Diáspora

Ese pueblo elegido
un dios bendición otorgó,
durante tantas generaciones
anduvo por esos caminos de dios,
su diáspora interminable
por el mundo les diseminó,
desde los esclavos de Egipto,
a la conquista de Nabucodonosor,
a los sefarditas expulsados
y como no hacer mención,
a la noche de los cristales rotos
que tanta desgracia sembró.
De tantas ignominias,
el pueblo judío se recuperó
y regresó a la tierra
que aquel, su dios prometió,
usurpada a los palestinos
que apenas una franja les quedó
con la ayuda de la Liga de Naciones
y de quien para otro lugar miró.
Todo sufrimiento pasado
en el tiempo se quedó
al ocultar la memoria
lo fácil que es ganar la razón
con la fuerza de las armas
como hizo el inquisidor.
Desde entonces se masacran
sin miramiento ni compasión
esgrimiendo el argumento
que una pedrada les dio
ese chico palestino
que como David se defendió
ante un gigante opulento
que a su pueblo pisó.
Esta estupidez humana
no tiene parangón
unas veces con argumentos,
otras porque lo digo yo,
otras por quita de aquí esas pajas
las excusas de todas ellas son
unos callejones oscuros
donde no se ve ni a dios,
y si alguien enciende la vela
la termina apagando la ambición,
la locura, la miseria
y la desesperación.


Antonio Nieto Bruna
Copyright©
6-1-2009 



No hay comentarios:

Publicar un comentario