista lo haga, pues por regla general, como dijo su anónimo autor. “La historia la escriben los vencedores”.
En homenaje a uno de tantos perdedores de aquellos fratricidas días, mi abuelo Mariano Bruna, añado una modesta contribución de la pequeña historia de aquellos lejanos tiempos, vividas por este personaje oriundo de Hiendelaencina y transmitida en versos.
Presento aquí con honores las sombras y las verdades
de recuerdos y visiones de vidas infatigables
de aquellos que con sus dones fueron seres entrañables.
Con versos y mil amores, relato sus dignidades.
En un casillo de piedra con una gruesa pizarra
en una villa pequeña rodeada de montañas
a la puerta un haz de leña y lazos para alimañas,
un perro cachorro medra tumbado junto a la parra.
Son nueve los moradores, entre el perro hijos y madre,
cuatro pequeños varones, tres, hijas angelicales
viven con sus ilusiones con sus huertos y animales
trabajan de agricultores esperando llegue el padre.
Labra el mayor la parcela, los medianos en la espalda
llevan la mies a las eras, el pequeño pone trampas
y juega en las escombreras con su peonza y estampas,
cuando sale de la escuela va en busca de su esmeralda.
La moza a servir se pone, cocinando ella se vale,
la mediana sus opciones son marchar a otros lugares,
la pequeña de ambiciones sueña con grandes telares
sus labores la dispone, de su casa apenas sale…
Largos años en mil guerras más de doscientas semanas
en el penal de Figueras con la muerte conmutada.
Aunque cayesen fronteras quedó esa puerta cerrada;
hay vidas que son muy perras, ¡más si son republicanas!
Cruza valles, ríos, montes, por caminos y ciudades
después de días y noches pone fin a un largo viaje;
el zurrón ya sin reproches, una historia, su equipaje
buscando sus horizontes, atrás dejó libertades.
Cerca ya de La Revuelta, afanado en la Cerrada
viendo un joven que sospecha, le hace que vuelva la cara
preguntando a quien barbecha por el que allí cultivara.
-De la guerra está de vuelta, esperamos su llegada-.
-¿¡Hijo ya no me conoces!? Soy yo, tu esperado padre,
partí cuando erais menores, regreso y tú ya eres grande,
dejé aquí mis ocho amores ¡Si Dios hay me lo demande!
En noches negras y atroces os soñé junto a tu madre-.
-A su imagen me recuerda, le llevé siempre en el alma
la memoria siendo buena mi edad era muy temprana;
vamos padre ya a la cena que le espera su serrana.
Ella si, de usted se acuerda las largas noches de calma-.
Este
otro relato que a continuación presento en un soneto, ocurrió varios años
después de la contienda y está basado en uno de tantos acontecimientos diarios
de aquella época, creo que algunos conocen la historia del personaje en el cual
está basado; no es preciso dar más detalles de los necesarios.
El nogal
En el poyo a la sombra del nogal
se sentaba la anciana contemplando
por la calle Mayor correteando
el pasar de la tropa colegial
Caramelos oculta el delantal,
les ofrece a la vez que van gritando
y entre insultos la irán menospreciando
sin respeto y con falta de moral.
Todo aquello en el tiempo dejaría
un oscuro y sombrío caserón
con un pozo manando su agonía.
Desde entonces quedó la tradición
del nogal que alimenta su elegía
dando nueces amargas del perdón.
dando nueces amargas del perdón.
EL TESORO DE LA SIERRA POBRE
Un
paseo por las minas de plata que revolucionaron en 1844 este pacífico pueblo
del noroeste de Guadalajara
Por Andrés Campos
La Suerte, La Fuerza, La Salvadora, La
Constante, La Verdad de los Artistas... son los nombres –prometedores,
brillantes y sonoros, como los bautismos de las locomotoras o de las
'bailaoras' flamencas– de algunas de las muchas minas que a mediados del siglo
XIX convirtieron el término de Hiendelaencina en un monumental queso de
Gruyère: nada menos que 200 pozos se abrieron en busca de la que se dice que
era la plata de mayor calidad del mundo y que la naturaleza, como para
despistar, había ido a esconder entre las oscuras pizarras de estas paupérrimas
y, hasta aquel entonces, ignoradas serranías del noroeste de Guadalajara.
Fotografía de Andrés Campos
Fue descubrirse en 1844 el llamado Filón
Rico –3.000 metros de largo, 400 de profundidad y 25 centímetros de potencia
media– y Hiendelaencina pasar de cien a 5.000 habitantes, siendo rápidamente
sustituido su nombre por el antonomástico de Las Minas. La fiebre era tal que
en la mina Santa Teresa se llegó a 550 metros de profundidad y a unos incómodos
–sobre todo, para picar– 47 grados de temperatura. Sólo de La Constante se
sacaron 280.000 kilos de plata, que fueron a parar a la Casa de la Moneda de
Madrid; abandonada en 1879, hoy es un poblado fantasma –oficinas, casas de
ingenieros, comedores, hospital...– entre montones de ganga renegrida.
Igual que apareció, el Filón Rico se
esfumó en 1866. Hasta bien entrado el siglo XX, se rebuscaron restos de mineral
entre los viejos escombros, removiéndolos varias veces, piedra a piedra. Y hubo
incluso quien en 1984, aprovechando el alza del precio de la plata, intentó
recuperar el pozo Santa Catalina, pero la subsiguiente caída frustró el plan.
Así, a pesar de que se sabe que queda tanta plata en el subsuelo como la que se
extrajo desde 1844, Hiendelaencina vuelve a ser un pacífico pueblecito de 150 habitantes
consagrados a su Pasión Viviente, sus ovejas y su dulzaina, que suena desde
mucho antes, y con más constancia, que la flauta de la plata.
Una sencilla ruta circular por las minas
que yacen abandonadas al sur del pueblo comienza en la plaza donde se alzan la
iglesia y el monolito que rememora el hallazgo de la primera mina de plata del
término “por don Pedro Estevan Góriz en 2 de junio, año de 1844”.
De esta plaza salimos por la calle Jardín
y seguimos de frente por una pista de tierra que pasa junto al cementerio y un
grupito de chalés, observando en lontananza el embalse de Alcorlo, donde
espejean las aguas represadas del río Bornova, afluente del Henares. Así
llegamos, en cosa de 20 minutos, a las ruinas de la mina Santa Teresa, de la
que sólo quedan los muros, los lavaderos, los hornos y la boca del pozo donde, por
aquello del grado geotérmico, los mineros debían de sudar más que los pinches
de Pepe Botero.
Fotografía de Andrés Campos
Tomando como referencia la mina San José
–un edificio de ladrillo y una torrecilla blanca, visibles a un kilómetro largo
hacia el sureste–, bajamos a través de un precioso conjunto de apriscos de
pizarra para cruzar el arroyo de Cal por un bucólico soto de robles, sauces y álamos.
Y ya en lo más alto de la ladera contraria, damos con un camino carretero que, siguiéndolo
a la derecha, nos lleva hasta las minas La Fuerza y La Malanoche, donde se cumple
una hora de marcha. Impresiona, sobremanera, la primera, con su gran nave de planta
circular, mampostería de pizarra y arcos de ladrillo en los vanos, de un estilo
que podríamos llamar arquitectura negra industrial.
Sólo nos resta volver atrás por el mismo camino
carretero y, nada más pasar junto a la mentada mina San José, desviarnos a la
izquierda por otro menos marcado que corre directo hacia Hiendelaencina, cuyo
caserío parduzco se recorta contra el níveo telón de fondo de las sierras del
Alto Rey y la Bodera. Llegando al pueblo, nos asomamos a los pozos anegados de
las minas La Malhuele y La Salvadora. En esta última, sobre las pútridas aguas,
flota la osamenta de una oveja perdida, como la edad de plata de Hiendelaencina.
Sobre las minas de plata de Hiendelaencina
Del Blog “La Alcarria obrera”
En
su número dos, correspondiente al 6 de mayo de 1846, el periódico
El Buen Deseo de Guadalajara publicaba un extenso artículo que
repetía, en muy buena medida, lo escrito en El Universal del 4 de
marzo de ese mismo año por Luis de la Escosura, por entonces
director técnico de alguna de las minas alcarreñas y que con el
tiempo llegó a ser presidente de la Junta Superior Facultativa de la
Minería y senador del reino. Hiendelaencina se convirtió, de la
mano de la extracción minera, en un próspero foco industrial y en
un activo centro de acción obrera de indudable importancia, sobre
todo en una provincia agraria como Guadalajara. El movimiento obrero
provincial escribió allí sus primeras páginas. La debilidad del
capitalismo español, puesta de manifiesto en el artículo, impidió
la consolidación de la industria en Hiendelaencina, que pocas
décadas después volvió a ser una aldea perdida en tierras
alcarreñas.
Dicho
artículo decía así:
Cumpliendo
lo que prometimos en nuestro prospecto, vamos a ocuparnos hoy de un
asunto que tiene en expectación a la provincia, y ha excitado el
interés de la España entera. Conocido es que nos referimos a los
ricos veneros metálicos descubiertos no ha mucho en Hiendelaencina y
otros pueblos de los partidos judiciales de Atienza, Sigüenza, y
Cogolludo, que prometen una nueva era de prosperidad para la Nación,
y utilidades sin cuento y de muchas clases al país en donde la
providencia ha encerrado tantos tesoros. Este es la provincia de
Guadalajara.
A
parte de las minas de carbón y cobre que con varia fortuna se están
explotando hace algunos años en Tamajón y Molina, y que por efecto
del nuevo furor minero no dudamos que se aumentaran, y que tal vez se
realicen descubrimientos más importantes; el hallazgo milagroso,
porque tal le creemos, de Hiendelaencina, al paso que ha sido el
heraldo de la avaricia particular, es un acontecimiento, que en
nuestro concepto, hará época en la historia de la prosperidad
nacional, y muy señalada en la de la riqueza de esta provincia, que
está ya hace algunos meses tocando sus ventajosos resultados.
La
aparición, el impulso o desarrollo de toda industria nueva produce
siempre intereses hasta entonces desconocidos o abandonados, que si
para la generalidad de las gentes pasan desapercibidos, el ojo
previsor del hombre entendido los ve a larga distancia y los calcula
en todas sus diferentes combinaciones. Esta regla es menos aplicable
a la industria minera que a otra, por que como a nadie es desconocido
el valor de los metales y más principalmente de los llamados
preciosos, allí donde se sabe, o se cree su existencia, naturalmente
acude el interés individual, móvil principal, como se ha dicho
perfectamente, de todas las acciones del hombre. Exige por otra parte
pocos conocimientos y cálculos y combinaciones adquirir mucha plata
u oro en abundancia para los que piensan, como el vulgo, que, estos
metales se encuentran en las entrañas de la tierra, sino acuñados,
en barras por lo menos, y que no hay más que hacer excavaciones, y
cargar los mulos y ser rico. No hace muchos meses que al borde de uno
de los mejores pozos de Hiendelaencina oímos explicarse así a uno
de los interesados. Esto prueba, al paso que una cándida ignorancia,
lo que dejamos indicado arriba, que esta clase de industria, desde el
momento en que se cree existente en un punto cualquiera, extiende
rápidamente su mágica influencia envolviendo con un frenesí
inexplicable al tonto y al discreto, al pobre y al rico, al grande y
al pequeño, a todos en fin, porque a nadie conocemos que no desee
adquirir o aumentar riquezas. Nuestro carácter nacional se presta
más también a lo maravilloso que a lo exacto. Y como si esto no
fuera bastante, la tradición de los antiguos tesoros que los romanos
encontraron en nuestro suelo, han vulgarizado, por decirlo así, la
creencia de que en cualquiera parte pueden hallarse en abundancia. El
descubrimiento de un nuevo mundo vino a fijar de un modo indeleble en
el corazón de los Españoles este sentimiento general, de manera que
desde entonces hasta ahora las palabras América, Minas, Tesoro, etc.
no han significado más que una sola idea, la de la opulencia rápida
y a poca costa. Es verdad que no se repara más que en los
favorecidos por la fortuna, desviando la vista de los infinitos a
quienes despeñó su inconstante rueda; pero este es achaque común
de todas las demás cosas, a la manera que el médico no recuerda más
que al enfermo a quien salvó, ni el soldado tiene presente a otro
que al que clavó su lanza en el muro enemigo sin advertir los que
cayeron en el foso. Con varia fortuna, siguiendo nuestro propósito,
se han explotado en la mayor parte de nuestras provincias minas
diferentes, más o menos ricas, habiendo quedado muy reducido su
número y casi en el abandono esta industria en el presente siglo;
así lo prueba, entre otros datos, la vigente legislación del ramo,
insuficiente en el día, en concepto de todos, para atender a todas
las necesidades a que pudo bastar en el año de 1825. El nombre de
Almagrera se ha hecho demasiado célebre en los fastos de la minería
española, y acaso estén destinadas para llenar en los mismos una
página más brillante las sierras de Atienza entre las que sobresale
el punto de Hiendelaencina, como Frayberg en Alemania, con quien
científicamente se le ha comparado.
Schacht Alte Elisabeth (Freiberg)
Para
tener a nuestros lectores al corriente de lo que el tiempo y los
esfuerzos de las compañías formadas o que se establezcan, van dando
de sí en materia tan importante para nuestra provincia,
manifestaremos cuantos datos y noticias se nos comuniquen por las
sociedades o particulares interesados en que se dé publicidad al
estado, esperanzas o productos de las pertenencias respectivas, a
quienes con la mejor voluntad ofrecemos las columnas de nuestro
periódico, sin otra retribución que la del franqueo de su
correspondencia. Con respecto a las tres minas principales de
Hiendelaencina, La Fortuna, Santa Cecilia y la Suerte, no carecerán
nuestros lectores de ninguna de las noticias que reciba su Director,
quien nos ha prometido facilitarlas. Y toda vez que hasta. ahora son
estas minas las que más ventajas ofrecen y las más ricas del país,
principiaremos a ocuparnos de ellas extractando la parte más notable
del interesante artículo de su Director facultativo Don Luis de la
Escosura, publicado en El Universal de 4 de Marzo último, porque es
trabajo que en nuestro pobre concepto llena todas las condiciones
apetecibles para formar una idea exacta de la importancia de este
criadero, y al mismo tiempo porque en él se dan a conocer otras
minas también de gran valor por su proximidad a las nombradas o por
los filones que poseen.
Dice
así el Sr. Escosura:
Por
tercera vez tomo la pluma para hablar de un asunto que adquiere cada
día mayor interés. Limitábanse mis observaciones en los anteriores
artículos a las pocas varas escavadas en las minas de Santa Cecilia,
La Suerte y La Fortuna; desenvuelta hoy a la vista de tan halagüeño
horizonte una industria que en breve coronará los esfuerzos de
muchos emprendedores, y será una de las más importantes de la
Península, me hallo en el caso de presentar nuevos datos, y me
lisonjeo de que mis apuntes serán esta vez más interesantes, y
ofrecerán mayor seguridad a los mineros de aquel distrito.
La
mina de Santa Cecilia en la que por dichos artículos sé sabe que el
filón está reconocido en las 200 varas de longitud que comprende su
pertenencia, se halla hoy a 57 varas de profundidad en el pozo
maestro o de la plata; tiene otro pozo a 50 varas del primero que se
sigue también trabajando y lleva 24 varas de profundidad. Ambos a
dos verticales, caminan sobre el filón; el primero con las
dimensiones adecuadas para pozo maestro, y el segundo con las de un
pozo destinado a la ventilación de las labores y a auxiliar al
maestro en casos de reparación; en el momento sirve para atacar el
filón en dirección por dos puntos a la vez.
