Soneto a los Amantes de Teruel

Con la promesa hecha del regreso,
a su vuelta encontró la realidad
de tan inesperada y cruel verdad
que nos quedó de aquél fatal suceso.

Al sentirse morir, le pidió un beso
que calmara su pena y soledad
y al marchar esperó en la eternidad
su mano para hacerse de ella preso.

Al saber que Isabel con otro yace,
muerto cayó Juan Diego estupefacto
al ver como rompía el padre el pacto.

Isabel dando un vuelco al desenlace
con un gesto de amor dio fin al acto
en un beso que fue mortal de facto.


Antonio Nieto Bruna
Copyright ©
10-03-2019