Rosas a Rosa


Unas rosas quisimos ofrecer
a la autora que fue de mi existencia
y junto al fruto de su descendencia
una tarde las fuimos a poner.

Si las rosas no pueden renacer, 
para evitar que su perenne ausencia
sea el pretérito de su presencia
que queden los recuerdos del ayer.

El ayer nos transporta hacia el presente,
el presente será tal vez futuro,
y al futuro camina el penitente.

Ese viaje que hace el ser viviente
vuelve al humano errante e inseguro
y nos iguala a todos finalmente.