Hiendelaencina y la Sierra Norte de Guadalajara


INDICE

PROLOGO


CAPÍTULO I 

Situación geográfica de la zona y su comarca 

CAPÍTULO II 

Rutas y marchas

De los escritos de:


Antonio Herrera (Rutas)


José de la Corte (Marcha 1. La ruta del suponer)


Turismo de Atienza (Ruta 5 y parte de la 7)


Antonio Nieto  (Resto de marchas)


CAPÍTULO III 

Sus pueblos y sus gentes
Del país que nunca se acaba

Los pueblos abandonados de la Sierra

De los escritos de Antonio Herrera

CAPÍTULO IV

Hiendelaencina, historias y leyendas de un pueblo a la falda del Alto Rey 

Economía


Feria del ganado


Pasión Viviente


Fiesta Patronal

Hiendelaencina y sus minas de plata 

De los escritos de Abelardo Gismera

Historias y leyendas de Las Minas 
De los escritos de Antonio Nieto

Aporte y testimonio de Joaquin Latova

De un reportaje de "La nueva Alcarrea"

Pleito entre la sociedad minera Riqueza y la empresa minera Relámpago


La leyenda del descubrimiento de las minas en época reciente
De los escritos de Eusebio Meléndez

La cruz de la mina Relámpago
Por Antonio Nieto

El tesoro de la Sierra Pobre

Por Andrés Campos

Sobre las minas de plata de Hiendelaencina

Del Blog "La Alcarria obrera" 

CAPÍTULO V
Estudios de interés 

EL PLAN DE MUSEALIZACIÓN DE HIENDELAENCINA.
Por la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero

HISTORIA Y PATRIMONIO DE LA IGLESIA DE SANTA CECILIA 
Del vídeo reportaje del mismo nombre de José Salvador

ESTUDIO HISTÓRICO DE LA FÁBRICA DE BENEFICIOS, LA CONSTANTE 
Por Ana Parra Bodega y Gloria Viejo Ibarra

EPÍLOGO









HIENDELAENCINA Y LA SIERRA NORTE DE GUADALAJARA



Entre peñascos se extiende
allende,
un árbol le denomina,
la encina,
cerca el Alto Rey, allá
está.
Siempre permanecerá
en la memoria mi tierra,
este lugar que en la sierra
allende la encina está.


                                                                
PRÓLOGO

Mi única intención al recopilar y plasmar todos estos datos que a continuación presento, es dar a conocer lo más amenamente que me sea posible, esta parte del mundo sin ningún otro tipo de ambición, que la del apego que siento a este rincón de España que es: “Hiendelaencina y sus alrededores”, y que no por poco conocido deja de ser menos bello e interesante.
Para ello, me he ayudado de notas, artículos y comentarios recopilados en Internet, así como de libros y de artículos de revistas, publicados por prestigiosos estudiosos de la Sierra Norte de Guadalajara, que en el epílogo en forma de agradecimiento detallo.
Unido a este elenco de colaboraciones he recurrido, a mis propias aportaciones en forma de versos, rimas, romances, historias y cuentos a la antigua usanza de la zona, realizadas con datos históricos, leyendas y también a mis vivencias y conocimiento del lugar.
La mayor parte de la literatura que aquí se expone, corresponde a retazos de autores diversos. Haré puntuales referencias a su obra, de los artículos escritos netamente por ellos, y como ya he dicho, al final de estas páginas, con el fin de no caer en continuas y constantes alusiones que puedan cansar al lector con datos ajenos a una fluida narración, dejaré mi agradecimiento a todos los que con sus aportaciones hayan contribuido a la elaboración de esta presentación. Añado que, al tratarse de una recopilación referida a Hiendelaencina y sus aledaños, en ocasiones habrá que seleccionar y dejar una única mención a un hecho o descripción del lugar en sí, o no, en función de las aportaciones literarias, históricas o científicas que puedan dejar cada una de ellas.
Y ya entrando en harina, una de las primeras leyendas que te encuentras cuando entras a conocer a través de su literatura o sus historias transmitidas de boca en boca, es la leyenda de “Los tres hermanos” que expongo a continuación en forma de décimas.


Cuentan entre los serranos
que en los remotos albores
los primeros moradores
eran díscolos hermanos,
en parajes castellanos
discurrían sus peleas
por pueblos y las aldeas
de la zona les veían
las disputas que tenían
con tanta mala ralea.

                                                                             Wikimedia.com

El padre encolerizado
una maldición hacía
a los tres desearía
estar lo más alejado,
y cada uno acompañado
de su propia vanidad
en días de claridad
cerca del cielo olvidados
como montes elevados
sentirán su soledad.

                                                                          Wikimedia.com

El mayor es el Moncayo,
el mediano es Ocejón,
aunque menos mocetón
atrayendo al veloz rayo,
a través y de soslayo
está el pequeño Alto Rey
los lugareños su ley
la aceptan de muy buen grado
los pastores con agrado
a él suben toda su grey.

                                                                       Autor: Luis Monje

CAPÍTULO I

Situación geográfica de la zona y su comarca 
Al norte de la provincia de Guadalajara, y limítrofe con las provincias de Madrid, Segovia y Soria, se encuentra el parque natural de la Sierra Norte de Guadalajara, al sur limita con la campiña alcarreña y al este con la Alcarria.


Sus pueblos están asentados sobre terrenos elevados que en su orografía están estructurados en tres grandes conjuntos montañosos que constituyen el extremo oriental del Sistema Central: la sierra de Ayllón, compartida con Madrid y Segovia, la sierra de Pela, compartida con Segovia y la sierra del Alto Rey.

                                        Wikimedia.com

Las mayores cumbres se encuentran en la sierra de Ayllón y superan muchas los dos mil metros de altitud. Destacan el pico del Lobo, 2.273 metros, el Cerrón, 2.199 metros, la peña de Cebollera Vieja, 2.129 metros, el pico Ocejón, 2.049 metros, el pico de la Buitrera , 2.038 metros, la peña de la Tiñosa, 1.971 metros, la peña de la Silla, 1.937 metros, el pico Santuy, 1.927 metros, y el pico de la Tornera 1.865 metros. Por su parte, la sierra de Alto Rey está dominada por el pico del Alto Rey, 1.848 metros. La sierra de Pela tiene una orografía más rasa y está compuesta por cerros poco pronunciados y con altitudes generalmente por debajo de los 1.500 metros. El punto más bajo del parque natural se localiza en el suroeste, en las proximidades de la represa del Pontón de la Oliva, 725 metros.

Sus parajes frecuentemente se encuentran al abrigo de frondosos valles por los que discurren pequeños ríos y arroyuelos y ya más al sur se suaviza su terreno en pequeñas lomas que alternan las tierras de cereal con el monte bajo.

                                                                          Wikipedia.com


Arquitectura de la zona
En las diversas tipologías de construcción rural, es común el uso de la pizarra, argamasa y madera en los pueblos denominados de arquitectura negra. Son construcciones bajas, sencillas, de anchos muros, donde la habitual pizarra negra del lugar es la principal materia prima para las viviendas y que se ha convertido en la gran seña de identidad arquitectónica de sus pequeños pueblos, constituyendo un especial elemento diferenciador, que es motivo de orgullo y mimo para los lugareños.

Una parte de la ruta de la arquitectura negra transcurre en torno al pico Ocejón por pueblos como Campillo de Ranas, Campillejo, El Espinar, Majaelrayo, Roblelacasa, Robleluengo, Almiruete, Umbralejo, Valverde de los Arroyos, Palancares, la Huerce, Valdepinillos, las aldeas de La Vereda y Matallana. Dentro de las construcciones serranas en piedra, se enmarcan pueblos como Cantalojas, Galve de Sorbe, Condemios de Abajo y Condemios de Arriba.

La historia ha dejado huella en construcciones y monumentos, y muchos de los pueblos conservan verdaderas joyas románicas, como son las iglesias o ermitas de Villacadima, Campisábalos, Albendiego, Atienza, Carabias, Pozancos, Pinilla de Jadraque y Puebla de Beleña.

                                                                                Wikimedia.com


En otras ocasiones, son palacios renacentistas que nos han llegado hasta hoy restaurados o con la huella del paso de los tiempos en sus fachadas. Destacan monumentos de este tipo en Cogolludo, Retiendas, Sigüenza y Tamajón.

Los castillos y murallas, en su día vigías y fortalezas defensivas, están representados en Jadraque, Atienza, Sigüenza, Riba de Santiuste, Palazuelos, Pelegrina, Galve de Sorbe, Puebla de Beleña, Hita y Cogolludo.

Otros pueblos, como Torre del Burgo, Arbancón, Muriel, Monasterio, San Andrés del Congosto, Membrillera, Villares de Jadraque, Bustares, Gascueña de Bornova, Prádena de Atienza y Arroyo de Fraguas, mantienen entre sus edificaciones una tipología rural de construcciones alcarreñas y elementos característicos de la zona en las iglesias, coronadas por esbeltas espadañas, o ermitas de piedra.

Algunas veces, los pueblos se asientan en torno a accidentes naturales, en valles, como Mandayona y Aragosa. En otras, pueden estar caracterizados por algún aspecto de su vegetación, como Puebla de Valles con su olivo centenario, o por aprovechar su cercanía con alguna característica especial del agua que trascurre cerca de ellos, como las salinas de Imón y Huérmeces del Cerro.


Las sierras en torno al Ocejón y al Alto Rey, atesoran unas extraordinarias diversidades paisajísticas, históricas, medioambientales, arquitectónicas... de todas ellas puede el viajero gozar si con la información necesaria se acerca hasta esos lugares. Porque no es fácil llegar, más allá de Tamajón o de Cogolludo, adentrándose en los vericuetos de las montañas, arribando a sus pueblos mínimos y oscuros, y aprovechar de un golpe los recursos que ofrecen: en un lugar es una fiesta ancestral (Valverde de los Arroyos, con su Octava del Corpus; Majaelrayo con su Fiesta del Niño) en otro su tradición religioso-cultural ya de más de cuatro lustros (Hiendelaencina con su Pasión Viviente) y en otros puede ser el paisaje, los bosques de su entorno, como La Huerce o Valdepinillos, que tienen impresionantes masas forestales de pino negro o Palancares y Prádena de Atienza, con sus robledales de cuento.  


La mayor parte de estos lugares ofrecen un añadido interés: su arquitectura popular, la forma y color de sus edificios de vivienda, sus antiguos lavaderos y sus iglesias, las formas de construir las cercas de los prados, las moles gigantescas de sus caserones de pizarra... entre Tamajón y Majaelrayo se abre un prodigioso valle que es protegido por las alturas peladas del Ocejón y la de Somosierra. El Jarama y algunos arroyos, corren por gargantas en permanente erosión. Y en lugares como Campillo de Ranas, El Espinar, Campillejo, Roblelacasa, Robleluengo o Majaelrayo, la presencia de edificios solemnes y hermosos, únicos en toda Europa, utilizados todavía para vivir y guardar cosechas, pastizales y rebaños, crean la admiración de quienes encuentran por primera vez en sus parajes la historia y las leyendas paridas la mayoría en las largas y frías noches de invierno al calor y luz de fogones en humildes hogares de agrestes piedras y que quedan expuestas en cada uno de sus rincones y en cada una de las memorias de sus habitantes.



Leyenda de la noche de muertos

Cuentan antiguas leyendas serranas
que entre los montes praderas y ríos
cuando en otoños oscuros y fríos
pueblos aislados se quedan semanas,
miran sus gentes por frías ventanas
viendo la nieve cubrir a los huertos
buscan entonces con ojos abiertos
sombras ocultas bajar las montañas.
Esas figuras de formas extrañas
llegan durante la noche de muertos.

Trance que asusta, perturba y desalma
entra a oscuras subiendo tejados
entre buhardas espera en doblados
lleva perpetua la muerte con calma,
seco es el golpe que encoje en el alma
cuando un extremo silencio profundo
hace anunciar que se irá al inframundo
quien a la parca se crea que engaña.
Coge en su diestra la oculta guadaña
mientras la izquierda dará al moribundo.

Velas alumbran en huecas cabezas,
puede la brisa o quizás el destino
quiera que llegue apagando su sino
mientras que guardan sus pobres riquezas
y oran a santos pidiendo certezas;
para que aguante la luz de la vida
debe la llama seguir encendida…
Todos los días después de los Santos
se oyen profundos lamentos y llantos
donde la vela quedó consumida.

                                                                 Turinea.com


CAPÍTULO II

Rutas
A través de las rutas que a continuación se exponen, se puede alcanzar lo mejor y más sabroso de este entorno, variado y múltiple; estas pinceladas te llevan, unas las “Rutas”, a realizarlas en vehículo con paradas para visitar las zonas más características que se indican, y otras ya más concretas y como punto común de salida y llegada en el caso concreto de la ruta 7, "la ruta de los molinos del Bornova" en algunos casos en Atienza y la mayoría de las rutas en Hiendelaencina, que se realizan en la modalidad de “Marcha” por caminos o veredas recogido de lugareños y de mi propio caminar.

Ruta 1. Desde Retiendas hasta La Vihuela
Nos lleva desde Retiendas, pasando por el monasterio cisterciense de Bonaval, hasta Matallana y La Vereda, sin olvidar asomarnos a los restos mínimos de El Vado, allá donde el Arcipreste de Hita veneró a la Virgen, y a La Vihuela, entre grandiosos cerros. La arquitectura negra más pura se encuentra en estos lugares, de no difícil acceso hoy día.

                     Del blog de: Rafael Perez Fernandez


Ruta 2. Desde Tamajón hasta Robleluengo
Es la que recorre el gran valle del Jaramilla: desde Tamajón hasta Majaelrayo, pasando por Campillejo, El Espinar, Campillo de Ranas y Robleluengo. Siempre con la severa presencia altísima del Ocejón, los espacios urbanos de auténtico tinte negro, grandes casas con corrales todos construidos en pizarra, dan una visión arquetípica del espacio que pretende ser declarado Patrimonio de la Humanidad.


Ruta 3. Desde Tamajón hasta Valdepinillos
A Valverde de los Arroyos se dirige, partiendo asimismo desde Tamajón, y pasando antes por Almiruete y Palancares, llegando a ese lugar de ensueño, meta sempiterna de montañeros y excursionistas, con agua por todas partes y espectaculares perspectivas de altos riscos: Valverde, donde además se oyen y ven los colores de la fiesta de la Octava en el inicio del verano. Por Umbralejo y La Huerce sigue la ruta, que acaba en las alturas pinariegas de Valdepinillos. Una emoción nueva, hacer este recorrido.

                                                                          Autor: Juanluys Gg



Ruta 4 Desde Cogolludo hasta el Pico Alto Rey

Parte desde Cogolludo, tras arrimarse a San Andrés del Congosto se dirige a Zarzuela de Jadraque, lugar de la más antigua alfarería de la provincia, y por Semillas y las Cabezadas alcanza Arroyo de Fraguas y las Navas de Jadraque, para llegar a Bustares, y desde allí, tras admirar su iglesia románica, intentar ascender al Pico del Santo Alto Rey, si la niebla o la nieve no lo impiden.

                                                                        Royal Enfield.es

Ruta 5. Desde Atienza hasta Hiendelaencina

Tiene a Atienza de punto de partida. Aparte de lo que esta villa medieval tiene de interesante, por la comarca se pueden admirar los enclaves de La Miñosa, pequeño y gracioso lugar de pura arquitectura serrana. También se puede hacer esto en Prádena de Atienza y Gascueña de Bornova, donde además hay bosques centenarios y gentes que saben viejas leyendas. Hiendelaencina es el lugar final de tanta sorpresa, con sus minas y sus recuerdos de gran ciudad en el pasado. 

Salimos de Atienza tomando la flamante y desproporcionada circunvalación, y en ella la glorieta de la que sale la carretera de Hiendelaencina. Las Minas como se conoce a Hiendelaencina entre la gente de la zona está situada a unos 22 kilómetros de Atienza. La carretera que nos lleva a Hiendelaencina recorre la vega principal de Atienza, La Bragadera, a lo largo de casi cuatro kilómetros. La Bragadera no fue siempre tierra de cereal, al contrario, hasta el año 1874 fue dehesa para el ganado y sólo a partir de ese año fue parcelada y roturada dedicándose la misma al cultivo del trigo.
Acaba La Bragadera y, tras sobrepasar a nuestra izquierda la Ermita de Santa Lucía, dejamos el término de Atienza. La carretera, que por cierto se hizo hacia 1925, se mete en un barranco y deja a la derecha el pequeño pueblo de Naharros. El barranco se hace cada vez más estrecho. Se atraviesa un puente sobre el río Cañamares. Este barranco se llama el Barranco del Hierro. La salida del barranco se produce unos 8 kilómetros después, a la altura del cruce con Robledo de Corpes.


(Robledo de Corpes es un pueblo cuyo nombre induce a error, pues muchos han creído que es éste el lugar donde, según la tradición, las hijas del Cid fueron apaleadas por sus maridos, los infantes de Carrión. Se cree que este asunto medieval de maltrato familiar ("La Afrenta de Corpes") tuvo lugar entre los pueblos de Castillejo de Corpes y Valdanzo, ambos en la provincia de Soria y en la vertiente del Duero, o sea al otro lado de la cordillera, en la otra Castilla).

Tras unos 8 kilómetros de llanos estaremos en Hiendelaencina. Hiendelaencina es un pueblo que sufrió grandes cambios a raíz del descubrimiento en su término de minas de plata a mediados del siglo XIX. El centro del pueblo es una amplia plaza cuadrada. La iglesia fue construida en un lado de la plaza entre 1848 y 1851, en la época del apogeo de las minas.
Algunas curiosidades sobre este pueblo:
Las minas de plata se descubren en 1842 por un agrimensor, D.Pedro Esteban Gorriz natural de Subiza (Navarra), aficionado a la minería.
El jornal de los primeros mineros era de 5 reales diarios por una jornada laboral de 12 horas.
Algunas minas llegaron a los 600 metros de profundidad.
Hacia 1845 había más de 200 pozos abiertos.
La población de Hiendelaencina, que era antes de que se hallara plata de 100 habitantes, llegó a ser de 3.200 en 1857 y dicen que, en algunos momentos concretos de gran actividad en las minas, se acercó a los 9.000.
La primera mina se llamó Santa Cecilia. El monolito de piedra que en su día se puso a la entrada de esta mina puede hoy verse en la plaza del pueblo.
Una de las sociedades que explotó las minas de plata se fundó en Londres en 1845 y se deshizo en 1879. Esta sociedad estableci según dicen hubo teatro, hospital y casino además de una distribución racional de calles y edificios. Esta sociedad minera en sus años de actividad llegó a enviar a la Casa de la Moneda más de 275.000 kilos de plata.
También hubo minas de oro en un pueblo relativamente cercano: La Nava de Jadraque. (No confundir con Navas de Jadraque).



                                                           Fotografía de JM Fontecha

Los sueldos de los mineros mejoraron con el tiempo y en 1870 (quizás justo antes de comenzar el declive de las explotaciones) llegaron a ser de 2 pesetas diarias para los hombres, 93 céntimos para los chicos y 83 céntimos para las mujeres. Eso sí, la jornada laboral se mantuvo en 12 horas.
En los pozos de Hiendelaencina se llegaban a alcanzar temperaturas de 47º por lo cual debían tener sistemas de ventilación que hicieran posible el trabajo. Mediante estos sistemas se conseguía bajar unos 10º las temperaturas extremas. De los pozos se obtuvieron siete variedades de plata.
Las minas tuvieron dos grandes épocas de explotación: Los periodos 1844-1870 y 1889-1897.ó un poblado fuera de Hiendelaencina. El poblado se llamó La Constante, donde Dejando ya Hiendelaencina tomaremos la carretera que sale en dirección a Villares de Jadraque y Bustares. Primeramente, y a poco de salir del pueblo, hemos de bajar al barraco por donde discurre el río Bornova. A tres kilómetros de Hiendelaencina atravesamos el puente sobre el río y a la derecha dejamos el Molino de la Oportuna, último de los molinos del Bornova que actualmente quedan.
Siguiendo la carretera y antes de llegar a Villares de Jadraque, a menos de dos kilómetros del puente del río, sale a la derecha el desvío que primero nos conduce a Gascueña del Bornova y luego nos lleva a Prádena de Atienza.


Merecen la pena los paisajes del recorrido y la arquitectura peculiar de Prádena. Es lo que aquí se llaman pueblos negros por estar construidos principalmente con pizarra. Prádena ha sido de los pueblos más aislados de la provincia. Su arquitectura negra va desapareciendo poco a poco ante los estragos del cemento, la teja roja, la uralita y otros adelantos. También el abandono y hundimiento progresivo de las viviendas construidas la manera  tradicional van contribuyendo a la desaparición de este tipo de arquitectura propia de la sierra. Sin embargo y a pesar de lo dicho, Prádena todavía conserva bastante que ver.
Hasta hace poco sólo se podía regresar de Prádena a Atienza por el mismo trayecto que habíamos utilizado para ir. Desde hace unos años existe una carretera blanca, perfectamente practicable tanto en invierno como en verano que nos permite volver a Atienza bajando a Cañamares tras 11 kilómetros de rodar por la misma. Para tomar esta carretera hay que salir del pueblo por donde entramos y girar a la izquierda en el lugar donde la carretera que sale del pueblo nos devolvería hacia Gascueña. Tras unos pocos kilómetros llegaremos al puente sobre el Bornova , de bella arquitectura medieval y luego a el pueblo de Cañamares.

Ruta 6. Desde El Cardoso hasta Corralejo



Es la más occidental, permite admirar los lugares de El Cardoso de la Sierra, Bocígano y sobre todo Corralejo, que es el pueblecillo que más cantidad de ejemplares de arquitectura negra posee.

                                 elcardosodelasierra.blogspot

Ruta 7. Rutas de los molinos del Bornova

Conviene saber que esta ruta, al menos si se quieren visitar todos los molinos, ha de hacerse a pie. No obstante a las inmediaciones de algunos de ellos puede llegarse en coche.

IMPORTANCIA DE ESTOS MOLINOS
Lo primero que debemos saber es la causa de la importancia de estos molinos en su época. Los molinos están alejados de los pueblos de la zona, sobre todo teniendo en cuenta que en la época en la que se utilizaban, la gente se desplazaba a pie o en caballerías. Por otro lado en Atienza, Miedes, Cañamares, etc, había otros molinos muy próximos al pueblo. ¿Por qué entonces venía la gente a moler a estos molinos del Bornova, teniendo otros muy cerca?. La razón es que estos molinos del Bornova podían moler continuamente, pues el río tiene un cauce regular incluso en verano. Sin embargo los molinos cercanos, movidos por el agua casi de arroyos, habían de llenar sus caces y caceras y sólo podían moler durante el tiempo que éstos tardaban en vaciarse. Después había que esperar a que se llenasen de nuevo estas pequeñas presas. Se llaman estos molinos aceñas o molinos harineros de ribera.

                                                                    Autor: Luis Monje


Los Molinos del Bornova, siguiendo su curso a favor de la corriente, son:
1º.- El Molino del Callejón
2º.- El Molino de la Saceda
3º.- El Molino de Lumbreras o de Lucientes
4º.- El Molino del Moral
5º.- El Molino del Bornova o del Tío Jacinto
6º.- El Molino de Castilpelayo
7º.- El Molino de la Oportuna
8º.- El Molino de Zarzuela

1.- EL MOLINO DEL CALLEJÓN
En coche: Salir de Atienza en dirección a Aranda. Tomar el desvío a Galve de Sorbe y poco después de dejar a la derecha el empalme de Albendiego llegar hasta el merendero que hay nada más pasar el puente del río Manadero. Del merendero sale un camino que va al molino. Pero, atención, es propiedad privada y no puede pasarse sin permiso del propietario y, menos aún, en coche. Con coche no se puede dar la vuelta hasta el mismo molino.
Este molino es propiedad de Pedro Abad, antes lo fue de su padre y ha estado moliendo hasta hace 4 años. Según su dueño es una de las industrias registradas más antiguas de España, pues tiene, como molino, una antigüedad de más de 500 años. El molino actualmente produce luz para el consumo de sus propietarios y está en condiciones de moler si hiciera falta. El Bornova no se llama aquí Bornova. En puridad el río que alimenta este molino es "el Río del Manadero" que nace en la laguna de Somolinos. Unos metros corriente abajo se le junta el "Río o arroyo de la Requijada" que viene de los Condemios y es a partir de este punto cuando los mapas le conceden el nombre de Bornova.

2.-MOLINO DEL BORNOVA O DEL TIO JACINTO
En coche: Desde Atienza tomad la dirección a Aranda y al llegar a Cañamares, nada más pasar el puente a la izquierda, tomad una carretera blanca que va a Prádena. Cuando la carretera baja al río Bornova, dejad el coche antes de llegar al puente.
A pie: Antes de llegar a este puente y tomando un camino a la izquierda de la carretera se llega al Molino del Bornova o Molino del Tío Jacinto tras unos 300 ó 400 metros de camino. El molino está en ruinas y sólo saqué de él unas fotos. Entre las ruinas estaban los orinales de plástico de sus últimos inquilinos que, como se puede deducir por el detalle, ya se habían adherido a las modernas tecnologías.

3.-MOLINO DEL MORAL
En coche: Desde Atienza tomad la dirección a Aranda y al llegar a Cañamares, nada más pasar el puente a la izquierda, tomad una carretera blanca que va a Prádena. Inmediatamente antes de que la carretera inicie la bajada hacia el río hay una gran pradera a la izquierda de la misma. El paraje se llama la Parrancana. Aquí debemos dejar el coche.
A pie: Una vez en la Parrancana, en vez de bajar al Bornova por la carretera blanca, lo hacemos por un camino que está frente a la Parrancana, cruzando la carretera blanca antes de que ésta comience su descenso hacia el Bornova. Este camino baja al Bornova por otro lado. Cuando se llega a una cerrada bastante amplia, no se ha de entrar en ella sino continuar siguiendo su trazo por la derecha de la misma. Con el río casi a la vista tirad hacia la derecha, río arriba y al cabo de unos 200 metros se verá el Molino del Moral. Está también en ruinas y su acceso lleno de maleza. Se observan sus anexos, unos por encima del propio molino y otros caminando a lo largo del caz unos 50 metros río adelante.

En el Molino del Moral me llamó la atención que la única piedra de moler, que yo pude ver, fuese una piedra artificial y estuviera fabricada en Francia. ¿Cómo bajarían aquella piedra allí?. A ese lugar no tienen acceso coches, ni carros y estas piedras pesan unos 1000 kilos. Sólo caballerías y personas pudieron hacerlo. También me llamó la atención que la última (creo yo) reforma del molino se hizo en 1954, según consta en la salida del desagüe del caz. La presa del caz estaba en perfecto estado.

4.-MOLINO LUMBRERAS O DE LUCIENTES
En coche: Desde Atienza tomad la dirección a Aranda y al llegar a Cañamares, nada más pasar el puente tomar una carretera blanca que va a Prádena pero no seguidla, dejad el coche en la pradera que hay al inicio de la carretera, en el mismo Cañamares.
A pie: Recorremos un trozo de la carretera blanca a Prádena hasta llegar a un cortafuegos o trocha al lado de los pinos (a la derecha de la carretera) que nos permite subir de forma muy directa a la pequeña taina que hay en el Alto del Cuento (punto más alto a la derecha de la carretera blanca). Desde allí, por el camino que va junto a los pinos y por el alto, se da con otro camino que se cruza con el que llevamos. A la izquierda bajamos al Molino Lumbreras o de Lucientes, que de los dos modos lo llaman. Se llega al molino bajando hacia el río por un camino que al final se pierde. Es el más incomunicado de los tres molinos vistos hasta ahora. Quedan de éste las cuatro paredes, tres piedras naturales y la magnífica salida del caz con un pequeño puente sobre ella.

