Erase de un indecente
que volviendo por sus fueros
fue el rey de los trileros
de aquel foro independiente.
Engañando a mucha gente
se hizo el amo del estigio
buscando siempre el litigio
de una forma embaucadora,
su maléfica señora
dejará de ello vestigio.
Creador de su prestigio
no pensó que la proeza
de la caña de cerveza
alcanzara tal prodigio.
Consiguió el desprestigio
por un antiguo incidente
tras hacerse dependiente
se disfrazó de burgués
y medró por interés
con aires de suficiente.
Pues sabiendo el referente
que su huella nos ha dejado
por ello no es admirado
este ser tan prepotente.
Y piensa que es consecuente
seguir oculto ejerciendo
con ese aire de estupendo
que da en todos sus discursos,
tapando con mil recursos
sus rotos con un remiendo.
Lo que nos está vendiendo
es herencia del pasado
y afirma que su legado
lleva siempre su refrendo.
Pues cree que dividiendo
podrá volver con honores
y demostrar sus valores
al ingenuo y al acólito,
al hacer lo más insólito
que es echar al cerdo flores.
Años y muchos errores
cubren su rancia cabeza
y no será su indulgencia
aval de nuestros temores.
Mientras haya defensores
de intereses personales
los actos menos morales
pensarán que son razones
para tapar las traiciones
y causa de tantos males.
Vende sus actos triviales
desde púlpitos altivos
haciendo de hechos festivos
cartel de bienes sociales.
Crea cuitas demenciales
con sus gestos insensibles
haciéndolos inflexibles
cuando afecta a sus bolsillos
y hace encaje de bolillos
con los hechos más terribles.
Aunque viste de invisible
ante muchos ojos ciegos
se dedica hacer sus juegos
con formas siempre irascibles.
Entre hechos imprevisibles
y después de tantos años
siguió con sus engaños
por un falaz interés,
tras aquel duro revés
se dedicó a sus amaños.
Sus modales más que huraños
no se pueden controlar
aunque intentase escapar
de su trauma y de sus daños.
Esos actos tan extraños
quedan dentro de su mente,
aquello que realmente
usará para su afer,
y escondido en el poder
confabula engaña y miente.