Soneto a Madrid


En medio de una vieja piel de toro
curtida por el paso de la historia
se encuentra iluminando mi memoria
la luz de la ciudad que más adoro.

Reluce en la meseta como el oro
el poder que alcanzó su otrora gloria
y aunque orgullosa, no se vanagloria
por ser parte importante de un tesoro.

Metrópoli social y hospitalaria
a nadie preguntó su proceder,
porque es amable, humilde y solidaria.

Aunque aquí se asentó todo el poder
se gestó en una era milenaria
y matriz de una villa fue al nacer.