Del
Pozo de la Plata parten dos galerías a 30 varas de profundidad que
tienen hoy 20 varas cada una de longitud. Estas galerías deben ser
el punto de apoyo para arrancar el mineral del filón hasta la
profundidad de 30 varas. En la actualidad se construye un malacate, y
en el espacio de cuatro meses, esta mina se hallará en el caso de
extraer 4 a 5 mil quintales de mineral al mes; teniendo además los
trabajos preparatorios bien fortificados para asegurar constantemente
esa o mayor producción si necesario fuese.
Los
trabajos de la Suerte se hallan a 40 varas de profundidad. El filón
que en esta mina desapareció en el verano último, acaba de ser
recobrado con creces por la excelente calidad de su mineral.
Fot. Gonzalo García
La
Suerte no tiene su filón superficial como Santa Cecilia en las 200
varas, pero nada creo aventurar, antes bien me lisonjeo de antemano
con el triunfo, asegurando que la mina de la Verdad situada en los
confines de la pertenencia de la Suerte, tiene descubierto el mismo
filón que pasa por Santa Cecilia, por la Fortuna, y por la Suerte.
Esto es lo que se esperaba, lo que debía suceder y por esto mismo no
se cree...; porque debajo de tierra deben pasar cosas muy extrañas,
y fuera de toda consecuencia lógica, cuando los incidentes casuales
se toman por reglas generales, y se atribuye a caprichos de la
naturaleza, la regularidad y orden de fenómenos sujetos a las leyes
conocidas.
Trasladándome
de nuevo a Hiendelaencina, observaré que en la Suerte además del
pozo de 40 varas y de otros trabajos de reconocimiento, hay una
galería abierta a 15 pies de profundidad que tiene 40 varas de
longitud sobre el filón; de esta galería se han sacado preciosos
cristales de bromuro de plata de color verde que no debe confundirse
con el mineral terroso de color verde y amarillento, que son mezclas
de cloruro y de bromuro de plata. Esta mina en el verano próximo, en
cuya época el pozo maestro quedará definitivamente arreglado y
establecido el malacate y un pozo de ventilación, podrá dar
mensualmente la misma cantidad de mineral que Santa Cecilia.
La
Fortuna que está a 35 varas de profundidad y en la que se han hecho
otras labores de reconocimiento, debe dirigir inmediatamente sus
trabajos sobre el filón con una galería a 30 varas de profundidad.
Demostrada la existencia de este filón, y reconocida la naturaleza
del mineral, queda todavía por resolver otra cuestión del mayor
interés para el éxito de las empresas. ¿Cuál será el con tenido
de plata, término medio, por quintal de mineral? Difícil es inferir
por infinitos ensayos que se hagan, pero sin temor de cometer, grande
error, puede asegurarse que el quintal de mineral limpio producirá,
cuando menos, uno y medio a dos marcos de plata por quintal, siendo
todo de la calidad del que hasta aquí se ha extraído.
Además
de este filón hay en aquel distrito otro en Congostrina, descubierto
en la mina de San José, el filón de la Mala Noche, y por fin el de
San Juan Facundo, que es el que hasta ahora difiere más del de
Hiendelaencina, pero que en profundidad será probablemente análogo.
Todos
estos filones son paralelos. El de Hiendelaencina; el de la Mala
Noche y el de San Juan Facundo, atraviesan las capas de gneis
levantadas; el de San José de Congostrina que atraviesa las capas
de pizarra micácea también sublevadas, está reconocido en una
longitud de 20 varas y a la profundidad de 35; y a juzgar por la
dirección observada en tan cortos trabajos, debe pasar por la
pertenencia de la Emilia y de algunas otras demarcaciones situadas a
la inmediación de San José. Se pretende que el de San Juan Facundo
ha desaparecido, lo mismo que se creía de San José; y aunque me
había propuesto no hablar de trabajos de .minas, siendo yo director
de alguna de ellas, el interés mismo de los particulares me obliga a
decir que tanto en las dos últimas como en la Mala Noche, las
labores y la fortificación caminan sin plan alguno y sin el menor
conocimiento de minas ni de criaderos. En la última, en razón de su
posición topográfica, los trabajos deben limitarse a profundizar un
pozo siguiendo el filón, mejor situado que el que hoy se halla ya
definitivamente como pozo maestro y una galería horizontal desde el
arroyo siguiendo las inflexiones también del filón. En San José
debe profundizarse el pozo, que desde un principio debió abrirse
sobre el filón siguiéndolo a mayor profundidad, y a una altura
conveniente establecer galerías de reconocimiento. Apenas habían
empezado los trabajos en San Juan Facundo, cuando yo visité aquella
mina; mi opinión en consecuencia sobre la marcha que debiera
adoptarse sería aventurada.
Todos
los trabajos que se emprendan en aquel distrito sobre filones de
barita, cuya dirección sea próximamente E. O., deben ser
productivos aún cuando en la superficie y a cortas profundidades
sean estériles. Es muy posible que también se encuentren filones en
dirección diferente, y cuya ganga sea cuarzo o espato calizo, o
espato flúor, o bien brun spath como en el Haratz; pero hasta ahora
no hay dato ninguno en apoyo de semejante conjetura. Todo el afán de
los mineros debe limitarse a reconocer los criaderos en profundidad y
en dirección, sin buscar cambios bruscos de dirección ni aparición
de nuevos filones, porque esto es contrario al origen y formación de
los filones. En efecto, la dirección, la inclinación y cuantos
accidentes pueden ocurrir en la marcha de un filón, son enteramente
independientes del rellanamiento; es decir, de la posición y
naturaleza del mineral que contiene; éste es consecuencia o efecto
secundario de la aparición de una roca volcánica, de los pórfidos,
por ejemplo en Hiendelaencina, lo mismo que en Freyberg, al paso que
el espacio, es decir, la dirección e inclinación del filón son
precisamente efecto de un agrietamiento en épocas tranquilas en que
nada alteraba el reposo de la tierra en aquel punto, y cuando las
rocas presentaban cierta resistencia; por cuya razón estas grietas
son regulares comparadas con la magnitud del globo, como ha podido
observarse en nuestros días en aciertos puntos de América, en donde
después de un terremoto o la extinción de un volcán, los terrenos
se han agrietado lo mismo que el de Hiendelaencina, Frayberg y otros.
Ramales de una grieta principal se conciben y a cada paso se
encuentran; testigos el pozo de Canto Blanco, de Santa Cecilia y los
ramales de la Fortuna; pero dos grietas distintas y paralelas en el
espacio de 10 o 12 varas, es muy difícil de concebir. Por el origen
mismo del rellanamiento de filones, se concebirá fácilmente cuan
aventurado es formar juicio acerca de la riqueza de un criadero a
cierta profundidad. La masa principal de un filón no es casi nunca
el mineral beneficiable y de esa únicamente se puede responder hasta
cierto punto; pero admitiéndose por la estructura en bandas y la
cristalización de ciertos compuestos que los minerales se han
depositado por emanaciones lentas y periciales ¿qué dato hay para
saber si en un punto se han acumulado más minerales que en otros y
si este punto está próximo a la superficie de la tierra? Por el
hecho mismo de que los filones se han rellenado de abajo arriba, es
creíble que en la superficie no sean tan ricos como en profundidad;
pero dejando toda conjetura a un lado, vengamos a los hechos. Se
conocen filones muy ricos en la superficie y estériles a cierta
profundidad. Los mineros alemanes pretenden que al nivel de las aguas
o valles inmediatos a las minas empieza a encontrarse la riqueza. En
algunos puntos de Francia, han esterilizado los criaderos a la altura
de las aguas. Los filones de poca potencia suelen ser los más ricos
en el Hartz y otros puntos, en Almadén la potencia y la riqueza del
mineral aumentan en razón directa. Sin salir de Hiendelaencina y
para acabar, nada se aventura en asegurar que si la mina de la
Fortuna tuviera a todas profundidades, el mineral que se encontró en
la superficie, ella sola hubiera podido dar más plata anualmente que
todas las minas del mundo reunidas; y que si la suerte sigue dando el
mineral que hasta el día, es decir, a las 40 varas de profundidad,
será sin disputa la primera entre las de plata, como Almadén entre
las de azogue.
Merced
al contrato celebrado entre las sociedades de Santa Cecilia, la
Suerte y la Fortuna y el Sr. Pollard, en el que me honro de haber
tenido una parte aunque pasiva, los resultados dentro de algunos
meses deben resolver el problema para los que prudentemente no han
fijado por completo su opinión. Entre tanto motivo de halagüeña
esperanza, acaba de resolverse desfavorablemente una de las
cuestiones más interesantes para la prosperidad de Hiendelaencina.
Debiéndose unir las tres minas de La Suerte, Santa Cecilia y la
Fortuna, formando una sociedad cuyas labores, máquinas, edificios,
oficinas, empleados, etc. fueran todos unos, razones poderosas por
una y otra parte imposibilitan por ahora tan ventajosa alianza. Los
gastos de explotación deben aumentarse considerablemente, y las
utilidades disminuir en la misma proporción; pero es de esperar que
convencidos más tarde unos y otros de esta verdad, sea más posible
la realización de un contrato.
Entretanto
ya he dicho que el terreno de Hiendelaencina es metalífero y que la
experiencia lo acredita. En todas las minas deben mirar sus labores
como puros reconocimientos, y dejando aparte malas rutinas y
sentenciosos consejos, reconocer. los filones con pozos que sigan su
inclinación a la mayor profundidad posible, y ya desde fuera, o ya
partiendo del pozo galerías en dirección. Lo ocurrido en la Suerte
es muy notable y aunque el problema era difícil por ser el filón
vertical; puede servir para demostrar que los filones no acuñan como
vulgarmente se cree, sino que o no es posible, o no se acierta a
encontrar su continuación; y así dice un autor conocido; y nosotros
somos de su opinión, que hay filones que esterilizan más o menos y
se tienen que abandonar, pero que todavía no se ha llegado en
ninguna mina al límite inferior de un filón; y sin salir de España
las de Guadalcanal, las de Galallo en Córdoba, y algunas más,
pudieran suministrarnos terminantes ejemplos.
Soneto a
Hiendelaencina
Honroso expone al pie de la montaña
Innumerables glorias del pasado
El lugar que en sus tierras ha gestado
Nativo cual metal entre su entraña.
De su leyenda al pueblo le acompaña
Entre piedra y pizarra que han quedado
Las minas de argentífero legado,
Al ser las más fructíferas de España.
El pasado y la historia nos dejó
Numerosas herencias de un ayer
Construcciones que el tiempo abandonó.
Imágenes de tal acontecer
CAPÍTULO V
Estudios
de interés
Con
relación a Hiendelaencina y su comarca se han escrito diversos estudios
relacionados con el entorno, sus minas, su historia y sus costumbres. Expongo a
continuación uno de ellos, creo que a la vez que es interesante, está
amenamente expuesto; más una breve historia del patrimonio de la Iglesia de
Santa Cecilia.
EL PLAN DE
MUSEALIZACIÓN DE HIENDELAENCINA GUADALAJARA
Por la Sociedad
Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero
Autor:Jardtarchitect
INTRODUCCIÓN
Hiendelaencina
y sus pueblos limítrofes tienen una ubicación geográfica privilegiada, situados
al pie de la Sierra del Alto Rey, junto al pequeño cañón del río Bornova. Es
una región que por su riqueza natural y sus valores socioeconómicos ha sido
incluida dentro de la planificación del “Parque Natural de la Sierra Norte”.
Aspectos
como vegetación, fauna, geología, hidrología, paisaje o el patrimonio cultural
con “La pasión viviente” y el tramo tercero de la ruta turística “Camino del
Cid” están entrelazados en perfecta armonía, formando un conjunto muy especial.
Dentro
de este conjunto la geología destaca de forma singular.
El
uso extendido de la pizarra en la construcción ha provocado que los pueblos de
la zona se engloben dentro de la denominada “Arquitectura negra”, y por su
pasado minero al municipio se le conoce como “Las Minas”. Un lugar donde se
localizan los restos de las que fueron las minas de plata más importante de
España en toda su historia, extrayéndose más de 500 toneladas en menos de 150
años.
Hace
millones de años fenómenos volcánicos y subvolcánicos dejaron su huella en esta
tierra. El magmatismo dejó como regalo filones ricos en metales preciosos, con
la plata como principal elemento. Su aprovechamiento comenzó en la segunda
mitad del siglo XIX, la actividad minera de Hiendelaencina se desarrolló hasta
finales del siglo XX, siguiendo diferentes fases de explotación.
Amplias
plazas, largas calles y una monumental iglesia denotan lo que en su día fue una
población que albergó casi a 5.000 habitantes a finales del Siglo XIX, cuando
las explotaciones mineras estaban en su apogeo.
Las
instalaciones actualmente se encuentran abandonadas, pero quedan los edificios
que evidencian el esplendor minero, que no pueden caer en el olvido ni seguir
soportando los saqueos y expolios a los que se han visto sometidos en las
últimas décadas.
Sin
duda, la geología, el paisaje y la biodiversidad forman un potencial turístico
que hay que desarrollar y dar a conocer. De esta manera se plantea no sólo
musealizar las minas, sino incluir en el proyecto todo el término municipal de
Hiendelaencina.
EL
PLAN DE MUSEALIZACIÓN DE HIENDELAENCINA
El
interés por la conservación del patrimonio industrial en general y
el geológico y minero en particular se viene observando desde hace
muchos años. Aunque el fenómeno de la arqueología industrial
comienza hace dos siglos, es en los años 70 cuando se empieza a
investigar, analizar, registrar y preservar sus restos materiales. A
partir de entonces comienzan a crearse asociaciones internacionales
encargadas de velar por su conservación y empiezan a fijarse
protocolos de actuación conjuntos.
Todas
las organizaciones, unidas en una federación europea, han solicitado
al Consejo de Europa, la Unión Europea y las organizaciones
internacionales activas, iniciar una serie de actuaciones encaminadas
a concienciar al público, las autoridades, las instituciones
públicas y organizaciones no gubernamentales, de la necesidad
urgente de salvar el patrimonio industrial y técnico de Europa. De
esta manera se le otorga el lugar que le corresponde por su
importancia histórico-científica que nos ayuda a comprender el
desarrollo económico-social de los últimos siglos.
En
1972 el Convenio para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural
y
Natural de la UNESCO ya apuntó la dificultad e importancia que
tiene la conservación de estos bienes cada día más amenazados. Se
mencionan los bienes pertenecientes al Patrimonio Natural
(yacimientos, entorno y medio natural) y Patrimonio Antropométrico
(labores e instalaciones mineras). Gracias al Convenio de la UNESCO,
se han incorporando paulatinamente a la Lista de Patrimonio Mundial
muchos conjuntos minero-metalúrgicos. En Europa, desde finales del
siglo XVIII y comienzos del XIX, se están llevando a cabo trabajos
de conservación del Patrimonio Minero, mientras que en España, este
movimiento no comienza hasta mediados del siglo XIX. Hoy día en
distintos países europeos podemos contabilizar al menos
quinientas explotaciones antiguas que se han transformado en museos
de la historia de la minería, áreas naturales protegidas, parques
de recreo, etc., siendo la tendencia actual la de reconstruir
labores, edificios, equipos e instrumentos antiguos in situ,
preservando el entorno natural y cultural y exhibiendo los objetos
conservados en su contexto.
Recuperar la memoria histórica de las Minas de Hiendelaencina
entra
dentro de esta dinámica, con unos objetivos ya marcados:
– Remediar
la situación de abandono del patrimonio geológico y minero a través de su
conservación y puesta en valor.
– Mejorar
la situación medioambiental integrando el medio natural en el conjunto de la
oferta turística y como parte importante en la comprensión del proceso
industrial.
– Promover
el desarrollo local transformando el conjunto del patrimonio geológico-minero
en un espacio socio-cultural que demandaría una infraestructura más amplia y
con más servicios. Se trataría de crear un polo de atracción turístico que
promueve la implantación de otras actividades complementarias que generen
riqueza en la zona.