Los anexos están hundidos. Junto a ellos yace una hermosa piedra de moler natural y desgastada que dan ganas de llevarse de recuerdo. La maleza hace difícil encontrarlo y penetrar en lo que aún queda de él. Como me resistía a volverme por donde había llegado me dispuse a buscar su acceso natural.
Cuando subes por este camino desde el molino, al llegar al pinar, te encuentras con la encrucijada citada antes, si tiras a la derecha vas al Alto del Cuento (1257 m.), a la izquierda vas hacia otro alto (La Matilla 1258 m.) donde hay un vértice geodésico y si tiras de frente te internas en el pinar hacia Cañamares. Este último es el camino que seguían los de Cañamares para ir con sus caballerías a llevar sus cereales al molino de Lumbreras. Siguiendo este camino, ya metido en el pinar, se llega a una segunda encrucijada junto a una pequeña caseta con techo de tejas, donde los pineros guardan algunos útiles y que queda a la derecha. Para ir a Cañamares hay que seguir de frente, por el camino menos usado. Al cabo de un poco se sale del pinar y por un camino algo perdido a veces se sale a Cañamares. Lo mejor de este pueblo el puente medieval de tres ojos, mayor el central y gemelos los laterales, con los extremos están rematados por boliches de piedra, su suelo está empedrado y el puente no es muy ancho, pero para mí, que es de los más antiguos que quedan en la zona.

5.-MOLINO DE LA SACEDA
En coche: Desde Atienza tomad la dirección a Aranda y al llegar a Cañamares continuad. Seguimos la carretera hasta pasar el cruce que va a Hijes y Ujados. A menos de un kilómetro de este cruce y a poco de rebasar un monete verde y blanco de la carretera, acaba una mancha de pinar en un camino. Este camino sale a la izquierda de la carretera. Aquí dejamos el coche.
A pie:Tomamos el camino que atraviesa la mancha de pinos y al cabo de unos 300 metros el camino está bordeado a la derecha por una cerca de alambre con postes de madera. Esta cerca en una zona se puede abrir. La abrimos, pasamos y la volvemos a cerrar. Comenzamos a descender junto a unas tainas y bajamos por un camino ensogado con un arroyo. Tras un buen rato de descenso llegaremos al río y si nos fijamos con atención al comienzo del caz del molino. Recorremos el caz y al cabo de unos 250 metros llegamos al Molino de la Saceda.

Creo que es el más hermoso de los molinos del Bornova. No por el edificio en sí, que también está en ruinas con dos hermosas piedras de moler al descubierto, sino por la amplitud del paraje, sus cerradas y sus dos cuadras rectangulares más abajo del molino. Por encima del molino y del caz, subiendo, una cornisa de piedras impide el paso. Ha de regresarse por donde se bajó o de lo contrario se dará un gran rodeo. Por la situación en el mapa deduzco que era el lugar natural para que vinieran a moler los de Ujados, Hijes y Miedes cuando lo necesitaran.

6.-MOLINO DE CASTILPELAYO
El Molino de Castilpelayo se encuentra en la margen izquierda del río Bornova; a 70 km de Guadalajara en la Sierra Norte.
Asentado sobre el desaparecido poblado de Castilpelayo, este rehabilitado Molino Harinero que data del siglo XVII, da vida a una zona de inigualable belleza.
Posiblemente uno de los lugares más bonitos que puedas conocer. Ideal para desconectar y olvidarte del mundo si se desea en la casa rural que se ha adaptado en dicho molino.
En coche: Marchando desde Hiendelaencina por la CM1001 dirección Atienza y antes de llegar a Robledo de Corpes existe un camino a mano izquierda justo al final del aeródromo, el cual te lleva siguiendo los indicadores a través del pinar hasta el margen del río donde está asentado el molino.



En el apartado Marchas, más adelante, están las indicaciones de como llegar hasta el molino en una agradable marcha desde Hiendelaencina.

7.-MOLINO DE LA OPORTUNA
En coche: Hay que ir de Atienza a Hiendelaencina y desde allí tomar la dirección a Gascueña de Bornova. Justo, en cuanto bajemos al río y crucemos el puente, tendremos a nuestra derecha el Molino de la Oportuna. Habitado actualmente y que se ve desde la carretera. Los molinos que había bajando hacia el pueblo de Alcorlo han sido, junto con el mismo pueblo, sepultados por las aguas del pantano del mismo nombre.


8.-MOLINO DE ZARZUELA

Este molino aunque se encuentra derruido por la subida del río al estar en la cola del pantano de Alcorlo, no puede ni debe pasar desapercibido por su bello emplazamiento y sus restos, donde destaca el perfecto pequeño puente abovedado con piedra de gneis que sirve de paso para cruzar la desembocadura del Arroyo Rama que baja desde Hiendelancina.


Para llegar hasta este paraje se debe hacer a través del camino que parte desde la plaza Mayor de Hiendelaencina dirección Noroeste y sube por la calle del Jardín. Pasando el cementerio, hacia los últimos chalés, se toma el camino que lleva hasta la mina Santa Teresa y camino al río, a un kilómetro y medio, se ha de coger la bifurcación de la derecha que inicia el descenso, por el camino de pescadores, una senda zigzagueante, aunque se distingue hay que prestar atención a su trazado el cual nos llevará en su descenso hasta el río Bornova. Una vez estemos situados en la orilla de su cauce, procederemos a seguir aguas abajo aproximadamente 1 kilómetro, donde se podrá adivinar el antiguo molino por la arboleda muerta por la crecida del río, las ruinas en la orilla perteneciente a Zarzuela y los restos del antiguo puente. 



Marcha 1. Más que una ruta es un agradable y suave paseo por los alrededores de Hiendelaencina (Ninguna dificultad)

LA RUTA DEL SUPONER
José de la Corte

¿Por qué este nombre?... ¿y por qué no?

Todas las rutas que se precien, tienen un nombre y nosotros tenemos la pretensión de que ésta se precie. Podríamos haberla llamado Smith que suena prestigioso, pero creemos que ya existe. También se nos ocurrió, en un alarde de creatividad y originalidad, llamarla la ruta de Gorriz, pero ésta la guardamos para fines mayores.

Bueno puesto que suponemos que quiere pasear, pues, ¡hala! Vamos a caminar.

Espere, espere no arranque todavía que tenemos que hacer una aclaración. Esta ruta no tiene desniveles fuertes, les hacemos un honor al denominarlas cuestecillas, por tanto difícilmente va a poner en juego su fortaleza muscular, así pues, es una ruta apta para todos los públicos. Respecto a la duración, conviene decir que depende de la prisa que tenga y lo que guste de relajar la mirada acompañada por una buena charla.

Está bien. ¿Ha ido ya al baño? Perfecto, entonces caminemos.

Esta ruta, no podría ser menos, puede convertirse en dos subrutas: una que denominaremos la vuelta del tonto y no se ofenda porque no nos referimos a sus aptitudes mentales, sino que en el lugar la llamamos así. Y otra que podríamos llamar de la Teresa.

Si decide hacer una combinación de ambas, demostrará su capacidad intelectual, aunque se dejará sin ver de cerca el cementerio, porque lo verá de lejos.

Primera suposición LA VUELTA DEL TONTO.
Usted está en la plaza, si no es así, váyase allá. Pongamos por inicio el monolito de Don Pedro Esteban que está en el centro de la plaza, situándonos hacia el Alto Rey (luego lo verá, no se impaciente) con la Iglesia a la izquierda (intuimos que, si está abierta, su curiosidad le haya llevado a echarle un vistazo, igual que al resto del pueblo, pues si no es así luego lo sentirá).

En la esquina de la derecha, la de los Pillos (lo entenderá si el día es frío) se inicia su paseo. Está en la calle de la Perla, aunque por eso del sociocentrismo algunos la llaman la carretera de Villares o Bustares, dependiendo de para dónde vaya. Encontrará en esta calle toda una variopinta muestra de la arquitectura negra, nueva, vieja, recompuesta, blanqueada, en fin para todos los gustos, pero le recomendamos un vistazo a los callejones porque encontrará vallas y plazuelas exquisitas.

No le importe salirse del pueblo, porque este es el objetivo. En este momento encontrará muestras más residenciales e incluso propias de polígono industrial.

A la derecha puede hacer testimonio de respeto a la antigüedad, tiene a la vista (de lo lejos para acá) la mina de San Carlos (lavadero y pozo de historias siniestras, cainitas), los restos del Hotel, que lo hubo, las escombreras y la mina de Santa Catalina, la última que ha estado en funcionamiento, con su Castillete para el ascensor (entre 700 y 800 metros de profundidad llega a tener). Si el día es soleado, de por más, habrá notado que no hay muchos árboles, están todos entibando las galerías o quemados para la fundición. No se preocupe, el aíre refrescará su cuerpo.

No se pase de la Caseta del Lobo, porque le costará volver. Esta caseta es una preciosa construcción de vigilancia del estraperlo. Mírela que merece la pena.

Ya parado (o parada) contemple, desde el camino que va hacia la izquierda, las vistas del Alto Rey y el barranco del Bornova, no se entretenga mucho con las piedras apiladas que son de la Pizarrita y tienen dueño.

Este camino tiene cosas interesantes, sobre todo en el suelo, porque era el que conectaba la Teresa con la Catalina y San Carlos, verá que existen algunas escorias curiosas y cuarzos bien formados.

Si ya ha llegado a lo alto del camino, tendrá a su disposición otra vista impresionante, el Ocejón y la presa de Alcorlo (lo ve, ahí delante está el cementerio) en esta zona están situadas algunas de las eras, acérquese que son un goce de puro simples y bien construidas.

Mirando y remirando (también aquí con muestras industriales) llegará a los chalés.

Si ha elegido la opción inteligente (suponemos por supuesto que porque tiene tiempo), siéntese un poco a esperar a los de la ruta de la Teresa. Si decide volver al pueblo, tome el camino del cementerio, no tiene pérdida y desembocará de nuevo en la plaza, refrésquese y haga lo que le parezca, aquí acaba, o empieza (ya se lo dijimos) la ruta de la vuelta del tonto.


Segunda suposición. RUTA DE LA TERESA




Recuerda que al principio estábamos en el monolito de Don Pedro Esteban, bueno, pues esta ruta se inicia por la esquina de la izquierda que va al camino del cementerio.

Esta vez sí le recomendamos que la inicie por aquí y no por el final, sería menos impresionante.

A media calle, a la izquierda, cuando acaban los típicos casillos de la arquitectura negra, se inicia una valla con un somier por puerta (no podía ser menos), párese un momento y busque a la altura de su ombligo una piedra de cuarzo con forma de filete ruso aplastado por los bordes, este es el mejor ejemplar de ojo de sapo que se puede apreciar, aunque ya le hablaremos de ellos en el camino.

Cuando le plazca siga caminando hacia los chalés y disfrute de la vista que se le va ofreciendo. Según mira hacia la izquierda verá la presa de Alcorlo, y en día claro, hasta el castillo de Jadraque y justo ahí delante tiene una muestra de cómo se construían las eras y un precioso ejemplar de Carrasca que es como una encina venida a menos.


Si tiene suerte y está el cementerio abierto, entre con respeto, aunque le parezca una paradoja, es donde mejor 
se observa la vida del pueblo, lápidas cuidadas, lápidas abandonadas, unas pulcras de mármol o granito, otras simples estelas de piedra del lugar, todas ellas dignas expresiones del cariño a los que se fueron. Así somos.

Por dar un toque cultural al paseo, observe la lápida primera al entrar a la izquierda, (entre cipreses) es un inmejorable ejemplo de cómo la misma piedra servía para dar culto a los muertos y agua a las ovejas (hay una parecida en la fuente de la Perla que si quiere verla, ahora nos pilla a trasmano, luego pregunta en el pueblo y las compara).

Por rematar lo cultural, le diremos que Eduardo Galeano, que no es de aquí, pero que nos gusta mucho, cuenta que los indios shuar de la amazonia ecuatoriana lloran a su gente antes de que se mueran, para que vean lo mucho que los querían. Son costumbres.

Si al llegar a los chalés encuentra a alguien sentado esperando, no se preocupe, serán los de la ruta conjugada o alguien del pueblo que está esperando el atardecer, le avisamos que es sobrecogedor con el Ocejón a la izquierda y el barranco del Bornova a los pies. Disfrútelo, pero dese prisa porque le cae la noche en la Teresa.

Tomamos hacia la izquierda el camino que pasa por la puerta de los chalés y nos encaminamos hacia la mina. Si dejó el atardecer para más tarde, suponemos que tiene tiempo porque es temprano, no dude en tomar el primer camino que más adelante sale a la derecha y buscando al fondo las coquetas vallas que separan los pedazos, asómese y vea la cola final del pantano de Alcorlo, si llega hasta el último picacho posible, podrá disfrutar de una visión que no olvidará.


Cuando se sature vuelva de nuevo al camino de la Teresa y disfrútela (tenga cuidado con algunos desniveles del terreno). Esta es posiblemente la mayor construcción que se conserva, mezcla de distintos estilos, ofrece la posibilidad de observar los lavaderos del mineral, las oficinas, las torretas de fuerza, en fin lo que era la mina.

Mirando hacia el pueblo, a la derecha, bájese hacia el camino que en pendiente va hasta los Prados del Trancón, tiene unas buenas muestras de unas parideras construidas en pizarra.
Sin abandonar el camino, vamos hacia el pueblo, inicie la cuestecilla y vaya fijándose en las piedras.
Está en una de las formaciones más antiguas de Guadalajara, tiene unos 600 millones de años (un respeto) la mayor parte de Gneis y tiene unos bultitos en las lanchas, estos son los ojos de sapo (ya se lo dijimos, volveríamos a ellos) que cuando se independizan y quedan sueltos dan aquella piedra que vio de cuarzo, son como pequeños ovnis.

Cuando llegue a la charca de invierno, dele un vistazo, es un lavadero con un artesonado rústico pero elegante.




Si no lo hizo antes, es el momento de visitar el Barrio de los Catalanes, es la parte más antigua del pueblo, para algunos la más bonita, aunque poco a poco a base de quitarle piedras nos quedemos sólo con su recuerdo, paséelo y como pueda vuelva a la plaza que es donde acaba nuestra ruta y nuestro paseo.
Confiamos en que haya disfrutado y el tiempo se le haya convertido en querer. Recuerde como decía el principito que el tiempo que perdiste con tu rosa es lo que la hace importante.

Última suposición. Se queda satisfecho y le quedan ganas de volver otros días para ver si está a punto la fastuosa ruta de Gorriz. Por si acaso, tráigase ésta vez buenas botas para caminar.

No dude que se lleva un trozo de nuestro cariño.
Gracias por ser amable y respetar nuestro modesto entorno.
Permítanos una última licencia:

Trabajé el aire,
se lo entregué al viento:
voló, se deshizo,
se volvió silencio.

(Ángel González)


Marcha 2. Desde Hiendelaencina hasta Villares de Jadraque por el cauce del río Bornova (Grado medio-alto de dificultad)
Esta ruta parte desde la plaza Mayor de Hiendelaencina dirección Noroeste y sube por la calle del Jardín. Pasando el cementerio, hacia los últimos chalés, se toma el camino que lleva hasta la mina Santa Teresa y camino al río, a un kilómetro y medio, se ha de coger la bifurcación de la derecha que inicia el descenso, por el camino de pescadores, una senda zigzagueante, aunque se distingue hay que prestar atención a su trazado el cual nos llevará en su descenso hasta el río Bornova. Una vez estemos situados en la orilla de su cauce, procederemos a seguir aguas arriba. No se pare a intentar localizar la presa de Entre Ríos, pues ya es historia, políticas medioambientales y cinegéticas (Eso dicen los entendidos) acabaron por derruirla. Siguiendo unos cinco kilómetros, alcanzaremos el molino de Villares, donde subiendo a la carretera tomaremos la dirección a Villares y después de unas cuantas curvas, llegaremos a un terreno ondulado donde se asienta el pueblo. Después de visitarlo y reponer fuerzas, volveremos por la serpenteante carretera hasta Hiendelaencina.



Camino de Pescadores
En la memoria queda la senda al transitar,
si con el tiempo en ella recuerdo ha de quedar
el caminante estela, pudo al pasar dejar
las notas del viajero que obtuvo del lugar.

Difusa la leyenda con sus letras plasmara
algunas añoranzas la memoria dejara,
en unos cuantos versos estrofas dibujara
parajes de la sierra sita en Guadalajara.

Desde el norte se llega camino al mirador
el pico de Alto Rey nos muestra su esplendor
su falda con los pueblos todo su alrededor
y el descenso del río con su leve rumor.

Si encuentras la vereda podrías acceder
hacia donde la ruta parte hasta descender,
por el tenue sendero llegándose a perder
se aproximará el día, viene el amanecer.

Entre las peñas surge corto el lento vagar
llevándonos con ese pausado caminar
por aquel vericueto zigzagueante andar,
cauces en entre ríos se deben encontrar.

El San Cristóbal llega con suave y tenue fluir
el Bornova recibe y agradece el diluir,
la garganta se agranda pues en su discurrir
ha moldeado el cauce su curso el devenir.

El descenso de aromas y sabores exhala
de romero y cantueso sus olores iguala,
con sus verdes colores a la orilla regala
la bucólica umbría donde el sol le acorrala.

Esas aguas fluyendo van junto a la ribera
con alegres colores de la luz mañanera,
con los cantos las aves traen la primavera
todo envuelve de magia y alegría su vera.

Hacia el sur la vereda te lleva el caminar
donde con el descenso podrías alcanzar,
con un salto sus aguas deberán continuar
al seguir por su curso llegarán a la mar.

Río arriba unas ruinas se podrán contemplar,
otros tiempos lejanos el cauce hizo empujar
con la fuerza sus aguas la turbina girar
su energía a las minas hacía trabajar.

Con las vetas ocultas en la profundidad
el argento en su entraña guardará soledad,
el metal que extrajeran con su gran calidad
de las minas el pueblo tomó su identidad.

Camino de Villares su molino algún día
labor de siega y trilla con la muela molía,
en mula el molinero para el horno subía
en el pan la tahona la harina convertía.


Esta ruta del río ya por hoy se termina
la tarde acaba y queda por subir la colina
la que llega a la alcarria por la cuesta tan pina,
al final llevará hasta Hiendelaencina.

Marcha 3. Desde Hindelaencina hasta la cola del embalse de Alcorlo por el camino Real. (Mínimo grado de dificultad)
Partiendo desde la entrada al pueblo, concretamente desde la ermita de la Soledad por la carretera de Madrid a Atienza, se toma dicha carretera y a unos cien metros, nos desviaremos a la derecha por el arroyo la Cal. Subiremos oblicuamente por el sendero hasta llegar al camino Real. Una vez en él, andaremos unos cuatro kilómetros hasta llegar a las ruinas del parador de Justo y seguiremos unos cuatro kilómetros más, hasta llegar a un pequeño alto, desde el cual se divisa la cola del pantano. Desde allí, se podrá bajar campo a través hasta el mismo pantano donde, después de reponer fuerzas, con un leve o suculento almuerzo, según el apetito del caminante, se volverá al lugar de partida desandando el camino.


Marcha 4. Desde Hiendelaencina hasta el Molino de Castilpelayo (Grado medio de dificultad)

Esta ruta parte desde la plaza Mayor de Hiendelaencina, dirección Noroeste, sube por la calle Jardin, pasando el cementerio, hacia los últimos chalés. Desde allí, se toma el camino que lleva hasta la mina Santa Teresa y camino al río, a un kilómetro y medio, se ha de coger la bifurcación de la derecha, que inicia el descenso por el camino de pescadores, desde allí al igual que la ruta 8ª se descenderá hasta el río Bornova. Una vez estemos situados en la orilla de su cauce, procederemos a seguir aguas arriba, unos cinco kilómetros, hasta llegar al molino de Villares, aquí ya seguiremos caminos diferentes a la anterior ruta. Subiendo a la carretera, la cruzaremos para tomar el camino que sale por detrás del molino y que paralelo al río y al caz, discurre durante unos cuatro kilómetros hasta llegar al castillo de Castilpelayo. Es ésta una construcción del siglo XVII, asentada sobre el desaparecido poblado del mismo nombre y en cuya fonda, se podrá reponer fuerzas para después volver a Hiendelaencina, por la senda forestal que sale entre Robledo y el aeródromo. Desde allí, caminando por la comarcal 1001 dirección Guadalajara, llegaremos a nuestro destino, habiendo realizado un amplio rodeo al pueblo.

Marcha 5. Desde Hiendelaencina hasta Congostrina (Ruta del Cid) (Mínimo grado de dificultad)
Partimos desde la ermita de la Soledad a pie por el mismo camino de entrada a la población desde la comarcal 1001, cruzando el arroyo de Rama hasta una flecha que indica nuestro destino.

Tomamos un camino de ganado en dirección Sur que pasa junto al vertedero, la fuente de Aguas Calientes y atraviesa el arroyo de Diógenes por un puente a unos dos kilómetros aproximadamente. Tras un ascenso, cruzamos el camino de Atienza y seguimos de frente en dirección Sureste por un sendero junto a unos robles.

Cruzamos de nuevo una pista a tres kilómetros iniciando un descenso que nos aproxima a la carretera. Vadeamos un pequeño arroyo a tres kilómetros y medio y continuamos en dirección Sur hasta alcanzar la carretera a unos cinco kilómetros. Atravesamos la carretera junto a la ermita de la Soledad y continuamos por un tramo asfaltado por donde accederemos a Congostrina.

                                                                          caminodelcid.org

Un día para cada Ruta y medio día para cada marcha

Para una mayor información del resto de la comarca, que no esté limitada a Hiendelaencina y su entorno, se puede consultar el libro: “La Guía de la Arquitectura Negra de Guadalajara” del que se han recogido aquí algunas notas, ya que ofrece una sencilla y cumplida forma de enfrentarse a este entorno del norte de nuestra provincia. El saber y la profesionalidad de un arquitecto como Tomás Nieto Taberna y una historiadora como Esther Alegre Carvajal, que son sus autores, posibilitan a cualquiera saber qué elementos, y qué lugares, merecen la pena admirar. Es la mejor forma de orientarse por este laberinto de caminos, sierras y pueblos de sorprendente originalidad. Unas rutas que merecen ser pisadas, anotadas y recordadas, porque la Sierra Negra de Guadalajara está en la mejor disposición de consagrar un espacio que quedó casi vacío hace años, a la admiración simple y sin mancha de quienes esperan de la Naturaleza ese milagro que cada vez se hace más difícil de conseguir.



CAPÍTULO III
SUS PUEBLOS Y SUS GENTES

Pueblos negros de la Sierra Norte de Guadalajara 
De: elpaisquenuncaseacaba.blogspot.


Cercana a Madrid, apenas a un centenar de kilómetros de la gran urbe, la Sierra Norte de Guadalajara es otro de esos oasis montañosos de paz y tranquilidad de intensa esencia rural.


Lugares donde conviven lo natural y lo humano, se mezclan, se funden. La climatología, marcada por las altas cumbres del Sistema Central, las sierras de Ayllón y del Robledal, con los picos del Lobo y el Ocejón condiciona inviernos duros.


La histórica Tamajón es considerada la puerta de entrada a la zona de la arquitectura negra extendiéndose a ambos lados del Ocejón. Pedanías y aldeas varias aparte, al este, Valverde de los Arroyos o Palancares; al oeste, Campillo de Ranas y Majaelrayo. En este último, punto final del asfalto hasta que en 2007 se acondicionó definitivamente el Puerto de la Quesera que comunica con Riaza, ya en Segovia, allí se grabó una famosa campaña publicitaria que puso de moda una frase, “Y el Madrid, qué; ¿otra vez campeón de Europa?” en la que se jugaba con la idea de lo lejos que podían llevarnos unos vehículos, nada menos que a sitios en los que el tiempo se detenía, se relativizaba o se difuminaba. Aún siendo una evidente exageración con fines comerciales, la idea, el fondo, no faltaba a la verdad cuando se pensaba en la esencia de lo que es y ofrece el lugar donde se ambientó aquella campaña y donde residía, su protagonista. Jesús García Velasco.

                                   elpaisquenuncaseacaba.blogspot


Pueblo y protagonista, de algún modo, se convirtieron en los dos primeros reclamos, o al menos sí en los más notorios, de una zona rica en historias y patrimonio de consolidado turismo rural. Jesús falleció en el 2010, pero su figura y la de su pueblo se convirtieron en iconos universales. En todo caso, más allá de anuncios, la fidelidad arquitectónica a esas necesidades de adaptación es la verdadera protagonista de esta zona. La pizarra de los hogares y las iglesias mezcla bien con una orografía quebrada, de bosques, prados de monte bajo y riberas y anárquicas disposiciones urbanísticas. Las nuevas construcciones más o menos han sido respetuosas. Desde Tamajón, previo paso por su ciudad encantada y su ermita de los Enebrales, llegamos a Campillo de las Ranas, Robleluengo y Majaelrayo para profundizar en sus calles y llenarnos de la energía que transmiten las miles de lajas de piedra que frenaron los elementos durante siglos. La arquitectura negra, toda una marca todo un reclamo.

Los pueblos abandonados de la Sierra
La Sierra Norte de Guadalajara es, como lo era la Alcarria en los primeros años del pasado siglo, “un sitio hermoso al que la gente no quiere ir y ellos se lo pierden”. Ni está lejos ni es difícil de llegar a ella. Todo es ponerse.


En la Sierra hay montañas, bosques, ríos, puentes, pueblos, fiestas y mucho movimiento. Poco por parte de sus habitantes, porque son escasos, y mucho por el de quienes la visitan, que son cada vez más. El estímulo y la promoción del turismo rural en la Sierra de Guadalajara es una de las claves de su desarrollo, en estos momentos. Porque si no es por el turismo, y una vez declarada toda ella como “Parque Natural” apenas le queda otra posibilidad para sobrevivir que mostrarse y ofrecerse como lugar de estancia, de descanso y viajes.

De las muchas cosas que la Sierra Norte de Guadalajara ofrece, de las que algunas se han contado ya, de las que otras se irán contando, quizás una de las más sorprendentes sea la lista de sus pueblos desaparecidos, primero abandonados, luego derruidos, a veces violentamente, y desde luego ahora sumidos en la memora única de quienes los conocieron o en ellos habitaron.

Para animar a viajar por la Sierra, a conocerla mejor, a saborearla en su total dimensión de tristeza ida y sorpresa emergente, pongo aquí la relación de algunos pueblos serranos que fueron y ya no son. O al menos solo queda de ellos la memoria, los escritos y alguna que otra vieja fotografía.

Romerosa

                                                   dondeduermeelolvido.blogspot.


Partiendo desde Aleas, una vez que se ha llegado hasta su fuente en lo alto de la calle principal, tomando el camino que tras pasar una calle estrecha, se abre hacia el campo, por un camino de buen firme en poco más de 2 Kms. Llegamos a avistar las ruinas de este antiguo pueblo serrano, que en 1960 todavía estaba habitado.
Hoy solo quedan ruinas, destacando sobre las de las viviendas el templo parroquial. Está situado sobre un promontorio que forman la confluencia del arroyo de Romerosa y el barranco del Tejar. En su confluencia aparece la vieja fuente de la Romerosa, que aún echa agua al arroyo. El viajero disfrutará contemplando las ruinas de su iglesia, que era de una nave y aún muestra la espadaña de doble vano, aunque se desilusionará al comprobar que ni aún en aquella pacífica soledad bucólica los gamberros de este país han dejado de hacer pintadas y destruir cuanto han podido.

Del pueblo de Romerosa quedan unos 30 edificios derruidos y los viales que los comunicaban, todos sobre la cuesta agria en que asentaba el pueblo. Una imagen demasiado llamativa, por lo reciente de su abandono, de la espectacular agonía de una Castilla abandonada y consumida.

Santotís



                                     herreracasado.com

Subiendo desde Cogolludo y Veguillas hacia la sierra, un camino sale a la izquierda que lleva a Santotís. Hoy abandonado, aunque no vacío (sigue viviendo un vecino en una casa que se negó a que se la expropiaran) y en proceso de lento hundimiento, este hermoso enclave serrano muestra todavía su estampa limpia, en lo alto de unas serrezuelas al norte de Cogolludo, en lo que llaman «la Sierra Gorda», flanqueada por los hondos valles del Sorbe y el Bornova. Pueden aún con­templarse, rodeadas de riscos grisáceos y pizarrosos, y de verdes prados, algunas construcciones rurales muy características con tejados de pizarra y muros de piedra.

