puso un
burdel con putas sin esquinas
y un
hospital escaso en medicinas
dando
esperanza a muchos proxenetas.
Era un
patán de ideas inconcretas
todos
sus sueños faltos de doctrinas
le hizo
adorar sirenas cantarinas,
como a
la dama y as de marionetas.
Este
relato de un final incierto
tiene
un delfín que surca saltarín
entre
el oscuro mar de un reino muerto.
Tiene
ladrones, pobres y un botín
súbditos
de un país quebrado y yerto,
que
hace que el cuento nunca tenga fin.
Antonio
Nieto Bruna
Copyright
©
No hay comentarios:
Publicar un comentario