– Evitar
la degradación del entramado social, sirviendo como foco de atracción tanto
para la población local como para el turista y fomentando la creación de
empleo.
– Dar
a conocer el patrimonio geológico e industrial a residentes y visitantes,
potenciando la concienciación de la necesidad de proteger y conservar el
patrimonio existente.
– Servir
de ejemplo real y visitable para escolares y estudiosos que quieran profundizar
en el estudio y el conocimiento de la minería de la plata.
Para
conseguir estos objetivos en julio de 2009 se presentó el “Plan de
musealización de Hiendelaencina”, en el cual se marcaron tres líneas de
trabajo:
1º)
El edificio-museo. Ya ha comenzado la edificación del museo, y el proyecto de
dotación de contenidos fue presentado en noviembre de 2009. Se aprovecharán las
instalaciones para dotar a Hiendelaencina de una oficina de turismo.
2º) Las
rutas verdes. Combinando el valor natural del territorio con el valor geológico
y minero. Todas las rutas dispondrán de señalética adecuada y paneles
informativos. Un objetivo es dar a conocer el valor natural de la región por un
lado, pero por otro es importante dar a conocer la influencia de los
valores naturales sobre la minería. La orografía, el clima, el aprovechamiento
de los recursos forestales e hidráulicos o el aumento de población, sin duda
tuvieron sus repercusiones. Incluso el abandono de la agricultura y la
ganadería a favor de la minería provocó cambios en la naturaleza.
3º)
El entorno minero. En Hiendelaencina hay bienes materiales suficientes para
plantear su recuperación.
Se
realizará un inventario y catalogación que a priori se pueden clasificar en:
-
Pozos mineros.
-
Instalaciones de lavado y flotación.
-
Instalaciones de metalurgia.
-
Instalaciones energéticas.
-
Edificios de relevancia.
Con
especial atención se considerarán los pozos históricos, como pueden ser Santa
Cecilia, Santa Teresa, San Carlos, Santa Catalina. Y también se estudiará la
posibilidad de recuperación de las instalaciones del lavadero del Sr. Ormaza.
Por otro lado, y paralelamente al desarrollo de estas tres líneas de actuación,
se realizarán los estudios necesarios para conseguir la declaración de Bien de
Interés Cultural (B.I.C.).
Como
valor añadido se realizarán dos estudios:
Posibilidad
de acceder a las galerías para hacerlas visitables al público general.
– Posibilidad
de convertir alguno de los edificios abandonados en Centro de Interpretación de
la geología.
EL
PROYECTO DEL MUSEO
El
Museo de la Plata se convierte en el primero de los ejes de todo el plan de
musealización. Tomando como referencia el edificio ya en construcción, se ha
elaborado el proyecto museológico y museográfico de este espacio.
Fotografía del acceso a la planta alta del museo, donde
se expone una vagoneta con mineral, traída de la
mina Santa Catalina junto al póster de una galería.
El
museo consta -pues ya es un hecho- con dos plantas de aproximadamente 90 m2
cada una. En la inferior se localiza la recepción, una tienda, un almacén, la
sala de control y vigilancia, el despacho de dirección del museo, una sala de
reuniones, la oficina de turismo del municipio y un salón de actos. La parte
superior está destinada a la exposición permanente y a la biblioteca
especializada en temática minera y geológica.
El
área de exposiciones se divide en cuatro zonas temáticas:
1º)
Zona 1: El mineral y la geología de Hiendelaencina.
2º)
Zona 2: Del mineral al lingote.
3º)
Zona 3: Los que arriesgaron el capital.
4º)
Zona 4: Los que arriesgaron su vida.
Zona
1: El mineral y la geología de Hiendelaencina.
En
la zona 1 se exponen una colección de minerales de Hiendelaencina (plata, pirargirita,
acantita, mirargirita, freieslebenita, freibergita, estefanita, tetraedrita,
proustita…). Pero también se describirá la geología de la zona diferenciando
entre:
– Geología
general: Metamorfismo (ortogneises “Ollo de Sapo”), vulcanismo andesítico,
tectónica tardihercínica, geomorfología…
– La mineralización: Descripción de este yacimiento epitermal y de sus
fases de hidrotermalismo; formación de los filones, especialmente el “filón
rico”; distribución de los minerales de muro a techo en las diferentes
litologías afectadas…
Se
dará gran importancia a la explicación a la minería tanto como a la geología,
dos disciplinas que en han de ir completamente de la mano en cualquier proyecto
minero. Saliendo de la zona 1, en el centro de la sala, de instalará una
maqueta representando Hiendelaencina y su red de galerías subterráneas:
En
esta zona existirá un pequeño espacio para hablar de las distintas fases de la
exploración minera, destacando la efectuada por el Instituto Geológico y Minero
de España entre 1969 y 1972.
El
informe de esta explotación recoge los resultados de 15 sondeos llevados a cabo
sobre la zona occidental del filón, concluyendo que «si se pudiese establecer
una ley de proporcionalidad en la Mina Santa Teresa, inmediata a la zona que se
estudia, y el volumen de mineral de este filón, se podría considerar que la cantidad
de plata aquí encerrada sería de 320 a 350 toneladas» (ITGE, 1972). En el mismo
informe también hace referencia a la posibilidad de que exista mineralización
de plata de tipo catatermal entre los 600 y los 1.000 m de profundidad, lo que
ampliaría la zona explorable del filón en unos 46.000 m2.
Zona
2: Del mineral al lingote
En
la zona 2 se tratará el tema “del mineral al lingote”.
Se
explicarán las distintas metodologías de explotación y transformación que se
aplicaron en las minas de Hiendelaencina.
La
explotación de los primeros años consistió, básicamente, en construir un pozo
maestro desde el cual partían galerías estrechas a diferentes alturas y
siguiendo las direcciones de los filones. El mineral se arrancaba a pico y se
usaba poco explosivo. El minero llevaba el material hasta un torno ubicado en
el pozo maestro.
Autor: Luis Monje
Presentación de informe-memoria con las propuestas de ámbitos de protección e
incoación como BIC del patrimonio minero de Hiendelaencina.
– La
Delegación Provincial de la Consejería de Cultura, Turismo y Artesanía de la
JCCM resuelve la incoación o no de los elementos propuestos enviado. En caso de
ser afirmativo envía un informe a la Comisión de Patrimonio.
– La
JCCM resuelve la declaración del bien como BIC. Galerías subterráneas.
Se
investigará la posibilidad de visitar las galerías, dado el interés pedagógico
de la visita. Para ello se realizará un análisis de la información y
documentación técnica existente de las minas, para sobre plano poder definir
que bocas de minas serían las más adecuadas para acceso turístico cumpliendo
las normativas de seguridad. Una vez escogidas estas “Bocas” se inspeccionarán
por un equipo de profesionales. Inicialmente se estudiarán los accesos
horizontales, y si la investigación no fuera fructífera se estudiará el acceso
a través de pozos verticales.
Los
pozos verticales tienen un acceso complicado que eleva los costes y la no
existencia de galería de emergencia a pie imposibilitaría cualquier
planteamiento turístico. Se prioriza por lo tanto la búsqueda de una galería
horizontal con acceso seguro.
En
lo posible, con los equipos de rescate autónomos se accederá a estos socavones
para poder determinar las condiciones de sostenimiento y de seguridad de las galerías
y las labores a realizar para asegurar su estabilidad.
Autor: Pablo Antonio Fernández Padilla
Mi pueblo
En un rincón de
Castilla
junto a unas ruinas yertas,
cerca de una cumbre altiva
y al pie de esa sierra esbelta,
entre Ocejón y el Otero
allá mi pueblo se encuentra,
en otros tiempos testigo
de la actividad minera,
con la emigración se fue
el cultivo de la tierra.
Mas bajando por Casillas
en Atienza descansó,
entre Robledo y Las Minas
mirad con mucha atención,
las huellas de un tal Rodrigo
por este lugar pasó,
señor de un reino sin trono
que al destierro le llevó
siendo vasallo oneroso
de un deshonroso señor.
Allende en la encina está
en la meseta ancha alzado,
aguas del río y su cauce
al barranco accidentaron.
El Bornova y su caudal,
otrora tiempos lejanos
sus corrientes hechizadas
con sus aguas moldearon
la mies y electricidad
con descender continuado.
Por Las Minas le conocen
forasteros y habitantes
Hiendelaencina es su nombre
su apodo es muy elegante,
y como mi abuela dijo.
-En este mundo inestable
raíces has de dejar
si algún día te marchases
esta sierra aquí ha de estar,
tanto como el sol aguante.
junto a unas ruinas yertas,
cerca de una cumbre altiva
y al pie de esa sierra esbelta,
entre Ocejón y el Otero
allá mi pueblo se encuentra,
en otros tiempos testigo
de la actividad minera,
con la emigración se fue
el cultivo de la tierra.
Mas bajando por Casillas
en Atienza descansó,
entre Robledo y Las Minas
mirad con mucha atención,
las huellas de un tal Rodrigo
por este lugar pasó,
señor de un reino sin trono
que al destierro le llevó
siendo vasallo oneroso
de un deshonroso señor.
Allende en la encina está
en la meseta ancha alzado,
aguas del río y su cauce
al barranco accidentaron.
El Bornova y su caudal,
otrora tiempos lejanos
sus corrientes hechizadas
con sus aguas moldearon
la mies y electricidad
con descender continuado.
Por Las Minas le conocen
forasteros y habitantes
Hiendelaencina es su nombre
su apodo es muy elegante,
y como mi abuela dijo.
-En este mundo inestable
raíces has de dejar
si algún día te marchases
esta sierra aquí ha de estar,
tanto como el sol aguante.
HISTORIA Y
PATRIMONIO DE LA IGLESIA DE SANTA CECILIA
A
continuación presento una minuciosa recopilación del patrimonio histórico de la
Iglesia de Santa Cecilia de la localidad de Hiendelaencina resumida de los
apuntes históricos que presentó en forma de vídeo grabación Pepe Salvador
García en el año 2012.
Antecedentes
Los primero
que se conoce de la existencia de la Iglesia data de 1353 donde se cita que en
la localidad de la diócesis de Sigüenza, Lluen del encina y Castilpelayo tenían
la Iglesia ubicada en el primer asentamiento denominado Arroyo del Val en el
paraje conocido como Las Peñas con una población de 25 habitantes.
Posteriormente
allá por 1690 al crecer la población y ante el deterioro de la primera
parroquia parece ser que se construyó una Iglesia mayor en la Plaza de las
Cabras, hoy de Don Joaquín Latova, anexo a ella como en todos los pueblos
castellanos estaba situado el cementerio, también parece ser que por aquella
época ya existía la ermita.
La Iglesia
Ya
remontándonos al siglo XIX entre 1848 1851 se construyó la actual Iglesia
situada en la Plaza Mayor la cual fue consagrada el 22 noviembre 1851 bajo la
advocación de Santa Cecilia y bendecida por el obispo de Sigüenza Don Joaquín
Fernanda Cortina.
La
construcción está realizada en una sola nave ancha y dilatada con crucero de
arquitectura sobria del siglo XIX, sus altares mayores son 4 sin relevancia y
su decoración interior es pobre en imaginería su retablo primero se trajo de
Ayllón. La cuantía de la construcción ascendió a 9000 duros de la época. En 1914
se instaló el primer reloj.
Datos
históricos
Santa Cecilia como se sabe es la Patrona de Hiendelaencina, aunque en la historia existieron varios candidatos, ya en 1581 los tres Santos venerados eran Santa Quiteria San Sebastián y Santa Cecilia, en el siglo XIX y por razones obvias se plantearon la opción de hacer a Santa Bárbara patrona de Hiendelaencina y ya en el siglo XX se intentó hacer patrón a San Miguel Arcángel no llegando como se ve ningún candidato a destronar a la actual Patrona.
Su
Patrimonio
Aunque
sus reliquias no son de gran relevancia artística algunas si son de un gran
valor sentimental o espiritual para el pueblo y sus devotos, a continuación se
hacen una relación de todas ellas:
- Ermita Nuestra Señora de la Soledad
-
Archivo parroquial.
-
Cabeza del Cristo de Limpias
-
Pila bautismal
-
Concesión de cien días de indulgencia (22 de junio de 1947)
-
Relicario Santa Cecilia.
-
Copón se hizo a expensas de Gabriel criado 1856.
Relación
cuadros
-
Cuadro de Santa Cecilia, época barroca.
-
Triunfo de la Eucaristía sobre la idolatría, copia del cuadro de Rubens.
-
Santa Cecilia, copia del cuadro de Guido Reni 1606.
-
Llanto por el Cristo Muerto.
-
Santa Cecilia, escuela imaginería de Olot.
-
San Antonio Abad.
-
Sagrado Corazón de Jesús.
-
La Inmaculada Concepción.
-
Inmaculado Corazón de María.
-
Exposición del Santísimo Sacramento de la Eucaristía.
-
Santo Cristo de la Agonía.
-
Imagen Virgen del Pilar.
-
Nuestra Señora del Carmen.
-
Visitación de Santa Isabel y San Juanito (También conocido como la Parentela).
-
La adoración de los Reyes Magos.
-
Adoración de los Reyes.
-
San Miguel Arcángel.
-
San Francisco de Asís recibiendo las llagas de Cristo.
-
Santa Margarita María de Alacoque.
-
La Inmaculada Concepción.
Por
la devoción que se tiene a esta imagen en la Parroquia a continuación se expone
una descripción más detallada de este cuadro:
La
obra perteneciente a la escuela Española barroca del siglo XVIII representa a
la virgen en un entorno celestial. Pintada en lino (2,10 X1,60) m. con óleo
sobre lienzo.
Hacia
finales de la Edad Media apareció una representación novedosa del tema, La
Virgen Inmaculada, enviada por Dios desde el cielo, desciende a la tierra. De
pie sobre la luna, coronada de estrellas, extiende los brazos o une las manos
sobre el pecho.
Los
otros atributos de la Inmaculada están tomados del Apocalipsis (cap. 12). La
luna, que nunca se representa llena, como en la Crucifixión, sino recortada en
forma de creciente, evocaba la castidad de Diana.
Posible autor Isidoro Tapia
El
arte barroco del siglo XVII, por tanto, tiene el mérito de haber creado el tipo
definitivo de la Inmaculada Concepción. Libre ya de todos los símbolos de las
letanías, rodeada sólo por ángeles, sus pies aplastan la serpiente tentadora,
para recordar su victoria sobre el pecado original.
Por
todo esto aquí tenemos una Inmaculada representada sobre un cuarto lunar y
nubes. En la parte inferior derecha aparece representada una serpiente
mordiendo una manzana, como fruto divino y simbolizando su dominio sobre el
pecado.
-
Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel.
-
José de Nazaret.
-
San Antonio de Padua, barroco.
-
Santo Niño del Remedio.
-
Imagen Nuestra Señora de Fátima.
-
Imagen Divino Niño Jesús.
-
Imagen San Isidro.
-
Santo entierro de Cristo Jesús Yaciente, imaginería castellana.
-
Santo Sepulcro, óleo sobre lienzo.
-
San Francisco de Paula, óleo sobre lienzo barroco.
-
Virgen con el Niño con guirnalda y con rosario, composición a medallón,
barroco.
-
San Pancracio.
-
Jesús Nazareno rescatado, orden de los trinitarios.
-
Salome con la cabeza de san Juan Bautista.
-
Sixto IV.
-
Pila bautismal época prerrománica siglos X y XI.
-
Bautismo de Cristo, óleo sobre lienzo.