Destaca sobre el caserío la iglesia parroquial, con espadaña triangular cubierta también de pizarra, y amenazando ruina.
Este pueblo, que se incluyó en el sesmo de Bornova del Común de Villa y Tierra de Jadraque, era conocido como «la Casa de Santotis» en la relación de lugares que formaban el Condado del Cid, perteneciente desde el siglo XV a la familia Mendoza, y cuya cabeza era la villa y castillo de Jadraque. Para acceder a las casas hay que pedir permiso al vecino, que ha puesto vallados a la entrada.


Robredarcas



Estuvo esta pequeña aldea en un altozano, sobre la ver­tiente sur de sierra Gorda, y fue primeramente de la Tierra de Atienza, para pasar luego a la jurisdicción de Jadraque, en su sesmo de Bornova, siendo el señorío de los Mendoza hasta el siglo XIX.

Su humilde caserío serrano fue desmantelado y demolido por el Estado en los años sesenta del siglo XX. Del ingente montón de ruinas que hoy forman Robredarcas, destaca airosa la espadaña de su iglesia románica, hecha de grandes lajas pizarrosas y piedras rojizas, un verdadero prodigio de arquitectura rural medieval. Merece ascender el difícil camino que lleva hasta ella, por contemplarla.


Despoblado de Jócar


                                                    dondeduermeelolvido.blogspot.


En el actual término de Arbancón queda el recuerdo de lo que fue el pueblo de Jócar. Este lugar serrano fue desmantelado completamente por el Estado hacia 1970, una vez vacío de habitantes, que se habían ido a otros lugares de España, y repoblando el término de pinos. Nada quedó de sus casas ni de su iglesia, de la que se salvó la sencilla puerta, obra semicircular, baquetonada, con lindos capiteles rudamente tallados, y que, formando un ejemplar románico muy curioso, hoy se muestra en el Museo Diocesano de Arte Antiguo de Sigüenza. Perteneció este lugar, desde la reconquista, al alfoz o Tie­rra de Cogolludo, pasando como esta villa por los señoríos de la Orden de Calatrava, los Mendoza y los duques de Medina­celi. Poseía numerosos y valiosos ejemplares de arquitectura popular, pero todo fue lastimosamente perdido.


Santui
En la carretera que va desde El Cardoso a El Bocígano, en su lado izquierdo, existe un viejo caserío al que llaman Santui, escrito con la ye final en documentos antiguos, Santuy. Hubo en este lugar, un monasterio fundado por la Orden Cisterciense aquellos territorios serranos, apartado de todo, e idóneo para la meditación por su silencio. Su fundación se remontaría al siglo XII y en un principio estuvo dedicado a un Santo llamado San Audicio ó San Audito, del que dice el martirologio que murió martirizado en Buitrago a comienzos del cristianismo. Solo quedan rumores y leyendas sobre el lugar. Se dice que tras ser abandonado por los monjes bernardos, pasó a pertenecer a la Orden de Santiago, regalado por ella a la Basílica de Santa Leocadia de Toledo y finalmente adquirido por el Cardenal Cisneros para uso de los docentes del Colegio de San Ildefonso de la Universidad de Alcalá de Henares. Ocurriría esto último en el año 1510 y su objetivo sería establecer en aquel espacio, al que se llegaba desde Buitrago, un amable lugar en el que pudieran pasar días de vacación los profesores de ese Colegio complutense. La relación del Cardenal Cisneros con Santui motivó que en 1974 se colocase una placa en el lugar, por los estudiantes de la universidad de Salamanca, que dice: “al Cardenal Ximenez Cisneros que pensó pasar los últimos días de su vida en el monasterio universitario de San Audito o Santui, rodeado de amena soledad”.

En el siglo XVII, el historiador Diego de Colmenares visitó las ruinas del monasterio y vio entre los escombros la tumba del infante D. Sancho de Castilla, que según parece, murió en 1199.

Eso dice en su historia de Segovia, pero los datos son muy poco precisos. Cuando en 1780 el gobierno de Carlos III decide vender los bienes de los Colegios universitarios a particulares, el destino de Santui es ese: al parecer allí se instaló una fábrica de cristales, que también desapareció, y en la Guerra Civil sirvió de asiento a las tropas de la República. Después fue comprado por la familia Yagüe, que lo tiene hasta hoy, manteniendo un amplio edificio.

Pero del viejo monasterio, de la memorable fábrica, nada queda sino este recuerdo. Como confirmación de su evanescente existencia, los datos que se leen en el “Catastro del Marqués de la Ensenada”, de 1753, que aún califica al lugar como “Real sitio de Santui”. En esa fecha vivía allí el Canónigo D. Manuel Castañeda, de 49 años, al que se califica como “Canónigo en la Real Casa de Santui”. En todo caso, una curiosidad a la que hoy solo asiste el paisaje y la Naturaleza que todo lo devora.


Umbralejo




En suave depresión que se extiende en la orilla izquierda del hondo cauce del río Sorbe, asienta, vacío ya de sus serranos habitantes, este pequeño lugar que antaño tuvo vida populosa.

Vacías sus calles, los edificios muestran singulares estampas de arquitec­tura popular, con los elementos constructivos propios de la zona: piedras, madera de roble, lajas de pizarra. Es todo un muestrario de formas, espacios y usos de tradición serrana.

A la entrada del pueblo hay una gran fuente pública. En la calle Mayor, el edificio del Concejo. Al final, la iglesia parroquial, precedida de un escueto prado al que se entra por arco de piedra, semicircular. Está vacía su sencilla arquitectura, pero en el resto del caserío los edificios se han ido acondicionando para actividades educativas. Hoy lo administra la Consejería de Educación.

Aunque no lo parezca, también tuvo historia: perteneció al señorío de Galve, y en las diversas familias que la poseyeron estuvo hasta el siglo XIX. Hoy es propie­dad de ICONA, del Estado, que lo tiene prestado a la Consejería de Educación para su uso como Aula de la naturaleza para la juventud.

Más ofertas serranas
La Sierra tiene algunos alicientes unos ocasionales como las jornadas que la Asociación “Serranía de Guadalajara” organiza para conocer el estado del patrimonio artístico e histórico, alguna excursión como por ejemplo a la “Cueva del Oso” y algunos otros actos de divulgación y aliento y otros que se prolongan en el tiempo, como es la fiesta de Atienza con más de 850 años de antigüedad: la Caballada.


Todo esto se puede también encontrar en un par de libros que ofrecen la posibilidad de saber más, mucho más, de su esencia y sus detalles: la “Guía Templaria de Guadalajara” que ha escrito Ángel de Almazán de Gracia, en el que se hacen protagonistas el Santo Alto Rey, la “montaña sagrada” en cuya cima tuvieron asiento los caballeros templarios, y las iglesias de Albendiego (sobre todo) Campisábalos y Villacadima, donde quedaron huellas muy expresivas del esoterismo templario.


La leyenda del pastor


En época lejana allá en la reconquista
vencidos se batían corriendo en retirada
las montañas subían con honra mancillada
la partida cristiana en derrota imprevista.

Una sombra lejana en el alto se avista
allá se dirigían por la angosta quebrada
de improviso surgían pastor, perro y cabrada
por zona castellana de la orden sanjuanista.

La tropa musulmana dos leguas de allí dista;
al suponer que huían a zona conquistada
en los llanos harían de noche la acampada
y esperan la mañana para aclarar la vista.

A la escuadra cristiana el pastor da la pista
y teas encendían a cada cuerno atada
las cabras parecían templarios de cruzada,
su astucia partisana al musulmán despista.

A manera aldeana perspicaz y efectista
del cabrero dirían su argucia fue probada,
del Alto Rey harían su cumbre más sagrada
con leyenda serrana de tan sagaz conquista.



Recorrido desde el Pelagallinas hasta La Nava de Jadraque


El camino desde el puerto de Pelagallinas, cerca de Condemios, y La Nava de Jadraque, está cuajado de bosquecillos, de praderas, de rebaños de cabras y acumulaciones de vacas que en algunas ocasiones se quedan con toda su tranquilidad a rumiar en medio de la carretera. Hay que ir sin prisa por estas trochas inigualables.

                                                   Autor: Jesús Chicharo


En el mismo corazón del Parque Natural de la Sierra Norte, a la caída de la Sierra de La Huerce, que por su orilla izquierda escolta al valle hondo del río Sorbe, aparecen una serie de pueblos a los que es muy fácil llegar, porque ahora todas las vías de comunicación están atendidas y son capaces de llevarnos de un lugar a otro sin mayor problema.

        Vista de Atienza desde el Alto Rey (Autor:Luis Monje)



Desde Atienza hemos alcanzado Albendiego, y repasado de nuevo la magia de sus rodenas cruces absidiales. Luego subiendo siempre hacia el valle glaciar de Galve, en Condemios de Arriba nos hemos desviado por un camino de asfalto, curva tras curva, a cruzar el puerto del Pelagallinas, que nos enseña en su bajada hacia el sur los pueblos que invitamos aquí a recorrer, empezando por:


Aldeanueva de Atienza




Bajando desde el alto de Pelagallinas, en un valle profundo, ahondándose entre los montes del Santo Alto Rey y la loma del Reventón, se abriga Aldeanueva de Atienza, que como su mismo nombre indica es lugar de creación moderna en el devenir de la historia, pues debió establecerse hacia finales del siglo XVII o comienzos del XVIII.

No figura su nombre entre los pueblos pertenecientes al sesmo de Bornova, en la Tierra de Jadraque, durante el siglo XVII, mientras que ya en el siguiente aparece en los libros de Ayuntamiento y parroquia de El Ordial, al cual estaba anejo en todo. Perteneció, pues, a la casa ducal del Infantado.

Se forma el pueblo, de empinadas callejas bien urbaniza­das, con ancha plaza central, de casas de piedra y pizarra que dan al lugar, visto desde la lejanía, un aspecto serrano incon­fundible. En lo alto está la iglesia parroquial, edificio del siglo XVIII sin ningún detalle artístico en su construcción ni en su interior., pero que aún alegra el entorno tan rural el triángulo luminoso de su espadaña.

En la plaza, junto a unas casonas de impresionante aspecto, el sonido del agua de una vieja fuente en la que se talla la memoria del día en que fue hecha (1889) nos paramos a considerar la grandiosidad del paisaje, que por oriente se cierra a gran altura por la cumbre sagrada del Alto Rey.

Los paisajes que rodean al pueblo, cuajados de bosques de diferentes especies alpinas, y altas montañas, cubiertas de nieve durante varios meses del año, le confieren el valor de lugar idóneo para excursionistas y amantes de la naturaleza.

Por una carretera bien asfaltada y limpia, desde la que vamos divisando campos de un verde rabioso y cantarín, llegamos enseguida a El Ordial.


El Ordial


Oculto entre ondulaciones cubiertas de carrasco y encinas, de robles y rebollos en dispersa algarabía, vemos aparecer El Ordial, pueblo que perteneció en la Edad Media a la Tierra de Atienza y luego pasó a la jurisdicción de Jadraque, en cuyo estado se mantuvo cuando éste fue incluido en el Condado del Cid, territorio así llamado por el cardenal Mendoza para darlo en herencia a su hijo el marqués de Cenete, del que luego pasaría a los Mendoza del Infantado.

Su caserío es de recia textura pétrea, con grandes casas de este material y puertas cubiertas de enormes dinteles, algunos tallados.

En la plaza, abierta, se erige la iglesia parroquial, que conserva en su interior una buena pila bautismal románica, con incisiones arqueadas. De indudable origen medieval, solo queda esa hermosa pila como restos del pasado. A principios del siglo XX se derrumbó la cabecera del templo, junto con el campanario y el coro, y hubo que esperar muchos años a que se reconstruyera, estando hoy como salida de un cuadro. En el 2008 se ha hecho la última reforma, coincidiendo con el auge que el pueblo ha ido tomando, al recoger el regreso de muchos de sus hijos que han vuelto a reconstruir sus casas.



Entre las bellezas naturales de El Ordial puede mencionarse el “Chorro”, que es una cascada de agua que vierte sobre el Arroyo del Molino, y que por sus dimensiones podría parangonarse a las Chorreras de Valverde, aunque esta se oculta entre malezas, siendo un espectáculo verla en época invernal cuando queda completamente helada. En El Ordial cabe añadir algunos otros mínimos elementos patrimoniales, que deben seguir teniendo su consideración, como ahora la tienen, de huellas emotivas de un pasado multisecular. Son estos lo que queda del Puente Romano, en la Pradera de la Fuente Arriba; el Antiguo Molino del Tío Pepe, al cual se llega por el camino de Las Navas, y que aunque se encuentra en estado de ruina, con cuidado aún se puede entrar en él, y ver lo que queda de sus muelas. El antiguo Molino del tío “Cancho”, en el camino de Bustares, justo en el límite con este pueblo, es otro viejo edificio que merece visitarse, pues en su interior aún pueden verse las piedras de moler, hechas de pizarra.
Si será antiguo, que ya en las Relaciones de Felipe II, a finales del siglo XVI, se hablaba de él.

Como arte religioso, sin duda destaca la Iglesia de San Sebastián, original románica del siglo XIII. De la época de su construcción únicamente queda la pila bautismal, el antiguo altar (tras el actual) y la antigua entrada (visible hoy en día desde el almacén).

Posteriormente fue ampliada en el siglo XVII o XVIII, haciéndola unos metros más larga, y cambiando el portalón de entrada a la plaza (antes miraba hacia el barranco). A principios del Siglo XX se derrumbó toda la cabecera de la iglesia, junto con el campanario y el coro, y se tuvo que reconstruir sólo esa parte, imitando en el estilo del campanario al de Bustares. La última reforma de importancia se ha llevado a cabo en el 2008, reforzando el coro y haciendo un nuevo campanario.

Las fiestas que se celebran son en honor de San Sebastián, el sábado más cercano al 20 de agosto.


 Arroyo de Fraguas



Caminando hacia poniente, enseguida se llega a Arroyo de Fraguas, separado de El Ordial por 4 Kms. de buena carretera. Presenta este pueblo un bonito aspecto al ser avistado desde la carretera que nos acerca a él viniendo de Cogolludo. El telón de fondo de la sierra de la Huerce, y el Santo Alto Rey sobre todo, matiza con tonos oscuros los vivos colores de sus casas y edificios cubiertos de teja unos, otros de pizarras, y salpicados con una abundante vegetación de huertos y arboledas. Las casas son de recia sillería, casi todas con un corralillo en la parte delantera, especie de antesala que sirve para guardar la leña y dejar los cacharros y herramientas. Sobre ellas destaca la iglesia parroquial, que no muestra nada de interesante en el plano artístico.

Fue este pueblo antiguamente un importante centro productor de utensilios populares de alfarería. De sus hornos y talleres salían productos de barro muy oscuro, casi negro, que se utilizaban en los pueblos de toda la serranía de Ocejón. Esta tradición está hoy completamente perdida.

Por lo que respecta a su pasado histórico, solo cabe decir que Arroyo de Fraguas formó tras la reconquista en el Común de Atienza, pasando luego a formar parte de la Tierra de Jadraque, y con ella posteriormente, dentro del llamado condado del Cid que formó el cardenal Mendoza para su hijo primogénito don Rodrigo de Vivar y Mendoza, a la casa de Cenete y al ducado del Infantado, en el que se mantuvo hasta el siglo diecinueve.

Al salir de Arroyo, en dirección a la carretera CM-1006 a la que hay que dar rodeo con una gran rotonda, nos llegamos en un periquete a La Nava de Jadraque, otra mínima y encantadora aldea de esta sierra, que visitamos tranquilamente.


La Nava de Jadraque




En una breve llanada, al pie de varios altos cerros que inician las serranías del Ocejón, se halla este pequeño lugar, que perteneció a la tierra de Atienza, y luego pasó a los Mendoza incluido en el estado de Jadraque, en su sesmo de Bornoba.

Su breve caserío muestra algunos buenos ejemplares de arquitectura rural, realizados con abundante piedra y pizarra, aunque en los últimos decenios, al recuperarse el pueblo, se han modificado muchas de sus construcciones. De tal modo que ha perdido su carácter autóctono y antiguo. La iglesia parroquial, con una espadaña leve a poniente, y el atrio cubierto e mediodía, sólo posee de interesante una muy bella pila bautismal, cuya copa se adorna con tallas que semejan lanzas, y en la cenefa aparecen arcos con rombos tallados, obra todo ello del siglo XIII. No sé muy bien si estaba descrita previamente, pero para mí ha sido todo un hallazgo ver por vez primera esta pieza románica, de gran carácter y fina ejecución, que reproduzco junto a estas líneas. El retablo que llena a medias la pared del fondo de la iglesia es moderno, hecho después de la Guerra.

Los días 31 de agosto y 1 de septiembre se celebra la fiesta del pueblo en honor de San Ramón Nonato, paseando su efigie en andas sobre las que se coloca, incluso atados, a los niños pequeños del pueblo. Se tiene a este santo por patrón de los niños, y se hacen en su honor sencillos festejos.

Costumbres y tradiciones
Muchísimas costumbres se mantienen en este enclave privilegiado de la Sierra del Alto Rey. En las fiestas, son tradicionales las rondas de los mozos por las calles del pueblo, la rondalla local, con guitarras, laúdes..., la romería al Santo Alto Rey (que también sirve como práctica de Senderismo) que se realiza en el primer Sábado de Septiembre y a la que acuden numerosos peregrinos de toda la comarca, y autoridades como el obispo de Sigüenza, y donde entre otros actos se recitan poemas.

Tormenta en el Alto Rey

Un año en el Alto Rey
la historia nos acredita
que el cielo se encapotó
al inicio de la Misa
truenos y rayos quisieron
malograr la Eucaristía,
una centella cayó
y cobró dos tristes vidas,
un año en el Alto Rey
al inicio de la Misa

Habitantes de Albendiego
eran los que morirían,
de ese lugar de la sierra
subían de romería,
sin saber por donde entraba
cayó aquel rayo en la ermita
los fervientes que allí estaban
vieron la llama asesina.
Habitantes de Albendiego
subían de romería.

Pasado el primer momento
aterrados muchos se iban
y algunos más valerosos
a los graves atendían,
a los leves evacuaban
y curaban sus heridas
en una tarde de perros
de una oscuridad muy fría,
pasado el primer momento
a los graves atendían.

Quince fueron los heridos,
dos por siempre quedarían
sus recuerdos en el pico
de la bella serranía
unos eran de Bustares
otros de Hiendelaencina
alguno era de Pradena
lo dijo la prensa escrita,
quince fueron los heridos
de la bella serranía.

Donde ven unos milagros
otros ven solo energías
donde algunos ven el sino
otros solo sienten ira.
Uno de los fallecidos
a una niña sostenía
con su zurrón la salvó
de la descarga sufrida.
Donde ven unos milagros
otros solo sienten ira.

Esta historia deja claro
que cuando te llega el día
ni con quicio ni con santos
de morir nadie se libra.
No le demos ya más vueltas
a nuestras egolatrías
solo estamos de prestado
disfrutemos de la vida.
Esta historia deja claro
de morir nadie se libra.



CAPÍTULO IV

Hiendelaencina, historias y leyendas de un pueblo a la falda del Alto Rey, conocido por Las Minas.


Infinitas estrellas en el cielo
vi desde el Alto Llano,
alumbraban silentes en la noche
a mi pueblo serrano.

Acaricia sus aguas el pantano
de fluir muy delicado,
con la jara la encina y el romero
de verde está pintado.

Su legado nos deja del pasado
las minas arruinadas,
la escombrera con lodo, arena y polvo
y el campo sin azadas.

En sus tierras antaño cultivadas
con los frutos crecían
ilusiones que el tiempo marchitó
y que subsistirían.

Por la sierra del Alto Rey surgían
bucólicos parajes,
de lugares ocultos que afloraban
de piedras y follajes.

De su historia nos quedan sus bagajes,
las minas con la encina
y su emblema y blasón así nos dice
que es Hiendelaencina.



Hiendelaencina es un municipio de la provincia de Guadalajara, Comunidad Autónoma de Castilla-La Mancha, España.
En este municipio se encuentran las que fueron las minas de plata más importantes de España en toda su historia. Actualmente se encuentran abandonadas, pero suponen un gran patrimonio cultural, natural y geológico.

Hiendelaencina está situado al pie de la sierra de Alto Rey y junto a un pequeño cañón del río Bornova. En su entorno se extiende una gran variedad de vegetación, desde los jarales hasta los grandes pinares. Se sitúa sobre un vulcanismo antiguo.

Algunas construcciones de Hiendelaencina forman parte de la arquitectura negra, caracterizada por el uso de la pizarra, un material muy abundante en la zona.

Fue lugar de paso de El Cid, y queda reflejado en el trazado del "Camino del Cid", en cuyo tramo tercero se encuentra Hiendelaencina.



Economía
Las minas de Plata de Hiendelaencina fueron las más importantes de España durante la segunda mitad del siglo XIX. Tuvieron una actividad intermitente al ritmo de los acontecimientos históricos, hasta que fueron cerradas definitivamente a principios del siglo XX por ser poco rentables. Los avatares de la historia hicieron que parte de las infraestructuras mineras, especialmente los metales de los raíles de ferrocarril, los hornos y las vagonetas fueran esquilmadas. Pero aún hoy quedan en pie diferentes restos mineros como los malacates de las minas o las torretas y vagonetas de la mina Santa Cecilia.


Actualmente Los pocos recursos económicos están repartidos en tres sectores principalmente.
El agropecuario, del que apenas existen 1500 cabezas de ganado lanar, más los pequeños huertos que por regla general son para consumo propio. 


El industrial, basado principalmente en la construcción, con una empresa de suministro de materiales de construcción y un par de constructoras que dan servicio al pueblo y sus alrededores. Y el de servicios con una carnicería y frutería a la antigua usanza de los ultramarinos, una tahona con su panadería de renombre en la zona y que regenta la tercera generación, cuatro casas o albergues rurales, un disco pub (como lo llaman los modernos), aunque el Stiletto de Domingo y Charo es un sitio donde nos juntamos gentes de todas las edades a tomar unas bebidas departiendo un rato amigable, un mesón de renombre y del cual más adelante se hablará con más extensión, el mesón Sabory y el bar más antiguo del pueblo, regido por Andrés y Merce… “la chica del Elías” que con su dulzura se deja querer por todos. 

Soneto a Merce la del Elías

Su dulzura y nobleza se viste y engalana
de bondad, de ternura, de presencia y de paz,
su creencia es pureza de ella fervor emana
dejando en su blancura la herencia de su faz.

La fe le da certeza en la razón cristiana
exhibe donosura con dulzura fugaz,
hace con su franqueza estar siempre cercana
aunque con su cordura demuestra ser tenaz.

En la Plaza Mayor de este pueblo serrano
en invierno y verano verás todos los días,
haga fresco o calor, pasando el alto llano,​


está ya veterano con penas y alegrías
el bar acreedor de un trato muy cercano,
pues lo rige no en vano, Merce la del Elías.​


También hay una farmacia y un Centro de Salud de la Seguridad Social, el cual da servicio al pueblo y sus alrededores. Hasta la actualidad ha contado con un excelente servicio de urgencias, del que me temo se haga estragos, por parte del organismo pertinente del que depende, con la excusa de la dichosa crisis, pese a las muchas movilizaciones y esfuerzos habidos para conseguir que no sea así.



Soneto a la Sierra Norte

Está en Guadalajara allá orgullosa
la Sierra Norte, honesta, digna, afable,
con sus costumbres y su gente amable
entre ufana, cercana y laboriosa.

La demanda no es nada pretenciosa
al pedir la asistencia razonable
a cualquier ciudadano respetable
con crisis de salud dificultosa.

En su ambición querrá no ver cerrado
el servicio de urgencias que es valía
y dignifica a quien lo ha otorgado.

Solo en vuestra conciencia quedaría.
Y entre ríos y montes el legado
de la bella y hermosa Serranía.



La verdad, desde que comencé esta recopilación y confección de este libro ha pasado un tiempo, y donde antes veíamos oscuridad ahora vemos algo de claridad, pues el esfuerzo y lucha de los ciudadanos de estos pequeños pueblos, aunados en el Centro de Salud de Hiendelaencina han dejado sus frutos, al obligar a la Junta de Castilla La Mancha a dar marcha atrás a sus pretensiones de recortes en la sanidad rural.



Mineros de dos Castillas,
de la Nueva ciudadanos
de la Vieja más que hermanos,
del Foro a setenta millas;
humildes gentes sencillas
habitantes de primera,
aunque no lo pareciera
para algunos inmorales,
queriendo arreglar sus males
con granos de ajena era.
Nunca seréis de tercera
ni porque así os consideren
los que por siempre prefieren
llenarse bien la cartera.
La igualdad es la manera
de saber si la justicia
es esa dama ficticia
con balanza y medio ciega,
que al ciudadano le niega
lo que a otros beneficia.
La voz contra la injusticia
se escucha en la serranía
hasta el Alto Rey se oía
el rumor de la noticia;
demostrando su pudicia
se alzará Hiendelaencina
del Alto Llano a la mina
de Diógenes al Bornova
de Bustares a la Toba
la comarca se amotina.
Resiste tú, numantina
tierra de piedras lunares
brillantes entre encinares,
como luna que ilumina
el lugar en que camina
las huellas de los ancestros,
la que hace que sean nuestros
sentimientos tan profundos
como los que son oriundos
de la tierra de estos estros.

Fiestas
Durante el año, en Hiendelaencina tienen lugar una serie de eventos de interés turístico, religioso, económico o cultural.
Estos eventos son:

Feria del Ganado




Esta localidad serrana celebra la tradicional Feria del Ganado junto con la edición del Día del Pastor. Toda una jornada de actividades en torno al sector ganadero y de apoyo al medio rural organizada por la Diputación Provincial de Guadalajara, el Ayuntamiento de la localidad y la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha todos los años allá por el mes de Junio ya durante casi tres décadas.

En la feria suele haber para su exposición y venta ganado ovino ojalado, cabra blanca celtibérica, cabra negra serrana y razas ovinas y caprinas autóctonas de Guadalajara.

El programa suele incluir una visita guiada a las antiguas instalaciones de la mina de plata ‘Santa Catalina’ y conferencias relacionadas habitualmente con la minería, Además, suelen celebrarse talleres de minerales, demostraciones de bateo y exposiciones de artesanía realizada por la Asociación de Mujeres Mineras de Hiendelaencina; todo ello amenizado por la música de las dulzainas.

                           Fotografía de F. Catalá Roca

La última pastora
(Pedro Vacas Moreno)

Cuando la aurora despierta
va creciendo los candiles
de las cumbres de la sierra.
Se despiertan los cencerros
el rocío y los baldíos,
la pastora y los perros.
El rebaño andarío
va detrás de la pastora
hacia las cuestas del río.
Con su paso suave y lento
van despertando el camino
con sus tres perros canelos.
La pastora y sus ovejas
van calentando los cierzos
en las amanecidas bermejas.
Pastora ni joven ni vieja,
prisionera de silencios,
ni se lamenta ni queja.
Amiga de soledades,
de sus ovejas esclava,
sin tiempo de enamorarse.
El campo le dio templanza,
el tiempo sabiduría,
la naturaleza enseñanza.
En su mirada mil sueños
de noches y amaneceres
por los caminos sin dueño.
Guardado dentro del pecho
lleva en su alma de niña
sus nostalgias y sus sueños.
En su sencillez desnuda
en la intimidad del silencio,
y la complicidad de la luna.
En la hora de los sestiles
le traen en entresueños
sus recuerdos infantiles.
Sus juegos con tabas de hueso
sus collares de escaramujo
y coronas de cantueso.
Del Otero al Ocejón
conoce las gradaciones
de la luna y del sol.
Y las lluvias de estrellas
las noches de San Lorenzo
que caen sobre la tierra.
Y los vuelos de los buitres
con su escritura invisible,
haciendo mil garabatos
en el cuaderno del aire.
¿Fue espiga de trigo
en un campo de amapolas,
o amapolas entre los trigos?
El amor y compañía
de sus perros y ovejas
llenó toda su vida.


Pasión Viviente



El pueblo tiene una tercera seña de identidad: La Pasión Viviente de Semana Santa, fue la primera que se representó en Guadalajara, y una de las primeras de toda España que se realizó como una representación teatral de la pasión de Cristo realizada por los habitantes y amigos de Hiendelaencina.

