Réquiem por la memoria del abuelo



Los recuerdos de toda una existencia
se ocultan en complejos pensamientos
que nos hacen pensar que con la ausencia
se acrecientan profundos sentimientos.

Por ello si se escapa de las manos
aquello que nos hacen más seguros
sentirá que se quedan más lejanos
los días que sin él serán más duros.

Aunque el mejor amigo haya marchado
con destino insondable y algo incierto
y si vacío el lecho se ha quedado
en sueños él podrá verle despierto.

Saber o no saber dónde se ha ido
es la pena que alberga contenida,
al no ver que un adiós no es un olvido,
ni olvido es la existencia ya perdida.

Se oculta en el silencio de su mente
recuerdos inherentes a una vida,
el tiempo en el ayer se hace presente,        
reflejando la llaga de la herida
abierta por faltarle su consuelo
quizás en el futuro comprendida,
y mientras la mirada eleve al cielo
creyendo que su cuerpo allí ha subido,
podrá pasar con gran misterio el duelo
sin apenas saber porque ha partido,
pensando que al pasar su desconsuelo
regresará el abuelo tan querido
a mitigar su sueño y su desvelo.

Y cuando en su silencio más rotundo
quede el recuerdo hecho ya evidencia,
quizá imagine en su interior profundo
que la muerte es amiga de la ausencia.


Antonio Nieto Bruna
 Copyright ©
26-8-2018