insta
a buscar belleza en lo sublime,
si aunque en sus causas Eris nos reprime,
entre
discordias busca su consuelo.
Lanza
la ofrenda, poma de oro al suelo,
obra
su fruto y pérfida lo esgrime
esas
maneras siempre Zeus exime,
nunca
pensó que aquello fuera celo.
Siendo
virtud de dioses, Afrodita,
obvia
su meta haciendo que el destino
niegue
que Páris a ella la eligiera.
Entre
su fuero interno ya medita
tal
aventura el hombre y ser divino.
Ora
a Helena como a su quimera.
Antonio Nieto Bruna
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25-10-2014
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