Capillas
En torno a la agrupación de familias religiosas se
crearon las capillas, diminutas cajas labradas en madera donde en su interior
ubicaban una imagen por regla general de la Virgen en sus distintas formas y
que se iban pasando de vecino a vecino por riguroso orden apuntado en papel y
adherido a una de las dos puertas, a quien encendían velas por las gracias
concedidas, Las capillas eran 5 y desgraciadamente se desconocen su paradero.
- Sagrado Corazón.
- Nuestra Señora de Fátima.
- Capilla Nuestra Señora del Carmen.
- La Milagrosa.
- Nuestra Señora del Santo Rosario
Resto del inventario
- Ecce Homo talla en madera (Retirado del culto entre
1951 y 1956).
- La Virgen medalla milagrosa.
- Altar Mayor sin gran relevancia entre 1936 - 39 fueron
destruidos los altares originales traídos desde Ayllón y que su valor artístico
si era de consideración.
- Santa Cecilia órgano.
- Armonio en el coro.
- Relicario Santa Cecilia sin data y de poco valor
material.
- Las Sacras: son tres cuados que se sitúan en medio y a
los lados del Altar y donde están escritas ciertas oraciones comunes de la
Iglesia, para ayudar a la memoria del celebrante.
- Virgen de la Soledad.
- Otra imagen de la Virgen.
- Concesión de 100 días de indulgencias.
- Santo Cristo Limpias.
- Congregación doctrina Cristo.
- Mater Dolorosa.
- Los Santos Oleos.
- El pulpito.
- Carracas y matracas.
- Naveta.
- El Incensario.
- El Sagrario.
- Confesionario.
- Las campanas.
Vía crucis
El Vía crucis se compone de catorce estaciones con sus
correspondientes cabeceras numeradas y estampas en color. Realizado en madera
de nogal y cabeceras recubiertas de pan de oro.
Esta obra se ha llevado a cabo por la Escuela Taller del
Palacio Real de Madrid bajo la dirección del maestro Máximo Martín Pozas en el
año 2000, conservando el mismo formato, aunque a mayor escala que el Vía crucis
que existía anteriormente y que fue retirado del culto.
La
Custodia
De
esta imagen de La Custodia catalogada por José Salvador en 2012, apenas se
conocen datos.
No
están expuestos a pública visita los siguientes componentes del inventario:
-
El Cáliz de Hiendelaencina no consta fecha de fabricación
-
El Copón con plata de Hiendelaencina, inscripción de Gabriel Criado 1856.
-
Casa parroquial.
-
Custodia.
-
Reliquia de Santa Cecilia.
-
En agosto de 2014 se inauguró el cuadro sobre el fondo del coro. Realizado por
el pintor Jaime Sánchez Alcorlo.
ESTUDIO
HISTÓRICO DE LA FÁBRICA DE BENEFÍCIOS DE MATERIALES, LA CONSTANTE
INTRODUCCIÓN
Por
Ana Parra Bodega y Gloria Viejo Ibarra
Autor Gonzalo Garcia
Soneto a Las Minas
Las ruinas y la memoria nos
quedan de tu pasado
los ecos de aquel legado nos
dejan entre la historia
los pozos ya sin su gloria,
las minas, algún sembrado
y el tiempo casi parado por la
influencia migratoria.
Su suelo quedó explotado en
esa etapa notoria,
la plata vistió de euforia
aquel pueblo ilusionado
el hecho es que no ha quedado
en sus entrañas ni escoria,
solo la dedicatoria de un
monolito agrietado.
La Plaza Mayor quedó como la
huella de un ayer
y junto a ella has de ver la
iglesia que allí se alzó
su amplitud distinguió tan
eximio acontecer.
Fortuna, suerte y poder al
pueblo lo transformó
efímero transcurrió su
insólito renacer
y
el pretérito acaecer parece que no pasó.
1.
INTRODUCCIÓN
El
presente estudio trata de aproximar al lector a la Historia de la fábrica “La
Constante”, recorriendo las distintas etapas de la misma de un modo general
desde su instalación en el año 1845 hasta nuestros días.
La
historia de la fábrica de beneficio de minerales, “La Constante”, se remonta al
año 1845, emplazándose en pleno corazón de la Sierra Norte de Guadalajara,
entre los municipios de Hiendelaencina y Gascueña de Bornova. Esta fábrica debe
su origen a las minas halladas en el término de Hiendelaencina cuando debido al
descubrimiento del famoso yacimiento de plata, se inicia una romería de
forasteros interesados en el aprovechamiento del mineral, sin embargo, durante
los primeros meses de explotación se carece de industria para beneficiarlo. A
la llamada de esta circunstancia acuden los ingleses, pioneros en la industria,
con el fin de hacer fortuna, y aprovechar el importante yacimiento argentífero,
surgiendo así la fábrica de beneficio “La Constante” con destino a la
producción de lingotes de plata.
Autor: Manuel Asenjo. Publicado en la revista "La Ilustración Artística" Nº 1395-septiembre 1908
Cabe
calificar de singular la crónica que engloba a este lugar antes desierto y
cubierto de jarales, pues es asombroso el hecho de que en la España más
profunda y rural como era la Serranía de Guadalajara, en una época donde la
mentalidad no volaba más allá del pueblo de nacimiento surgiera una colonia
inglesa de tan alto nivel y clase social, donde las pobres gentes de campo
convivían con las mentes cultas y desarrolladas de la burguesía británica.
Fueron
ellos los fundadores de “La Constante” con sus avanzadas técnicas,
conocimientos y capital los que la llevaron a adquirir un nivel tal, que fue
considerada de las mejores fábricas de Europa.
A
su alrededor se creó un poblado, tan adelantado y peculiar para la gente de la
tierra que aún hoy es admirado y recordado en las mentes que conocieron mejores
tiempos de este lugar.
Escasa
es la información existente en relación a “La Constante”, pero en toda ella
queda plasmada la magnitud que adquirió tanto la fábrica como el poblado objeto
de estudio de este trabajo final de carrera, y con el que se pretende sacar a
la luz esta desconocida parte de nuestra historia.
Tras
su marcha, fueron sus técnicas las que siguieron empleando los sucesivos
directores, hasta su declive y cese como fábrica de beneficio de minerales en
1926.
2.
HISTORIA DE HIENDELAENCINA ANTES DE 1844
Para
comprender el origen de la fábrica de beneficio, es necesario explicar previamente
la historia del distrito de Hiendelaencina, la cual cambiará radicalmente tras
el descubrimiento del yacimiento de plata en 1844.
Hiendelaencina
es un pequeño pueblo ubicado en el norte de la provincia de Guadalajara
(Castilla La Mancha), perteneciente a la comarca de la Sierra Norte. Sus
límites son los términos de Gascueña de Bornova y Prádena de Atienza al norte,
Congostrina y Alcorlo al Sur; Pálmaces de Jadraque y Robledo de Corpes al este;
y Villares y Zarzuela de Jadraque al oeste. En rasgos generales está
geográficamente definido entre la Sierra del Alto Rey y las vegas del río
Bornova. La distancia entre la población y la capital de provincia es 50 Km.
Hasta
la fecha mencionada su historia es poco destacable entre los pueblos lindantes,
pues la vida que allí se desarrollaba carecía de singularidades.
La
aldea en sus primeras referencias, las Relaciones Topográficas de Felipe II,
responde al nombre de Loin de la Encina a finales del siglo XIII y a Allende
Laencina en el XVI. En aquel entonces su jurisdicción pertenecía a la villa de
Jadraque, bajo el concernió del Duque del Infantado.
Bibiano
Contreras en su libro “El País de la Plata”, analiza y estudia la historia del
municipio referente a esta etapa.
En
el siglo XIX, tratábase pues de un lugar desconocido en el mapa de España,
incluso de Guadalajara, tan insignificante por su vecindario como por su
riqueza. Una pequeña aldea perteneciente al partido de Atienza, de apenas 48
vecinos, sin alcanzar las 200 almas; donde sus pobres gentes se dedicaban a la
agricultura primitiva limitada a la siembra del centeno y al pastoreo de unos
centenares de cabezas de ganado. Acudían a los mercados de Jadraque, Atienza y
Cogolludo para vender leña y reses lanares o de cabrío y así poder obtener los
artículos que la aldea no producía.
El
conjunto de edificaciones apenas llegaba a las 51 viviendas, con un
significativo carácter rural. Distribuidas en tres barrios, sin orden ni
concordia de calles y numeración. Eran estos llamados Barrio Cimero, Barrio
Bajero y Barrio de la Iglesia.
Las
viviendas se componían de mísera piedra amasada con barro y techadas de
pizarra, y sus habitantes sobrevivían en ellas cultivando sus escasas e
infructíferas tierras, pasando desapercibidos del resto del mundo.
Tal
y como plasma Bibiano Contreras la situación de la citada época, poco podían
esperar sus habitantes el florecimiento que el destino les estaba a punto de
ofrecer: Ni codiciados ni codiciosos, vivían aquella existencia ignorada, bien
ajenos de que bajo la costra de tierra que arañaban para tender la semilla, se
ocultaban tesoros abundantes, que solo esperaban la mano del hombre para
mostrarse á la luz del día y convertir aquel desierto en una riquísima comarca.
He
aquí por qué se puede decir que la historia de Hiendelaencina comienza desde el
día memorable en que se descubrieron las minas de plata, allá por el año de
1844.
3.
DESCUBRIMIENTO DEL CANTO BLANCO
Se
conoce como “Canto Blanco” el paraje de Hiendelaencina donde se localizó la
primera mina. Este descubrimiento se encuentra rodeado de leyendas acerca de
cómo y quien encontró el primer indicio de la riqueza que se escondía bajo la
tierra de Hiendelaencina. Lo único demostrable es que fue D. Pedro Esteban
Górriz quien vislumbró y puso todo su empeño en explotar la riqueza de esta
zona.
De
manera resumida, la leyenda habla de un platero llamado Fortuny, de procedencia
italiana e instalado en Pinilla de Jadraque, el cual, cubre una deuda del
Ayuntamiento de Pálmaces con el gobierno de Guadalajara mediante falsas monedas
de plata, elaboradas por él mismo. Más tarde es descubierto y arrestado por
este delito.
Durante
el cumplimiento de su pena en prisión conoce a D. Pedro Gorriz a quien confía
el secreto de que existe un yacimiento argentífero allá por Hiendelaencina.
A
la salida de prisión de Górriz, con el fin de encontrar la plata esperada, se
dirige hacia el “Canto Blanco” y así comenzaría la historia de “Las Minas”.
Esta
famosa fábula del platero de Pálmaces aunque curiosa, carece de credibilidad
pues tras diversos análisis cronológicos de las biografías de cada individuo
queda demostrado que no llegaron a compartir prisión y ni siquiera a conocerse.
La
verdadera historia de cómo D. Pedro Esteban Górriz descubrió el yacimiento en
Cantoblanco se conoce gracias a los anteriormente referidos apuntes de “El País
de la Plata”.
D.
Pedro Esteban Górriz nació en Subiza (Navarra) en 1804. Era un hombre de
carácter alegre, muy aficionado a la minería, casado y con tres hijos.
El
1 de Enero de 1840, a la edad de 36 años, se le expidió el título de
Agrimensor, oficio actualmente conocido como topógrafo. Desempeñó este cargo en
varios pueblos de la provincia de Guadalajara, realizando mediciones en montes
del estado, bienes propios, fincas de carácter particular, etc. El 20 de Junio
de 1840, el Ayuntamiento de Robledo, pueblo inmediato a Hiendelaencina,
requirió sus servicios profesionales para medir los montes de su propiedad, y
seguidamente lo mismo hizo Aldeanueva, situada entre Robledo e Hiendelaencina.
Con
el fin de que se le prestaran todos los auxilios para cumplir su cometido,
visitó Hiendelaencina hacia el 29 de Septiembre de 1840. D. Pedro Esteban
Gorriz, debió ver el crestón donde afloraba el mineral de plata, en alguna de
las muchas veces que recorrió la senda desde dicho pueblo a Robledo para
cumplir con su labor profesional. Pero ese mismo año D. Pedro se vio envuelto
en un proceso judicial abierto a causa de cobro de impuestos ilegales por la
realización de dichos trabajos, y el 14 de Octubre de 1840 fue arrestado en
Semillas, pueblo cercano a Hiendelaencina, y encarcelado en Guadalajara.
Terminada la causa, se le desterró por cuatro años a Valladolid, pero debió
obtener algún indulto ya que al año y medio se le volvió a ver en Guadalajara y
Sigüenza, seguramente con la certera idea del yacimiento de plata que vislumbró
años atrás. Hombre inteligente y emprendedor, sus primeros actos fueron
agradecer a sus amigos la ayuda ofrecida a su familia durante sus años de
presidio, e instarles a formar una sociedad para la explotación del filón de
Canto Blanco, el lugar donde él descubrió los primeros indicios del mineral.
Insistió sin desanimarse con su proyecto a numerosos amigos y conocidos en
Guadalajara y Sigüenza, pero en los primeros momentos fue tomado por loco e
iluso, sin conseguir ningún apoyo ni socio.
Ante
esta negativa, varió su rumbo y probó suerte con gente de la zona de la Sierra,
que aunque con apenas recursos, confiaron en la gran ilusión y convencimiento
de D. Pedro Gorriz, así como en su buena fe, y aceptaron la oportunidad que
ellos consideraban que Gorriz les brindaba.
Tras
su puesta en libertad comenzó a ofrecer sus proyectos, que fueron desoídos en
la mayoría de los casos. Por ello dirigió la búsqueda de socios entre sus
afectos que a pesar de tener escasos recursos poseían mejor fe. Escoge así a
los cinco primeros socios; D. Galo Vallejo, D. Francisco Salván, D, Ignacio
Contreras, D. Eugenio Pardo Y Ádan y D. Francisco Cabrerizo; siendo el sexto
Antonio Orfila,
administrador
del duque del Infantado, que tras el análisis de las muestras de mineral que
realizó su hermano el ilustre químico D. Mateo decidió formar parte de la
sociedad.
La
naciente sociedad denunció a nombre de Gorriz la primera mina ubicada en el “Canto
Blanco", la mina “Santa Cecilia”, nombre de la patrona de Hiendelaencina,
y las minas “Suerte” y “Fortuna” a nombre de Antonio Orfila.
A
partir del descubrimiento del yacimiento argentífero comenzó una febril
actividad minera, demarcando numerosos pozos, convirtiéndose el camino a
Hiendelaencina en una auténtica romería tanto de trabajadores como de personas
interesadas en el hallazgo. Tal fama adquirió la explotación debida a la alta
calidad de sus minerales, que el conocimiento de esta traspasó fronteras
españolas, recorriendo Europa.
Sin
embargo, al inicio de esta naciente sociedad, sus socios que apenas contaban
con recursos para afrontar los gastos que la explotación suponía, atravesaron
muy difíciles momentos económicos.
Debido
a esta delicada situación, y a las escasas y atrasadas técnicas para el trabajo
del mineral, no abarcaron el necesario beneficio del mineral que era acumulado
sin salida.
La
noticia del tesoro que las tierras españolas escondían captó la atención de los
ingleses, y la necesidad de avanzadas técnicas industriales que ellos
disponían, originaron la llegada de estos y la creación de “La Constante”,
fábrica de beneficio de minerales de plata.
4.
ESTABLECIMIENTO DE LA CONSTANTE
El
origen de “La Constante” tiene nombre propio, Mr. John Taylor.
John
Taylor de procedencia inglesa, nacido en Holwell en 1808, era hijo de un
importante ingeniero de minas del mismo nombre. Gracias a él adquirió la
formación y los conocimientos necesarios para ejercer como director de minas. A
la edad de 20 años viajó a Alemania junto a su hermano Richard para visitar las
principales minas del país. A su vuelta fue nombrado por su padre director de
las minas de plomo de Flintdhire, constituyendo está el primer éxito de una
fructífera carrera que estaba a punto de comenzar. A Flintdhire le siguieron
otras como las minas Halkyn y las “Great Mold”.
