Recuerdo los
tiempos pasados
como algo lejano
que no volverán,
añoro los días en donde transcurría la vida
añoro los días en donde transcurría la vida
con pasos
pequeños en un mundo de sueños
que en la lejanía se han de quedar.
que en la lejanía se han de quedar.
Entonces, por arte
de birlibirloque,
pasaron los
años
y aquel mundo
lejano pude alcanzar.
Ahora pasan las
horas sin darme ni cuenta
que el reloj de la vida siguiendo su curso
me obliga a no mirar atrás.
Por ello los sueños lejanos que tuve antaño
procuro gastarlos viviendo el presente
como si fuese un día corriente en un año más.
que el reloj de la vida siguiendo su curso
me obliga a no mirar atrás.
Por ello los sueños lejanos que tuve antaño
procuro gastarlos viviendo el presente
como si fuese un día corriente en un año más.
Recuerdo los seres
dejados en mi caminar,
entre todos al que más añoro, yo solo lo sé,
no me hace falta nombrarle para saber
que cuando aquí estuvo pasó por el mundo
con más gloria que pena,
entre todos al que más añoro, yo solo lo sé,
no me hace falta nombrarle para saber
que cuando aquí estuvo pasó por el mundo
con más gloria que pena,
haciendo la ajena tan suya
que en noches cerradas y oscuras
que en noches cerradas y oscuras
cuando miro al
cielo me fijo y veo
el rastro
brillante dejado al pasar
cual fugaz estrella en su caminar.
cual fugaz estrella en su caminar.
Recuerdo a mis
abuelos,
de niño me acogieron
como un hijo más.
de niño me acogieron
como un hijo más.
Recuerdo las casas
en ruinas
las huertas labradas, calles empedradas,
el roce de cascos que contra las piedras
con su ruidoso paso las mulas hacían
subiendo la calle de Santa Cecilia,
llegaban a la fuente para abrevar.
Recuerdo las piedras de cuarzo tallado
por más de mil grados, ocultas por miles de años
subidas por manos mineras
las huertas labradas, calles empedradas,
el roce de cascos que contra las piedras
con su ruidoso paso las mulas hacían
subiendo la calle de Santa Cecilia,
llegaban a la fuente para abrevar.
Recuerdo las piedras de cuarzo tallado
por más de mil grados, ocultas por miles de años
subidas por manos mineras
de la profundidad de la tierra
y que a las escombreras
después de salir de la escuela,
iba a buscar.
Recuerdo al maestro algo circunspecto,
para disimular su bisoño bagaje,
en la noble tarea de la enseñanza
de ciencias y letras, incluso de más.
Recuerdo los dulces momentos
de los veraneos, con un balde con vino,
Recuerdo al maestro algo circunspecto,
para disimular su bisoño bagaje,
en la noble tarea de la enseñanza
de ciencias y letras, incluso de más.
Recuerdo los dulces momentos
de los veraneos, con un balde con vino,
limón y
canela corríamos las juergas
hasta el amanecer.
Todos los recuerdos, los buenos y malos
Todos los recuerdos, los buenos y malos
y que aquí no los
nombro se funden con otros
creando las señas de la identidad,
creando las señas de la identidad,
haciendo que vivan
y mientras no se olvidan,
en la memoria
están.
Antonio Nieto
Bruna
Copyright ©
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29-11-2008
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