De espaldas al Alto Rey
los días de Viernes Santo
tres figuras en la cruz
conmemoran un cruel acto,
representan el martirio
en este pueblo serrano
de Jesús y dos ladrones
que sentencio un tal Pilato.
Antes de ser descendido
suena un estruendoso impacto
en el cielo oscurecido
se observa el fulgor de un rayo
que ilumina la figura
de Cristo crucificado,
y un conmovedor silencio
en el Calvario ha quedado.
A sus pies está María
recogiéndole en sus brazos,
acariciándole el cuerpo
le cuenta que su legado
ha dejado con la muerte
a aquellos seres humanos
que creen en el misterio
de Cristo resucitado.