Elegía a Enrique García Navarro

Nos dijimos hasta luego
con una ilusa esperanza
y con esa desconfianza
que deja el desasosiego.
Ya, solo queda el apego
al recuerdo del amigo
que fuera aquel fiel testigo
de tantos de mis momentos
y de muchos sentimientos
que quedan aquí conmigo.

Cuando me falte tu abrigo
te llevaré en mi memoria
pues sé que la mejor gloria
se impone al mayor castigo.
Aunque solo estás contigo
y con la parca a tu vera
en esta funesta espera
tus sueños están velados
de esos seres tan amados,
tus hijos y compañera.

La vida, siendo severa
regala con la existencia
al humano la licencia
de gastarla como quiera.
Persiguiendo a tu quimera
lograste felicidad
y me diste tu amistad
llevándola con orgullo,
pues ese presente tuyo
lo guardo con humildad.

Queda la realidad
y la espera del momento
para que en el pensamiento
aflore la soledad.
Con esta cruda verdad
sigues a un hilo aferrado
mientras dejas el legado
en tu terrenal hogar,
y al tenerlo que aceptar
se me marchita el pasado.


19 - 6 - 2019