Cada año se lleva a cabo la escenificación clásica de la representación de la Pasión Viviente, basada en los últimos acontecimientos de la vida de Cristo, compendiados en unos hechos que se reviven todos los Viernes Santo en Hiendelaencina ya desde 1972 cuando el maestro (Don Abelardo) y el párroco del pueblo (Don Bienvenido) en un principio con los alumnos y jóvenes del pueblo, escenificaron por vez primera La Pasión y Muerte de Jesucristo, acto que comienza cuando las campanadas de la Iglesia nos recuerdan que son ya las doce del mediodía.

La Pasión Viviente tiene por protagonistas a casi todos los habitantes del pueblo, volcados desde el principio en este acontecimiento, que ya se ha convertido en una de las señas de identidad de Hiendelaencina. El esfuerzo y el tesón de tantos años han sido premiados por sus valores, con el reconocimiento oficial de su declaración como de Interés Turístico Regional.



                                            Autor: Alejandro Cardaba 


Cerca del monolito, que recuerda el descubrimiento de la primera mina de plata en este pueblo, de tan notable pasado minero, comienza la escenificación con la alegre entrada de Jesucristo en Jerusalén, a lomos de un borrico, entre vítores, agitar de palmas y ramas de olivo. Prosigue la representación con La Última Cena, la oración del Huerto de los Olivos, El Prendimiento, la presencia ante Pilatos, ante Caifás, para continuar con la Flagelación, la Coronación, las Cruces, el Cirineo, La Verónica, Las Santas Mujeres y la subida al Calvario, donde en el camino encontramos a Judas Iscariote ahorcado.

                                                                                                                                 Autor: Juan A. M.

La llegada al Gólgota, tiene lugar en las eras, en un montículo a las afueras del pueblo, donde también se representa La Crucifixión. Este pasaje, con las tres cruces alzadas en la cumbre del cerro es un momento de real belleza, donde los cuerpos semidesnudos recortados en el cielo, producen un escalofrío de sobrecogimiento.
 El posterior Descendimiento y la entrega del cuerpo de Jesús a su madre María, embargan de emoción año tras año a los asistentes.

                                                                                            Autor: Alejandro Cardaba


El silencio se oye en la montaña, con el fondo de su Majestad, el Alto Rey. Cada mediodía de Viernes Santo en Hiendelaencina, la Pasión Viviente es escenificada con ilusión por sus vecinos, haciendo posible para unos poder ofrecerse con amor y respeto a las creencias y para otros seguir las tradiciones de un pueblo de sentimientos profundos y emociones intensas. Una ocasión especial para interiorizar y rememorar, al tiempo que se nos presta la bonita oportunidad de descubrir y disfrutar de los singulares parajes de la tan poco conocida serranía norte de Guadalajara.
                                                                              
Pasión viviente
(Pedro Vacas Moreno)

El pueblo se hizo pasión
pasión se hizo gente
gente se hizo palabra
palabra que se hizo viviente.
Viviente que se hizo luz
luz que se hizo noche
noche que se hizo camino
camino que se hizo lamento
lamento que se hizo suspiro.
Suspiro que se hizo viento
viento que se hizo beso
beso que se hizo sueño
sueño que se hizo rezo.
Rezo que se hizo silencio
silencio que se hizo eco
eco que se hizo verso
verso que se hizo palabra
palabra que se hizo deseo.
Deseo y sentimiento,
Sentimiento de un pueblo.



Escenificación de la Pasión Viviente 




La escenificación del Vía Crucis o Pasión Viviente, se reparte en 17 actos, representados en dos escenarios principales.
Escenificación en La Plaza Mayor. Es donde comienza la puesta en escena de los participantes, saliendo desde la Calle Cecilio Oliver hasta la zona central de la Plaza Mayor, y es el lugar en que se desarrollan los siguientes actos:
1 ACTO - Entrada triunfal de Jesús en Jerusalén.
¡Si al menos conocieras en este día el don de Dios! Ahora está oculto a tus ojos, pero días vendrán sobre ti en que te rodearán de trincheras tus enemigos y te cercarán por todas partes a ti y a los hijos que tienes dentro y no dejarán piedra por no haber conocido el tiempo de tu visitación.

2 ACTO - Última Cena.
(Sentados los trece frente a la mesa...)
JESÚS:    -(Sereno mira a todos) -Ardientemente he deseado comer esta Pascua con vosotros, antes de padecer, porque os digo que ya no la comeré más hasta su cumplimiento en el Reino de Dios
(Toma la Copa en la mano, y elevándola dice...)
-”Bendito seas, Señor Dios, que has creado el fruto de la vid”
(Bebe un poco, ofrece la copa a Pedro y demás apóstoles y dice:)
“Tomad y repetirlo entre vosotros. Pues os digo que ya no volveré a beber del fruto de la vida hasta que llegue al Reino de Dios”...
En verdad os digo que uno de vosotros me traicionará. En verdad os digo que más le valdría no haber nacido”
(Pedro pregunta por señas a Juan. -¿A quién se refiere?)
JUAN: -Señor, ¿quién es?
JESÚS: -Aquel para quien moje un bocado y se lo dé...
(Jesús dirigiéndose a Judas:)
“Lo que has de hacer hazlo pronto...”
(Judas se va)
JESÚS: -Ahora ha sido glorificado el Hijo del Hombre y Dios ha sido glorificado con Él...
“Os doy un mandamiento Nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado. En esto conocerán que sois mis discípulos.”
“Todos os escandalizaréis esta noche de mí.”
“Porque está escrito: heriré al pastor y se dispersarán las ovejas del rebaño...”
PEDRO: -Aunque todos se escandalicen, yo no me escandalizaré jamás.
(Jesús, con triste sonrisa y suave ironía, responde...)
JESÚS: -Antes que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces...
Pero deben cumplirse las Escrituras.
Que no se turben vuestros corazones. Si creéis en Dios, también creéis en mi. Yo soy el camino de la verdad y de la vida.
“Padre ha llegado el momento, Glorifica a tu hijo”
(Se levanta y se encamina hacia el Huerto de los Olivos...)

3 ACTO - Oración de Jesús en el Huerto y Prendimiento.
JESÚS: -Sentaos aquí mientras yo voy más allá y hago oración. Se acercan tiempos difíciles, es el momento de la verdad. Mi alma siente angustias mortales, la tristeza ahoga mis palabras. Cada instante de estos, supone para mí una eternidad. De todos modos sentaos aquí y velad conmigo.
(Ora)
Padre, si es posible aparte de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
Padre, si es posible aparte de mí este cáliz, pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.
(Se dirige a los discípulos)
Es posible que no hayáis podido velar el tiempo necesario conmigo. Por lo que deberéis velar y orar para no caer en la tentación. Aunque el espíritu esté dispuesto, la carne es débil
(Ora)
Padre mío, si no puedes pasar este cáliz, sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.
Padre mío, si no puedes pasar este cáliz, sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.
JUDAS: - (Besándole, dice) -Salve, Rabí.
JESÚS:   -¿Amigo, a qué vienes?
(Los judíos atan a Jesús)
- Como un ladrón habéis salido con palos y garrotes a prenderme: todos los días me sentaba con vosotros en el templo a enseñaros la palabra de Dios, y no me prendisteis
JUDIOS: -Porque no estábamos seguros de que eras un traidor, pero Judas no lo ha confirmado.
Te llevaremos a Caifás para que te juzgue
(Proceden a maltratarle)

4 ACTO - Juicio ante Caifás.
CAIFÁS: -Hemos estudiado minuciosamente el caso de Jesús de Nazaret y no hemos encontrado en él causa alguna para condenarle.
JUDIO 2: - Este ha dicho: “Yo puedo destruir el Templo de Dios y en tres días edificarlo”
CAIFÁS: -¿Nada respondes? ¿Qué dices a  lo que estos testifican de ti? Te conjuro por Dios vivo. ¡Di si eres el Mesías, el hijo de Dios!
JESÚS: -Tú lo has dicho. Y os digo que algún día veréis al hijo del hombre sentado a la diestra del poder de Dios y venir sobre las nubes del cielo.
CAIFÁS: -¡Ha blasfemado! ¡Qué necesidad tenemos de más testigos! Acabáis de oír su blasfemia. ¿¡Qué os parece!?
JUDIOS: -(Proceden a maltratarle, mientras gritan) -¡Reo de muerte!, ¡reo de muerte!
CAIFÁS: -Llevadlo a Pilatos y que lo Juzgue.
(Mientras Jesús está ante Caifás, Pedro y los demás discípulos se calientan en una lumbre junto a unas cuantas mujeres)
MUJER 1: -También tú andabas con Jesús el Galileo.
PEDRO:   -(Extrañado responde) -No sé de que me hablas, mujer.
MUJER 2: -(Mirándole se acerca a él y le dice) -Yo creo que tú eres de los que andabas con ese hombre.
PEDRO:   -(Con enfado responde) -¡Os lo repito, yo no conozco a ese hombre!
MUJER 3: -Se te nota en el habla, tú también eres de ellos.
PEDRO:    -¿Queréis que os lo jure?, yo no tengo nada que ver con Él. Os lo repito por tercera vez.
(En ese Instante canta un gallo)

5 ACTO - Arrepentimiento de Judas.
JUDAS: -¡Esperad escucharme todos! ¡Tenéis que soltar a Jesús!
JUDIO 3: -Si hombre, en eso estamos pensando.
JUDAS: -Estoy convencido de que es un hombre bueno.
JUDIO 4: -Eso lo podías haber pensado antes.
JUDAS: - Perdón por mi equivocación.
JUDIO 5: -Ahora es demasiado tarde.
JUDAS: -Nunca es tarde para el arrepentimiento.
JUDIO 1: -Tú no estás arrepentido, nos estás engañando.
JUDAS: -Si, estoy convencido de que he pecado entregando sangre inocente.
JUDIO 2: -Nos dijiste que era un perturbador que movilizaba las masas
JUDAS: -Pero eso no es motivo suficiente para condenarlo a muerte.
JUDIO 3: -¿Quieres decir?, ¿que nos lo compra otra vez?
JUDAS: -Si, os lo doy todo el dinero que me disteis y cuanto tengo.
JUDIO 4: -De ninguna manera, por nada del mundo lo cambiaríamos.
JUDAS: -Jesús es la mejor persona del mundo.
JUDIO 5: -No trates de convencernos porque pierdes el tiempo
JUDAS: - Jesús es bueno... es bueno, es muy bueno
JUDIO 1: -No sabes lo que dices, estás loco. (Le dicen, apartándole de él)

6 ACTO - Jesús ante Pilato.
PILATO: -¿Qué acusación presentáis contra este hombre?
JUDIO 2: -Si este no fuera un malhechor, no te lo entregaríamos.
PILATO: -Llevároslo y juzgarlo según vuestras leyes.
JUDIO 3: -No estamos autorizados para dar muerte a nadie.
PILATO: -¿Eres tú Rey de los judíos?
JESÚS: -¿Piensas eso por tu cuenta, o te lo han dicho otros de mi?
PILATO: -¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los Sumos Sacerdotes te han entregado a mí, ¿qué has hecho?
JESÚS: -Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia hubiera luchado para que no hubiera caído en mano de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.
PILATO: -¿Entonces, tú eres rey?
JUDIOS: - Tú lo dices, soy rey. Para esto he nacido y para esto estoy en el mundo. Para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad. Escucha mi voz.
PILATO: -No encuentro en él ninguna culpa. Es costumbre entre vosotros que por Pascua ponga un reo en libertad. Todos conocéis a Barrabas, podéis elegir la libertad de uno de los dos.
JUDIOS: -¡Suelta a Barrabas! ¡Suelta a Barrabas!
PILATO: -¿Ha este queréis que suelte?
JUDIOS: -Si, ¡suelta a Barrabas!

7 ACTO - Coronación y Flagelación
JUDIO 3: -Esperad, primero vamos a coronarle Rey.
JUDIO 4: -Bien, ¡vamos a coronarle Rey!
JUDIO 5: -Colocársela bien, a ver que tal le cae.
JUDIO 1: -Tiene buena figura con la corona.
JUDIO 2: -Aquí está el Rey de los Judíos.
JUDIO 3: -¡Ya tenemos Rey!
JUDIO 4: -Quítate esa túnica.
JUDIO 5: -A lo mejor le da vergüenza que se le vean las espaldas.
JUDIO 1: -No te preocupes, no nos escandalizaremos.
JUDIO 2: -Va a ser poco rato, aunque nosotros lo aprovecharemos bien. Las vas a pagar todas juntas.
JUDIO 3: -¡Soldados, acercaros con vuestros látigos!, vamos a ver si su padre le ayuda y le evita la paliza que le vamos a dar.
JUDIO 4: -¡Dale fuerte!, no le tengas duelo.
JUDIO 5: -Tiene buenas espaldas, ¡márcaselas bien!
JUDIO 1: -Qué, ¡te hacen daño!
JUDIO 2: -Se encoge como si tuviera frio, ¡dale más leña para que se caliente!
JUDIO 3: -¿Le dejamos ya?
JUDIO 4: -¿Le dejamos ya?
JUDIO 5: -Ha dicho que era Dios. Vamos a taparle los ojos y sacudirle, si adivina quien ha sido, entonces creeremos en él.
JUDIO 1: -Salve, Rey de los Judíos
JUDIO 2: -¿Quién te ha dado?, ¿no decías tú que lo sabías todo?, mentiroso, engaña muchachos

                                                                                                            Autor David Ramalleira

8 ACTO - Juicio de Pilatos.
PILATO: -¿No tenéis compasión de este hombre?
JUDIOS: -¡Crucificarle, muerte!, ¡crucificarle!
PILATO: -¿A vuestro Rey voy a crucificar?
JUDIO 3: -No tenemos más Rey que el César.
PILATO: -¿De dónde eres tú?, (Silencio...) ¿A mí no me contesta?, ¿no sabes que tengo autoridad para soltarte o para condenarte?
JESÚS:   -No tendrías ninguna autoridad sobre mí, si no te la hubieran dado desde lo alto, por ello el que me ha entregado a ti, tiene un pecado mayor.
PILATO: -Llevároslo y crucificarlo, pero yo no veo culpa alguna en él.
JUDIO 4: -Tenemos una ley y según dicha ley, debe morir, porque se ha declarado Hijo de Dios.
PILATO: -(Lavándose las manos, dice) -Soy inocente de la sangre de este hombre, vosotros sabréis.
JUDIO 5: -¡Que caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos!
Aquí los actores desaparecen por un lateral de la Iglesia, el acceso derecho a la Plaza de Don Nicolás Martín dirigiéndose a la plazuela formada por la Calle Cecilio Oliver y la Calle Guadalajara donde los reos recogerán las cruces saliendo en comitiva junto a los soldados y judíos hacia la Plaza Mayor acompañados de la marcha Procesional.



9 ACTO -Primera Caída

JUDIO 1: -¿Ya no puedes?
JUDIO 2: -Pues no te queda poco camino hasta el calvario.
JUDIO 3: -Es que no quiere ser crucificado, ¡que se levante!
JUDIO 4: -La cruz no es tan pesada. Son dos maderos pequeños.
JUDIO 5: -Vamos a ayudarle y sigamos andando.
JUDIO 1: -No te hagas el perro, ¡vamos!
                                                                                        Autor David Ramalleira

10 ACTO - Segunda Caída
JUDIO 4: -Tiene miedo, se cae porque tiene miedo.
JUDIO 5: -Cree que le vamos a perdonar.
JUDIO 1: -De otras salió victorioso, pero de esta no se escapa.
JUDIO 2: -No te ampara ni la caridad.
JUDIO 3: -Parecía valiente, pero creo que tiene poca fuerza.
JUDIO 4: -Venga, no perdamos el tiempo.


                                                                                         Autor David Ramalleira

(Pepe Aljarilla recita unos versos)

No tengas pena Esperanza
Esperanza de los hombres,
Virgen y Madre de Dios,
Ese Hombre de la Cruz
no morirá para siempre,
Él vivirá en las estrellas,
en las arrugas del viejo,
en la sonrisa del niño,
en el agua del estanque,
en el tallo del clavel,
en el fruto del olivo.
No tengas pena Esperanza
que ese Hombre de la Cruz
no morirá para siempre
Él siempre estará vivo.

                                                                                        Autor David Ramalleira

                                                                                                                                                                      
(Pepe Aljarilla canta una Saeta)

Poner flores en el suelo
porque Cristo va a pasar
cargado con una Cruz
y una corona de espinas
ceñida sobre sus sienes 
le van a crucificar.
Silencio Pueblo Minero
Porque Cristo va a pasar.


                                                                                        Autor David Ramalleira

11 ACTO - Encuentro con el cirineo.
JUDIO 5: -Parece muy cansado.
JUDIO 1: -Vamos a ayudarlo, que si no se nos queda en el camino.
JUDIO 2: -Mirad, ese hombre que parece muy fuerte puede ayudarle a llevar la cruz. Nos hará un buen trabajo.
JUDIO 3: -Si porque si no llega hasta el cerro, no disfrutaremos cuando esté colgado.
JUDIO 4: -¿De dónde eres tú?
CIRINEO: -De Cirene.
JUDIO 5: -Tú vas a ayudar a este hombre a llevar la cruz.
CIRINÉO: -Yo no tengo porqué ayudarle.
JUDIO 1: -¿No ves que no puede?
CIRINEO: -Si yo no le conozco.
JUDIO 2: -Es un malhechor
CIRINEO: -Pues si ha sido castigado por sus delitos, que la lleve él.
JUDIO 3: -Tenemos que llevarle con vida hasta arriba y para te necesitamos.


                                                                                          Autor David Ramalleira

12 ACTO - Encuentro de Jesús con su madre.
VIRGEN MARÍA: -Hijo mío...
JUDIO 3: -¿Tú eres la madre de este blasfemo?
VIRGEN MARÍA: -Mi hijo no ha hecho nada malo.
JUDIO 4: -Tú hijo es un pecador. Lo hemos visto en casas de hombres de mala fama. Era amigo de muchos de estos y pecador como ellos.
JUDIO 5: -Si no fuera un pecador no le hubieran condenado a muerte.
VIRGEN MARÍA: -Todas sus obras han sido buenas. Él todo lo ha hecho bien.
JUDIO 1: -Esta es como todas las madres, sus hijos son los mejores del mundo y cuando los ven en apuros, los alaban y los ponen por las nubes
JUDIO 2: -Lo que quiere es que le soltemos.
VIRGEN MARÍA: -Calla. No me digas nada. Puedes hacerte daño al hablar.
JUDIO 3: -No habla, no. Si no vale.
VIRGEN MARÍA: -Por favor, permitirme que le limpie el sudor y la sangre que corre por sus mejillas. Por bondad, quiero estrecharle entre mis brazos, dejadme llegar hasta él
JUDIO 4: -Retiradla y caminemos...


                                                                                            Autor David Ramalleira
13 ACTO - Encuentro con La Verónica.
VERÓNICA: -¿Porqué, te hacen sufrir tanto?
JUDIO 4: -¿Esta es otra de tu familia?
JUDIO 5: -A lo mejor es una de esas amigas pecadoras que él tiene.
VERÓNICA: -¿No tenéis compasión de tanto sufrimiento? Su rostro está desfigurado, desencajado, ¿porqué no le perdonáis?
JUDIO 1: -¿Oís lo que dice esta mujer?, perdonar...
VERÓNICA: -¿Porqué, te callas? Di la verdad. Di que no has hecho daño a nadie. Di que tu vida ha sido ejemplar. Di que...

JUDIO 2: -Que no diga nada, porque le taparemos la boca
VERÓNICA: -Si, tengo que hablar, tengo que publicar a los cuatro vientos la atrocidad que están cometiendo con mi Señor. Si yo callara las piedras hablarían por mí. Nada ni nadie me podrá tapar la boca para defender la justicia, la bondad y la honradez de mi Señor. Estáis equivocados. Condenáis la inocencia.
JUDIO 3: -¡Apartadla de una vez!


  
                                                                                                          Autor David Ramalleira                  
14 ACTO - Tercera caída
JUDIO 1: -Ten cuidado, parece que no miras por dónde vas.
JUDIO 2: -Tiene los pies de plomo, no los levanta.
JUDIO 3: -Venga si ya queda poco. Cuanto antes lleguemos, menos tiempo tendrás que llevar la cruz. El camino tienes que recorrerlo, así que hazlo pronto.
JUDIO 4: -¿Donde están tus amigos? Ahora te podrían echar una mano.
JUDIO 5: -Creo que nos vamos a ver mal aunque queda poco. Está muy agotado.
JUDIO 1: -No estéis con contemplaciones, darle una patada y que se levante.
JUDIO 2: -Si no, entre todos le ayudamos y ya está, vamos.

                                                                                                                                                        
  
                                                                                                                  Autor David Ramalleira                         
15 ACTO - Encuentro con las mujeres.
MUJER 1: -Como te han maltratado.
MUJER 2: -¿Tienes mucho dolor?
MUJER 3: -Todo tu cuerpo es un manantial de sangre. Por todas partes brota sangre a raudales ¿Cómo es posible aguantar tanto sufrimiento?
MUJER 4: -No tiene corazón Esto es inhumano.
JUDIO 5: -Han dado una orden y se cumplirá. Debe morir.
MUJER 1: -¿Te podemos ayudar en algo? ¿Que necesitas?
MUJER 2: -Todo lo que esté en nuestras manos pídenoslo. Estamos dispuestas a lo que sea necesario.
MUJER 3: -Eres muy bueno ¿Por qué te martirizan tanto?
MUJER 4: -Intentemos alzar la cruz.
JESÚS: -No lloréis por mi sufrimiento. Ocupaos de vosotras y de vuestros hijos. Ayudarles a ser educados, sinceros, respetuosos y obedientes. Inculcarles buenos sentimientos. Decidles que aborrezcan el pecado. La causa de mi dolor son vuestros propios pecados. Llorad por ellos, no lloréis por mí.



                                                                       Autor Hel Martínez  Photography


Escenificación en el montículo de las eras. En este entreacto se produce una pausa en la que se da paso al público concurrente para que suban al Calvario, en el camino desde la Plaza Mayor por la Calle Jardín, hasta el montículo de las Eras, los caminantes encontrarán a Judas colgado en un “olivo” y al llegar al “Monte Calvario” esperarán a la representación del resto de actos hasta su conclusión.

 
                                                                  Autor Hel Martínez  Photography

16 ACTO - Calvario.
JUDIO 5: -Por fin hemos llegado, yo creí que se nos quedaba por el camino.
JUDIO 1: -Deja la cruz y descansa.
JUDIO 2: -Pero no mucho rato, porque enseguida te colgaremos.
JUDIO 3: -Tenemos todo preparado, ¿vedad?
JUDIO 4: -Bueno, pues quítate esa túnica, si no puedes yo te ayudaré.
JUDIO 5: -¿Qué hacemos con ella?
JUDIO 1: -Eso, ¿qué hacemos?
JUDIO 2: -Vamos a cortar un pedazo para cada uno. Así tendremos un recuerdo de esta fiesta.
JUDIO 3: -Es muy buena, no la rompamos. Echemos a suerte a ver a quien le toca.
JUDIO 4: -Si eso es mejor, así la aprovecharemos.
JUDIO 5: -Bueno, comencemos sin perder más tiempo a clavare en la cruz.
JUDIO 1: -Tiéndete ha llegado el momento.
JUDIO 2: -A este le clavaremos, a esos dos atadles, ¿no os parece?
JUDIO 3: -Si, coged los martillos y clavos. Vamos clavadle deprisa, no sea que se escape.
JUDIO 4: -Te trataremos con delicadeza, no tengas miedo.
JUDIO 5: -Pon los músculos tensos. Así. Estírate.
JUDIO 1: -Qué, ¿te hacen mucho daño?
JUDIO 2: -Mirad, parece que la cruz está hecha a medida.
JUDIO 3: -Si la encargamos a propósito no hubiera resultado tan perfecta.
JUDIO 4: -Ya está, vamos a levantarlos.
JUDIO 5: -Vamos, a la cruz.
JUDIO 1: -Pesa mucho, se pegó buena vida.
JUDIO 2: -Asegurarle bien, que es de cuidado.
JUDIO 3: -A otros salvó, que se salve así mismo si es el Hijo de Dios.
JESÚS: -Padre, perdónales porque no saben lo que hacen.
JUDIO 4: -Mirad, llama a su padre.
LADRÓN MALO: -¿No eres tú el Cristo? Entonces sálvate a ti mismo y a nosotros.
LADRÓN BUENO: -¿Ni siquiera temes tú a Dios, tú que estás en el mismo suplicio? Nosotros recibimos lo merecido por nuestras obras, pero este nada malo hizo, Jesús, acuérdate de mí cuando estés en tu Reino.
JESÚS: -Te aseguro que hoy estarás conmigo en el Paraíso

                                                                                    Autor David Ramalleira

JESÚS: -Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?
JESÚS: -Tengo sed.
JUDÍO5: -Toma, te sentará muy bien, está fresco.
JESÚS: -Todo se ha cumplido.
JESÚS: -Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu.
SOLDADO: -Verdaderamente este hombre era justo.
17 ACTO - Descendimiento.


                                                                                                                    Autor Hel Martínez  Photography
VIRGEN MARÍA:
¿Por qué lo has hecho así, mi vida? ¿Por qué me haces sufrir de esta manera? Te has empeñado y lo has conseguido. Tú has perdido la vida, yo he encontrado la soledad, la tristeza y el dolor. Ha sido hermoso morir por los hombres, lo acepto aunque sea con dolor. Hijo mío has terminado tu obra. Lo has dado todo, hasta la última gota de tu sangre. Todo tu proyecto cumplido. Ahora a esperar, a esperar nuevos odios, nuevas murmuraciones, calumnias, falta de sinceridad y honradez. A esperar nuevas crucifixiones

En este momento con el majestuoso escenario de fondo de la Sierra del Alto Rey tras el descendimiento y el lamento de María sosteniendo en sus brazos a Jesús yacente, termina La Pasión Viviente.

Semana Santa cautiva

Entre el Domingo de Ramos
y el de la Resurrección
conmemoran la pasión
y muerte por los romanos
de aquel que llamara hermanos
a los que le condenaron;
con su crimen instauraron
del patíbulo, señal,
aun siendo un hecho amoral
fe apostólica dejaron.

Por la Vía Dolorosa
del camino hacia la luz,
llevaba Cristo su Cruz
a la montaña escabrosa,
con una marcha tortuosa
tres veces cayó al suelo,
la mujer con su pañuelo
secó a su rostro el sudor
y el vero icono de amor
la dejó como consuelo.

Entre muy hondas saetas
con tambores y timbales
de pasos casi ancestrales
entre imágenes concretas,
fieles y algunos ascetas
recorren sus estaciones
catorce las oraciones
que otorgan la salvación,
cuando con la devoción
se piden absoluciones.

Semana Santa cautiva
Semana Santa ya arcana
la tradición hoy mundana
engalanada y altiva
saldrá con la comitiva
del paso corto y silente,
representación doliente
del Verbo crucificado.
Dicen que resucitado
nos absuelve sacramente.

Aun siendo rito y lamento
siempre si es santificada
es memoria acreditada
de aquel tremendo tormento,
y a la postre es alimento
de una fiesta ya pagana;
el asueto hará cercana
al resto de los mortales
purgando todos sus males,
la efemérides Cristiana.

¿Hasta qué punto es honroso
festejar dicho martirio?,
¿quién ha de encender el cirio
de un acontecer doloso,
del hecho tan doloroso
y de su infame maldad?
Pues aunque la humanidad
reflexione una semana,
sea creyente o arriana
celebrará esa crueldad.

                                                                                            Autor David Ramalleira


Festividad de Santa Cecilia, patrona del municipio

Todos los años alrededor del 22 de agosto se celebran las fiestas patronales, en las cuales y en los últimos años las peñas tienen un peso específico en la celebración y organización de eventos, concursos y demás formas de pasar unos días agradables.


Una vez más, las fiestas patronales
llegando están a su celebración,
charangas, peñas y demás rituales,
ya se disponen para la ocasión.

Estos días de encuentros tan cordiales
acrecientan la buena sensación
que dejan los momentos especiales
de juerga, convivencia y relación.

Mineros somos porque aquel legado
ensalza tan espléndido apellido,
idiosincrasia y rasgo del pasado.

Hagamos un festejo divertido,
por todos como siempre respetado
y por Santa Cecilia bendecido.