En
1845 llegó a manos de la sociedad de John Taylor e hijo la compañía minera de
Linares (Jaén), llegando a formar posteriormente dos compañías más en la zona,
llamadas “Fortuna” Y “Alamillos”. Fue en ese mismo año cuando el importante
descubrimiento de plata en Hiendelaencina, en la provincia de Guadalajara,
captaron la atención de los señores John Taylor e hijo, que decidieron acudir
para corroborar las noticias propagadas. Pidieron permiso al ya nombrado D.
Antonio Orfila miembro destacable de la Sociedad Santa Cecilia, para realizar
los ensayos oportunos con mineral extraído de la explotación. Concedido el
permiso, se encerraron en una caseta durante seis u ocho días a la entrada de
la mina Santa Cecilia, donde realizaron las operaciones pertinentes a puerta
cerrada.
Debió
ser positivo el resultado cuando al tiempo presentaron proposiciones para abrir
una fábrica de beneficio, las cuales fueron aceptadas pues en aquel momento aún
se carecía de industria que diera salida a los minerales de plata que allí se
extraían. Con el objeto de la producción de lingotes de plata surge “La
Constante”.
La
fábrica requería para su funcionamiento de una importante fuerza motriz que
accionara la maquinaria de producción. En aquel momento la obtención de la
misma se basaba en el aprovechamiento de la fuerza del agua, por ello requerían
de una ubicación cercana a un río de donde poder aprovechar su caudal, por
Hiendelaencina pasa el río Bornova, sin embargo la pendiente que por su
territorio adquiere no supera el 1%. Se requería entonces, encontrar un lugar
donde la pendiente del río fuera provechosa, como el emplazamiento de La Vega
del Molino de los Ratones, donde la pendiente alcanza el 6%. Este enclave se
ubica en el pueblo de Gascueña de Bornova pueblo lindante por el norte con
Hiendelaencina. Encontraron en aquel lugar el entorno necesario para su
actividad, al mismo tiempo que evitaban la alta fiscalidad que como distrito
minero existía en Hiendelaencina.
El
caudal medio del río Bornova varía según la época del año:
Verano:
500 l/s.
Otoño:
1000 l/s.
Invierno:
1500l/s
Primavera:
2000l/s
Tras
la corroboración de la calidad del mineral, y la elección del asentamiento de
“La Constante”, fundaron en Londres la compañía “La Bella Raquel”,
estableciéndose como una sociedad de accionistas cuyo fin era la financiación
de la fábrica “La Constante”.
La
sociedad estaba organizada de la siguiente manera:
Directores: J. Copley Ray
Richard Taylor
John Taylor
Secretario: John Taylor
John Philips
Representantes
en España: Enrique
O´Shea
Guillermo Kennedy.
Dirección: 6, Queen street place, upper Thames street (London)
Fecha
de inscripción en el registro: 21 de Abril de 1847
John
Taylor vislumbró el éxito de la fábrica y se mantuvo al mando de la sociedad
sin llegar a formar parte física de los trabajos realizados en la misma.
Hacia
el 13 de Noviembre de 1845, se realiza el primer contrato de arriendo de
beneficio de minerales con la sociedad Santa Cecilia. Al comienzo de este
nuevo contrato entre sociedades se produjo un notable parón por distintas
desavenencias que aún no han llegado clarificadas, pudiendo considerarse tres
los principales motivos:
El
primero de ellos, que los mineros no pudieran cumplir alguna de las condiciones
que “La Bella Raquel” impuso en el contrato; el segundo, que los ingleses no
tuvieran finalizadas en el momento las instalaciones de la fábrica y los
minerales siguieran acumulándose, obstaculizando el trabajo, sin poder darles
salida y ser beneficiados; y el tercero que al trabajar los minerales en
enormes cantidades correspondientes al trabajo en fábrica, los resultados no
fueran tan satisfactorios como los obtenidos al ensayar a menor escala cuando a
su llegada comprobaron pequeñas muestras del mineral.
Lo
único que se conoce con certeza ya que existen documentos que lo demuestran, es
que surgió un pleito entre ambas sociedades, perjudicando en mayor medida a la
sociedad Santa Cecilia, cuyas acciones sufrieron un quebranto en el
precio de cotización.
Finalmente
y para solucionar cuanto antes este problema que obstaculizaba los trabajos,
medió de buena manera el director facultativo y la Junta Directiva, llegándose
a la firma de un nuevo contrato en el que se establecían nuevas condiciones,
tales como:
-Se
obligaba a los ingleses a tomar 800 quintales de mineral desde 1º de Junio
hasta finales de Agosto de 1846; y 1300 desde 1º de Septiembre en adelante,
hasta el fin del año 1849. Durante este periodo y por entregas mensuales
llegaron a recibir 200.459 quintales.
-En
la segunda condición se obligaba a los mineros a dejar 10.000 quintales de mineral
en depósito para entregar a la fábrica en caso de esterilidad, accidentes en la
marcha de las labores o mayores pedidos de parte de aquella.
-Por
la novena condición se daba por concluido el pleito sin posteriores
consecuencias.
Pese
a que sería de interés encontrar y estudiar este contrato en profundidad, su
paradero sigue siendo desconocido.
El
diseño de la fábrica corrió a nombre del propio director, John Taylor quien
siendo conocedor de la calidad y cantidad del mineral, apremió en la
construcción de las instalaciones y maquinaria que el mismo proyectó con las
que consiguió mejorar el proceso de amalgamación inglés de Freiberg.
5.
ÉPOCA FLORECIENTE DE LA CONSTANTE O DE LOS INGLESES
“La
Constante era ya un pueblo lleno de vida y animación, de aspecto inglés,
cuya vista encantaba á todo el que lo veía por primera vez, desde el boquete ó
cortadura de Mogarra; estaba en forma de anfiteatro dividido en dos secciones,
formada la una por la fábrica, y otra por el pueblo verdaderamente dicho,
circunvalado por el río Bornova, con calles rectas y esmeradamente limpias, y
gozando de una escrupulosa higiene debida á los consejos del profesor D. Manuel
Taín, médico-cirujano de la compañía. Las casas estaban blanqueadas luciendo
sus jardincitos a la entrada, matizados de flores y haciendo magnífico
contraste con las esbeltas chimeneas (construidas por el Sr. Lillot), siempre
humeando, ó lanzando el vapor a las nubes que rodeaban los montes gneísicos inmediatos.
Era
realmente un cuadro encantador.
Este
texto extraído del referente “El País de la Plata” plasma a la perfección la
imagen que la fábrica y su poblado otorgaba, y la vida que llegó a crear en su
época de mayor esplendor.
Primeros
directores de la fábrica.
Al
nacimiento de “La Constante”, en 1845, se situó al mando de la misma D.
Guillermo Pollard, un hombre físicamente alto y elegante, de carácter
respetuoso y muy entendido en el beneficio de minerales. Anteriormente había
ejercido su profesión en Méjico, en las Salinas del peñón Blanco, donde actuó
de científico itinerante, hasta 1842. Sin embargo, no fue con él con quien la
fábrica obtuvo sus mayores beneficios, ya sea porque la maquinara era
insuficiente o la cantidad de minerales desmesurada para ser trabajada en estas
instalaciones.
Tras
la muerte del Sr. Pollard en 1849, fue sustituido por D. Juan Trenear, también
había ejercido su profesión en Méjico, en la Compañía Real del Monte. Era un
hombre afable y con tacto de gentes, aunque reservado. Comenzó su carrera de
minero desde simple entibador hasta beneficiador de minerales, por ello supo
dirigir la fábrica desde el sentido más práctico e ilustrado. Bajo su mando,
“La Constante” alcanzó su mayor apogeo.
En
esta época llegó a la fábrica D. Eduardo Rowse a la edad de 24 años, ingeniero
mecánico inglés nacido en Chasewater (Cornwall), donde residía parte de la
familia Taylor. Era un hombre muy perfeccionista y meticuloso, como demostró a
su llegada montando la maquinaria de tal manera que se llegó a decir que
parecía más un laboratorio químico. Al mismo tiempo creó una fundición de
hierro de tal nivel que fue comparada con la Sanford en Madrid.
Eduardo
Rowse dedicó 30 años de su vida al trabajo en dicha fábrica, primero como
segundo director en el orden jerárquico de la dirección, encargado de la
maquinaria y posteriormente llegó a convertirse en el director general de “La
Constante” sustituyendo a Juan Trenear.
Trajo
consigo a su familia formada por su esposa Elizabeth Rowse nacida en Mold (Flint),
la cual llegó tres años más tarde que él y su hermano Tomas Rowse nacido en
Chasewater (Cornwall), ingeniero mecánico al igual que él que llegó a la
fábrica un año más tarde que Eduardo. Anita Rowse, hija del matrimonio, nació
en Atienza (Guadalajara) y hasta la vuelta a Inglaterra vivió toda su vida en
ella.
Existen
otros miembros pertenecientes a esta familia censados, de los cuales no se
llega a discernir el parentesco.(Censo Familia Rowse adjunto en galería de
imágenes) La familia Rowse vivió y trabajó para la fábrica hasta el primer
periodo de decadencia de esta en 1879, cuando la producción dejó de ser
rentable.
Método
de trabajo y beneficios.
El
método de trabajo inglés era muy disciplinado, instaurando sus propias normas.
No recibían los minerales que no tuvieran una ley de onza y media o dos onzas
de plata por quintal, aspecto que podían permitirse debido a la gran cantidad
de mineral extraído en ese momento. Esto generaba que los minerales que no
cumplían esa ley fueran vertidos a las escombreras o amontonados en las
explanadas cercanas a las minas.
El
negocio de la compañía resultaba muy rentable económicamente: compraban la
plata a muy bajo precio y la vendían por cantidades bastantes más altas. Así
pues si el quintal daba dos onzas ellos pagaban ocho reales por cada una, y si
contenía cuatro, pagaban catorce reales. El primer contrato, mencionado
anteriormente, duró hasta 1852 durante el cual la compañía debió obtener
grandes ganancias.
Cada
semana recibían 1.500 quintales que generaban 6.000 onzas y un total de 24.000
al mes; suponiendo que pagaran a catorce reales cada una, debían pagar
mensualmente a la sociedad Santa Cecilia la cantidad de 336.000 reales. Si la
vendían a 20 reales, supone 480.000 reales, por lo que obtenían como beneficio
mensual la cantidad de 144.000 reales.
Con
el fin de aumentar más aún su beneficio solicitan que les sea disminuido el
precio que pagan por el azogue para su producción:
“(18
de Mayo) Real orden, mandando que el azogue que se reclame en lo sucesivo, con
destino á objetos industriales y de las artes, se entregue al precio de 400
quintales real.
Ilmo.
Sr. : He dado cuenta á la reina de la exposición de D. Enrique O´Shea y D.
Guillermo Kennedy, representantes de la fábrica de fundición de plata por
amalgamación titulada La Constante, en la provincia de Guadalajara, en la
que haciendo presente la importancia de dicha fábrica por el favor que dispensa
a la industria y productos que ha proporcionado al Tesoro desde su instalación
en el año de 1845, con la amalgamación de más 42000,000 en barras de plata para
la acuñación de moneda, solicita que el azogue necesario para las operaciones
de la fábrica se entregue a razón de 272 reales quintal, en vez de los 700rs. Á
que se les cobra, que es el precio de costo y costas á que se les facilitaba en
virtud de reales órdenes en la época en que se establecieron, y con el que se
contaron al hacer el cálculo de gastos para la marcha de la misma sin pérdida
de sus intereses, añadiendo que con el actual de 700rs. Les será imposible
continuar beneficiando minerales.
Enterada
de todo S.M. y teniendo presente que si bien son dignos de consideración los
servicios de conveniencia industrial que está prestando la fábrica La
Constante, no puede bajarse el precio del azogue a los 272 rs. Quintal según
pretenden sus representantes, porque el precio de costo y costas á que sale al
estado en la actualidad es más alto que en épocas anteriores por la disminución
de las destilaciones, acordada á consecuencia de la menos venta de este
artículo que ocasiona la aparición en los mercados del procedente de la
mina Nuevo Almadén en la California, y la dificultad que presenta
enmarcar precio de costo y costas para cada partida que se reclame para objetos
de industria, por tener el gobierno existencias de destilaciones
correspondientes a diferentes años; de conformidad con lo expuesto por esa
Dirección y Junta Directores de Hacienda, se ha servido mandar que el azogue
que se reclame en lo sucesivo con destino á objetos industriales y de las
artes, con arreglo á lo prevenido por Real orden de 12 de Abril de 1848, se
entregue al precio de 400rs. Quintal, que es al que por término medio le sale
al Gobierno por costo y costas en Almadén, con la condición de que las entregas
se hagan en las minas en los frascos ó vasijas que lleven para envasarlo los
interesados que lo reciban, y la facultad de tomar los frascos del
establecimiento, satisfaciendo su coste por separado al precio á que los tenga
contratados el Estado.
De
Real orden lo comunico á V. I para los efectos correspondientes. Dios guarde á
V.I. muchos años. Madrid 18 de Mayo de 1853 –Bermúdez de Castro – Sr. Director
general de Fábricas de efectos estancados, Casa de moneda y Minas.
La
vida en “La Constante”
“Nada
faltaba en aquel barranco antes desierto. Había escuelas para niños y niñas,
hospital, casino, teatro, comercios, etc., para comodidad y distracción de los
habitantes de la fábrica, que sumarían unos 70 á 100 vecinos con sus familias,
sin contar los obreros que residían en Gascueña y Robledo y acudían diariamente
a la lista convocados por el sonido de una campana.
Todo
ello estaba bajo la inspección de los citados directores, y todo pagado por la
compañía inglesa.
“No
se escaseaba, pues, ni se echaba de menos en aquel apartado rincón de las
estribaciones del Alto Rey. Contribuían a la animación de la colonia la
afabilidad y buen trato de los señores D. Juan Trenear, D. Eduardo Rowse, D.
Benjamines Daley, D. Jorge Espender (único que no pudo aprender el español), D.
Guillermo Oliverson, el químico, Mister Ochinsón, D. Tomás Rowse y el médico
Sr. Taín con sus apreciabilísimas familias.”
La
importancia de estas líneas radica en discernir entre ellas la admiración que
sentía por este poblado todo aquel que tuvo conocimiento de él.
Tras
lo descrito queda patente el importante nivel social y de vida que adquirió la
población. Una población en su mayoría inglesa, pues no solo los directivos e
ingenieros procedían de Gran Bretaña si no también carpinteros, herreros,
químicos, maestros, etc.; pues los habitantes de la zona carecían de
conocimientos para realizar sus respectivas labores al nivel que ellos
requerían y la función de los españoles se limitó a la de guarda y jornalero en
hombres y sirvienta en mujeres. Los ingleses practicaban la religión
predominante en su país, el Protestantismo, poseían pequeñas zonas o lugares de
culto en sus viviendas.
Todas
estas medidas de trabajo son necesarias a lo largo de toda la primera etapa de
“La Constante”, en la cual, pese a que finaliza cuando deja de ser rentable
para sus fundadores, fue en la que alcanzó los mayores beneficios que conoció
el lugar, no llegando a conseguir jamás resultados semejantes. Este primer
periodo, a su vez, atravesó distintos momentos en función de sus beneficios:
De
1845-1849, durante la dirección de Guillermo Pollard, a pesar de la gran
cantidad de minerales extraídos, no resulta suficiente su método de beneficio
presumiblemente porque las instalaciones eran insuficientes para abarcar la
magnitud de los trabajos.
En
1850, con la entrada de Juan Trenear como director, comienza la etapa de mayor
auge. La fábrica se ve mejorada gracias a los conocimientos de Eduardo Rowse.
