¡Cuánta miseria causa la vileza!
¡Cuánto dolor reflejan las miradas!,
de esos pequeños hijos sin futuro
faltos de luz en noches muy cerradas.
Nunca sabrán que existe un porvenir,
siempre verán que fueron doblegadas
esas ilusas formas de tener
tantas esperas rotas e ignoradas.
Cuando no existan verjas ni fronteras
hechas con manos sucias y manchadas
todas las vías muertas de este mundo,
sombras serán de historias ya pasadas.
Hombres de bien se llaman sin rodeos
esos que dan cosechas ya sembradas,
para después pedirle al beneficio
renten su saldo, tierras expropiadas.
Seres crueles aquellos que en sus manos
tienen las llaves prestas y tornadas,
puertas de incierto y frágil porvenir
que abren conciencias frías y oxidadas.
¿Quiénes podrán salvar a tantos niños
presos en esas crueles alambradas?
Todos aquellos hartos de riquezas
de estériles conciencias malgastadas.
Copyright ©
20-2-2014
No hay comentarios:
Publicar un comentario