 Las fiestas comienzan habitualmente con una misa de celebración de la patrona de Hiendelaencina, la presentación de las peñas, el saludo del Señor Alcalde y la lectura del pregón por algún vecino o amigo del pueblo. Este año, en concreto, (2012) tuve el honor de ser elegido pregonero, por lo que me atrevo a exponer aquí las palabras que, salidas de mi boca con todo el cariño para mi pueblo, dieron lugar a la apertura de las fiestas:


Señor Alcalde, autoridades, vecinos y amigos de Hiendelaencina, es para mí un honor tener la responsabilidad de ser pregonero de las Fiestas de 2012 de nuestro querido pueblo, por lo que dejo constancia de mi agradecimiento ante vosotros por tal distinción.

En primer lugar quiero dedicar un sentido recuerdo, a aquellos que nos dejaron en el transcurrir de este periodo de tiempo.

Los seres humanos tenemos la necesidad de buscar y por tanto hallar en todos los ámbitos de la vida, similitudes y diferencias, por lo que una de las formas más habituales de demostrar las afinidades a un mismo lugar, es la celebración de la fiesta patronal, justificadora de reuniones de engalanada armonía, que motivan unos días de encuentro entre los que siempre estáis aquí, con los que venimos ocasional o asiduamente a quitarnos el estrés de la ciudad.

El sentimiento minero de nativos, descendientes o foráneos que un día llegaron y se impregnaron de la historia y belleza de nuestro pueblo, se nota tanto en el quehacer diario de este pequeño municipio de la Sierra Norte de Guadalajara, como en el orgullo que ponemos al proclamar a los cuatro vientos por unos y otros cofines, los dones del lugar.

Tal distinción, se podría resumir en tres estrofas que adaptadas para la ocasión dicen:

En un rincón de Castilla
junto a unas ruinas yertas
cerca de una cumbre altiva
y al pie de esta sierra esbelta,
entre el Ocejón y el Otero
aquí mi pueblo se encuentra,
en otros tiempos testigo
de la actividad minera
con la emigración se fue
el cultivo de la tierra.

Allende en la encina está
en la meseta ancha alzado
formándose con el cauce
barrancos accidentados
del Bornova y su caudal
otrora tiempo olvidado,
sus corrientes hechizadas
con sus aguas moldearon
la mies y electricidad
su descender hoy pausado.

Hiendelaencina es su nombre
su apodo es muy elegante
por Las Minas le conocen
forasteros y habitantes,
su fiesta la celebramos
como algo significante
porque los mineros somos
ciudadanos muy amantes
de portar en nuestra fiesta
la esencia como estandarte.

Esencia de nuestra idiosincrasia expresada en esta ocasión en forma de celebración y estandarte de las costumbres heredadas de nuestros ancestros.

A través de generaciones, todos y cada uno de nosotros hemos mantenido de una u otra forma esas tradiciones, costumbres y formas de ver y vivir la vida, recordadas en ocasiones como las más tiernas, más tristes o más lúdicas y que guardamos en nuestras memorias y en nuestros corazones.

Ya lejanas, llegan hasta mi reminiscencias de aquella infancia transcurrida felizmente con mis abuelos, guardianes de la esperanza de unos padres alejados por las circunstancias, de aquellos días de paseo colegial por las escombreras, junto al anciano y entrañable maestro Don Desiderio o aquellas fiestas donde en la plaza, entre el bar del Elías y el de Santos, se colocaba la orquesta y al son de pasodobles, desde nuestras diminutas perspectivas, con mis coetáneos compañeros de correrías veíamos a los vecinos marcarse aquellos repetitivos pasos, los hombres con sus impolutas camisas blancas, pantalones nuevos de pana y sus abarcas de los domingos y las damas con sus bonitos vestidos de fiesta o faldas de tablas.

En mi juventud y ya reagrupada la familia, recuerdo con placer las fiestas de los años setenta, precursoras de la etapa actual de peñas, donde por grupos nos perdíamos por Los Prados, El Asiento del Cura o La Peña de la Visera, con nuestra limonada adulterada con gotas de etílicos caldos.

Aquello ya es pasado y el presente es el futuro que entonces esperábamos, disfrutándolo como el primero de los veranos que se pierden en nuestras memorias, unas más cercanas que otras, en definitiva, recuerdos de las raíces que nos aferran a esta generosa, sufrida y amada tierra.

Como Baltasar Gracian dijo, “Lo bueno, si breve, dos veces bueno”, si no cumpliese la primera premisa, al menos si quisiera no haber sobrepasado en exceso la segunda, por lo que agradeciendo vuestra paciencia, os deseo que tengáis unas muy felices fiestas y os invito a decir conmigo:

¡Viva Santa Cecilia!

¡Viva Hiendelaencina!

¡Vivan Los Mineros!



En el calendario católico se marca el día de Santa Cecilia el 22 de Noviembre, los vecinos celebran su día con una misa en su honor y una hoguera nocturna.



Soneto a laPatrona de Hiendelaencina

En la plaza alumbrando está la hoguera
a la oscura, cerrada y fría noche
y el alba dejará por fin su broche
con cenizas y ascuas de madera.

La mañana aguardando sola espera
que el fuego purifique con derroche
el amor que florece a troche y moche
como estrellas fugaces en la era.

Su laúd nos dejó la melodía
del acorde entonado por la musa
y honrosos festejamos este día.

Su figura alegórica inconclusa
se erige de patrona y de vigía
a los pies de esta sierra tan difusa.


Historias y leyendas de Las Minas.
Como todo pueblo que se precie, Hiendelaencina tiene sus historias y sus leyendas unas con más y otras con menos partes de veracidad, y con la misma particularidad que todas ellas, tiene el vínculo común de la transmisión oral de sus historias, algunas ya irremediablemente perdidas, otras que aún perduran en mentes que desgraciadamente el silencio producido por la degradación y el paso del tiempo no permite que tengamos sus testimonios y otras que han quedado escritas y que por suerte podemos disfrutar de ellas.




A continuación se exponen algunas formas y modos de contar unas historias según el autor correspondiente, pero con un nexo común, las minas.

HIENDELAENCINA Y SUS MINAS DE PLATA
Del libro del mismo nombre de Abelardo Gismera


La historia de Hiendelaencina


Sobre la oscura planicie que bordea los hondos barrancos del Bornova y sus microscópicos afluentes, con los picos de la sierra encima, y la silueta de las viejas casas de pizarra contrastadas con las medio derrumbadas chimeneas de los complejos mineros, se alza hoy Hiendelaencina, que tiene en todo caso siglos de antigüedad, porque perteneció en su origen al Común de Villa y Tierra de Atienza, rigiéndose por su Fuero. En 1269 aparece citada en documentos como Loin del Encina (más tarde será nombrada Allende la Encina), y quedando luego adscrita al Común de Villa y Tierra de Jadraque, en su sesmo del Bornova. Con él pasó a propiedad y señorío de don Gómez Carrillo, en 1434, por donación que de toda esta tierra hizo el rey don Juan II y su esposa a este magnate castellano al casar con doña María de Castilla. Como el resto de la tierra jadraqueña, Hiendelaencina pasó a poder del cardenal Mendoza, éste instituyó mayorazgo con el título de conde del Cid para su hijo Rodrigo, por cuya vía vino a quedar, mediado el siglo XVI, en poder de los duques del Infantado, hasta el siglo XIX.
Fue en esta centuria cuando la villa conoció el inicio y apogeo de toda su prosperidad, al ponerse en explotación a gran escala las minas de plata que por su término se distribuyen, y que ya eran conocidas desde la época de la dominación romana. Faltas de una utilización y trabajo oportuno, habían quedado muchos filones sin ser nunca aprovechados. La perspicacia y afán emprendedor de un navarro, don Pedro Esteban Gorriz, hizo que éste “descubriera” en 1844 el filón de Canto Blanco, creando una sociedad para su explotación, e iniciando ese mismo año la extracción del mineral en la llamada Mina Santa Cecilia. Es curiosa la relación de los siete valientes que forman esta sociedad, porque está formada por gentes de muy variada condición y procedencia, unidos solamente por la fe en eso que estaba tan de moda en el siglo XIX: el progreso.

El 9 de agosto de 1844 quedó constituida esta primera sociedad explotadora, formada por: don Pedro Esteban Gorriz, agrimensor oficial desde 1840 por varios pueblos de la provincia de Guadalajara, hombre muy aficionado a la minería, y dedicado con pasión al estudio de los suelos y sus propiedades; Francisco Salván, murciano, que trabajaba en Sigüenza como empleado de Rentas Estacadas; Ignacio Contreras, natural de Torremocha del Campo donde se ocupaba del tradicional pluriempleo de ser sacristán y maestro de primeras letras; Galo Vallejo, cura párroco de Ledanca; Eugenio Pardo y Adán, sacristán de Bujarrabal, y contador oficial en la catedral de Sigüenza; Francisco Cabrerizo, leonés, empleado en la cárcel de Valladolid, y Antonio Orfila, mallorquín, administrador en Guadalajara de los duques del Infantado, buen conocedor también del terreno y hermano del famoso Mateo Orfila, catedrático de química en París y autor de numerosos tratados científicos, a quien fueron enviadas las primeras muestras del mineral extraído, y que, al contestar afirmativamente respecto a su riqueza, dio el espaldarazo definitivo a tan magna empresa.



El patrimonio minero


Si hay pueblos de Guadalajara que tienen un patrimonio románico que les hace destacar entre todos (Pinilla, Albendiego, Carabias…) o un patrimonio renacentista que les lleva a todos los capítulos que tratan de ese tema (Cogollado, Mondéjar…) el patrimonio de Hiendelaencina es el minero, por supuesto.
Para el viajero de hoy no dirá nada su iglesia parroquial moderna y sin arte, o el conjunto de calles y plazas que muy bien arregladas permiten a sus habitantes vivir a gusto, pero perdido ya el aire que tenían en tiempos pasados. Aún se ven algunas casas o, sobre todo, algunas tinadas y corrales viejos construidos al serrano modo, con sus muros de gneis y sus tejados de pizarra. El auténtico patrimonio de Hiendelaencina, a medio hundir y desaparecer, pero testigo aún de su pasado glorioso, son los edificios de sus minas, que se reparten por el término, y que este libro de Gismera Angona rescata, organiza, explica y ofrece en su dimensión auténtica. Valgan las siguientes líneas como memoria apretada de los mejor del conjunto.
Porque de todo ello es sin duda la fábrica de La Constante uno de los elementos claves de esta zona minera. 


                                                                       Autor: J. Alonso


Surge a raíz de la llegada, en 1845, de los ingleses a Hiendelaencina. Durante 30 años, y hasta 1877, es la empresa del señor Pórtland y su compañía quienes se dedican, con los mejores aparatos y elementos técnicos de la época, a extraer y depurar la plata que sale de la tierra. Se calcula que en solamente entre 1854, recién abierto el conjunto, y 1859, se obtuvieron 500.000 quintales de plata por un valor de unos cinco millones de reales. Se creó la Sociedad “La Bella Raquel” y a la fábrica le denominaron “La Constante”, elevando una serie de edificios junto al río Bornova, en la cara sur de la sierra del Alto Rey, en término de Gascueña, y dotando al lugar de todas las comodidades imaginables para la época. Con los años llegó a ser una gran factoría con amplias naves y altas chimeneas, instalando más tarde dos máquinas de vapor. En 1868 la Sociedad “La Bella Raquel” compró otras minas del conjunto: Santa Catalina, Perla, Tempestad, y más tarde Unión, Verdad de los Artistas, Suerte y San Carlos. Todo se vió paralizado, por agotamiento de los filones, hacia 1877 en que la Sociedad prácticamente abandonó “La Constante”, levantando casi todas las instalaciones siendo finalmente vendida a muy bajo precio a los siguientes propietarios y explotadores, los señores Bontoux y Rotschild, que la mantuvieron, a pesar de los problemas de la primera Guerra Mundial, en funcionamiento hasta 1926. Fue adquirida luego por un segoviano, Gregorio Lobo, que arregló una parte para vivienda y planto chopos junto al río, pero luego todo quedó abandonado y aquellos no es hoy más que un montón de evocadoras ruinas. Como todo el resto de bocas de mina, fábricas e ingenios productivos.

APORTE Y TESTIMONIO DE JOAQUIN LATOVA
Reportage de "la nueva alcarrea.com"


En 1880 Hiendelaencina competía en número de habitantes (4068) con la capital provincial. El pueblo entero era el hervidero de la actividad que demandaban sus 30 minas de plata abiertas. La depreciación de este metal precioso y el agotamiento de las mejores vetas hacen inviable su explotación en la actualidad. Sin embargo, el Ayuntamiento tiene en mente recuperarlas como activo turístico mediante un ambicioso proyecto planteado en tres fases que ya están en marcha.


Joaquín Latova es un jubilado del sector químico que vive a caballo entre Hiendelaencina y Madrid. Además de ser su patria chica, a Joaquín también le une un vínculo profesional con la localidad serrana. Es copropietario de la casa rural “El Fielato”.

Pese a lo que pueda parecer por cercanía geográfica, su apellido no procede de La Toba. “Mi abuelo era industrial. Fue dueño de las salinas de Rienda, muy cercanas a las más conocidas de Imón, que era su pueblo natal”, dice. También su padre llegó a ser un hombre muy popular. Fue el farmacéutico de Las Minas durante más de 50 años. Junto a Nicolás Martín, médico al que su pueblo le ha dedicado un busto en la Plaza de la Iglesia, formó un tándem profesional de reconocido prestigio en la comarca.

Joaquín vino al mundo en Madrid de una forma casual, “porque mi familia vivió siempre en Las Minas”. Según avanza la conversación con él, queda claro que, por lejos que haya llegado -ha trabajado en el departamento de extracciones en Repsol-, su referente vital lo tiene en Hiendelaencina. La casa rural El Fielato, que regenta, junto a su esposa, es un magnífico exponente de la Arquitectura Negra. Sus materiales y su estética son respetuosos con el entorno. El protagonismo estético es para la pizarra y la madera en el exterior, y para la calidez y confort en el interior.


El turismo rural eclosionó en Guadalajara hace siete años. Antes había una oferta muy limitada de alquiler de habitaciones en las casas de pueblo. Era una fórmula tan romántica como poco favorecedora de la intimidad”, explica Joaquín. Gracias a la demanda creciente, los emprendedores construyeron en nuestra provincia los primeros establecimientos independientes. Tuvieron un éxito inmediato. “Había mucha demanda y poca oferta. A la gente le encantaba este turismo diferente, o complementario, al de playa, catedral y ciudades. Poco a poco la oferta igualó a la demanda. En los últimos años la crisis ha acentuado el descenso de las visitas. El turismo no es una primera necesidad. Cuando la economía doméstica no es boyante, es uno de los primeros gastos de los que prescinden las familias”, opina Latova.


Los inquilinos de las casas rurales proceden mayoritariamente de Madrid. Otro porcentaje significativo, llega desde el Corredor del Henares. “La nuestra es su sierra natural, es la que tiene mejor acceso para ellos”, dice. Y luego hay casos puntuales: “También llegan turistas de Levante que huyen de sus arenas masificadas en verano o que quieren ver la nieve por primera vez en invierno”. La tipología de cliente es siempre muy similar: matrimonio con hijos, parejas o grupo de amigos.

Las minas de plata de Hiendelaencina Lo que más gusta a los visitantes de Hiendelaencina es la tranquilidad. La casa está localizada en una placita muy coqueta, espaciosa pero sin ruidos, ni siquiera en el fin de semana.
Pero, ¿por qué a Hiendelaencina le llaman también Las Minas? .Joaquín relata con absoluta propiedad la vieja historia de los yacimientos de plata y de los más de 360 pozos y 30 minas que se han explotado en el pueblo. “Nuestro pasado minero despierta, por insólito, la curiosidad del visitante”, explica. No puede ser de otra manera. A finales del siglo XIX, la localidad competía en número de habitantes, más de 5000, con la capital provincial, y era un hervidero de actividad subterránea que tenía su fiel reflejo en la superficie.



Fue exactamente un día 2 de junio de 1844 cuando la aldea negra de la sierra guadalajareña se transformó en una ciudad minera, que llegaría a ser sede social de numerosas sociedades anónimas.

Un agrimensor de nombre Pedro Esteban Góriz atravesaba el paraje local de Cantoblanco, camino de Atienza. Unos brillos especiales en las piedras llamaron su atención. Regresó a Madrid con una muestra en el bolsillo que mandó analizar a un familiar.

El análisis reveló que las rocas contenían elevadas dosis de sulfuros de plata. Espoleado por el descubrimiento, hizo lo que entonces se conocía como una denuncia del terreno, o una reserva para profundizar en él y comprobar si había o no mineral que extraer. Y así fue como, junto con otros dos socios, creó una primera sociedad para la explotación de la primera mina de Hiendelaencina.


Atraídos por el color de la plata, fueron llegando cientos de aventureros en busca de fortuna. Hiendelaencina creció exponencialmente. Hubo que construir un pueblo nuevo al margen del viejo y oscuro pueblo de pizarra. 




Esta es la razón de su urbanismo cuidado, de sus calles y plazas amplias y de su enorme iglesia. En pocos años cientos de buscavidas abrieron cientos de pozos y decenas de minas que seguían las mejores vetas del metal precioso. Las que tenían éxito, se convertían inmediatamente en sociedades anónimas cuyas acciones cotizaban en bolsa. Hubo inversores de la época que hicieron auténticas fortunas con la plata de Hiendelaencina. Otros se arruinaron. Las fallas caprichosas acaban con las vetas de metal puro cuando querían, sin que la tecnología de entonces pudiera hacer nada por predecirlo. La extracción mineral se mantuvo a gran escala hasta finales del siglo XIX. Después quedó una actividad residual. “La mina de Santa Teresa estuvo activa hasta poco antes de la Guerra Civil”, informa Latova.

De las entrañas de Hiendelaencina salieron miles de toneladas de plata pura. El mineral que veía la luz era transportado a la fábrica de La Constante, construida en tiempo récord a unos cientos de metros del área de extracción, al lado del río Bornova. Allí se fundía el mineral que tenía la suficiente ley, es decir, una proporción adecuada del metal preciado con respecto a otros elementos. A su vera se construyó una mini-ciudad independiente que fue fundada por ingleses. “Ellos eran quienes tenían la tecnología para hacerlo”, explica Joaquín. En La Constante llegaron a vivir medio millar de británicos. Hubo una escuela y un hospital de aquella nacionalidad. La plata, fundida y transformada en lingotes en La Constante, era transportada en carros custodiados por guardias de asalto armados hasta los dientes con dirección a la Fábrica Nacional de la Moneda de Madrid.

Ahora que Hiendelaencina tiene 150 habitantes, se percibe claramente que su urbanismo está pensado para mucha más población. Las empresas mineras habilitaron casas para sus trabajadores, que las ocupaban según llegaban. Hubo un segundo hospital en el pueblo, en este caso nacional, y un casino de juego.



Cuenta la leyenda que todas las noches había reyertas, algunas con muertos, por deudas de juego o disputas del trago. “El tópico dice que el minero gasta con una mano el dinero que gana con la otra”. Muchos pastores y labradores cambiaron la agricultura por un oficio mucho mejor remunerado. Era duro. Pero no más que el campo. El último minero de Hiendelaencina murió en 2009. Se llamaba Félix Vacas.

Pese a las similitudes míticas con el Far West, “no del todo desencaminadas”, afirma Latova, las explotaciones estuvieron siempre bien reguladas jurídicamente. Tenían responsables, ingenieros y sus sistemas de seguridad. Inicialmente la extracción era completamente manual, a pico y pala. La introducción de la máquina de vapor ahorró muchos esfuerzos en la excavación. Las minas más modernas, como la de La Teresa, ya se aprovecharon de la energía eléctrica. Los ingenieros fabricaron casas de máquinas, alimentadas por pequeñas centrales hidráulicas para mover los mecanismos de extracción y producción.

La actividad de las minas quedó reducida a la explotación, en una segunda etapa, de las enormes escombreras de mineral que quedaban acumuladas al pie de las minas y que fueron desechadas siguiendo las vetas más puras del metal.



Con el perfeccionamiento de la técnica, y sin perforar nada, estas escombreras dieron hacia el año 1970 un buen beneficio. ¿Sería rentable hoy la explotación de las Minas? La gran pregunta es si todavía queda algo de mineral en las entrañas de Hiendelaencina.

El Instituto Geológico Minero de España ha practicado muchas catas sobre el terreno. “Tienen una radiografía muy aproximada de lo que puede haber en el subsuelo, pero en realidad, hoy día, el precio de la plata, que no tiene que ver con el de otros metales preciosos o de valor industrial, no permitiría una explotación minera”. Precisamente la depreciación de la plata y el agotamiento de las mejores vetas de material fueron las razones de la paralización progresiva del negocio, hace ahora un siglo.

“La extracción dejó de ser rentable. La ley del mineral era cada vez peor. Sin embargo, nuestra tierra sigue siendo un área muy interesante desde el punto de vista geológico. Hay muchas tesis doctorales de la Universidad de Lovaina (Bélgica) hechas aquí”, Explica Joaquín.

Todo este pasado legendario y multicultural ha dejado huella en el carácter hiendelaencinero. Muchos de los mineros que llegaron de todas partes de España, se quedaron después de que acabó la explotación. “Por eso la gente de este pueblo es muy abierta, más que la del entorno. Nos a quedado el poso del cosmopolitismo”, opina. Herencia de su pasado esplendoroso son también los servicios de los que disfruta el pueblo, capital de su comarca serrana. Entre ellos han prosperado y se han afamado en la comarca algunos restaurantes como el mesón Sabory el cual se ha hecho merecedor de una reconocida fama por la calidad del asado de cabrito; una vez degustado tranquilamente puedes retar a Julián a una partida de mus, seguro que gustosamente recogerá el guante.




El arte del engaño y el despiste al contrario,
es requisito indispensable para todo aquel
que quiera dedicarse a este juego de mesa.
Por lo que los adjetivos utilizados en estos versos
son dedicados a alagar al buen jugador de mus.


Soneto a Sabory

En la plaza Mayor de un pueblo de la sierra
la partida echa al mus en siesta y con calor
en sombreada mesa; trolero y charlador,
envida a grande tres y cuatro a pares cierra.

Sin mínimo rubor en la diatriba encierra
su jugada maestra, con cuento bullidor
y gracia zalamera deja al postre postor,
pasa, otro mete dos y el órdago no hierra.

Le gusta quitar mano, aunque no tenga ley, 
sabe cómo abusar y cómo usar paciencia
y si las cartas no entran, corta con solo un rey.

Buen jugador de mus, de mentira hace esencia
y mientras ara con uno u otro buey,
derrocha dualidad y oculta inteligencia.

Y dice la sentencia:
En la guerra, en política y jugando a las cartas,

de envidar y engañar, ni te cansas ni te hartas.


                                  Partida de mus, por Ernest Descals

¿Qué se puede hacer con las minas, hoy?

A pesar de que su explotación como yacimientos ya no sería rentable, las minas aún pueden enriquecer a Hiendelaencina. El Ayuntamiento ha diseñado un proyecto, ejecutable en tres fases, para recuperarlas como activo económico. Con la ayuda de Junta de Comunidades y de la Diputación de Guadalajara, entre otras instituciones, el Consistorio concluyó la construcción del Museo de la Plata. “Tenemos comprometidas varias ayudas, entre ellas una de ADEL Sierra Norte, por la cual se subvencionará la instalación de los audiovisuales del Museo”, explica Joaquín. El edificio, también de estética muy cuidada, se convertirá en un centro de interpretación de la minería. Junto al de Almadén serán los dos únicos de este estilo en Castilla La Mancha. “Además de en Hiendelaencina, también se extrajo mineral en otros pueblos cercanos como en Zarzuela de Jadraque o Robledo de Corpes. En La Nava de Jadraque hubo minas de oro. Toda nuestra cuenca minera tendrá su reflejo en los fondos del Museo”, explica Joaquín. Esta primera etapa del plan es prácticamente una realidad.


En una segunda fase, el Ayuntamiento pretende hacer visitable en profundidad la mina de La Catalina. El último intento de explotarla lo llevó a cabo una empresa murciana en los años 80. Por lo tanto, parte de su edificación y tunelación son del siglo XX. En teoría, y con una inversión de recursos no demasiado grande, podría quedar visitable. “Este paso será sin duda el más costoso, pero ya sabemos por dónde empezar. El 9 de marzo de 2011 fue presentado en Sigüenza el Plan de Zona de la Sierra Norte de Guadalajara, que surge de la aplicación del Programa de Desarrollo Rural Sostenible en Castilla – La Mancha 2010-2014. Dentro de las actuaciones aprobadas figuraba “La recuperación del entorno y adecuación del interior de las Minas de Plata de Hiendelaencina con fines turísticos”, con un presupuesto de 1.525.000 €. En la actualidad queda pendiente la firma del convenio entre la Junta de Comunidades y el Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, para hacerlo efectivo. No obstante, hemos contactado ya con HUNOSA, una empresa asturiana con amplia experiencia en la materia, para empezar el proyecto”, termina Latova.
La tercera y última etapa crearía rutas mixtas señalizadas de naturaleza y minería. Al menos una de ellas llegará hasta el río para mostrar a los turistas la maquinaria hidráulica que ayudó a las excavaciones. Los hiendelaencineros ya se han marcado unos plazos.



Pleito entre la sociedad minera Riqueza y la empresa minera Relámpago

En aquellos días no era de extrañar que surgiesen diferencias entre las compañías propietarias de las minas.

Generalmente las minas, se registraban, individualmente, los costes de explotación eran muy grandes por lo que para poder paliar gastos tan costosos sobre todo en los inicios de las explotaciones, surgían las compañías explotadoras de minas, que a la postre en vez de sumar esfuerzos en común terminaban mirando solo y exclusivamente cada mina su propio interés pues en el reparto de tierras colindantes siempre había una vara más corta o algún mojón movido.


Según la ley vigente en el momento, las concesiones tenían que ser rectangulares y de unas determinadas dimensiones, pues bien, los espacios entre varias minas que quedaban de esta distribución era lo que ocasionaban tales problemas.




Las compañías de las minas limítrofes a estos espacios, sin dueño, se querían repartir las distintas tierras, que normalmente eran las
propietarias de las minas colindantes a los espacios referidos.

Existían normas para hacerlo, normas complejas, que escapan a este escrito. Cuando no se estaba de acuerdo con ellas, se acudía a los tribunales, ya que demandante y demandado creían que tenían razones ambos, por lo que debían ser los tribunales de justicia quienes determinasen la adjudicación de los mismos.
La cuestión de este pleito en concreto se inicio entre la compañía propietaria de las minas Verdad de los Artistas y Riqueza como demandantes y la Mina Relámpago como demandada.
Litigando por una superficie comprendida entre las minas Suerte, Verdad, Riqueza y Relámpago
Empiezan las reclamaciones el 16 de abril de 1852 y después de un largo camino termina el tres de septiembre de 1857.

Un periodo relativamente largo teniendo en cuenta las grandes pérdidas que podía suponer la no explotación de estos terrenos.


Hubo otro tipo de pleitos, pensemos que las minas tenían profundidad, y estaban abiertas sobre un prisma de base rectangular, por lo que los límites entre una y su vecina a veces generaban conflictos, que se dilucidaban en los juzgados.
En honor a la verdad las compañías se llevaban bien, colaborando entre ellas.

Las diferencias entre obreros y compañías estaban igualmente a la orden del día y generalmente por motivos salariales. No debemos olvidar que se realizaba muy frecuentemente el trabajo mediante compañías subcontratadas.


A continuación se intenta resumir lo máximo posible para que no resulte excesivamente tedioso, la sentencia del pleito entre las minas Riqueza y la Verdad de los Artistas presentada contra la mina Relámpago.

RESOLUCIÓN JUDICIAL
Doña Isabel II por la gracia de Dios y la Constitución de la Monarquía española Reina de las Españas; a todos los que las presentes vieren y entendieren, y a quienes toca su observancia y cumplimiento, sabed que hemos venido en decretar lo siguiente…

El diez y seis de abril de mil ochocientos cincuenta y dos, se presentó ante el Gobernador Civil de la provincia de Guadalajara la solicitud de investigar por pozo y galería un terreno existente en el término de aquélla ciudad y sitio llamado el Raso, lindante por Norte con la mina Verdad, Poniente con la Riqueza, y Mediodía y Levante con baldíos del pueblo.