Este periodo de éxito culmina en 1855 debido a la falta de mineral, puesto que
la extracción disminuye al perderse la dirección del filón.
Por
la información recogida acerca del expediente de venta de piedra de 1855, se
deduce que la fábrica sufrió una ampliación correspondiéndose con la etapa de
mayor auge de la misma, quedando a la vista que las instalaciones disponibles
hasta ese momento no abarcaban la producción con la trabajaban. En este
documento se muestra que la piedra existente en el terreno de su propiedad está
agotada puesto que solicitan el material de una zona concreta conocida por
ellos.
Autor: Manuel Asenjo. Publicado en la revista "La Ilustración Artística" Nº 1395-septiembre 1908
De
1856-1860 sufre un periodo de decadencia, disminuyendo hasta una octava parte.
De
1861-1866 vuelve a aumentar la producción llegando a alcanzar la mitad que la
conseguida en los primeros años. Este resurgir fue debido a un aumento en la
extracción de mineral de plata del filón.
Parte
de la fábrica fue vendida en lotes, quedando una sección de la colonia
inutilizada. Fueron tres trabajadores de la misma los que
compraron La Constante al precio de 10 millones de reales.
De
esta forma se marchan los “padres” de La Constante a su tierra de
origen, llevándose consigo el entorno extraordinario que habían creado y por el
que aún hoy es recordada con admiración.
La
alta clase social y cultural de la colonia se manifiesta en gran medida en las
construcciones y el urbanismo. Construyeron por separado casas de trabajadores
y casas de los “amos”, tal como los denominaban los primeros. Las viviendas de
los “amos” eran de importantes dimensiones, buena construcción y llegando a
contar con retretes, algo inusual en la época. Contaban con acabados de
calidad, revistiendo las paredes interiores con papel pintado, mientras que las
casas de la zona apenas lucían una simple capa de barro. Instalaron una
cocina económica en cada habitación como modo de proporcionar calor, lo que
generaba un mayor confort. En la planta baja, realizaron unas grandes
cristaleras que permitían el paso de la luz solar aprovechada por las mujeres
para broncear su piel, al tiempo que dejaban admirar los bellos jardines
situados en la parte frontal de las viviendas, jardines con numerosas
variedades de flores traídas desde Inglaterra y nunca antes vistas en las
tierras de la Serranía.
Las
casas blancas recubiertas de coloridas flores contrastaban con la arquitectura
negra tan cerrada típica de la zona, sorprendiendo a todos aquellos que se
acercaban.
Trabajo
en la fábrica y periodos que atravesó bajo el mando de los ingleses. La mayor
parte del mineral beneficiado en la fábrica se vendía a La Casa de la Moneda de
Madrid, sin embargo, en las épocas de mayor auge, era tal la cantidad de
mineral que se producía que parte de ella se trasfería a Cartagena (Murcia) y
exportaba hasta Inglaterra al Puerto de Bristol.
Para
trasladar semanalmente los lingotes hasta la capital española eran empleados
una sección de individuos, encargados de escoltar la valiosa mercancía. Al
mismo tiempo ellos suministraban, en nombre de la Corte, lo necesario para los
ingleses y los trabajadores de la fábrica.
El
gran valor de la materia que se trabajaba llevó a los ingleses a instaurar un
sistema de seguridad interno por el cual los empleados eran registrados a la
entrada y salida de sus diferentes turnos de trabajo, y la fábrica quedaba bajo
la custodia de dos guardias privados a lo largo de todo el día.
De
1867-1879, con Eduardo Rowse ya como director, se produce un gran bajada en el
año 1866 que es remontada en 1867 pero en menor medida que años anteriores
y continúa su descenso progresivo hasta 1879, año en que los ingleses sin
obtener los beneficios esperados deciden vender la fábrica. En este
periodo la sociedad La Bella Raquel compró o arrendó las
minas: Santa Catalana, Perla,
Tempestad;
con la intención de sacar a flote La Constante. Más tarde tuvo que seguir
arrendando minas como: Unión, Verdad de los Artistas, Suerte y San
Carlos. Sin embargo, el arrendamiento de estas minas no evitó el ya temido
final.
Resumen
de beneficio de estas etapas:
“Los
ingleses hicieron esfuerzos supremos para sostener su fábrica, que representaba
un valor mínimo de ocho á diez millones de reales en maquinaria, hierro,
leñas, carbón y edificios, con talleres de carpintería, herrería,
fundición, hornos, almacenes, etc., etc., y todo lo necesario a una industria
de beneficio de minerales, a caso la mejor de Europa.
Llegó
un momento en que este buen deseo no bastó y su director Sr. Rowse disolvió
la Compañía La Bella Raquel, vendiendo por lotes los efectos y mobiliario
y la fábrica á los obreros que la poseen en la actualidad, hijos y educados en
el país los cuales benefician los minerales que rebuscan en
las
escombreras y que no tardarán en agotarse.”
6. PROCESO DE PRODUCCIÓN
El
proceso de producción de lingotes de plata llevado a cabo en “La Constante” se
basa en el sistema de amalgamación de Frierberg.
El
siguiente texto es una traducción de un documento original en lengua inglesa en
el cual se describe el método de trabajo llevado a cabo en “La Constante”.
“Los
minerales tratados en la Constante son obtenidos de las minas de
Hiendelaencina, y contienen plata en varios estados de combinación, pero
principalmente en la forma de sulfuros de antimonio diseminado, consistiendo
principalmente en sulfato de barita, junto con una pequeña porción de
cuarzo, acompañado por considerables cuantías de hierro, que sobretodo aparece
en la superficie del filón.
Además
de los sulfuros de antimonio, arsénico, etc., en combinación de sulfuro de
plata, los minerales contienen piritas de hierro sin combinar, con pequeñas
cantidad de galena y cobre. El mineral, cuando se entrega en el
establecimiento, se mezcla con más o menos porciones de pizarra procedentes de
las rocas en las cuales el filón se encuentra encerrado; y los minerales más
pobres normalmente contienen mucha más de esta sustancia que los minerales
ricos. Inmensas cantidades de estos minerales, demasiado pobres para ser
almagamados con éxito, eran antiguamente tirados a las minas; pero esta
pérdida, ha sido evitada empleando un mejor sistema de extracción, y un mayor
cuidado en la selección del mineral.
Molienda
y Cocción de Minerales Crudos._ Los minerales tras comprarlos de las minas
son inmediatamente llevados a las cilíndricas ruedas del molino, y machacados y
tamizados a través de la malla metálica. Tras ello, por paquetes, el mineral
reposa aparte y es pesado en presencia de las dos partes, una de quien es
designado por las minas de donde el mineral es adquirido, y la otra de la parte
de los trabajadores encargados de la reducción. Tan pronto como el mineral ha
sido pesado, se lleva a los almacenes donde los distintos paquetes son
acumulados uno encima de otro, y se sacarán cuando se requiera. Los hornos
empleados para la calcinación de los minerales con sal son, en La Constante,
ocho en número; seis de ellos con chimeneas giratorias movidas por maquinaria
parecida a los calcinadores de Bruton’s, mientras que los dos restantes son
hornos manuales con el ordinario retumbar. La maquinaria empleada realiza de
tres a cuatro revoluciones por hora, y tiene chimeneas móviles de catorce pies
de diámetro. Cada horno requiere un gasto de alrededor de medio caballo para
girarlo, y está provisto de un solo fuego que consume de 120 a 140 libras de
madera de pino por hora.
Una
mejora en estos aparatos ha sido realizada por Mr. West, quien emplea dos
fuegos, y así reparte equitativamente la temperatura por la superficie de la
chimenea. Este mejorado calcinador se observa en las siguiente figura, en las
cuales A es la entrada a la zona del calcinador; B, una ventana; C, una tolva
de hierro fundido a través de la cual se alimenta de mineral; y D, tres fuelles
construidos dentro del arco de mampostería. La mesa giratoria E, sobre la que
se extiende la mezcla a ser calcinada, tiene una ligera superficie cónica, y
está hecha del mejor juego de ladrillos refractarios recubiertos de un
caparazón de hierro.
El
forro del hierro F, en el que la mesa calcinadora gira, debería estar
construida igualmente con material refractario. Los fuegos G, están situados a
cada lado del horno, al que cuando atraviesan los productos de combustión,
salen por el tiro H, hacia la chimenea.
Tras
la calcinación, el mineral pasa a través de un canal de hierro I, a las cámaras
J, donde es depositado. La abertura K, bajo el horno, tiene como fin dar
espacio de trabajo a la rueda y el piñón que comunica el movimiento a la mesa
giratoria. El pie que soporta la maquinaria perpendicular, es soportado por el
bloque de piedra L, y el horno está firmemente sustentado por las vigas M.
La
mezcla de mineral y sal se hace lo mejor posible, especialmente para los hornos
mecánicos ya que en ellos la carga es ligeramente agitada por los rastrillos:
son cargados con el mineral y la sal mediante las tolvas de hierro y se sitúan
inmediatamente sobre el centro de cada una de las chimeneas.
Para
el suministro de las tolvas, alrededor de un montón de catorce quintales de
mineral, con un 5 o 6 % de sal, es, de vez en cuando, preparado desde la
plataforma superior del horno, y unas cuantas paletadas arrojadas
ocasionalmente, según sea requerido; teniendo cuidado siempre de tener
suficiente
en las tolvas para prevenir el escape de vapores ácidos a través de ellas desde
el horno. El tiempo durante el que el mineral debe estar en el aparato, y la
cantidad calcinada por hora, depende necesariamente de la rapidez del
movimiento dado a la chimenea circular, y el ángulo fijado a los agitadores. La
cantidad aproximada que pasa a través de cada horno en 24 horas es de 84
quintales, o 3,5 quintales por hora; o por cada giro de la base, cerca de un
quintal es descargado desde el horno.
Comparada
con los hornos de calcinación alemanes, la maquinaria de los hornos se
encuentra menos eficientes para el tratamiento de los minerales ricos, particularmente
cuando están cargados de humedad y contienen mucho sulfuro, en cuyo caso el
exceso de producción de grumos se convierte en un serio inconveniente. Pero en
virtud de los trabajadores, ellos parten con la ventaja de calcinar una mayor
cantidad en un menor tiempo, sin requerir mayor asistencia de la necesaria para
suministrarlos con mineral y combustible.
El
manejo de los fuegos es también un tema importante, por un lado, si son
olvidados y la temperatura se convierte en mínima, el mineral continúa pasando
igualmente a través del horno, pero no puede ser apropiadamente calcinado; y
por otro lado si aumentamos la temperatura y se descuida, los
trabajadores
a veces cargan el rallador con combustible en tanta cantidad que se recalienta
el mineral.
De
los tres hornos manuales usados en la Constante uno es muy antiguo, y solo se
emplea para secar la sal antes de la molienda, y para calcinar otras cantidades
de materiales rehusados de contener plata. Los otros dos son similares en forma
a los de Freiberg, y trabajan de muy parecida manera. Son empleados sobre todo
para la calcinación de mineral que contiene de 9 onzas en adelante por quintal.
Una
carga para estos hornos pesa alrededor de 540 libras, y consiste en 495 libras
de mineral seco, 40 libras de sal, y 5 libras de humedad. Una menor proporción
de sal puede ser empleada en la calcinación de minerales muy pobres, pero
raramente es menor del 6%, para los minerales ricos es necesario añadir una
mayor proporción de sal, frecuentemente como un 15%. Cuando una carga es
introducida en el horno, es extendida sobre la superficie de la chimenea
mediante un rastrillo, y por espacio de una hora nada de combustible es
arrojado al rallador, mientras el mineral es constantemente revolviéndose, con
el fin de evaporar la humedad y prevenir la formación de grumos.
Autor: Manuel Asenjo. Publicado en la revista "La Ilustración Artística" Nº 1395-septiembre 1908
El
fuego es entonces gradualmente incrementado, y el mineral, que con los grados
aumenta tanto la temperatura que la materia sulfurosa entra en ignición, es
removida ininterrumpidamente con el rastrillo, exponiendo continuamente ciertas
superficies a la acción del aire. La carga es así mismo rotada con el fin de,
vez en cuando, exponer igualmente todas las partes a la acción del fuego. Tras
el periodo de dos horas el mineral se ha cocido, cuando al fuego le queda para
apagarse alrededor de una hora. Es entonces cuando se le vuelve a impulsar
sobre cerca de tres cuartos de hora, para causar que los sulfuros producidos
por la oxidación de los sulfuros metálicos reaccionen con la sal, que en
presencia de óxidos metálicos, desarrolla cloro, que se combina con la plata y
otros metales presentes.
La
operación entera, desde la introducción hasta la retirada de la carga, ocupa
cuatro horas, durante las de 140 a 160 libras de madera son consumidas. Los
sulfuros metálicos, contenidos en los minerales ricos trabajados en los hornos,
no suponen más del 9 o 10 %, mientras que en los minerales pobres la proporción
es considerablemente menor.
Autor: Manuel Asenjo. Publicado en la revista "La Ilustración Artística" Nº 1395-septiembre 1908
Sulfuro
de hierro es un ingrediente necesario en los minerales de plata para ser
sometidos a este proceso de amalgamación, y durante el proceso de cocción es
oxidado y parcialmente convertido en sulfato que reacciona con la sal,
desarrollando los gases necesarios para convertir la plata en cloruro. La
proporción de sulfuro de hierro requerida para este fin se vuelve variable
considerando diferentes minerales. En Freiberg al menos 20% era considerado
indispensable, mientras que en la Constante se han obtenido buenos resultados
con solo un 8%, operando siempre con minerales ricos.
Los
minerales de plata de este vecindario están acompañados de sulfuros y arsénicos
de otros metales, y las piritas encontradas es muy pobre en plata y fácilmente
oxidable. La pureza comparativa de estos minerales radica en su manera de
calcinación, para el caso de los minerales que contienen grandes proporciones
de sulfuros y arsénicos, es necesario un exceso de cloro para hacer efectiva su
completa descomposición.
En
el horno manual, como mucho un 14% de sal era formalmente añadido, pero con
minerales que contenían 9 onzas de plata por quintal un 6%, muchas veces se
encontraba suficiente. Separar los minerales ricos de los pobres, y tratarlos
por separado se ha encontrado muy ventajoso aquí, al igual que en Freiberg. La
calcinación de los minerales con sal es la más importante de las operaciones
relacionadas con este proceso de amalgamación, ya que de ella depende en gran
medida la naturaleza de los resultados obtenidos de los barriles; ya que la
plata extraída debe ser proporcional con la cantidad de cloruro producido en el
horno. El éxito de la calcinación es, por tanto, juzgado por la proporción de
cloruro de plata contenido en el mineral cocido. Está establecido en la
Constante que
repose
por algunas horas una pequeña porción del mineral cocido con amoniaco diluido;
este es entonces arrojado a un filtro, el residuo bien lavado, y finalmente
secado y ensayado para plata. Es obvio que el peso de este metal obtenido
indica la cantidad restante sin combinar con cloro. Otro método, en algunos
aspectos preferible al proceso con amonio, es tratar el mineral cocido con una
fuerte solución de sal común. Para este fin algunos gramos del mineral
calcinado, según es extraído del horno, son arrojados a un filtro al que se
vierte una caliente saturada solución de sal, hasta que el líquido que se
filtra no persiste más la blanca precipitación de cloruro de plata para ser más
diluida con plata. El mineral residual es entonces secado y ensayado para
plata, como en el caso anterior. Se ha sugerido que el mineral crudo, que en la
actualidad tamizado por un tamiz de diez-agujeros, sería mejor si machacara más
fino con el fin de que el oxígeno en el aire y los gases producidos en el
proceso de calcinación con sal, se difuminen por la carga. Si el mineral es muy
finamente machacado previo a la calcinación, la porosidad de la carga es
adecuadamente disminuida, y en consecuencia la calcinación se convierte en un
proceso más lento además de que se facilita la formación de grumos.
