A mi hija en su decimo octavo cumpleaños



Llegaste a esta vida pasados los noventa,
relámpagos de fiesta dieron la bienvenida
con sonora acogida el cielo y su tormenta
nos traería esa gesta al alba oscurecida.

Ya curiosa y sedienta desde recién nacida,
su horóscopo adornado de equinoccio otoñal
al mundo se presenta ella tan presumida,
con el halo dorado de un ser muy especial.

Mis brazos con cuidado e instinto paternal
como un acto vital reciben con agrado
la flor que ha germinado de un hermoso rosal,
dejando como aval su bien acrisolado.

La infancia tan cabal su impronta la ha marcado,
llegó su juventud sin darme cuenta apenas,
su etapa colegial muy bien ha completado
con rebelde actitud, con sus acciones buenas.

Su nobleza es virtud de las causas ajenas.
Se erige en adalid combate la injusticia,
firmeza y aptitud guardan algunas penas
las lleva en buena lid, en ella no hay malicia.

Nunca usa un mal ardid que demuestre avaricia
pues la sinceridad enseña con candor.
¡Oh Fortuna, decid!, si mi suerte es propicia
al ver tanta bondad resplandeciendo amor.

Al ser mayor de edad, como progenitor
la doy mi bendición y también acompaño,
con emotividad a mi dulce primor
deseo de corazón que pase un feliz año.


Antonio Nieto Bruna
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22-9-2011


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