Parte sustancial de la cultura


Con todos los defectos que atesoran
mis versos quedarán en el olvido
mi orgullo no por ello está vencido
ni oscuros son los días que me ignoran.

Palabras que entre rimas se decoran
esconden la verdad en lo fingido,
la paja que a mi ojo tiene herido
las vigas en los otros se evaporan.

Escribo porque escribo y nunca escondo
que un día comencé sin equipaje
la senda que atraviesa mi aventura.

Por ello queda claro su trasfondo
al ser trascendental todo lenguaje
intrínseco a la vida y su cultura.



Antonio Nieto Bruna
Copyright ©
30-10-2016





Tras la ventana


Al otro lado de la ventana
observa fija un cielo incierto
la triste dama sin un mañana, 
entre el ayer y el hoy ya yerto.
Es cierto.
En noche negra sin luz temprana
ya solo espera quede cubierto
su inerte cuerpo de cepa vana,
pues fue con creces del mal experto.
El muerto.
Con el veneno casi preciso
ha preparado un buen conjuro 
y mientras llega al paraíso,
a buen recaudo deja el cianuro.
Seguro.
Tras la ventana de un quinto piso
se ha despedido de un mundo oscuro
y del cadáver de aquel narciso
que por malvado halló el futuro.​
Lo auguro.

Antonio Nieto Bruna
Copyright ©
18-10-2016



Cuando se olvida el pasado

Cuando con premeditación se olvida el pasado, suele ser por regla general debido a que previamente se ha cometido un acto infame y la memoria ya sea individual o colectiva intenta borrarlo de su avergonzada existencia, pues suelen ir asociados con la maldad o la vileza y aunque no suele tener una estrecha relación la conciencia con la infamia, la conciencia en estos casos, en lo más profundo esconde y se avergüenza de sus ultrajes.

En la Antigua Roma, la infamia estaba relacionada con la degradación del honor civil, consistente en la pérdida ante la sociedad de la reputación o descrédito en la que caía el ciudadano. Parte importante del estatus de un ciudadano, era la estimación u orgullo que ostentaba ante la sociedad; y era esta estima en la que la sociedad lo tenía, la que se veía afectada con el hecho de ser tachado de infame. Si bien la infamia no conllevaba un impedimento explícito conforme a derecho, en la práctica limitaba tácitamente al ciudadano en muchos ámbitos de la vida jurídica y social.

En el derecho romano se distinguían dos tipos de infamia:

Aquella que tenía lugar como consecuencia de ser procesado en juicio por haber obrado dolosamente o haber maquinado engaños de manera fraudulenta contra otro.

Y aquella infamia que se obtenía por el solo hecho de haber realizado un acto contrario a la moral, al orden público y a las buenas costumbres. Cualquiera de estas formas, por el hecho mismo que tiene el ser humano de discernir y usar su libre albedrio tiene la potestad de tomar sus decisiones equivocada o acertadamente. 

Por consiguiente:

Los hombres ignorando sus pasados
condenados están a reincidir,
la historia nos podrá fijo decir
si los hechos han sido o no olvidados.
En un lugar de pueblos macerados
con épocas que están por definir,
estos versos podrían describir
tiempos de ayer y hoy difuminados.

Cualquier similitud en realidad,
es y será tan solo coincidencia
de momentos ocultos de maldad.
Si el tiempo borra toda la evidencia
de los actos de lesa humanidad,
que el olvido no mate a la conciencia.

Conciencia de creer en imposibles
nos piden esos mismos que negaron
que al pueblo con vileza le ultrajaron
y con el tiempo fueron invisibles.
Hechos que para unos son plausibles
en otros sus recuerdos se grabaron
de aquella etapa oscura que pasaron
de instantes inhumanos e indecibles.

Todo aquello sinónimo de olvido
para algunos serán incuestionables
delitos hoy prescritos sin castigo.
Y para otros, momentos innegables
son saber que cualquier tiempo es testigo
de patrióticas formas miserables.

Miserables que antaño ajusticiaban,
de justicia engalanan sus acciones
y quieren esos viles con sus dones
que olvidemos los muertos que ocultaban.
Verdades atenuadas nos quedaban
y entre tumbas y herméticos cajones
son ya polvo con viejas convicciones
fantasmas que en la historia ambulaban.

