Credo a la incapacidad

Creamos o no creamos
tan solo se ha de creer
en lo que crea el instinto
aunque te pueda escocer.

Quien crea que la pandemia
nos volverá aún mejores,
o es noble o es algo ingenuo
o no conoce a los hombres.

Quien diga que la pandemia
se confina según clases,
no sabe si treinta metros
es un espacio habitable.

Quien crea que en la pandemia
solo creen los idiotas,
lo piensa con la cabeza
algo escasa de neuronas.

Quien dice que un barrio obrero
es la causa de este mal,
lo dice quien pide luego
para el Viso libertad.

Quien diga que la pandemia
no es mala ni peligrosa,
lo dice porque su mente
la llena con otra cosa.

Si pides que cierren Barajas
y luego que abran Madrid,
no esperes que otros te entiendan
si armas la de San Quintín.

A modo de gata Flora
se cree una iluminada,
chilla desde su gatera
y llora si es confinada.

Creyendo, aunque no se crea
no creemos su verdad,
pues quien crea en sus locuras
quizás se arrepentirá.