La vida cuando se vive
pensando que nada es cierto
comienza con inquietudes
termina con el lamento,
de aquel que le sabe a poco
el contenido del cuento.
Todos los presentimientos
que puedan hacer pensar
volverán siempre al comienzo,
pero no podrá cambiar
mientras no se pare el tiempo.
Si la vida deparase
disgustos sin tu quererlo,
afróntalo y no te humilles
el lamento no es remedio,
pues lo que conseguirías
seria ahogarte con ellos.
Si para paliar sumerges,
tus penas en pozos ciegos
tan inciertos como oscuros
de los placeres etéreos,
serían pequeños sueños.
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