En primera instancia se presenta la solicitud realizada al alcalde constitucional de Hiendelaencina por el mismo interesado y el decreto marginal por el cual concedió aquella autoridad el permiso necesario para la investigación, a condición de indemnizar los daños y perjuicios que con ella ocasionase al vecindario a cuyos baldíos pertenecía el terreno.

El Gobernador civil de la expresada provincia decreto el veintitrés siguiente, que el ingeniero del ramo pasase a demarcar la pertenencia, en el caso de haber terreno franco para ello, conforme al artículo treinta y tres del Reglamento de minería.
El veinticuatro de abril de mil ochocientos cincuenta y dos D. Vicente Tabares en representación de la sociedad minera Los Artistas, presentó la solicitud para que se le adjudicase como demasía un espacio franco de terreno que no forma superficie rectangular de cuarenta mil varas entre la misma mina Verdad, la Suerte y la Riqueza, o se le concediese la parte correspondiente en el caso de pretender éstas su parte correspondiente y que no formaba superficie rectangular de cuarenta mil varas.

A su vez D. Carlos Gil, como representante de la compañía explotadora de la mina Suerte el veinticinco de noviembre, dispuso que el Ingeniero del ramo procediese a practicar el reconocimiento y la adjudicación de la demasía entre las minas Verdad, Riqueza y Suerte, según lo prevenido en el artículo setenta y cuatro del Reglamento.


El Ingeniero Sedeño en el informe presentado el veintisiete de Junio de mil ochocientos cincuenta y tres, manifiesta hallarse mal colocados los mojones de la mina Verdad, a mayor distancia de la que por la ley debieras tener, sucediendo lo mismo con las mojoneras de la colindante la Suerte, y que era imposible señalar de un modo positivo la superficie de la demasía, y por consiguiente la parte de ella que correspondiese a cada una de las minas colindantes, hasta que la superioridad no resolviese acerca del amojonamiento de las expresadas minas.

El siete de octubre de mil ochocientos cincuenta y tres se presenta el recurso al Gobernador de Guadalajara por los mencionados Tabares y Lorente, protestando contra la preferencia dada a la demarcación del Relámpago y contra la demarcación misma, que consideraban ilegal por comprender un terreno que no se hallaba entre las minas aspirantes a la mejora, y haberle dado una longitud de trescientas quince varas, siendo así que la ley no concede más que trescientas a una pertenencia ordinaria, y solicitando que una comisión de Ingenieros rectificase los límites de la mina Riqueza y de la investigación San Carlos; que después se rectificase la medida practicada en la demarcación de la mina Relámpago; negándose la aprobación al expediente de la mina Relámpago.

El cinco de abril de mil ochocientos cincuenta y cuatro manda el Ministerio de Fomento que se practicase un deslinde, deduciendo la superficie del terreno que comprende el registre o demasía conocida por el Relámpago; y reservando resolver con vista de esta operación sobre la suspensión de las labores del Relámpago, pretendida por las sociedades arriba mencionadas…

El trece de noviembre siguiente, la Junta Facultativa de minería emite el informe sin dar solución á las dudas y dificultades suscitadas en el examen del expediente de investigación Relámpago, y se reconoce el daño que causa su desaprobación…

Por todo lo expuesto y algunas consideraciones más menos relevantes, se llegó a la conclusión de que habiendo presentado la solicitud de investigación por pozo u galería por D. Remigio Martínez el diez y seis de abril de mil ochocientos cincuenta y dos, acompañando el permiso del alcalde de  Hiendelaencina, y que además obtuvo aquel el del Gobernador de la provincia de Guadalajara el siete de septiembre del propio año. Se consideró que la expresada solicitud de Tabares se dirigió á obtener la adjudicación de un espacio franco de terreno, que no forma superficie rectangular de cuarenta raíl varas, y que se halla entre las minas verdad. Suerte y Riqueza, el cual es muy diferente del solicitado por la investigación realizada por Relámpago, como lo demuestra el hecho de haberse pedido la parte que en aquel perteneciere a la Suerte, según las líneas de contacto que tuviese con la demasía, y el de no haberse presentado como demandante la sociedad explotadora de ésta cuando por los resultados obtenidos en la expresada investigación se variaron los términos de las pretensiones.

Considerando, en cuanto al fondo de la cuestión, que la ley quiere la distribución equitativa y moderada de la riqueza minera, y habiendo establecido, para evitar la acumulación, que a ningún particular ni sociedad puedan concederse sobre un mismo criadero más de dos pertenencias contiguas, o tres si la sociedad fuese de cuatro o más personas. El artículo once de la ley de minería de once de abril de mil ochocientos cuarenta y nueve fija que la extensión de una pertenencia, determina expresamente la longitud y latitud que debe tener, midiéndolas horizontalmente al rumbo que designe el interesado. El artículo trece de la expresada ley no se refiere ni a una ni a otra, sino que habla únicamente del espacio que existía entre dos o más pertenencias, cuya palabra repite para alejar toda duda, previniendo que solo cuando no pueda formarse cómodamente otra que contenga al menos un rectángulo equivalente a las dos terceras partes del espacio de una pertenencia ordinaria, se adjudique como demasía á las minas colindantes. El artículo setenta y dos del Reglamento aclara,
confirma y perfecciona la disposición de la ley en cuanto puede hacerlo para observar su estricta observancia, disponiendo que se forme y conceda una nueva pertenencia cuando se solicite, siempre que entre dos o más pertenecías haya un espacio que tenga al menos una superficie rectangular igual o mayor que las dos terceras partes de la extensión de una ordinaria; la demarcación del Relámpago se ha hecho en un espacio que se halla colocado entre dos pertenencias, pues al Poniente linda y está ceñida por la pertenencia de la Riqueza, al Norte por Los Artistas y al Levante con la investigación, San Carlos, ocupando solamente una corta porción de terreno franco que no está unida a la demarcación de esta, de este modo la prescripción de la ley se ha cumplido colocando la demarcación del Relámpago entre dos minas, exigiéndose que una pertenencia extraordinaria haya de estar ceñida en toda su extensión y por sus dos lados, por dos o más minas, sería casi imposible o muy difícil y rara la formación y concesión de pertenencias supletorias, frustrándose de esta manera la disposición de la ley y las acertadas miras del legislador… el párrafo primero del artículo octavo de la ley de minería de once de abril de mil ochocientos cuarenta y nueve da preferencia a la concesión de una mina, cuando dos o más abran calicatas dentro del espacio de una pertenencia al que primero descubra el mineral y le confiere el derecho de incluir en su demarcación las otras calicatas.




Visto el escrito de contestación presentado por el Fiscal, pidiendo que se desestime en ambos extremos la pretensión del recurrente con la imposición de costas y perjuicios.

Visto el escrito del licenciado Gómez de la Serna, sosteniendo, en nombre de la mina Relámpago la misma pretensión que el Fiscal.
Visto el artículo doscientos setenta y cinco del Reglamento de lo contencioso del Consejo Real, que dice: - Será condenada a satisfacer daños y perjuicios la parte que, sin legítimo fundamento, dedujere recursos de interpretación, revisión, nulidad o apelación de una definitiva que no fuere susceptible de ellos…

SENTENCIA
Oído mi Consejo Real, Vengo en declarar Improcedente el recurso de revisión interpuesto por la sociedad de la mina Riqueza contra mi Real decreto de doce de noviembre de mil ochocientos cincuenta y seis, y se condenará dicha sociedad a que satisfaga a la de la mina Relámpago los daños y perjuicios que se le hayan causado con motivo del expresado recurso.

Dado en Palacio a veintinueve de Julio de mil ochocientos cincuenta y siete.  
Leído y publicado el anterior Real decreto por mí, el Secretario general del Consejo Real, hallándose celebrando audiencia pública el Consejo pleno, acordó que se tenga como resolución final en la instancia y autos a que se refiera; que se una a los mismos; se notifique a las partes por cédula de Ujier, y se inserte en la Gaceta, de que certifico.

Madrid tres de septiembre de mil ochocientos cincuenta y siete.

De todo esto se deduce, entre otras cosas interesantes, que se inicia la primera denuncia el 16 de abril de 1852 y termina el 3 de septiembre de 1857.


Más de 5 años, demasiado tiempo.



Romance de Las Minas

I
Cuentan que en la Sierra Norte
cerca de Guadalajara
se encontró una rica veta
el filón era de plata
allá en Hiendelaencina
los yacimientos estaban
en el rico Canto Blanco
donde a plena luz brillaba
nativo argento metal
entre rocas y pizarras.

Aquel acontecimiento
de la noche a la mañana
cambió la fisonomía
de aquella agreste comarca
donde antes había huertas
ora tierras perforadas,
agricultor y pastor
cambian cayado y azada
por el pico y la barrena
y el oro trigo por plata.

En pocos años los pozos
surgieron como hierba mala
aunque no todas las minas
dan aquello que esperaban,
explotando el filón rico
Santa Cecilia la llaman
lindando queda la Suerte
la Fortuna está cercana
aunque nadie lo diría
pues la inversión era escasa.

Las minas con auge pleno
finalmente comenzaban
a dar el fruto esperado
aquel que un día soñara
Don Pedro Esteban y Górriz
quien con su impronta dejaba
la leyenda que nos cuentan
las hazañas ya olvidadas
de todas aquellas gestas
que en la historia se quedaran.

No todo será fortuna
no todo fueron bonanzas
por tanta prosperidad
se pagarán cuotas altas,
tal riqueza ya despierta
envidias en la comarca
y aquellos los lugareños
pensaban que no ganaban
por tanto, riesgo y esfuerzo
lo que su frente sudaba.


II
Allá por mil ochocientos
entre desgracias llegaban
el diecinueve de octubre
negras y frías jornadas,
el año sesenta y cuatro
a las tres de la mañana
del pozo maestro Perla
un espeso humo asomaba
barreneros y escombreros
al salir dieron la alarma.

Haciendo un primer recuento
se fijaban que faltaban
cinco de aquellos mineros
que cumplían la jornada
un capataz se dirige
a la Fortuna y se baja
con cuatro o cinco mineros
a donde comunicaba
la sexta con la tercera
galerías de ambas plantas.

Observando como un torno
cubierto parece en llamas
y de espesa nube de humo
le envuelve una nube blanca,
sabe que los atrapados
agotan sus esperanzas,
llegan medio intoxicados
y el resuello hasta en el alma
mira al cielo y a sus hombres,
ve que no puede hacer nada.

En los días siguientes
intentan ir a la planta
por otros pozos y medios
perdiendo las esperanzas.
El veinticinco de octubre
la tragedia se saldaba
con otros ocho mineros
que en circunstancias extrañas
al intento de rescate
muertos allí se quedaban.

Esta es parte de la historia
retazos de una comarca
en donde con grandes rasgos
así quedó dibujada
en claroscuros momentos
de sus épocas doradas.
Queda ahora solo un pueblo
que heredó una enorme plaza
con pozos ruinas y campo
y una escombrera sin plata.


La leyenda del descubrimiento de las minas en época reciente
Del libro “Historias cuentos y rimas”

Este relato, como tal, no está sujeto a ningún rigor histórico, por lo que cualquier alteración de la realidad es sólo y exclusivamente debido al argumento.

La leyenda que a continuación expongo, está basada en la historia del descubrimiento de los yacimientos de plata, en un pequeño pueblo de la Sierra Norte de Guadalajara, España, llamado Hiendelaencina.

Para completar este relato me he valido de las versiones de Don Bibiano Contreras y Don Francisco de Bartolomé recogidas del libro Hiendelaencina y sus Minas de Plata, que fue publicado en 2008 por Don Abelardo Gismera Argona y de las leyendas que mi abuelo me contaba en mi infancia y que hoy en día, aunque muy vagamente, aún…

Recuerdo los cantos de cuarzo tallado
por más de mil grados en la Era Primaria
igni y orogenia quisieron formar,
extraídos ellos por manos mineras
a las escombreras allí iba a buscar.
Recuerdo las casas de piedras en ruinas
las huertas labradas calles empedradas,
el roce de cascos que contra las rocas
con ruidoso paso las mulas hacían
subiendo la calle de Santa Cecilia
llegan a la fuente para allí abrevar.

                                                          Autor: Luis Monje

A mediados del segundo decenio del siglo XIX, año arriba año abajo, llego a las costas del levante español un gentil napolitano llamado Vicenzo Fortuni quien contrajo nupcias en Yecla con una vecina del lugar.

Al poco tiempo trasladó su residencia a un pueblo de la zona norte de Guadalajara llamado Pálmaces. Allí desempeñó su oficio de hojalatero, que a la postre, compaginó con el de platero al encontrar un yacimiento de plata. Tal hallazgo se produjo, por mediación de un vecino conocido por “El Perucha”, de un lugar cercano qué, en el camino de Pálmaces a Congostrina, se encontró con el hojalatero que regresaba con sus herramientas a lomos de una mula, una vez terminada su gira de trabajo por los pueblos de la zona. “El Perucha” le propuso intercambiar dos celemines de trigo y una pequeña roca que acababa de encontrar en el lugar de procedencia, de unas características especiales y poco vistas, por la reparación del asa de una sartén. Fortuni accedió al trueque, con otra condición, que le dijese el lugar en donde había encontrado dicha “piedra” que prácticamente en su totalidad era de plata, cosa que, evidentemente era desconocida por el lugareño, quien indicó a Fortuni sin ningún reparo, el lugar de su hallazgo.

De esta forma, uno se llevó la sartén reparada y el otro el nombre donde encontrar más mineral igual que el obtenido por la reparación. Dicho paraje era denominado como Canto Blanco en Hiendelaencina.

Hasta entonces, se había dedicado a aumentar su corta renta con malas artes, ayudado de su don de gentes, su meloso acento y su dicharachera verborrea en la utilización de su oficio de platero hojalatero para engañar, entre otros, al párroco de Villares o al Ayuntamiento de Gascueña.

Según la leyenda, una vez “descubierta” la beta a cielo abierto, su ambición y sus pocas o ninguna gana de complicarse la vida en registrar su ubicación y buscar inversores, le llevó a dedicarse a la explotación clandestina del yacimiento. Con un hornillo y la caja para el vaciado acuñaba monedas con la plata que de él extraía, pero a la postre le salió caro su proceder.


Aunque la forma de blanquear las monedas falsificadas era relativamente segura, al ir desprendiéndose de ellas, poco a poco, en los diversos lugares por donde pasaba realizando su trabajo, finalmente cometió un grave error. Un amigo y vecino de Pálmaces al cual le debía algún que otro favor, le pidió que le prestara unas cuantas monedas de plata que le faltaba para completar la recaudación de la cual era responsable, pues se las había gastado sin tiempo para su reposición. Fortuni se las prestó y una vez entregada la recaudación en la Administración de Guadalajara, inmediatamente se levantaron pesquisas al comprobarse la falsificación de parte de la recaudación entregada.

Mandado apresar y condenado a cuatro años de cárcel por el Juez de Jadraque el reo conocido como Vicente Fortunato fue conducido el 28 de julio de 1829 al penal de Málaga.

Aquí debería de acabar la historia de Fortunato pues, posteriormente a su liberación, fue perdida su pista al haber marchado con toda probabilidad al país del que procedía.
La leyenda dice que, por mediación de un funcionario de prisiones, Fortunato se puso en contacto con Don Pedro Gorriz a quien le dio una muestra de la beta de plata pura, haciéndole saber que era conocedor del lugar donde se encontraba un rico y basto yacimiento a cielo abierto. La propuesta del hojalatero fue que si le hacia las gestiones oportunas para el indulto de la pena que le restaba por cumplir, le haría conocedor de aquel lugar que está:
En un rincón de Castilla junto a unas ruinas yertas, reinando en horizonte altiva al pie de una sierra esbelta, entre Ocejón y el Otero, allá ese pueblo se encuentra…


Actualmente, existe un monolito ubicado en la plaza Mayor del pueblo de Hiendelaencina y que, originariamente, se hallaba en el lugar donde se cree que se encontró la primera pieza de plata nativa, en el camino de la Perla a la mina de Santa Cecilia.

La historia, a partir de ahí ya se encarga de registrar oficialmente que el descubridor de dicho lugar, de fecundos yacimientos de plata y otros metales menos nobles, le cabe el honor de ser a Don Pedro Gorriz Artacoz, que en uno de sus recorridos por la zona norte de Guadalajara se “tropezó” con una veta a cielo abierto en aquellos bellos y ocultos Parajes de la Sierra Norte.

Semblanza y andanzas de Don Pedro Esteban Górriz Artázcoz, “redescubridor” de las minas de Hiendelaencina.

 Del libro “La plata en las minas de la Alcarria”



Realmente poco queda por decir, de nuestro buen amigo y personaje un tanto peculiar, Don Pedro Górriz en su papel de “redescubridor” del complejo minero de Hiendelaencina, pues es bien sabido que ya eran conocidas estas minas en tiempos de la época del Imperio Romano, porque poco también es lo que sabemos de sus posteriores andanzas hasta el fin de sus días. No obstante, y conociendo la forma de ser del personaje presumimos que no estaría inactivo mucho tiempo. Solamente sabemos, por ejemplo, que en el año 1858 registró una mina de azogue en Arive, Navarra a la que denomino “Santa Cecilia de Navarra”.
Sabemos también que fue concejal del ayuntamiento de Pamplona en varias ocasiones y tenemos conocimientos de que el Sr. Gorriz fue Presidente de la “Cruz Roja” de Navarra, como lo demuestra el acta de la sesión inaugural, celebrada el 5 de julio de 1864.
El día 1 de octubre de 1865 aparece el primer número del que probablemente sería el también primer diario pamplonés, titulado “El Progresista Navarro” escrito en tamaño folio y a cuatro columnas, apareciendo como director, al tiempo que como poeta y autor dramático, este antiguo subteniente del ejército y ocasional correo entre Espoz y Mina, el mismísimo Don Pedro Górriz. Como quiera que el mencionado periódico aparecía ante sus lectores como portavoz del progresismos, ello sería determinante para que su vida fuera un tanto lánguida y efímera.

Debido a tal echo, el 31 de octubre de 1865, el obispo Uriz y Labeiru advertía contra el periódico en un Aviso Pastoral, sobre la difusión de ideas revolucionarias a las cuales criticaba de franco-masónicas y anticatólicas. Su disconformidad con el Prelado, llevó al diario a contestar de forma más enérgica todavía, nuevamente proclamando la libertad de conciencia sexual, de cultos, de enseñanza, el estado aconfesional, y el desacato a la autoridad del Vicario de Jesucristo, con marcadísimas tendencias al cisma y a la herejía, supuesto queda cual fue el final del periódico con tamaño bagaje en su andadura. 

Se sabe por documentos de la época que Don Pedro Esteban Górriz y su esposa Doña María Moreda Tuvieron un Hijo barón el cual fue poeta, y prolífico autor teatral del género chico, como muestra valga este botón en forma de poema.

Más glorias hay en los hechos
De los hijos de Navarra
Que robles sus montes crían
Y arena el Ebro arrastra.

Pamplona tiene jardines
Y Tudela su mejana
Pero valor y virtudes
Las tiene Navarra entera.

Y ya volviendo a lo que nos ocupa, sabemos que Don Pedro Esteban Górriz Artázcoz murió en el año 1870.
Siempre que se intenta saber algo más de él, sobre todo en su última etapa de la vida, se encuentra una laguna insalvable. Dado su carácter inquieto y emprendedor, a buen seguro que antes de la crisis y paralización definitiva de la explotación de las minas, este hombre debió de haber hecho ya un buen capital el cual cabe duda que lo derrochara en sus escarceos políticos donde se han encontrado algunos rastros de su actividad, como es en Ayuntamiento de Pamplona, Cruz Roja de Navarra o en el campo de la información escrita.


LA CRUZ DE LA MINA RELÁMPAGO


Una de tantas historias que se cuentan de la Guerra Civil Española por estos parajes, con el tiempo se va haciendo leyenda y es la referida a la cruz que todavía se puede ver en el pozo Relámpago en el camino a San Carlos.

Por el motivo de haber sido durante mucho tiempo una de las líneas que separaba ambos frentes, según a quien escuches te podrá dar una u otra versión de los hechos acaecidos y por los cuales existe dicha cruz, unos cuentan que fueron ejecutados unos falangistas y arrojados al pozo y otros que la guardia mora que ocupó durante un tiempo el pueblo ejecutó a republicanos siendo el destino de sus cuerpos el mismo que el anteriormente descrito.

Como todas estas leyendas que van fraguando el tiempo, la verdad suele ser más trivial y menos novelesca.

Según cuenta uno de los vecinos más documentados que conozco del pueblo, José Salvador (Pepe Salvador), lo único de cierto referente a lo ya expuesto es que Hiendelaencina era la línea de separación de ambos frentes por lo que continuamente existían escaramuzas entre uno y otro bando, en el caso que nos ocupa, la historia comienza uno de esos días en el que desde el bando nacional que tenía su centro de operaciones en Atienza bajó un destacamento a realizar una incursión a la línea que separaba el frente republicano del frente insurrecto, con tal mala suerte para ellos, que emboscados en la carretera entre las escombreras de las minas de Hiendelaencina y Robledo, les estaban esperando un pelotón de milicianos. En la refriega cayeron dos soldados del bando rebelde y una vez dada la orden oportuna por el jefe del pelotón al retén de guardia de enterrar los cadáveres, los soldados vieron que la mejor tumba que podrían tener aquellos soldados era el pozo de San Carlos, y de paso evitarían las consabidas y molestas excavaciones.

Según Pepe Salvador, hasta hace relativamente pocos años, todavía bajaban desde Atienza los familiares a visitar la tumba en fechas señaladas y se podía apreciar la inscripción en la base de mármol de la blanca cruz. Hoy en día parece ser que aquellos vestigios desaparecieron y solo queda una historia y varias leyendas de los hechos, como el resto de aquel pasado, se va difuminando en el tiempo y los libros nos dejan la fría historia que unas veces son más ciertas que otras, según quien las narre y desde que punto de vista lo haga, pues por regla general, como dijo su anónimo autor. “La historia la escriben los vencedores”.

En homenaje a uno de tantos perdedores de aquellos fratricidas días, mi abuelo Mariano Bruna, añado una modesta contribución de la pequeña historia de aquellos lejanos tiempos, vividas por este personaje oriundo de Hiendelaencina  y transmitida en versos.

Presento aquí con honores las sombras y las verdades
de recuerdos y visiones de vidas infatigables
de aquellos que con sus dones fueron seres entrañables.
Con versos y mil amores, relato sus dignidades.

En un casillo de piedra con una gruesa pizarra
en una villa pequeña rodeada de montañas
a la puerta un haz de leña y lazos para alimañas,
un perro cachorro medra tumbado junto a la parra.

Son nueve los moradores, entre el perro hijos y madre,
cuatro pequeños varones, tres, hijas angelicales
viven con sus ilusiones con sus huertos y animales
trabajan de agricultores esperando llegue el padre.

Labra el mayor la parcela, los medianos en la espalda
llevan la mies a las eras, el pequeño pone trampas
y juega en las escombreras con su peonza y estampas,
cuando sale de la escuela va en busca de su esmeralda.

La moza a servir se pone, cocinando ella se vale,
la mediana sus opciones son marchar a otros lugares,
la pequeña de ambiciones sueña con grandes telares
sus labores la dispone, de su casa apenas sale…


Largos años en mil guerras más de doscientas semanas
en el penal de Figueras con la muerte conmutada.
Aunque cayesen fronteras quedó esa puerta cerrada;
hay vidas que son muy perras, ¡más si son republicanas!

Cruza valles, ríos, montes, por caminos y ciudades
después de días y noches pone fin a un largo viaje;
el zurrón ya sin reproches, una historia, su equipaje
buscando sus horizontes, atrás dejó libertades.

Cerca ya de La Revuelta, afanado en la Cerrada
viendo un joven que sospecha, le hace que vuelva la cara
preguntando a quien barbecha por el que allí cultivara.
-De la guerra está de vuelta, esperamos su llegada-.

-¿¡Hijo ya no me conoces!? Soy yo, tu esperado padre,
partí cuando erais menores, regreso y tú ya eres grande,
dejé aquí mis ocho amores ¡Si Dios hay me lo demande!
En noches negras y atroces os soñé junto a tu madre-.

-A su imagen me recuerda, le llevé siempre en el alma
la memoria siendo buena mi edad era muy temprana;
vamos padre ya a la cena que le espera su serrana.
Ella si, de usted se acuerda las largas noches de calma-.



Este otro relato que a continuación presento en un soneto, ocurrió varios años después de la contienda y está basado en uno de tantos acontecimientos diarios de aquella época, creo que algunos conocen la historia del personaje en el cual está basado; no es preciso dar más detalles de los necesarios.

El nogal

En el poyo a la sombra del nogal
se sentaba la anciana contemplando
por la calle Mayor correteando
el pasar de la tropa colegial

Caramelos oculta el delantal,
les ofrece a la vez que van gritando
y entre insultos la irán menospreciando
sin respeto y con falta de moral.

Todo aquello en el tiempo dejaría
un oscuro y sombrío caserón
con un pozo manando su agonía.

Desde entonces quedó la tradición
del nogal que alimenta su elegía
dando nueces amargas del perdón.




EL TESORO DE LA SIERRA POBRE
Un paseo por las minas de plata que revolucionaron en 1844 este pacífico pueblo del noroeste de Guadalajara


Por Andrés Campos


La Suerte, La Fuerza, La Salvadora, La Constante, La Verdad de los Artistas... son los nombres –prometedores, brillantes y sonoros, como los bautismos de las locomotoras o de las 'bailaoras' flamencas– de algunas de las muchas minas que a mediados del siglo XIX convirtieron el término de Hiendelaencina en un monumental queso de Gruyère: nada menos que 200 pozos se abrieron en busca de la que se dice que era la plata de mayor calidad del mundo y que la naturaleza, como para despistar, había ido a esconder entre las oscuras pizarras de estas paupérrimas y, hasta aquel entonces, ignoradas serranías del noroeste de Guadalajara.

                                                    Fotografía de Andrés Campos

Fue descubrirse en 1844 el llamado Filón Rico –3.000 metros de largo, 400 de profundidad y 25 centímetros de potencia media– y Hiendelaencina pasar de cien a 5.000 habitantes, siendo rápidamente sustituido su nombre por el antonomástico de Las Minas. La fiebre era tal que en la mina Santa Teresa se llegó a 550 metros de profundidad y a unos incómodos –sobre todo, para picar– 47 grados de temperatura. Sólo de La Constante se sacaron 280.000 kilos de plata, que fueron a parar a la Casa de la Moneda de Madrid; abandonada en 1879, hoy es un poblado fantasma –oficinas, casas de ingenieros, comedores, hospital...– entre montones de ganga renegrida.
Igual que apareció, el Filón Rico se esfumó en 1866. Hasta bien entrado el siglo XX, se rebuscaron restos de mineral entre los viejos escombros, removiéndolos varias veces, piedra a piedra. Y hubo incluso quien en 1984, aprovechando el alza del precio de la plata, intentó recuperar el pozo Santa Catalina, pero la subsiguiente caída frustró el plan. Así, a pesar de que se sabe que queda tanta plata en el subsuelo como la que se extrajo desde 1844, Hiendelaencina vuelve a ser un pacífico pueblecito de 150 habitantes consagrados a su Pasión Viviente, sus ovejas y su dulzaina, que suena desde mucho antes, y con más constancia, que la flauta de la plata.
Una sencilla ruta circular por las minas que yacen abandonadas al sur del pueblo comienza en la plaza donde se alzan la iglesia y el monolito que rememora el hallazgo de la primera mina de plata del término “por don Pedro Estevan Góriz en 2 de junio, año de 1844”.
De esta plaza salimos por la calle Jardín y seguimos de frente por una pista de tierra que pasa junto al cementerio y un grupito de chalés, observando en lontananza el embalse de Alcorlo, donde espejean las aguas represadas del río Bornova, afluente del Henares. Así llegamos, en cosa de 20 minutos, a las ruinas de la mina Santa Teresa, de la que sólo quedan los muros, los lavaderos, los hornos y la boca del pozo donde, por aquello del grado geotérmico, los mineros debían de sudar más que los pinches de Pepe Botero.