Tamizado
y molienda de minerales calcinados.
Los
minerales calcinados, antes de ser sometidos a la amalgamación en los barriles
son previamente tamizados por un tamiz de 60 agujeros, y la porción que no pasa
es finamente machacada, con el fin de que todas las partículas de plata que
contengan pueda ser expuesta a la acción del mercurio; la porción que pasa por
el tamiz, cuando acumula un 40% es llevada directamente a los barriles de
amalgamación. La porción gruesa del mineral, que se permite acumular en el
almacén del horno, es, cuando se requiera, sacada y pasada entre un par de
muelas de cilindro por las que cae en un tamiz giratorio de sesenta agujeros;
el mineral grueso que escapa a este tamiz es entonces subida mediante un
elevador, y arrojada a una tolva de un segundo par de pequeños cilindros, desde
donde el mineral cae en otro tamiz del mismo grado de finura que el primero.
Fotografía cedida por Facebook Guadalajara España
Las
partículas más duras, que no pasan por este segundo tamiz, son finalmente
machacadas en muelas horizontales de piedras Frances. El mecanismo de cuatro de
esas muelas, de las cuales hay ocho en la fábrica, están representadas en la
figura 51, en la que un par de piedras están mostradas en sección. En la tolva
circular A se introduce el material para ser machacado; BB’ son conductos de
hierro para repartir el material entre las superficies de la muela C, y la cama
de piedra C’; D envolviendo la muela, a la cual se entrega el material
machacado; E el agujero en el centro de la muela ; F eje conductor en
continuación con G para la correa de la polea; HH’ regula los tornillos para
elevar la muela C; J la rueda conductora; K corona de la rueda; L rueda que da
movimiento a los piñones MM’; N astil vertical para la conducción de los
aparatos suplementarios. Cuatro pares de piedras son conducidas por la rueda L.
La superficie de la muela es paralelo a la cama de piedra desde la periferia a
un tercio de su diámetro; la línea de la cara menor del runner se eleva
entonces para recibir el suministro. Las siguientes características representan
varios detalles relativos a estos aparatos.
Las
siguientes características representan varios detalles relativos a estos
aparatos.
Fotografía cedida por Facebook Guadalajara España
Diámetros
de las piedras --------------------4pies 2 pulgadas.
Grosor
del apoyo -----------------------------12 pulgadas.
Grosor
de las muelas -------------------------14 pulgadas.
Cantidad
de agujeros de la tolva ---------100 por pulgada cuadrada.
Número
de revoluciones ------------------100 por minuto.
Molienda
cada 10 horas --------1 tonelada por par de piedras.
Caballos
empleados ---------------5 toneladas por par de piedras.
Revoluciones
del tamiz --------------------23 por minuto.
Diámetro
del tamiz -------------------------30 pulgadas.
Longitud
del tamiz -------------------------108 pulgadas.
Nº
de agujeros por pulgada cuadrada en el tamiz -------------3600.
Característica
de la muela ----------------- Zumbido francés.
Característica
del apoyo ----Cuarzo compacto, moderadamente duro.
Duración
de la muela ------------------------------18 semanas.
Duración
del apoyo --------------------------------22 semanas.
En
lugar de afinar el tamizado y llevar el restante del mineral calcinado
directamente a las muelas, y allí aplastarlo y molerlo todo hasta un fino
polvo, debería ser preferible quitar primeros los grumos de mineral, que son
siempre producidos en la operación de calcinación, pasando el mineral a través
de un tamiz de la misma finura que el empleado en las muelas de moler el
mineral crudo.
Los
grumos, que deberían ser separados del mineral calcinado por el tamiz antes
mencionado, contienen una considerable proporción de plata no convertida en
cloruro, debido a la circunstancia de que esos grupos se forman al comienzo de
la operación, por lo que las porciones interiores escapan de la acción de los
gases producidos en un periodo posterior. Estos grumos deberían ser rotos y
sometidos a una segunda calcinación, ya sea individualmente o mezclados con las
cargas normales de mineral crudo. En los hornos manuales se produce una porción
mucho más pequeña de grumos que en los mecánicos, por el movimiento continuo al
que están sometidos en el primero.
Amalgamación.
El
número total de barriles empleados es sesenta, siendo cada uno, interiormente,
tres pies de alto y dos de diámetro. El departamento de barriles está dividido
en tres secciones: Nº1 contiene 12 barriles, Nº2 contiene 24 barriles; y el
Nº3, 24 barriles. Todos ellos pueden ser conducidos por la fuerza del agua;
aquellos de los Nº 1 y 3 también pueden ser trabajados por vapor. Los barriles
son situados a una altura de alrededor de 12 pies desde el suelo.
Inmediatamente sobre ellos, y planeando sobre el suelo superior, están fijadas
las tolvas de hierro para recibir el mineral para ser amalgamado, que es
introducido en los barriles con manguitos de cuero, con los que todas las
tolvas son provistas. La cantidad de carga de cada barril es de 13 quintales;
pero las tolvas son capaces de sostener un poco más. Estás son cargadas por un
grupo de hombres, de los que cada uno carga con un saco de mineral de alrededor
de un quintal. En el departamento de barril Nº3, se encuentra un rail entre las
tolvas, con la intención de que puedan ser regular y rápidamente cargadas con
la cantidad exacta de mineral. La forma interna de los barriles es, cuando
están nuevos, cilíndrica; pero, tras ser usados durante un tiempo, sus
dimensiones se incrementa sobretodo en la parte central.
La
cantidad de agua introducida en cada barril varía con la naturaleza del
mineral, pero la cantidad normal es sobre 320 libras; y el hierro contenido en
cada cantidad de 100 a 150 libras.
Considerables
rasgaduras en los barriles son causadas por usar grandes pedazos de hierro de
todo tipo para el fin; y esta acción es menos efectiva que el uso de piezas
pequeñas de hierro.
Con
la carga de mineral y agua introducida, los barriles son puestos en movimiento,
y giran al ritmo de 8 a 10 revoluciones por minuto durante dos horas y media,
con el objetivo de que el mineral, el agua y las piezas de hierro se conviertan
en una mezcla perfecta. Después se detiene y se examina el estado de la pasta.
Si está muy blando, o muy duro, se añade más mineral o más agua según se
requiera. Cuando se encuentra la pasta en la consistencia adecuada (que es lo
dura suficiente para permitir que se forme una bola en la mano), se vierte el
mercurio, alrededor de cuatro quintales por barril. Tras la introducción del
mercurio, los barriles son conducidos al ritmo de 18 a 20 turnos por minuto,
por un tiempo de 16 horas y media, al final de las cuales la amalgación se
considera consumada. Los barriles entonces se rellenan con agua, con el fin de
aprovechar la pasta líquida y acumular los restos de mercurio argentífero y
removerlos lentamente por espacio de dos horas.
Cuando
se descargan los barriles, el mercurio es primero vertido en otra hilera de
barriles y conducidos entonces a una nave, en la que se recoge los restos de
plata de todos los barriles, y la superficie impregnada con mercurio es
cuidadosamente limpiada. El metal fluido es entonces retenido en bolsas de lona
que retienen la amalgama sólida, mientras que el líquido sobrante de mercurio
se filtra y cae en un tanque situado debajo. Durante esta operación, que dura
una hora, los barriles están continuamente en movimiento; porque antes de
verter finalmente los residuos el mercurio tiene que haberse eliminado a través
de los filtros.
El
proceso de amalgamación incluye tres operaciones:
1-
Los barriles son cargados con mineral, agua, y hierro (sin mercurio), y sen
hacen girar al ritmo de10 giros por minuto, hasta dos horas, o hasta que la
mezcla sea homogénea. Estando esto completo, se introduce el mercurio.
2-
A los barriles se les pone en un movimiento más rápido, de 18 a 20 giros por
minuto, y continúan con esta velocidad alrededor de 16 horas y media; al final
de las cuales se considera efectiva la completa amalgamación de la plata.
3-
Para recolectar el mineral argentífero es necesario reducir la consistencia de
la pasta contenida en los barriles. Para este fin son rellenados con agua, y
conducidos despacio, a 8 o 10 revoluciones por minuto por espacio de 2 horas o
2 horas y media, La amalgama es entonces descargadas y en consecuencia los
residuos; los barriles se descargan cada 24 horas. La cantidad de pureza de los
minerales tratados es de alrededor 4 onzas por quintal.
Tratamiento
de la Amalgama.
La
amalgama sólida colectada en bolsas de lona antes mencionada, es tratada con una
forma muy sencilla de destilación, para el objetivo de separar el mercurio de
la plata. La amalgama a ser destilada es moldeada en una forma cilíndrica
encima de un trípode de hierro que soporta un disco perforado. Sobre la pieza
cilíndrica de amalgama se coloca una campana de cobre o hierro que asegura el
contacto y el sellado de las uniones. La temperatura alcanzada por la
combustión volatiza el mercurio, que es rápidamente condensado y colectado en
el agua fría contenida en la cisterna inferior. Alrededor de 2000 libras de
amalgama son normalmente trabajadas de una vez; cerca de 48 horas se requieren
para completar la destilación; y sobre 40 sacos, y 80 arrobas de carbón es
consumido durante el proceso.
Según
se desprende de la forma de los aparatos, una porción de la amalgama cae en la
cisterna inferior; la cual está preparada para separar por filtración del
mercurio fluido. Esto generalmente acumula de 60 a 80 libras en peso. La
cantidad de plata cruda cedida por cada 2000 libras de amalgama es generalmente
sobre 290 libras, o 14,5% de la amalgama trabajada. La plata tiene un color
marrón-blanco, en exceso porosa y se rompe fácilmente en piezas con un
martillo.
Fusión
y refinado.
La
plata porosa obtenida de la destilación de la amalgama es fundida, en la
Constante, en una especie de cúpula denominada “cras”. Cuando el metal está
limpio de impurezas que dificultan la maleabilidad de las barras resultantes se
utiliza el “cras” para su fusión a altas temperaturas. Pero cuando, como es
frecuente en los trabajos de amalgamación, la plata a ser fundida contiene
materias q dificultan la maleabilidad, la extracción de estos es fácilmente
efectuada por los aparatos. La cantidad de impurezas requerida para conferir la
propiedad de
fragilidad
a la plata fundida es, sin embargo, muy pequeña, y normalmente consiste en
plomo, sulfuro, antimonio y hierro. Estos cuerpos pueden ser eliminados por
copelación con el plomo, una operación que está considerada difícil y cara.
Fundir la plata en crisol de plomo negro se vuelve preferible. Debe ser esa
pureza con repetidas adiciones de carbón en polvo, escurridas y desespumada,
con lo que finalmente se obtiene en un perfecto estado maleable. En vez de
emplear crisol de plomo negro, es preferible usar vasijas de hierro capaces de
fundir de 500 a 600 modelos al tiempo, que ya fueron empleadas en Freiberg y
resultaron responder satisfactoriamente. Por fusión en crisol de hierro
forjado, la plata se obtiene libre de impurezas, afectando a su maleabilidad, y
resultando inepta para el acuñamiento por prensa.
Tratamiento
de residuo_ Los residuos, cuando son descargados de los barriles, son
conducidos en unos grandes tanques, en los que son girados en unos agitadores
verticales, sujetados en unos brazos de hierro. El fango es retenido en estos
tanques por varias horas, y continúa en movimiento por los agitadores; con el
fin de que las partículas de amalgama diseminada en los residuos, se quede en
el fondo y se recoja posteriormente; mientras , una corriente de agua fluye por
los tanques para lavarlo. Cuando se descargan los tanques, el fluido va
directamente al río.
Costes
del tratamiento de los minerales en “La Constante”
Costes
de los trabajos mecánicos de los hornos
Madera
para cada horno por semana 940 reales de vellón (rs)
Sal,
6%. 3.528 libras a 14 rs por quintal 494 rs
Cortar
madera 19 rs
Mano
de obra para cada horno 184 rs
-----------
Rs.
1.637
Mineral
calcinado por semana, 588 quintales en cada horno; 1637÷588=1,8 rs. Por quintal
Hornos
manuales
Cada
horno calcina 210 quintales de mineral rico por semana
Cada
horno consume 294 arrobas de madera 294 rs
Cada
horno consume 12% de sal=2.520 libras 353 rs
Mano
de obra 242,6 rs
-------------
Rs.
889,6
889,6÷210=4,26
rs. por quinal
Por
consiguiente el gasto de calcinación en hornos mecánicos es 2,18 rs por quintal
Por
consiguiente el gasto de calcinación de hornos manuales 4,23rs por quintal
Media
del gasto de calcinación 3,2 rs
Sección
de 24 barriles
Desgaste
y roturas 800 rs
Hierro
consumido, 5 arrobas 120 rs
Mercurio,
calculando pérdida
de
5 onzas y media por pieza de plata,
0
454 libras a 5,62 reales 2551 rs
Mano
de obra 1157rs ----------
Rs.
4628
Mineral
amalgamado por semana en 24 barriles,
2.352
quintales; 4628÷2352=1,96 rs
Incidentes
0,4 rs
-------------
Coste
de amalgamación 2 rs por quintal
Sumario
Coste
de machaqueo por quintal 0,95 rs
Coste
de calcinación por quintal 3,2 rs
Coste
de amalgamación por quintal 2 rs
Coste
de destilación de la amalgama, y fusión de las barras 0,8 rs
Mano
de obra y materiales diversos 3 rs
------------
Total
Rs. 9,95
La
cantidad de mineral que se reduce cada 60 barriles por semana es 5880
quintales.
Peso
del mineral que todos los hornos calcinando al mismo tiempo 4058 quintales
Seis
hornos mecánicos 3528 quintales. Tres hornos manuales 530 quintales.
Estos
trabajos producen un beneficio final desde 1800 quintales de mineral por
semana, más de lo que el presente número de hornos puede, a pleno rendimiento,
calcinar. Cuarenta barriles serían aparentemente suficientes para almagamar
todo el mineral que puede ser calcinado, pero, como el suministro de agua es
irregular, es ventajoso tener barriles extras para que mientras se está
llevando a cabo la calcinación sin interrupción, el mineral acumulado durante
el secado pueda ser fácilmente reducido cuando el suministro de agua sea
abundante.
Notas
relativas al costo, en la Constante:
Coste
de leña por 100 libras, 10d.
Coste
de mercurio por libra, ls. 2d. incluido el transporte.
Coste
de sal por 100 libras, 3s. incluido el transporte.
Coste
del transporte de mineral de las minas al trabajo, sobre 3s. por tonelada.
Coste
de mano de obra, por día, 1s.
Pérdidas
estimadas de mercurio por barra de plata, 5.5 onza
Pérdida
estimada de plata por ciento, en productos ensayados, sobre 12.
Periodo
de tiempo que un barril de madera dura en un trabajo normal, 6 meses.
El
sueldo del molinero en muelas horizontales, 9.5 d. por tonelada de mineral
molido.
Los
mineros de las muelas de machaqueo, incluidos los trabajos manuales,
normalmente cuesta, 3.75 d. por tonelada.
El
tamizado de mineral calcinado se realiza por contrato, a la media de ¾d por
quintal de polvo fino. Este fino polvo normalmente supone la cantidad de 35 a
40% del mineral calcinado.
Hacia
1881, solo aparece Juan Arroyo como propietario de La Constante, el
cual se unirá a D. Benito Ibave Cortázar como dueños de la fábrica en los
siguientes años de la segunda etapa.
8.
