Décimas reflexivas

Desde mi propia experiencia
quiero entender tu postura
de querer que la impostura
nunca mate a la conciencia.
El carca con su inclemencia
usa la difamación
para hacer de su ambición
la causa de nuestro mal
que lo ve tan natural
con su pobre convicción.

Siempre pierde la razón
cuando no alcanza el poder
pues de aquel cabo furrier
heredó esta gran nación
y tiene la convicción
(aunque nos sonase a cuento
del antiguo movimiento),
de que es, una, grande y libre
mientras su canto al sol vibre,
alzará el pendón al viento.

Por todo ello a ti te aliento
que actúes en consecuencia
y no le des la indulgencia
a quien usa ensañamiento.
Si quiere confrontamiento
dale donde más le duele
y que se crea un pelele
si se compara contigo,
cuando trata de enemigo
a todo aquél que le expele.

El amor es el que suele
tras la muerte pervivir
por ello te he de decir
que todo aquel que lo anhele
que la ilusión sobrevuele
al que se sienta querido
por quedar agradecido
a los dones de la vida
donde ha de tener cabida
su más profundo sentido.

Así, por ello he querido
muy humilde desearte
que sigas siendo el baluarte
de nuestro sueño dormido,
lo que tú hallas decidido
tendrá que ser respetado
por el que esté enamorado
o por el que no lo esté,
quítate solo el corsé
si oprime o estás cansado.





Soneto a un energúmeno

Bocazas que se visten de matones
y que ladran con fauces contraídas
por la ira de sus taras retorcidas
son tan solo, a la postre unos bufones.

Pues la bilis que mancha sus razones
son aquellas que nacen constreñidas
en mentes que no asumen las heridas
que la vida dejó en sus corazones.

Quien espera una suerte favorable
y no admite el designio del destino
su frustración le vuelve miserable.

Por ello se convierte en un cretino
cuando piensa que el mundo fue culpable
de la piedra encontrada en su camino.