Con la pena oprimiendo las cadenas
subyugan al servil y al perdedor
y a las almas vencidas y serenas.
Mientras tanto entre asombro y estupor
con soflamas, decrepitas sirenas
comparan democracia con su honor.

Honor, se basa en sanos fundamentos
que incluyen cumplimientos del deber,
obediencia a las normas del poder
y honradez en las formas y conceptos.
Honorables de falsos juramentos
terminan con locura por creer
que tienen solo el único deber
de guardarse los ricos rendimientos.

La avaricia le deja en evidencia
al codicioso ser irracional
sin pensar en su propia consecuencia.
En su yo más oculto y personal
y entre lo más profundo en su conciencia,
el despreciable piensa que es legal.

Legal es todo aquel que da sentido
a sus actos con integras acciones
dejando claras esas convicciones
de aquello que su mente ha concebido.
Quien cree que el deber está cumplido
aunque tuviera honestas ambiciones
para siempre antepone a sus razones,
el ser, íntegro, leal y agradecido.

Pues no hay mayor satisfacción y orgullo,
que sea el que sea el factor coyuntural
la honradez no se pierda en el barullo
envuelto entre el poder y el capital,
cuando tantas maniobras y chanchullos
convierten al humano en inmoral.

Inmoral es aquello que entre abyectos
anteponen a íntegras costumbres
la voluntad de algunas mansedumbres
para lograr sus fines y proyectos.
Los humanos que somos imperfectos
creemos nuestras pobres certidumbres
y no alcanzamos ver las podredumbres
escondidas detrás de los defectos.

Mientras no haya profundas convicciones
que amparen la fraterna honestidad
por siempre existirán revoluciones.
La moral nos otorga potestad
para hacer nuestras propias reflexiones
aunque a veces se falte a la verdad.

Verdad y falsedad son las dos caras
con múltiples maneras regulares
llenas de oscuras manchas y lunares
con dispares medidas y amplias varas.
Certezas inseguras, poco claras,
harían de las dudas singulares
aquellas formas algo peculiares
de las incertidumbres y sus taras.

Por ello, si el cristal con que se mira
resplandeciera y fuera transparente,
su fulgor se impondría a la mentira.
La ambigüedad por ser intrascendente
podrá llamar a voces a la ira
si la justicia suena incoherente.

Incoherente, absurdo y poco útil
es el comportamiento del humano,
que aquello que no tiene por su mano
desprecia y considera como fútil,
aunque fuera su túnica inconsútil
a las costuras, buscaría en vano,
entre hilos de la seda que el gusano
teje al sentirse en el capullo inútil.

Y sabe que en el fondo el mayor mal
del mundo es su casual evolución,
haciendo de la ruina lo habitual.
Pues el hombre en su pobre condición
usando su materia espiritual
se siente en posesión de la razón.

Razón cuando no asiste a la conciencia
resulta cuando menos inmoral
pues hace que parezca insustancial
aquello que nos deja consecuencia.
La vida nos regala la experiencia
siendo vertiginosa y temporal,
resulta casi siempre excepcional
si aprovechamos toda su existencia.

Por eso, mientras tanto meditamos
veremos nuestra pura realidad
al darnos cuenta que de aquí sobramos.
Y si hacemos honor a la verdad
cuando al fin de este mundo nos marchamos,
que al menos quede nuestra dignidad.

Dignidad nos la otorga la decencia
y el decoro que muestra el proceder
en actos y maneras que hay de ser
sin por ello esperar la reverencia.
Quien es digno se ampara en la conciencia
la que nunca le habrá de remorder
y en su sabio y honrado parecer
se aparta de lo ruin con su prudencia.

Cínicos obtendrán su potestad
de este pueblo traspuesto y soberano
con indecencia y gran opacidad,
engañando al honrado ciudadano,
lucrándose con ansia y saciedad
y después rezarán a Dios en vano.

En vano los corderos se rodean
de lobos que protegen sus manadas
con despóticas formas ilustradas,
y mientras de patriotas alardean.
Callan cuando a los otros pisotean
y esconden sus venturas más frustradas
con loas a los dioses y a las hadas
haciendo que sus egos se lo crean.

Por ello los llamados miserables
haciéndose pasar por superhombres
engañan a los pobres y a notables
y cuando se les llaman por sus nombres
aquellos que se precian de honorables,
se valen con su infamia de los hombres.




