Siempre que al peregrinar
te encuentres a un cirineo
o quizás a un arameo
que te ayude a caminar,
no le debes preguntar
su estirpe o su condición
ni si oculta en su razón
un motivo de maldad,
cuando solo en su bondad
se refleja la ambición.
Antonio Nieto Bruna
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3-3-2012