                                   Fotografía de Andrés Campos

Tomando como referencia la mina San José –un edificio de ladrillo y una torrecilla blanca, visibles a un kilómetro largo hacia el sureste–, bajamos a través de un precioso conjunto de apriscos de pizarra para cruzar el arroyo de Cal por un bucólico soto de robles, sauces y álamos. Y ya en lo más alto de la ladera contraria, damos con un camino carretero que, siguiéndolo a la derecha, nos lleva hasta las minas La Fuerza y La Malanoche, donde se cumple una hora de marcha. Impresiona, sobremanera, la primera, con su gran nave de planta circular, mampostería de pizarra y arcos de ladrillo en los vanos, de un estilo que podríamos llamar arquitectura negra industrial.
Sólo nos resta volver atrás por el mismo camino carretero y, nada más pasar junto a la mentada mina San José, desviarnos a la izquierda por otro menos marcado que corre directo hacia Hiendelaencina, cuyo caserío parduzco se recorta contra el níveo telón de fondo de las sierras del Alto Rey y la Bodera. Llegando al pueblo, nos asomamos a los pozos anegados de las minas La Malhuele y La Salvadora. En esta última, sobre las pútridas aguas, flota la osamenta de una oveja perdida, como la edad de plata de Hiendelaencina.


Sobre las minas de plata de Hiendelaencina
Del Blog “La Alcarria obrera”


En su número dos, correspondiente al 6 de mayo de 1846, el periódico El Buen Deseo de Guadalajara publicaba un extenso artículo que repetía, en muy buena medida, lo escrito en El Universal del 4 de marzo de ese mismo año por Luis de la Escosura, por entonces director técnico de alguna de las minas alcarreñas y que con el tiempo llegó a ser presidente de la Junta Superior Facultativa de la Minería y senador del reino. Hiendelaencina se convirtió, de la mano de la extracción minera, en un próspero foco industrial y en un activo centro de acción obrera de indudable importancia, sobre todo en una provincia agraria como Guadalajara. El movimiento obrero provincial escribió allí sus primeras páginas. La debilidad del capitalismo español, puesta de manifiesto en el artículo, impidió la consolidación de la industria en Hiendelaencina, que pocas décadas después volvió a ser una aldea perdida en tierras alcarreñas.



Dicho artículo decía así:

Cumpliendo lo que prometimos en nuestro prospecto, vamos a ocuparnos hoy de un asunto que tiene en expectación a la provincia, y ha excitado el interés de la España entera. Conocido es que nos referimos a los ricos veneros metálicos descubiertos no ha mucho en Hiendelaencina y otros pueblos de los partidos judiciales de Atienza, Sigüenza, y Cogolludo, que prometen una nueva era de prosperidad para la Nación, y utilidades sin cuento y de muchas clases al país en donde la providencia ha encerrado tantos tesoros. Este es la provincia de Guadalajara.
A parte de las minas de carbón y cobre que con varia fortuna se están explotando hace algunos años en Tamajón y Molina, y que por efecto del nuevo furor minero no dudamos que se aumentaran, y que tal vez se realicen descubrimientos más importantes; el hallazgo milagroso, porque tal le creemos, de Hiendelaencina, al paso que ha sido el heraldo de la avaricia particular, es un acontecimiento, que en nuestro concepto, hará época en la historia de la prosperidad nacional, y muy señalada en la de la riqueza de esta provincia, que está ya hace algunos meses tocando sus ventajosos resultados.

La aparición, el impulso o desarrollo de toda industria nueva produce siempre intereses hasta entonces desconocidos o abandonados, que si para la generalidad de las gentes pasan desapercibidos, el ojo previsor del hombre entendido los ve a larga distancia y los calcula en todas sus diferentes combinaciones. Esta regla es menos aplicable a la industria minera que a otra, por que como a nadie es desconocido el valor de los metales y más principalmente de los llamados preciosos, allí donde se sabe, o se cree su existencia, naturalmente acude el interés individual, móvil principal, como se ha dicho perfectamente, de todas las acciones del hombre. Exige por otra parte pocos conocimientos y cálculos y combinaciones adquirir mucha plata u oro en abundancia para los que piensan, como el vulgo, que, estos metales se encuentran en las entrañas de la tierra, sino acuñados, en barras por lo menos, y que no hay más que hacer excavaciones, y cargar los mulos y ser rico. No hace muchos meses que al borde de uno de los mejores pozos de Hiendelaencina oímos explicarse así a uno de los interesados. Esto prueba, al paso que una cándida ignorancia, lo que dejamos indicado arriba, que esta clase de industria, desde el momento en que se cree existente en un punto cualquiera, extiende rápidamente su mágica influencia envolviendo con un frenesí inexplicable al tonto y al discreto, al pobre y al rico, al grande y al pequeño, a todos en fin, porque a nadie conocemos que no desee adquirir o aumentar riquezas. Nuestro carácter nacional se presta más también a lo maravilloso que a lo exacto. Y como si esto no fuera bastante, la tradición de los antiguos tesoros que los romanos encontraron en nuestro suelo, han vulgarizado, por decirlo así, la creencia de que en cualquiera parte pueden hallarse en abundancia. El descubrimiento de un nuevo mundo vino a fijar de un modo indeleble en el corazón de los Españoles este sentimiento general, de manera que desde entonces hasta ahora las palabras América, Minas, Tesoro, etc. no han significado más que una sola idea, la de la opulencia rápida y a poca costa. Es verdad que no se repara más que en los favorecidos por la fortuna, desviando la vista de los infinitos a quienes despeñó su inconstante rueda; pero este es achaque común de todas las demás cosas, a la manera que el médico no recuerda más que al enfermo a quien salvó, ni el soldado tiene presente a otro que al que clavó su lanza en el muro enemigo sin advertir los que cayeron en el foso. Con varia fortuna, siguiendo nuestro propósito, se han explotado en la mayor parte de nuestras provincias minas diferentes, más o menos ricas, habiendo quedado muy reducido su número y casi en el abandono esta industria en el presente siglo; así lo prueba, entre otros datos, la vigente legislación del ramo, insuficiente en el día, en concepto de todos, para atender a todas las necesidades a que pudo bastar en el año de 1825. El nombre de Almagrera se ha hecho demasiado célebre en los fastos de la minería española, y acaso estén destinadas para llenar en los mismos una página más brillante las sierras de Atienza entre las que sobresale el punto de Hiendelaencina, como Frayberg en Alemania, con quien científicamente se le ha comparado.


                           Schacht Alte Elisabeth (Freiberg)

Para tener a nuestros lectores al corriente de lo que el tiempo y los esfuerzos de las compañías formadas o que se establezcan, van dando de sí en materia tan importante para nuestra provincia, manifestaremos cuantos datos y noticias se nos comuniquen por las sociedades o particulares interesados en que se dé publicidad al estado, esperanzas o productos de las pertenencias respectivas, a quienes con la mejor voluntad ofrecemos las columnas de nuestro periódico, sin otra retribución que la del franqueo de su correspondencia. Con respecto a las tres minas principales de Hiendelaencina, La Fortuna, Santa Cecilia y la Suerte, no carecerán nuestros lectores de ninguna de las noticias que reciba su Director, quien nos ha prometido facilitarlas. Y toda vez que hasta. ahora son estas minas las que más ventajas ofrecen y las más ricas del país, principiaremos a ocuparnos de ellas extractando la parte más notable del interesante artículo de su Director facultativo Don Luis de la Escosura, publicado en El Universal de 4 de Marzo último, porque es trabajo que en nuestro pobre concepto llena todas las condiciones apetecibles para formar una idea exacta de la importancia de este criadero, y al mismo tiempo porque en él se dan a conocer otras minas también de gran valor por su proximidad a las nombradas o por los filones que poseen.
Dice así el Sr. Escosura:
Por tercera vez tomo la pluma para hablar de un asunto que adquiere cada día mayor interés. Limitábanse mis observaciones en los anteriores artículos a las pocas varas escavadas en las minas de Santa Cecilia, La Suerte y La Fortuna; desenvuelta hoy a la vista de tan halagüeño horizonte una industria que en breve coronará los esfuerzos de muchos emprendedores, y será una de las más importantes de la Península, me hallo en el caso de presentar nuevos datos, y me lisonjeo de que mis apuntes serán esta vez más interesantes, y ofrecerán mayor seguridad a los mineros de aquel distrito.
La mina de Santa Cecilia en la que por dichos artículos sé sabe que el filón está reconocido en las 200 varas de longitud que comprende su pertenencia, se halla hoy a 57 varas de profundidad en el pozo maestro o de la plata; tiene otro pozo a 50 varas del primero que se sigue también trabajando y lleva 24 varas de profundidad. Ambos a dos verticales, caminan sobre el filón; el primero con las dimensiones adecuadas para pozo maestro, y el segundo con las de un pozo destinado a la ventilación de las labores y a auxiliar al maestro en casos de reparación; en el momento sirve para atacar el filón en dirección por dos puntos a la vez.
Del Pozo de la Plata parten dos galerías a 30 varas de profundidad que tienen hoy 20 varas cada una de longitud. Estas galerías deben ser el punto de apoyo para arrancar el mineral del filón hasta la profundidad de 30 varas. En la actualidad se construye un malacate, y en el espacio de cuatro meses, esta mina se hallará en el caso de extraer 4 a 5 mil quintales de mineral al mes; teniendo además los trabajos preparatorios bien fortificados para asegurar constantemente esa o mayor producción si necesario fuese.
Los trabajos de la Suerte se hallan a 40 varas de profundidad. El filón que en esta mina desapareció en el verano último, acaba de ser recobrado con creces por la excelente calidad de su mineral.


                                               Fot. Gonzalo García
La Suerte no tiene su filón superficial como Santa Cecilia en las 200 varas, pero nada creo aventurar, antes bien me lisonjeo de antemano con el triunfo, asegurando que la mina de la Verdad situada en los confines de la pertenencia de la Suerte, tiene descubierto el mismo filón que pasa por Santa Cecilia, por la Fortuna, y por la Suerte. Esto es lo que se esperaba, lo que debía suceder y por esto mismo no se cree...; porque debajo de tierra deben pasar cosas muy extrañas, y fuera de toda consecuencia lógica, cuando los incidentes casuales se toman por reglas generales, y se atribuye a caprichos de la naturaleza, la regularidad y orden de fenómenos sujetos a las leyes conocidas.
Trasladándome de nuevo a Hiendelaencina, observaré que en la Suerte además del pozo de 40 varas y de otros trabajos de reconocimiento, hay una galería abierta a 15 pies de profundidad que tiene 40 varas de longitud sobre el filón; de esta galería se han sacado preciosos cristales de bromuro de plata de color verde que no debe confundirse con el mineral terroso de color verde y amarillento, que son mezclas de cloruro y de bromuro de plata. Esta mina en el verano próximo, en cuya época el pozo maestro quedará definitivamente arreglado y establecido el malacate y un pozo de ventilación, podrá dar mensualmente la misma cantidad de mineral que Santa Cecilia.
La Fortuna que está a 35 varas de profundidad y en la que se han hecho otras labores de reconocimiento, debe dirigir inmediatamente sus trabajos sobre el filón con una galería a 30 varas de profundidad. Demostrada la existencia de este filón, y reconocida la naturaleza del mineral, queda todavía por resolver otra cuestión del mayor interés para el éxito de las empresas. ¿Cuál será el con tenido de plata, término medio, por quintal de mineral? Difícil es inferir por infinitos ensayos que se hagan, pero sin temor de cometer, grande error, puede asegurarse que el quintal de mineral limpio producirá, cuando menos, uno y medio a dos marcos de plata por quintal, siendo todo de la calidad del que hasta aquí se ha extraído.
Además de este filón hay en aquel distrito otro en Congostrina, descubierto en la mina de San José, el filón de la Mala Noche, y por fin el de San Juan Facundo, que es el que hasta ahora difiere más del de Hiendelaencina, pero que en profundidad será probablemente análogo.
Todos estos filones son paralelos. El de Hiendelaencina; el de la Mala Noche y el de San Juan Facundo, atraviesan las capas de gneis levantadas; el de San José de Congostrina que atraviesa las capas de pizarra micácea también sublevadas, está reconocido en una longitud de 20 varas y a la profundidad de 35; y a juzgar por la dirección observada en tan cortos trabajos, debe pasar por la pertenencia de la Emilia y de algunas otras demarcaciones situadas a la inmediación de San José. Se pretende que el de San Juan Facundo ha desaparecido, lo mismo que se creía de San José; y aunque me había propuesto no hablar de trabajos de .minas, siendo yo director de alguna de ellas, el interés mismo de los particulares me obliga a decir que tanto en las dos últimas como en la Mala Noche, las labores y la fortificación caminan sin plan alguno y sin el menor conocimiento de minas ni de criaderos. En la última, en razón de su posición topográfica, los trabajos deben limitarse a profundizar un pozo siguiendo el filón, mejor situado que el que hoy se halla ya definitivamente como pozo maestro y una galería horizontal desde el arroyo siguiendo las inflexiones también del filón. En San José debe profundizarse el pozo, que desde un principio debió abrirse sobre el filón siguiéndolo a mayor profundidad, y a una altura conveniente establecer galerías de reconocimiento. Apenas habían empezado los trabajos en San Juan Facundo, cuando yo visité aquella mina; mi opinión en consecuencia sobre la marcha que debiera adoptarse sería aventurada.
Todos los trabajos que se emprendan en aquel distrito sobre filones de barita, cuya dirección sea próximamente E. O., deben ser productivos aún cuando en la superficie y a cortas profundidades sean estériles. Es muy posible que también se encuentren filones en dirección diferente, y cuya ganga sea cuarzo o espato calizo, o espato flúor, o bien brun spath como en el Haratz; pero hasta ahora no hay dato ninguno en apoyo de semejante conjetura. Todo el afán de los mineros debe limitarse a reconocer los criaderos en profundidad y en dirección, sin buscar cambios bruscos de dirección ni aparición de nuevos filones, porque esto es contrario al origen y formación de los filones. En efecto, la dirección, la inclinación y cuantos accidentes pueden ocurrir en la marcha de un filón, son enteramente independientes del rellanamiento; es decir, de la posición y naturaleza del mineral que contiene; éste es consecuencia o efecto secundario de la aparición de una roca volcánica, de los pórfidos, por ejemplo en Hiendelaencina, lo mismo que en Freyberg, al paso que el espacio, es decir, la dirección e inclinación del filón son precisamente efecto de un agrietamiento en épocas tranquilas en que nada alteraba el reposo de la tierra en aquel punto, y cuando las rocas presentaban cierta resistencia; por cuya razón estas grietas son regulares comparadas con la magnitud del globo, como ha podido observarse en nuestros días en aciertos puntos de América, en donde después de un terremoto o la extinción de un volcán, los terrenos se han agrietado lo mismo que el de Hiendelaencina, Frayberg y otros. Ramales de una grieta principal se conciben y a cada paso se encuentran; testigos el pozo de Canto Blanco, de Santa Cecilia y los ramales de la Fortuna; pero dos grietas distintas y paralelas en el espacio de 10 o 12 varas, es muy difícil de concebir. Por el origen mismo del rellanamiento de filones, se concebirá fácilmente cuan aventurado es formar juicio acerca de la riqueza de un criadero a cierta profundidad. La masa principal de un filón no es casi nunca el mineral beneficiable y de esa únicamente se puede responder hasta cierto punto; pero admitiéndose por la estructura en bandas y la cristalización de ciertos compuestos que los minerales se han depositado por emanaciones lentas y periciales ¿qué dato hay para saber si en un punto se han acumulado más minerales que en otros y si este punto está próximo a la superficie de la tierra? Por el hecho mismo de que los filones se han rellenado de abajo arriba, es creíble que en la superficie no sean tan ricos como en profundidad; pero dejando toda conjetura a un lado, vengamos a los hechos. Se conocen filones muy ricos en la superficie y estériles a cierta profundidad. Los mineros alemanes pretenden que al nivel de las aguas o valles inmediatos a las minas empieza a encontrarse la riqueza. En algunos puntos de Francia, han esterilizado los criaderos a la altura de las aguas. Los filones de poca potencia suelen ser los más ricos en el Hartz y otros puntos, en Almadén la potencia y la riqueza del mineral aumentan en razón directa. Sin salir de Hiendelaencina y para acabar, nada se aventura en asegurar que si la mina de la Fortuna tuviera a todas profundidades, el mineral que se encontró en la superficie, ella sola hubiera podido dar más plata anualmente que todas las minas del mundo reunidas; y que si la suerte sigue dando el mineral que hasta el día, es decir, a las 40 varas de profundidad, será sin disputa la primera entre las de plata, como Almadén entre las de azogue.
Merced al contrato celebrado entre las sociedades de Santa Cecilia, la Suerte y la Fortuna y el Sr. Pollard, en el que me honro de haber tenido una parte aunque pasiva, los resultados dentro de algunos meses deben resolver el problema para los que prudentemente no han fijado por completo su opinión. Entre tanto motivo de halagüeña esperanza, acaba de resolverse desfavorablemente una de las cuestiones más interesantes para la prosperidad de Hiendelaencina. Debiéndose unir las tres minas de La Suerte, Santa Cecilia y la Fortuna, formando una sociedad cuyas labores, máquinas, edificios, oficinas, empleados, etc. fueran todos unos, razones poderosas por una y otra parte imposibilitan por ahora tan ventajosa alianza. Los gastos de explotación deben aumentarse considerablemente, y las utilidades disminuir en la misma proporción; pero es de esperar que convencidos más tarde unos y otros de esta verdad, sea más posible la realización de un contrato.



Entretanto ya he dicho que el terreno de Hiendelaencina es metalífero y que la experiencia lo acredita. En todas las minas deben mirar sus labores como puros reconocimientos, y dejando aparte malas rutinas y sentenciosos consejos, reconocer. los filones con pozos que sigan su inclinación a la mayor profundidad posible, y ya desde fuera, o ya partiendo del pozo galerías en dirección. Lo ocurrido en la Suerte es muy notable y aunque el problema era difícil por ser el filón vertical; puede servir para demostrar que los filones no acuñan como vulgarmente se cree, sino que o no es posible, o no se acierta a encontrar su continuación; y así dice un autor conocido; y nosotros somos de su opinión, que hay filones que esterilizan más o menos y se tienen que abandonar, pero que todavía no se ha llegado en ninguna mina al límite inferior de un filón; y sin salir de España las de Guadalcanal, las de Galallo en Córdoba, y algunas más, pudieran suministrarnos terminantes ejemplos.


Soneto a Hiendelaencina

Honroso expone al pie de la montaña
Innumerables glorias del pasado
El lugar que en sus tierras ha gestado
Nativo cual metal entre su entraña.

De su leyenda al pueblo le acompaña
Entre piedra y pizarra que han quedado
Las minas de argentífero legado,
Al ser las más fructíferas de España.

El pasado y la historia nos dejó
Numerosas herencias de un ayer
Construcciones que el tiempo abandonó.

Imágenes de tal acontecer
Nos dicen cuándo y cómo comenzó,
Aquel intenso y rico renacer.



CAPÍTULO V

Estudios de interés
Con relación a Hiendelaencina y su comarca se han escrito diversos estudios relacionados con el entorno, sus minas, su historia y sus costumbres. Expongo a continuación uno de ellos, creo que a la vez que es interesante, está amenamente expuesto; más una breve historia del patrimonio de la Iglesia de Santa Cecilia.

EL PLAN DE MUSEALIZACIÓN DE HIENDELAENCINA GUADALAJARA

Por la Sociedad Española para la Defensa del Patrimonio Geológico y Minero


 
                                                                                          Autor:Jardtarchitect         

INTRODUCCIÓN
Hiendelaencina y sus pueblos limítrofes tienen una ubicación geográfica privilegiada, situados al pie de la Sierra del Alto Rey, junto al pequeño cañón del río Bornova. Es una región que por su riqueza natural y sus valores socioeconómicos ha sido incluida dentro de la planificación del “Parque Natural de la Sierra Norte”.
Aspectos como vegetación, fauna, geología, hidrología, paisaje o el patrimonio cultural con “La pasión viviente” y el tramo tercero de la ruta turística “Camino del Cid” están entrelazados en perfecta armonía, formando un conjunto muy especial.

Dentro de este conjunto la geología destaca de forma singular.

El uso extendido de la pizarra en la construcción ha provocado que los pueblos de la zona se engloben dentro de la denominada “Arquitectura negra”, y por su pasado minero al municipio se le conoce como “Las Minas”. Un lugar donde se localizan los restos de las que fueron las minas de plata más importante de España en toda su historia, extrayéndose más de 500 toneladas en menos de 150 años.


Hace millones de años fenómenos volcánicos y subvolcánicos dejaron su huella en esta tierra. El magmatismo dejó como regalo filones ricos en metales preciosos, con la plata como principal elemento. Su aprovechamiento comenzó en la segunda mitad del siglo XIX, la actividad minera de Hiendelaencina se desarrolló hasta finales del siglo XX, siguiendo diferentes fases de explotación.

Amplias plazas, largas calles y una monumental iglesia denotan lo que en su día fue una población que albergó casi a 5.000 habitantes a finales del Siglo XIX, cuando las explotaciones mineras estaban en su apogeo.

Las instalaciones actualmente se encuentran abandonadas, pero quedan los edificios que evidencian el esplendor minero, que no pueden caer en el olvido ni seguir soportando los saqueos y expolios a los que se han visto sometidos en las últimas décadas.
Sin duda, la geología, el paisaje y la biodiversidad forman un potencial turístico que hay que desarrollar y dar a conocer. De esta manera se plantea no sólo musealizar las minas, sino incluir en el proyecto todo el término municipal de Hiendelaencina.


EL PLAN DE MUSEALIZACIÓN DE HIENDELAENCINA



El interés por la conservación del patrimonio industrial en general y el geológico y minero en particular se viene observando desde hace muchos años. Aunque el fenómeno de la arqueología industrial comienza hace dos siglos, es en los años 70 cuando se empieza a investigar, analizar, registrar y preservar sus restos materiales. A partir de entonces comienzan a crearse asociaciones internacionales encargadas de velar por su conservación y empiezan a fijarse protocolos de actuación conjuntos. 
Todas las organizaciones, unidas en una federación europea, han solicitado al Consejo de Europa, la Unión Europea y las organizaciones internacionales activas, iniciar una serie de actuaciones encaminadas a concienciar al público, las autoridades, las instituciones públicas y organizaciones no gubernamentales, de la necesidad urgente de salvar el patrimonio industrial y técnico de Europa. De esta manera se le otorga el lugar que le corresponde por su importancia histórico-científica que nos ayuda a comprender el desarrollo económico-social de los últimos siglos.


En 1972 el Convenio para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y
Natural de la UNESCO ya apuntó la dificultad e importancia que tiene la conservación de estos bienes cada día más amenazados. Se mencionan los bienes pertenecientes al Patrimonio Natural (yacimientos, entorno y medio natural) y Patrimonio Antropométrico (labores e instalaciones mineras). Gracias al Convenio de la UNESCO, se han incorporando paulatinamente a la Lista de Patrimonio Mundial muchos conjuntos minero-metalúrgicos. En Europa, desde finales del siglo XVIII y comienzos del XIX, se están llevando a cabo trabajos de conservación del Patrimonio Minero, mientras que en España, este movimiento no comienza hasta mediados del siglo XIX. Hoy día en distintos países europeos podemos contabilizar al menos quinientas explotaciones antiguas que se han transformado en museos de la historia de la minería, áreas naturales protegidas, parques de recreo, etc., siendo la tendencia actual la de reconstruir labores, edificios, equipos e instrumentos antiguos in situ, preservando el entorno natural y cultural y exhibiendo los objetos conservados en su contexto.


Recuperar la memoria histórica de las Minas de Hiendelaencina
entra dentro de esta dinámica, con unos objetivos ya marcados:
– Remediar la situación de abandono del patrimonio geológico y minero a través de su conservación y puesta en valor.

– Mejorar la situación medioambiental integrando el medio natural en el conjunto de la oferta turística y como parte importante en la comprensión del proceso industrial.

– Promover el desarrollo local transformando el conjunto del patrimonio geológico-minero en un espacio socio-cultural que demandaría una infraestructura más amplia y con más servicios. Se trataría de crear un polo de atracción turístico que promueve la implantación de otras actividades complementarias que generen riqueza en la zona.

– Evitar la degradación del entramado social, sirviendo como foco de atracción tanto para la población local como para el turista y fomentando la creación de empleo.

– Dar a conocer el patrimonio geológico e industrial a residentes y visitantes, potenciando la concienciación de la necesidad de proteger y conservar el patrimonio existente.

– Servir de ejemplo real y visitable para escolares y estudiosos que quieran profundizar en el estudio y el conocimiento de la minería de la plata.

Para conseguir estos objetivos en julio de 2009 se presentó el “Plan de musealización de Hiendelaencina”, en el cual se marcaron tres líneas de trabajo:

1º) El edificio-museo. Ya ha comenzado la edificación del museo, y el proyecto de dotación de contenidos fue presentado en noviembre de 2009. Se aprovecharán las instalaciones para dotar a Hiendelaencina de una oficina de turismo.
2º) Las rutas verdes. Combinando el valor natural del territorio con el valor geológico y minero. Todas las rutas dispondrán de señalética adecuada y paneles informativos. Un objetivo es dar a conocer el valor natural de la región por un lado, pero por otro es importante dar a conocer la influencia de los valores naturales sobre la minería. La orografía, el clima, el aprovechamiento de los recursos forestales e hidráulicos o el aumento de población, sin duda tuvieron sus repercusiones. Incluso el abandono de la agricultura y la ganadería a favor de la minería provocó cambios en la naturaleza. 


3º) El entorno minero. En Hiendelaencina hay bienes materiales suficientes para plantear su recuperación.


Se realizará un inventario y catalogación que a priori se pueden clasificar en:

- Pozos mineros.
- Instalaciones de lavado y flotación.
- Instalaciones de metalurgia.
- Instalaciones energéticas.
- Edificios de relevancia.

Con especial atención se considerarán los pozos históricos, como pueden ser Santa Cecilia, Santa Teresa, San Carlos, Santa Catalina. Y también se estudiará la posibilidad de recuperación de las instalaciones del lavadero del Sr. Ormaza. Por otro lado, y paralelamente al desarrollo de estas tres líneas de actuación, se realizarán los estudios necesarios para conseguir la declaración de Bien de Interés Cultural (B.I.C.).

Como valor añadido se realizarán dos estudios:
Posibilidad de acceder a las galerías para hacerlas visitables al público general.

– Posibilidad de convertir alguno de los edificios abandonados en Centro de Interpretación de la geología.

EL PROYECTO DEL MUSEO

El Museo de la Plata se convierte en el primero de los ejes de todo el plan de musealización. Tomando como referencia el edificio ya en construcción, se ha elaborado el proyecto museológico y museográfico de este espacio.

Fotografía del acceso a la planta alta del museo, donde 
se expone una vagoneta con mineral, traída de la
 mina Santa Catalina junto al póster de una galería.

El museo consta -pues ya es un hecho- con dos plantas de aproximadamente 90 m2 cada una. En la inferior se localiza la recepción, una tienda, un almacén, la sala de control y vigilancia, el despacho de dirección del museo, una sala de reuniones, la oficina de turismo del municipio y un salón de actos. La parte superior está destinada a la exposición permanente y a la biblioteca especializada en temática minera y geológica.

El área de exposiciones se divide en cuatro zonas temáticas:
1º) Zona 1: El mineral y la geología de Hiendelaencina.
2º) Zona 2: Del mineral al lingote.
3º) Zona 3: Los que arriesgaron el capital.
4º) Zona 4: Los que arriesgaron su vida.
Zona 1: El mineral y la geología de Hiendelaencina.

En la zona 1 se exponen una colección de minerales de Hiendelaencina (plata, pirargirita, acantita, mirargirita, freieslebenita, freibergita, estefanita, tetraedrita, proustita…). Pero también se describirá la geología de la zona diferenciando entre:


– Geología general: Metamorfismo (ortogneises “Ollo de Sapo”), vulcanismo andesítico, tectónica tardihercínica, geomorfología…



– La mineralización: Descripción de este yacimiento epitermal y de sus fases de hidrotermalismo; formación de los filones, especialmente el “filón rico”; distribución de los minerales de muro a techo en las diferentes litologías afectadas…

Se dará gran importancia a la explicación a la minería tanto como a la geología, dos disciplinas que en han de ir completamente de la mano en cualquier proyecto minero. Saliendo de la zona 1, en el centro de la sala, de instalará una maqueta representando Hiendelaencina y su red de galerías subterráneas:

En esta zona existirá un pequeño espacio para hablar de las distintas fases de la exploración minera, destacando la efectuada por el Instituto Geológico y Minero de España entre 1969 y 1972.