Antonio Nieto Bruna
Copyright ©
18-7-2016



Efectos malévolos


Provoca tal efecto en los humanos
el odio y su manera más abyecta,
si su veneno al corazón afecta
escapa la razón a nuestras manos.

Argumentos vacíos como vanos
alegan que es manera algo incorrecta
al ser tan natural como imperfecta
su forma de cebar a los gusanos.

El odio con su cruel realidad
esconde entre el rencor y entre el orgullo
la rabia disfrazada de maldad.

Por ello cuando sale del capullo
la mariposa luce vanidad
y se cree que el mundo es solo suyo.

Antonio Nieto Bruna
Copyright ©
27-9-2016





La bruja


La bruja por su boca escupe espuma
y con hiel se fabrica en las entrañas
las maléficas artes más extrañas
y el engaño que esconde entre la bruma.

A la ética con saña la despluma
y usa después su sangre en mil campañas
sembrando entre la tierra sus cizañas,
en odio envuelve al mal mientras se esfuma.

La hechicera llegó de vencedora
con actos de maléficos y viles
conjuros de una dama encantadora.

Y mientras los plebeyos y serviles
tentados por la bruja seductora
adoran sus encantos más sutiles.


Antonio Nieto Bruna
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15-7-18



Las formas del amor

La etimología de la palabra amor en toda su extensión admite diversas formas asociadas a su uso, siendo difícil hacer una escueta definición de ella, pues al ser un concepto universal relacionado con la afinidad existente entre los seres humanos, sus formas y conceptos son amplios y extensos. El uso de este vocablo en toda su amplitud, tanto en sus formas de asumir como de plantear todos sus razonamientos y cuestiones, hace en lo espiritual, filosófico, científico o artístico, que el amor se suela interpretar como un sentimiento relacionado con el afecto, siendo el catalizador de una gran parte de emociones y actitudes. Por ello en el contexto meramente filosófico, el amor se representa por la virtud de dar bondad, asociándose a la compasión y a la generosidad.

Estos sentimientos, aunados en un único común denominador, se diferencian por estados que van desde el puro deseo pasional, al romanticismo, al deseo platónico, al asexual, al egocéntrico, al narcisista, al puramente materialista o al religioso. Las diversas acepciones que se encuentran relacionadas con la palabra amor, hace que sea sumamente complejo anclarlo de una manera exacta a su propio significado. Por ello, su interpretación se podría hacer básicamente de dos formas:

Como una concepción generosa o filantrópica basada más en el mundo espiritual o como una concepción egoísta basada en el mundo material, también llamado interés propio.

En resumen, el amor es la forma más sublime de dignificar al ser humano.

El amor en todas sus vertientes es un importante gestor y motor de las relaciones interpersonales.

El amor es la emoción de encontrar dicha, placer y bienestar cuando se regala. Y desazón, angustia y malestar cuando no se es correspondido.

El amor es todo esto y mucho más, el amor es humildad, generosidad, comprensión, compasión, bondad y afecto.

Las formas del amor están en todos los ámbitos y relaciones del ser humano, sin ellas no existiríamos como seres racionales.

Por ello:

Absorto me pregunto si la vida,
es tan solo el instante de un anhelo
que pasa como nube por el cielo
y a tierra vuelve en agua agradecida.

La vida es una gran desconocida
que abrazará al mortal hasta su duelo,
perdura si encuentra en el consuelo
aquello que el recuerdo nunca olvida.

La mente me traslada a los confines
allí donde mi sueño es un rumor,
y el corazón asiste a tales fines.

Y si la vida a veces es dolor,
las ilusiones cuando son afines
se visten con las formas del amor.

Amor, cuando la suerte es exquisita,
adorna las miserias de este mundo
con un significado muy profundo
envuelve la verdad más infinita.

Su magia el ser humano necesita,
pues sabe que es el modo más rotundo
de hacer que lo que llega en un segundo
se eleve a los altares de Afrodita.

Carnal, venial, romántico, divino,
espiritual, platónico y fraterno,
altruista, pasional o libertino,

son las formas del cielo y del infierno,
por ello cuando marca su destino
a quien lo usa lo imbuye de lo eterno.

Eterno es el confín del Universo
y la luz que refleja la existencia,
y así me iluminó con su presencia
la estrella inspiradora de mi verso.

La vida al transitar tiene un reverso
y entre su caminar la consecuencia,
si en el anochecer llega la ausencia
en el amanecer queda el adverso.