ÉPOCA FLORECIENTE DE D. BENITO IBAVE CORTÁZAR
Conocedor
del pasado fructífero de las minas de Hiendelaencina, acude Benito Ibave,
procedente de Aramayona provincia de Alava, para ponerse al mando de la fábrica
e intentar conseguir los éxitos cosechados en tiempos pasados. Se desconoce con
exactitud el año en que se convierte en dueño de La Constante,
aunque se sitúa entre 1882-1883.
Ibave
pertenecía a una adinerada familia vasca poseedores de caseríos en aquellas
tierras, sin embargo, desde su llegada a la fábrica, echó raíces en estas
tierras de la Sierra Norte de Guadalajara donde formaría su propia familia y
donde se le recordará por ser un hombre generoso e involucrado con el pueblo de
Gascueña. Fue un hombre religioso, que cada domingo acudía a caballo a la
Iglesia del pueblo, y realizó generosos donativos a la misma como unas
vinajeras de plata y un arco de hierro. A su muerte dejó una capellanía que
realizaron hasta la década de 1950. Igualmente tuvo relación, aunque en menor
medida, con el pueblo de Condemios, de donde procedía su esposa, Agustina
Martín Municio, a la que curiosamente conoció en “La Constante” cuando ella
llevaba a pastar sus ovejas por la zona. El matrimonio se encuentra enterrado,
junto con los padres de ella, en el cementerio de Gascueña, donde queda patente
su vínculo con el pueblo, así como su alto rango social, debido a la gran
lápida de piedra bajo la que descansan, la cual destaca considerablemente entre
las tumbas de tierra y cruces de los lugareños.
Trabajo
de D. Benito Ibave en “La Constante”
Ibave
adquirió su parte de la propiedad de La Constante a bajo
coste, pues a su llegada la producción era escasa y las instalaciones
deficientes. Formaban en este momento la dirección de la fábrica D. Benito
Ibave Cortazar junto con D. Juan Arroyo el anterior empleado de los ingleses.
Este último desaparece de su cargo al poco tiempo, desconociéndose el momento y
la causa.
En
1884 la Dirección solicita a la Administración de Contribuciones y Rentas de
Guadalajara la comprobación parcial y clasificación de la finca, con el
propósito de disminuir el impuesto de la contribución que pagaban, pues el
estado de la fábrica ya no era el mismo que el considerado para el impuesto.
Gran parte del poblado se encontraba en ruinas o había desaparecido por venta,
y otra, aunque en buen estado, no era de utilidad.
Este
documento es de gran importancia pues es el primero encontrado hasta la fecha
en el que se describe el poblado, cada edificio con sus dimensiones,
características físicas y su emplazamiento referido al total, lo que ayuda a
conseguir una idea cercana a cómo se distribuyó la fábrica, así como el
poblado. Durante los primeros años de esta segunda etapa la fábrica continuó su
periodo de decadencia hasta 1892, año en el que se vuelve a producir de manera
destacable alcanzando los 15.000 kg. Este nuevo despunte fue debido a la
aparición de Bontoux, un banquero francés refugiado en España a raíz de una
famosa quiebra.
Comenzó
beneficiando las escombreras de las que no obtuvo grandes beneficios ya que
estas habían sido rebuscadas anteriormente, adquirió entonces varias minas a
bajo coste creando la sociedad “Nueva Santa Cecilia”. La importancia de su
papel en esta historia fue su intuición para seguir excavando por debajo de las
cotas alcanzadas, donde acertadamente aparecieron nuevos minerales
argentíferos, de menor calidad que los primeros pero en grandes cantidades, lo
que generó un nuevo auge en el distrito minero.
La
fábrica mantuvo una producción alternando periodos fructíferos con otros
decadentes hasta 1917, cuando comienza su decadencia final concluyendo con el
cese de la misma en 1926. D. Benito Ibave fallece en 1914 pasando la dirección
de fábrica a manos de un familiar llamado Enrique Medinabeitia Ibave, a la edad
de 24 años , quien acudió a la fábrica desde tierras vascas igualmente junto
con su familia, el cual la sostuvo hasta 1926 cuando el beneficio era nulo.
Este emigró entonces a Cataluña en busca de nuevos negocios, dejando la fábrica
al cuidado de los escasos habitantes dedicados únicamente a la producción del
molino harinero.
A
la muerte de D. Benito Ibave “La Constante” figura como propiedad de las
siguientes personas:
50%
Enrique Medinabeitia Ibave (Familiar de Benito Ibave Cortázar)
El
50% restante queda en manos de las hermanas de Agustina Martín Munico, esposa
de Benito Ibave:
1/3
Bibiana Martín Municio
1/3
Martina Martín Municio
1/3
Juana Martín Municio
TERCERA
ETAPA
9.
DE FÁBRICA A MOLINO
Hacia
1926 La Constante deja de funcionar como fábrica de beneficio
de minerales, pasando a utilizarse únicamente el molino harinero, que ya poseía
desde sus orígenes, por las pocas personas que quedan como habitantes del
poblado.
La
familia Medinabeitia-Ibave, pese a que emigró a Cataluña en busca de nuevas
oportunidades, continuó siendo propietaria de la finca hasta 1959, junto con
las herederas por parte de Agustina Martín Municio.
Desde
el cese de la fábrica hasta la última venta de esta, es decir el periodo de
1926 a 1957, fue una familia procedente de Gascueña la que mantuvo con vida la
finca, dedicándose a labores de cultivo, ganadería y molienda de trigo y
cebada.
Los
animales de los que disponían para su beneficio eran: 16 vacas, 5 yeguas, 2
mulas, un rebaño de ovejas y otro de cabras, siendo estos dos últimos cuidados
por los dos pastores que allí vivían. Los almacenes y el hospital fueron
convertidos en las cuadras de estos animales.
La
familia se componía los siguientes miembros:
Francisco
Garrido Barrio Padre
Gabina
Somolinos Ortega Madre
Nicolás
Garrido Somolinos Hijo
Germán
Garrido Somolinos Hijo
Enrique
Garrido Somolinos Hijo
A
la muerte de los padres fueron los hermanos Nicolás y Enrique junto con sus
familias, dos pastores y un guarda los únicos y últimos habitantes de La
Constante.
Comenzó
beneficiando las escombreras de las que no obtuvo grandes beneficios ya que
estas habían sido rebuscadas anteriormente, adquirió entonces varias minas a
bajo coste creando la sociedad “Nueva Santa Cecilia”. La importancia de su
papel en esta historia fue su intuición para seguir excavando por debajo de las
cotas alcanzadas, donde acertadamente aparecieron nuevos minerales
argentíferos, de menor calidad que los primeros pero en grandes cantidades, lo
que generó un nuevo auge en el distrito minero.
La
fábrica mantuvo una producción alternando periodos fructíferos con otros
decadentes hasta 1917, cuando comienza su decadencia final concluyendo con el
cese de la misma en 1926. D. Benito Ibave fallece en 1914 pasando la dirección
de fábrica a manos de un familiar llamado Enrique Medinabeitia Ibave, a la edad
de 24 años , quien acudió a la fábrica desde tierras vascas igualmente junto
con su familia, el cual la sostuvo hasta 1926 cuando el beneficio era nulo.
Este emigró entonces a Cataluña en busca de nuevos negocios, dejando la fábrica
al cuidado de los escasos habitantes dedicados únicamente a la producción del
molino harinero.
A
la muerte de D. Benito Ibave “La Constante” figura como propiedad de las
siguientes personas:
50%
Enrique Medinabeitia Ibave (Familiar de Benito Ibave Cortázar)
El
50% restante queda en manos de las hermanas de Agustina Martín Munico, esposa
de Benito Ibave:
1/3
Bibiana Martín Municio
1/3
Martina Martín Municio
1/3
Juana Martín Municio
Durante
la Guerra Civil Española abandonaron el poblado para refugiarse en el pueblo de
Gascueña. En esos años La Constante fue duramente castigada,
saqueada por los dos bandos y bombardeada, afortunadamente sin acierto, en sus
terrenos más próximos. Debido a estos ataques se destruyó la maquinaria que
hasta el momento había producido luz eléctrica para el poblado.
Tras
la Guerra la familia Garrido volvió a la finca, pero el nuevo régimen
franquista limitaba la molienda, por lo que tuvieron que afrontar importantes
multas por continuar usando el molino.
Medinabeitia
se comunicaba a intervalos de tiempo con la familia Garrido mediante
correspondencia, llegando a proponerles la venta de la finca, oferta denegada
por Los mismos. Hacia 1957 la finca es vendida al segoviano Gregorio Pérez-Lobo
y a Zacarías Fonseca Pérez. Tras esta adquisición, la familia Garrido se
trasladó definitivamente al pueblo de Gascueña.
10.
ÚLTIMA VENTA A PÉREZ-LOBO
En
1957 se realiza la última venta hasta el momento de La Constante pasando
a manos de Gregorio Pérez-Lobo y Zacarías Fonseca Pérez.
Esta
propiedad en conjunto apenas se mantuvo durante un año debido a las
discrepancias existentes entre ambos dueños. Durante una ausencia prolongada de
Gregorio, Zacarías sacó beneficio de la finca vendiéndola en lotes. Contrató
gente de los alrededores para despiezar todo aquello que podría ser
reutilizado, principalmente las tejas y las grandes vigas de madera de pino,
así como los restos de maquinaria y mobiliario, de donde debió obtener la mayor
parte del beneficio. Al regreso del primero, éste al discrepar con este hecho,
decidió adquirir el total de la finca comprando la parte de Zacarías.
Una
de las antiguas viviendas principales, nº 4 y 5 de la cerca, fue rehabilitada
como residencia familiar al adquirir la propiedad. El uso al que destinaron a
partir de entonces La Constante fue al de residencia esporádica, en periodos de
vacaciones y fines de semana. Fue en una de estas estancias cuando se produjo
allí el último nacimiento hasta la fecha de una de las hijas de Gregorio,
Raquel, nombre en honor a la antigua compañía inglesa (La Bella Raquel).
Con
el paso del tiempo se plantaron chopos cubriendo toda la superficie del poblado
que crecieron al tiempo que se degradaban más los restos arquitectónicos,
llegando a quedar destruidos y quebrados por las raíces y las ramas. Estos
árboles han sido talados para su venta en una sola ocasión, volviendo a
replantarse posteriormente.
La
vivienda anteriormente citada quedó posteriormente en desuso al ser edificada
otra de nueva construcción sobre el cuarto de los veladores, acondicionada y
adecuada a las comodidades actuales.
A
la muerte de Gregorio Pérez-Lobo, la finca fue heredada por sus hijos,
propietarios de “La Constante” en la actualidad.
11.
ESTADO ACTUAL.
En
la actualidad, el fin al que se dedica la finca es a residencia ocasional de la
familia Pérez- Lobo.
En
el río Bornova a su paso por la misma se puede practicar la pesca sin muerte,
además de estar integrada en el coto de caza del término de Gascueña. Sin
embargo, de la fábrica y el poblado no se obtiene ningún beneficio, habiendo
quedado en el olvido desde hace años, lo que ha acelerado su estado de ruina.
Desde
hace tiempo no se realizan operaciones de mantenimiento por lo que los viejos
chopos que no fueron talados en su momento y las plantas nacidas del abandono
han crecido de manera asilvestrada llegando a ocultar el escaso legado
arquitectónico que aún continúa en pie.
No
es difícil observar paredes enteras derrumbadas por las raíces de los árboles,
chopos dentro de edificios, antiguas calles actualmente irreconocibles por la
actuación de las plantas. Todo ello ha creado una imagen desoladora que el
tiempo apenas deja concebir lo que en un día fue La Constante.
EPÍLOGO
Legados
Escritas quedan partes de la historia
reseñas de presentes y pasados
rincones que nos dejan sus legados
en forma de leyenda honor y gloria.
Vivencias iluminan la memoria
nostalgia de parajes olvidados
algunos hoy incluso abandonados
son causa de tendencia migratoria.
Por mucho que la vida nos aleja
de orígenes, de espacios y de ancestros,
persiste lo que tanto enorgullece.
La tierra en su relieve nos refleja
hayedos, ríos, montes, pueblos nuestros
lugar que al Universo lo embellece.
Agradecimiento
en general
Quiero
agradecer a la totalidad de autores y personas que han intervenido directa o
indirectamente en esta recopilación, su contribución a la creación de esta
documentación que divulga las cualidades y virtudes de este acogedor
pueblo, Hiendelaencina y de sus alrededores.
Para
lo que me he documentado de artículos y documentos de los siguientes autores:
Don
Antonio Herrera Casado (Recorrido desde el Pelagallinas hasta La Nava de
Jadraque), (Rutas), Don Tomás Nieto Taberna, Doña Esther Alegre Carvajal, Don
Joaquín Latova, Don José Salvador García (Historia y patrimonio de la Iglesia
de Santa Cecilia), Don Abelardo Gismera Angona, Don José de la Corte, (La Ruta
del suponer) Don José Antonio Alonso Ramos, Don Daniel Regidor Ipiña, Doña
Esperanza de Coig-O´Donnell Magro, Doña Carmen E. Narro Sánchez, Don Jorge
Morín de Pablos, Don Carlos Fernández Calvo, Don Luis Monje Arenas, Don Joaquín
Saldaña Don Alejandro Cardaba y Don Juan Carlos Aragones (Fotografías) Don
Eusebio Meléndez García (La plata en las minas de la Alcarria), Don Antonino
Bueno experto en mineralogía y a Don Iñigo Orea Bobo, Ingeniero de minas,
Doña Gloria Viejo Ibarra y Doña Ana Parra Bodega (ESTUDIO HISTÓRICO DE LA
FÁBRICA DE BENEFÍCIOS DE MATERIALES, LA CONSTANTE). En especial quiero
agradecer a mi amiga Montserrat Anubla Vinuesa, la colaboración prestada en la
redacción y elaboración de este documento.
Agradecimiento
Plan de Musealización de Hiendelaencina
Mariano
Escribano Gismera, José Salvador García, Joaquín Latova Ortega y José Luis
Llorente (Ayuntamiento de Hiendelaencina); Sergio David González Egido
(Fundación General del Medio Ambiente de Castilla La Mancha); Guillermo Laine
San Román y Claudio Álvarez Rodríguez (SADIM); Jesús Martínez Frías y Cesar
Menor Salván (Centro Astrobiología del INTA-CSIC); Ángel Paradas Herrero
(IGME); Benjamín Calvo Pérez (ETSI Minas de Madrid); Francisco Javier Carrasco
Milara (Minas de Almadén); Jesús Madero Jarabo (Museo de Ciencias de
Castilla
La Mancha); Nuria Velasco Hernanz; Diputación de Guadalajara; Caja de
Guadalajara.
Bibliografía
Pagina de turismo de Atienza (Rutas con destino o salida en Atienza)
Wikipedia (Situación geográfica). Pueblos negros de la Sierra Norte de Guadalajara, El País que nunca se acaba, Plan de musealización de Hiendelaencina, Patrimonio de la Iglesia de Santa Cecilia, Los pueblos abandonados de la Sierra, Recorrido desde el Pelagallinas hasta La Nava de Jadraque, (Internet). Historias cuentos y rimas, La plata en las minas de la Alcarria, Plan de musealización de Hiendelaencina.
ITGE 1972. Informe sobre trabajos de investigación minera y
sus resultados en los filones de la zona de Hiendelaencina
(Guadalajara). ITGE, Madrid, 21 pp. López Gómez A. 1969. El distrito minero de Hiendelaencina (Guadalajara). Cuadernos de Geografía, 6, 1-4
www.nuevaalcarria.com/jprovincia/general/131063-las-minas-podrian-volver-a-generar-riqueza-en-hiendelaencina
www.excursionesysenderismo.com/rutas/r_guadalajara/ruta_223_gu.htm
http://laalcarriaobrera.blogspot.com.es/2008/04/informe-sobre-las-minas-de-plata-de.html