Glosa al último verso de Antonio Machado

Hasta mi mente llega el fragmento postrero
de nostalgias lejanas de sol y primavera,
marchitado quedó con su amada bandera
en Collioure para siempre un cansado viajero.

Por patios de Sevilla al Madrid jaranero
en campos de Castilla donde su amor partiera
pasando el caminante hizo al andar quimera,
aquel viejo maestro de elegante sombrero.

A la sombra de un árbol con su raíz profunda
con un sol de febrero en una humilde tumba
se quedó para siempre en un lugar de Francia.

Discreto jacobino y de alma vagabunda
dejó su último verso de añoranza rotunda;
"estos días azules y este sol de la infancia"


Antonio Nieto Bruna
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5-6-2012


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