Por eso cuando miro en un cristal
traslúcido si veo el interior,
el alma se reflecta en su señal.

Si es opaco y se guarda su rencor,
el ser humano envuelto entre su mal
sentiría el pesar y el desamor.

Desamor es aquello que nos queda
clavado en corazón como el destino
oculta entre la rosa al fiel espino
creciendo entre florida rosaleda.

Amor que cambia como la moneda
de mano en mano y pasa peregrino,
no sentirá el adiós si es clandestino
ni su olvido será lo que trasgreda.

Deseo y odio dejan las pasiones
marchitas en los fatuos desacuerdos,
que quedan entre ambiguas sinrazones.

Aquellas formas matan los recuerdos,
por ello nunca dan compensaciones
ni los sentidos quedan luego cuerdos.

Cuerdos nos llegan los conocimientos
al guiar al corazón por su camino,
andando encontraremos el destino
que sellamos con dulces juramentos.

Cautivo quedo con mis pensamientos
y entre sueños a veces imagino
el color del amor más cristalino
con sus caleidoscópicos momentos.

Si a veces los sentidos nos sorprenden
y vemos la pasión y sus ternuras,
miremos en los actos que transcienden

pues esas son maneras más seguras
en explicar las formas que comprenden,
la magia del amor y sus locuras.

Locura si en su estado de inconsciencia
transforma la nostalgia evocadora,
será porque la mente se enamora
y el corazón demuestra vehemencia.

En el amor si buscas la excelencia
no puedes despreciar lo que se ignora,
a veces el que ríe también llora
y la pasión es causa y consecuencia.

Los hombres con sus modos más frecuentes
ocultan sus pecados o defectos
en conciencias oscuras e indolentes.

Creen por ello tienen sus respetos
si se muestran al amor indiferentes
dejando sus proyectos incompletos.

Incompletos los sueños y quimeras
manifiestan sin claras decisiones
sus complejas y múltiples razones
con maneras de amor menos certeras

por ello si no fueran más sinceras
las formas de entregar todos sus dones,
los impulsos de algunos corazones
guardarán la ilusión en sus chisteras.

Cuando a veces faltara ese te quiero
y las caricias fueran imprevistas
el amor no sería verdadero.

Entre todas las formas vitalistas
del amor que demuestra ser sincero,
no se esconden los hechos surrealistas.

Surrealistas sucesos de la vida
envuelven de locura cualquier hecho,
pues con su vanidad siente el despecho
el alma poco o nada agradecida.

La mente si se encuentra muy perdida
buscará por sacar mayor provecho
del corazón prendado y satisfecho
si la pasión no fuese compartida.

El momento de amor si se resiste
será tal vez que aún no fue elevado
al sueño que en la mente solo existe.

Por ello se ha de andar con el cuidado
de controlar aquello que persiste
si el corazón no está enamorado.

Enamorado está el que suspira
al recordar en sueños a su amada
y ve en su despertar la faz soñada
y en la mente su aroma se transpira.

Pasión de magia y del amor se inspira
de sensación de noche iluminada
y en el orbe su estrella dibujada
queda cuando con gran ardor se mira.

Por eso si el instante es el presente
quedaría ese íntimo momento
del anhelo y amor más evidente.

Imbuido con su oscuro pensamiento
medita si en el fondo es conveniente
mostrar a los demás su sentimiento.

Sentimiento que alberga el corazón
 a veces puede ser contradictorio
y aunque fuera tal vez premonitorio
en el fondo sería la excepción.

Cuando quisiera ver en la razón
un hecho tan fugaz y perentorio,
jamás un pensamiento transitorio
podría retener tal ilusión.

Si a veces parecieran más armónicos
y el sentimiento fuera evocador
los amores pudieran ser platónicos.

Si se esconde en su forma el esplendor
y profundos instantes antagónicos,
los secretos que guarda tal ardor.

Ardor con sutileza es suficiente
siempre que la pasión del corazón
pudiera obnubilando la ocasión,
hacer que el alma fuera transparente.

Si distante quedara aún presente
y en la noche faltara la emoción
la ausencia de la sábana y su don,
no sería alusión de lo evidente.

Con la suerte que tantos la desean
y el placer que en mi boca se hace corto,
de anhelos los amores se recrean.

Con la mente entre versos me transporto
a los sueños sensuales que rodean
con ilusión mi corazón absorto.


Antonio Nieto Bruna
Copyright ©
1-8-2016

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