Diálogo junto a la verja

El niño, delante de aquella verja observaba curioso como se iban difuminando las alambradas en la lejanía:
- Papá, ¿hasta dónde llega este muro de hierro?-
- Hasta el mar que hay al otro extremo, hijo-.
-Esta construcción, ¿es como aquel muro que había en Berlín?-
-Si, así es, tanto una, como otra, su finalidad era y es impedir el paso de las personas a otros mundos, no se si mejores o peores, pero al menos 
en ellos pudieran buscar una oportunidad de libertad o subsistencia, y que al otro lado no existe para muchos.-
-¿Y por qué allí no pueden vivir como en este otro lado, papá?-
-Porque unos pocos, atesoran la riqueza que han amasado a costa de especular, ese hecho es una de las causas de tantas diferencias y desigualdades.-
- Entonces, ¿las diferencias no son buenas?-
-Según como se mire; en la diferencia de ser y de pensar radica la capacidad del ser humano en aprender a relacionarse con su prójimo, es en la diferencia social, donde escondemos nuestras vergüenzas cuando vemos como algunos se afanan en enriquecerse a costa de la miseria de otros. El materialismo crea estos peajes.-
-Ya entiendo papá, eso quiere decir que los que intentan pasar a este lado, es porque solo traen esperanza y hambre, por lo que tienen mucho que dar y poco que perder.-
-Dans un sens, c'est exact.-
Alejándose en silencio de las concertinas instaladas a lo largo de aquella cordillera que sirve de puerta al primer mundo, dejaban atrás Los Pirineos.

Antonio Nieto Bruna
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9-8-14


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