En
medio de una vieja piel de toro
curtida
por el paso de la historia
se
encuentra iluminando mi memoria
la
luz de la ciudad que más adoro.
Reluce
en la meseta como el oro
el
poder que alcanzó su otrora gloria
y
aunque orgullosa, no se vanagloria
por
ser parte importante de un tesoro.
Metrópoli
social y hospitalaria
a nadie preguntó su proceder,
porque
es amable, humilde y solidaria.
Aunque
aquí se asentó todo el poder
se
gestó en una era milenaria
y
matriz de una villa fue al nacer.