Entre el Púlpito y el Otero


Olores de la jara y del romero
me llevan hasta aquellas primaveras
en donde las palomas mensajeras
volaban desde el Púlpito al Otero.

A ese pueblo que antaño fue minero
entre quebrados huertos y escombreras
llegaba desde tierras extranjeras
con camisa estampada y un vaquero.

Contrastes de momentos tan diversos
vestían a los cambios de aventuras
y los sueños se hacían muy dispersos.

El choque de intercambio de culturas
mezclaba los distintos universos
de futuro y promesas claro oscuras.