El informe de esta explotación recoge los resultados de 15 sondeos llevados a cabo sobre la zona occidental del filón, concluyendo que «si se pudiese establecer una ley de proporcionalidad en la Mina Santa Teresa, inmediata a la zona que se estudia, y el volumen de mineral de este filón, se podría considerar que la cantidad de plata aquí encerrada sería de 320 a 350 toneladas» (ITGE, 1972). En el mismo informe también hace referencia a la posibilidad de que exista mineralización de plata de tipo catatermal entre los 600 y los 1.000 m de profundidad, lo que ampliaría la zona explorable del filón en unos 46.000 m2.

Zona 2: Del mineral al lingote
En la zona 2 se tratará el tema “del mineral al lingote”.
Se explicarán las distintas metodologías de explotación y transformación que se aplicaron en las minas de Hiendelaencina.


La explotación de los primeros años consistió, básicamente, en construir un pozo maestro desde el cual partían galerías estrechas a diferentes alturas y siguiendo las direcciones de los filones. El mineral se arrancaba a pico y se usaba poco explosivo. El minero llevaba el material hasta un torno ubicado en el pozo maestro.


                                                                         Autor: Luis Monje

Presentación de informe-memoria con las propuestas de ámbitos de protección e incoación como BIC del patrimonio minero de Hiendelaencina.

– La Delegación Provincial de la Consejería de Cultura, Turismo y Artesanía de la JCCM resuelve la incoación o no de los elementos propuestos enviado. En caso de ser afirmativo envía un informe a la Comisión de Patrimonio.
– La JCCM resuelve la declaración del bien como BIC. Galerías subterráneas.
Se investigará la posibilidad de visitar las galerías, dado el interés pedagógico de la visita. Para ello se realizará un análisis de la información y documentación técnica existente de las minas, para sobre plano poder definir que bocas de minas serían las más adecuadas para acceso turístico cumpliendo las normativas de seguridad. Una vez escogidas estas “Bocas” se inspeccionarán por un equipo de profesionales. Inicialmente se estudiarán los accesos horizontales, y si la investigación no fuera fructífera se estudiará el acceso a través de pozos verticales. 

Los pozos verticales tienen un acceso complicado que eleva los costes y la no existencia de galería de emergencia a pie imposibilitaría cualquier planteamiento turístico. Se prioriza por lo tanto la búsqueda de una galería horizontal con acceso seguro.


En lo posible, con los equipos de rescate autónomos se accederá a estos socavones para poder determinar las condiciones de sostenimiento y de seguridad de las galerías y las labores a realizar para asegurar su estabilidad.


                                  Autor: Pablo Antonio Fernández Padilla  



Mi pueblo

En un rincón de Castilla
junto a unas ruinas yertas,
cerca de una cumbre altiva
y al pie de esa sierra esbelta,
entre Ocejón y el Otero
allá mi pueblo se encuentra,
en otros tiempos testigo
de la actividad minera,
con la emigración se fue
el cultivo de la tierra.

Mas bajando por Casillas
en Atienza descansó,
entre Robledo y Las Minas
mirad con mucha atención,
las huellas de un tal Rodrigo
por este lugar pasó,
señor de un reino sin trono
que al destierro le llevó
siendo vasallo oneroso
de un deshonroso señor.

Allende en la encina está
en la meseta ancha alzado,
aguas del río y su cauce
al barranco accidentaron.
El Bornova y su caudal,
otrora tiempos lejanos
sus corrientes hechizadas
con sus aguas moldearon
la mies y electricidad
con descender continuado.

Por Las Minas le conocen
forasteros y habitantes
Hiendelaencina es su nombre
su apodo es muy elegante,
y como mi abuela dijo.
-En este mundo inestable
raíces has de dejar
si algún día te marchases
esta sierra aquí ha de estar,
tanto como el sol aguante.

HISTORIA Y PATRIMONIO DE LA IGLESIA DE SANTA CECILIA


A continuación presento una minuciosa recopilación del patrimonio histórico de la Iglesia de Santa Cecilia de la localidad de Hiendelaencina resumida de los apuntes históricos que presentó en forma de vídeo grabación Pepe Salvador García en el año 2012.

Antecedentes
Los primero que se conoce de la existencia de la Iglesia data de 1353 donde se cita que en la localidad de la diócesis de Sigüenza, Lluen del encina y Castilpelayo tenían la Iglesia ubicada en el primer asentamiento denominado Arroyo del Val en el paraje conocido como Las Peñas con una población de 25 habitantes.

Posteriormente allá por 1690 al crecer la población y ante el deterioro de la primera parroquia parece ser que se construyó una Iglesia mayor en la Plaza de las Cabras, hoy de Don Joaquín Latova, anexo a ella como en todos los pueblos castellanos estaba situado el cementerio, también parece ser que por aquella época ya existía la ermita.


La Iglesia


Ya remontándonos al siglo XIX entre 1848 1851 se construyó la actual Iglesia situada en la Plaza Mayor la cual fue consagrada el 22 noviembre 1851 bajo la advocación de Santa Cecilia y bendecida por el obispo de Sigüenza Don Joaquín Fernanda Cortina.

La construcción está realizada en una sola nave ancha y dilatada con crucero de arquitectura sobria del siglo XIX, sus altares mayores son 4 sin relevancia y su decoración interior es pobre en imaginería su retablo primero se trajo de Ayllón. La cuantía de la construcción ascendió a 9000 duros de la época. En 1914 se instaló el primer reloj.


Datos históricos



Santa Cecilia como se sabe es la Patrona de Hiendelaencina, aunque en la historia existieron varios candidatos, ya en 1581 los tres Santos venerados eran Santa Quiteria San Sebastián y Santa Cecilia, en el siglo XIX y por razones obvias se plantearon la opción de hacer a Santa Bárbara patrona de Hiendelaencina y ya en el siglo XX se intentó hacer patrón a San Miguel Arcángel no llegando como se ve ningún candidato a destronar a la actual Patrona.

Su Patrimonio



Aunque sus reliquias no son de gran relevancia artística algunas si son de un gran valor sentimental o espiritual para el pueblo y sus devotos, a continuación se hacen una relación de todas ellas:


- Ermita Nuestra Señora de la Soledad
- Archivo parroquial.
- Cabeza del Cristo de Limpias
- Pila bautismal
- Concesión de cien días de indulgencia (22 de junio de 1947)
- Relicario Santa Cecilia.
- Copón se hizo a expensas de Gabriel criado 1856.

Relación cuadros
- Cuadro de Santa Cecilia, época barroca.
- Triunfo de la Eucaristía sobre la idolatría, copia del cuadro de Rubens.
- Santa Cecilia, copia del cuadro de Guido Reni 1606.
- Llanto por el Cristo Muerto.
- Santa Cecilia, escuela imaginería de Olot.
- San Antonio Abad.
- Sagrado Corazón de Jesús.
- La Inmaculada Concepción.
- Inmaculado Corazón de María.
- Exposición del Santísimo Sacramento de la Eucaristía.
- Santo Cristo de la Agonía.
- Imagen Virgen del Pilar.
- Nuestra Señora del Carmen.
- Visitación de Santa Isabel y San Juanito (También conocido como la Parentela).
- La adoración de los Reyes Magos.
- Adoración de los Reyes.
- San Miguel Arcángel.
- San Francisco de Asís recibiendo las llagas de Cristo.
- Santa Margarita María de Alacoque.
- La Inmaculada Concepción.

Por la devoción que se tiene a esta imagen en la Parroquia a continuación se expone una descripción más detallada de este cuadro:
La obra perteneciente a la escuela Española barroca del siglo XVIII representa a la virgen en un entorno celestial. Pintada en lino (2,10 X1,60) m. con óleo sobre lienzo.

Hacia finales de la Edad Media apareció una representación novedosa del tema, La Virgen Inmaculada, enviada por Dios desde el cielo, desciende a la tie­rra. De pie sobre la luna, coronada de estrellas, extiende los brazos o une las ma­nos sobre el pecho.

Los otros atributos de la Inmaculada están tomados del Apo­calipsis (cap. 12). La luna, que nunca se representa llena, como en la Crucifixión, sino recortada en forma de creciente, evocaba la castidad de Diana.


                         Posible autor Isidoro Tapia


El arte barroco del siglo XVII, por tanto, tiene el mérito de haber creado el tipo definitivo de la Inmaculada Concepción. Libre ya de todos los símbolos de las letanías, rodeada sólo por ángeles, sus pies aplastan la serpiente tentadora, para recordar su victoria sobre el pecado original.

Por todo esto aquí tenemos una Inmaculada representada sobre un cuarto lunar y nubes. En la parte inferior derecha aparece representada una serpiente mordiendo una manzana, como fruto divino y simbolizando su dominio sobre el pecado.

- Visitación de la Virgen a su prima Santa Isabel.
- José de Nazaret.
- San Antonio de Padua, barroco.
- Santo Niño del Remedio.
- Imagen Nuestra Señora de Fátima.
- Imagen Divino Niño Jesús.
- Imagen San Isidro.
- Santo entierro de Cristo Jesús Yaciente, imaginería castellana.
- Santo Sepulcro, óleo sobre lienzo.
- San Francisco de Paula, óleo sobre lienzo barroco.
- Virgen con el Niño con guirnalda y con rosario, composición a medallón, barroco.
- San Pancracio.
- Jesús Nazareno rescatado, orden de los trinitarios.
- Salome con la cabeza de san Juan Bautista.
- Sixto IV.
- Pila bautismal época prerrománica siglos X y XI.

- Bautismo de Cristo, óleo sobre lienzo.



Capillas
En torno a la agrupación de familias religiosas se crearon las capillas, diminutas cajas labradas en madera donde en su interior ubicaban una imagen por regla general de la Virgen en sus distintas formas y que se iban pasando de vecino a vecino por riguroso orden apuntado en papel y adherido a una de las dos puertas, a quien encendían velas por las gracias concedidas, Las capillas eran 5 y desgraciadamente se desconocen su paradero.

- Sagrado Corazón.
- Nuestra Señora de Fátima.
- Capilla Nuestra Señora del Carmen.
- La Milagrosa.
- Nuestra Señora del Santo Rosario

Resto del inventario
- Ecce Homo talla en madera (Retirado del culto entre 1951 y 1956).

- La Virgen medalla milagrosa.
- Altar Mayor sin gran relevancia entre 1936 - 39 fueron destruidos los altares originales traídos desde Ayllón y que su valor artístico si era de consideración.
- Santa Cecilia órgano.
- Armonio en el coro.
- Relicario Santa Cecilia sin data y de poco valor material.
- Las Sacras: son tres cuados que se sitúan en medio y a los lados del Altar y donde están escritas ciertas oraciones comunes de la Iglesia, para ayudar a la memoria del celebrante.

- Virgen de la Soledad.
- Otra imagen de la Virgen.
- Concesión de 100 días de indulgencias.
- Santo Cristo Limpias.
- Congregación doctrina Cristo.
- Mater Dolorosa.
- Los Santos Oleos.
- El pulpito.
- Carracas y matracas.
- Naveta.
- El Incensario.
- El Sagrario.
- Confesionario.
- Las campanas.

Vía crucis
El Vía crucis se compone de catorce estaciones con sus correspondientes cabeceras numeradas y estampas en color. Realizado en madera de nogal y cabeceras recubiertas de pan de oro.

Esta obra se ha llevado a cabo por la Escuela Taller del Palacio Real de Madrid bajo la dirección del maestro Máximo Martín Pozas en el año 2000, conservando el mismo formato, aunque a mayor escala que el Vía crucis que existía anteriormente y que fue retirado del culto.

La Custodia

De esta imagen de La Custodia catalogada por José Salvador en 2012, apenas se conocen datos.


No están expuestos a pública visita los siguientes componentes del inventario:
- El Cáliz de Hiendelaencina no consta fecha de fabricación
- El Copón con plata de Hiendelaencina, inscripción de Gabriel Criado 1856.
- Casa parroquial.
- Custodia.

- Reliquia de Santa Cecilia.




- En agosto de 2014 se inauguró el cuadro sobre el fondo del coro. Realizado por el pintor Jaime Sánchez Alcorlo.



ESTUDIO HISTÓRICO DE LA FÁBRICA DE BENEFÍCIOS DE MATERIALES, LA CONSTANTE INTRODUCCIÓN 

Por Ana Parra Bodega y Gloria Viejo Ibarra


                                                                                          Autor Gonzalo  Garcia 


Soneto a Las Minas


Las ruinas y la memoria nos quedan de tu pasado
los ecos de aquel legado nos dejan entre la historia
los pozos ya sin su gloria, las minas, algún sembrado
y el tiempo casi parado por la influencia migratoria.

Su suelo quedó explotado en esa etapa notoria,
la plata vistió de euforia aquel pueblo ilusionado
el hecho es que no ha quedado en sus entrañas ni escoria,
solo la dedicatoria de un monolito agrietado.

La Plaza Mayor quedó como la huella de un ayer
y junto a ella has de ver la iglesia que allí se alzó
su amplitud distinguió tan eximio acontecer.

Fortuna, suerte y poder al pueblo lo transformó
efímero transcurrió su insólito renacer
y el pretérito acaecer parece que no pasó.


1. INTRODUCCIÓN
El presente estudio trata de aproximar al lector a la Historia de la fábrica “La Constante”, recorriendo las distintas etapas de la misma de un modo general desde su instalación en el año 1845 hasta nuestros días.

La historia de la fábrica de beneficio de minerales, “La Constante”, se remonta al año 1845, emplazándose en pleno corazón de la Sierra Norte de Guadalajara, entre los municipios de Hiendelaencina y Gascueña de Bornova. Esta fábrica debe su origen a las minas halladas en el término de Hiendelaencina cuando debido al descubrimiento del famoso yacimiento de plata, se inicia una romería de forasteros interesados en el aprovechamiento del mineral, sin embargo, durante los primeros meses de explotación se carece de industria para beneficiarlo. A la llamada de esta circunstancia acuden los ingleses, pioneros en la industria, con el fin de hacer fortuna, y aprovechar el importante yacimiento argentífero, surgiendo así la fábrica de beneficio “La Constante” con destino a la producción de lingotes de plata.


Autor: Manuel Asenjo. Publicado en la revista "La Ilustración Artística" Nº 1395-septiembre 1908


Cabe calificar de singular la crónica que engloba a este lugar antes desierto y cubierto de jarales, pues es asombroso el hecho de que en la España más profunda y rural como era la Serranía de Guadalajara, en una época donde la mentalidad no volaba más allá del pueblo de nacimiento surgiera una colonia inglesa de tan alto nivel y clase social, donde las pobres gentes de campo convivían con las mentes cultas y desarrolladas de la burguesía británica.
Fueron ellos los fundadores de “La Constante” con sus avanzadas técnicas, conocimientos y capital los que la llevaron a adquirir un nivel tal, que fue considerada de las mejores fábricas de Europa.

A su alrededor se creó un poblado, tan adelantado y peculiar para la gente de la tierra que aún hoy es admirado y recordado en las mentes que conocieron mejores tiempos de este lugar.


Autor: Manuel Asenjo. Publicado en la revista "La Ilustración Artística" Nº 1395-septiembre 1908

Escasa es la información existente en relación a “La Constante”, pero en toda ella queda plasmada la magnitud que adquirió tanto la fábrica como el poblado objeto de estudio de este trabajo final de carrera, y con el que se pretende sacar a la luz esta desconocida parte de nuestra historia.
Tras su marcha, fueron sus técnicas las que siguieron empleando los sucesivos directores, hasta su declive y cese como fábrica de beneficio de minerales en 1926.


2. HISTORIA DE HIENDELAENCINA ANTES DE 1844



Para comprender el origen de la fábrica de beneficio, es necesario explicar previamente la historia del distrito de Hiendelaencina, la cual cambiará radicalmente tras el descubrimiento del yacimiento de plata en 1844.
Hiendelaencina es un pequeño pueblo ubicado en el norte de la provincia de Guadalajara (Castilla La Mancha), perteneciente a la comarca de la Sierra Norte. Sus límites son los términos de Gascueña de Bornova y Prádena de Atienza al norte, Congostrina y Alcorlo al Sur; Pálmaces de Jadraque y Robledo de Corpes al este; y Villares y Zarzuela de Jadraque al oeste. En rasgos generales está geográficamente definido entre la Sierra del Alto Rey y las vegas del río Bornova. La distancia entre la población y la capital de provincia es 50 Km.
Hasta la fecha mencionada su historia es poco destacable entre los pueblos lindantes, pues la vida que allí se desarrollaba carecía de singularidades.
La aldea en sus primeras referencias, las Relaciones Topográficas de Felipe II, responde al nombre de Loin de la Encina a finales del siglo XIII y a Allende Laencina en el XVI. En aquel entonces su jurisdicción pertenecía a la villa de Jadraque, bajo el concernió del Duque del Infantado.
Bibiano Contreras en su libro “El País de la Plata”, analiza y estudia la historia del municipio referente a esta etapa.
En el siglo XIX, tratábase pues de un lugar desconocido en el mapa de España, incluso de Guadalajara, tan insignificante por su vecindario como por su riqueza. Una pequeña aldea perteneciente al partido de Atienza, de apenas 48 vecinos, sin alcanzar las 200 almas; donde sus pobres gentes se dedicaban a la agricultura primitiva limitada a la siembra del centeno y al pastoreo de unos centenares de cabezas de ganado. Acudían a los mercados de Jadraque, Atienza y Cogolludo para vender leña y reses lanares o de cabrío y así poder obtener los artículos que la aldea no producía.
El conjunto de edificaciones apenas llegaba a las 51 viviendas, con un significativo carácter rural. Distribuidas en tres barrios, sin orden ni concordia de calles y numeración. Eran estos llamados Barrio Cimero, Barrio Bajero y Barrio de la Iglesia.
Las viviendas se componían de mísera piedra amasada con barro y techadas de pizarra, y sus habitantes sobrevivían en ellas cultivando sus escasas e infructíferas tierras, pasando desapercibidos del resto del mundo.



Tal y como plasma Bibiano Contreras la situación de la citada época, poco podían esperar sus habitantes el florecimiento que el destino les estaba a punto de ofrecer: Ni codiciados ni codiciosos, vivían aquella existencia ignorada, bien ajenos de que bajo la costra de tierra que arañaban para tender la semilla, se ocultaban tesoros abundantes, que solo esperaban la mano del hombre para mostrarse á la luz del día y convertir aquel desierto en una riquísima comarca.
He aquí por qué se puede decir que la historia de Hiendelaencina comienza desde el día memorable en que se descubrieron las minas de plata, allá por el año de 1844.

3. DESCUBRIMIENTO DEL CANTO BLANCO
Se conoce como “Canto Blanco” el paraje de Hiendelaencina donde se localizó la primera mina. Este descubrimiento se encuentra rodeado de leyendas acerca de cómo y quien encontró el primer indicio de la riqueza que se escondía bajo la tierra de Hiendelaencina. Lo único demostrable es que fue D. Pedro Esteban Górriz quien vislumbró y puso todo su empeño en explotar la riqueza de esta zona.
De manera resumida, la leyenda habla de un platero llamado Fortuny, de procedencia italiana e instalado en Pinilla de Jadraque, el cual, cubre una deuda del Ayuntamiento de Pálmaces con el gobierno de Guadalajara mediante falsas monedas de plata, elaboradas por él mismo. Más tarde es descubierto y arrestado por este delito.
Durante el cumplimiento de su pena en prisión conoce a D. Pedro Gorriz a quien confía el secreto de que existe un yacimiento argentífero allá por Hiendelaencina.
A la salida de prisión de Górriz, con el fin de encontrar la plata esperada, se dirige hacia el “Canto Blanco” y así comenzaría la historia de “Las Minas”.
Esta famosa fábula del platero de Pálmaces aunque curiosa, carece de credibilidad pues tras diversos análisis cronológicos de las biografías de cada individuo queda demostrado que no llegaron a compartir prisión y ni siquiera a conocerse.
La verdadera historia de cómo D. Pedro Esteban Górriz descubrió el yacimiento en Cantoblanco se conoce gracias a los anteriormente referidos apuntes de “El País de la Plata”.
D. Pedro Esteban Górriz nació en Subiza (Navarra) en 1804. Era un hombre de carácter alegre, muy aficionado a la minería, casado y con tres hijos.

El 1 de Enero de 1840, a la edad de 36 años, se le expidió el título de Agrimensor, oficio actualmente conocido como topógrafo. Desempeñó este cargo en varios pueblos de la provincia de Guadalajara, realizando mediciones en montes del estado, bienes propios, fincas de carácter particular, etc. El 20 de Junio de 1840, el Ayuntamiento de Robledo, pueblo inmediato a Hiendelaencina, requirió sus servicios profesionales para medir los montes de su propiedad, y seguidamente lo mismo hizo Aldeanueva, situada entre Robledo e Hiendelaencina.





Con el fin de que se le prestaran todos los auxilios para cumplir su cometido, visitó Hiendelaencina hacia el 29 de Septiembre de 1840. D. Pedro Esteban Gorriz, debió ver el crestón donde afloraba el mineral de plata, en alguna de las muchas veces que recorrió la senda desde dicho pueblo a Robledo para cumplir con su labor profesional. Pero ese mismo año D. Pedro se vio envuelto en un proceso judicial abierto a causa de cobro de impuestos ilegales por la realización de dichos trabajos, y el 14 de Octubre de 1840 fue arrestado en Semillas, pueblo cercano a Hiendelaencina, y encarcelado en Guadalajara. Terminada la causa, se le desterró por cuatro años a Valladolid, pero debió obtener algún indulto ya que al año y medio se le volvió a ver en Guadalajara y Sigüenza, seguramente con la certera idea del yacimiento de plata que vislumbró años atrás. Hombre inteligente y emprendedor, sus primeros actos fueron agradecer a sus amigos la ayuda ofrecida a su familia durante sus años de presidio, e instarles a formar una sociedad para la explotación del filón de Canto Blanco, el lugar donde él descubrió los primeros indicios del mineral. Insistió sin desanimarse con su proyecto a numerosos amigos y conocidos en Guadalajara y Sigüenza, pero en los primeros momentos fue tomado por loco e iluso, sin conseguir ningún apoyo ni socio.
Ante esta negativa, varió su rumbo y probó suerte con gente de la zona de la Sierra, que aunque con apenas recursos, confiaron en la gran ilusión y convencimiento de D. Pedro Gorriz, así como en su buena fe, y aceptaron la oportunidad que ellos consideraban que Gorriz les brindaba.
Tras su puesta en libertad comenzó a ofrecer sus proyectos, que fueron desoídos en la mayoría de los casos. Por ello dirigió la búsqueda de socios entre sus afectos que a pesar de tener escasos recursos poseían mejor fe. Escoge así a los cinco primeros socios; D. Galo Vallejo, D. Francisco Salván, D, Ignacio Contreras, D. Eugenio Pardo Y Ádan y D. Francisco Cabrerizo; siendo el sexto Antonio Orfila,

administrador del duque del Infantado, que tras el análisis de las muestras de mineral que realizó su hermano el ilustre químico D. Mateo decidió formar parte de la sociedad.




La naciente sociedad denunció a nombre de Gorriz la primera mina ubicada en el “Canto Blanco", la mina “Santa Cecilia”, nombre de la patrona de Hiendelaencina, y las minas “Suerte” y “Fortuna” a nombre de Antonio Orfila.
A partir del descubrimiento del yacimiento argentífero comenzó una febril actividad minera, demarcando numerosos pozos, convirtiéndose el camino a Hiendelaencina en una auténtica romería tanto de trabajadores como de personas interesadas en el hallazgo. Tal fama adquirió la explotación debida a la alta calidad de sus minerales, que el conocimiento de esta traspasó fronteras españolas, recorriendo Europa.
Sin embargo, al inicio de esta naciente sociedad, sus socios que apenas contaban con recursos para afrontar los gastos que la explotación suponía, atravesaron muy difíciles momentos económicos.
Debido a esta delicada situación, y a las escasas y atrasadas técnicas para el trabajo del mineral, no abarcaron el necesario beneficio del mineral que era acumulado sin salida.
La noticia del tesoro que las tierras españolas escondían captó la atención de los ingleses, y la necesidad de avanzadas técnicas industriales que ellos disponían, originaron la llegada de estos y la creación de “La Constante”, fábrica de beneficio de minerales de plata.


4. ESTABLECIMIENTO DE LA CONSTANTE




El origen de “La Constante” tiene nombre propio, Mr. John Taylor.
John Taylor de procedencia inglesa, nacido en Holwell en 1808, era hijo de un importante ingeniero de minas del mismo nombre. Gracias a él adquirió la formación y los conocimientos necesarios para ejercer como director de minas. A la edad de 20 años viajó a Alemania junto a su hermano Richard para visitar las principales minas del país. A su vuelta fue nombrado por su padre director de las minas de plomo de Flintdhire, constituyendo está el primer éxito de una fructífera carrera que estaba a punto de comenzar. A Flintdhire le siguieron otras como las minas Halkyn y las “Great Mold”.
En 1845 llegó a manos de la sociedad de John Taylor e hijo la compañía minera de Linares (Jaén), llegando a formar posteriormente dos compañías más en la zona, llamadas “Fortuna” Y “Alamillos”. Fue en ese mismo año cuando el importante descubrimiento de plata en Hiendelaencina, en la provincia de Guadalajara, captaron la atención de los señores John Taylor e hijo, que decidieron acudir para corroborar las noticias propagadas. Pidieron permiso al ya nombrado D. Antonio Orfila miembro destacable de la Sociedad Santa Cecilia, para realizar los ensayos oportunos con mineral extraído de la explotación. Concedido el permiso, se encerraron en una caseta durante seis u ocho días a la entrada de la mina Santa Cecilia, donde realizaron las operaciones pertinentes a puerta cerrada.
Debió ser positivo el resultado cuando al tiempo presentaron proposiciones para abrir una fábrica de beneficio, las cuales fueron aceptadas pues en aquel momento aún se carecía de industria que diera salida a los minerales de plata que allí se extraían. Con el objeto de la producción de lingotes de plata surge “La Constante”.




La fábrica requería para su funcionamiento de una importante fuerza motriz que accionara la maquinaria de producción. En aquel momento la obtención de la misma se basaba en el aprovechamiento de la fuerza del agua, por ello requerían de una ubicación cercana a un río de donde poder aprovechar su caudal, por Hiendelaencina pasa el río Bornova, sin embargo la pendiente que por su territorio adquiere no supera el 1%. Se requería entonces, encontrar un lugar donde la pendiente del río fuera provechosa, como el emplazamiento de La Vega del Molino de los Ratones, donde la pendiente alcanza el 6%. Este enclave se ubica en el pueblo de Gascueña de Bornova pueblo lindante por el norte con Hiendelaencina. Encontraron en aquel lugar el entorno necesario para su actividad, al mismo tiempo que evitaban la alta fiscalidad que como distrito minero existía en Hiendelaencina.
El caudal medio del río Bornova varía según la época del año:
Verano: 500 l/s.
Otoño: 1000 l/s.
Invierno: 1500l/s
Primavera: 2000l/s
Tras la corroboración de la calidad del mineral, y la elección del asentamiento de “La Constante”, fundaron en Londres la compañía “La Bella Raquel”, estableciéndose como una sociedad de accionistas cuyo fin era la financiación de la fábrica “La Constante”.
La sociedad estaba organizada de la siguiente manera:

Directores: J. Copley Ray
Richard Taylor
John Taylor

Secretario: John Taylor
John Philips

Representantes en España: Enrique O´Shea
Guillermo Kennedy.

Dirección: 6, Queen street place, upper Thames street (London)

Fecha de inscripción en el registro: 21 de Abril de 1847
John Taylor vislumbró el éxito de la fábrica y se mantuvo al mando de la sociedad sin llegar a formar parte física de los trabajos realizados en la misma.
Hacia el 13 de Noviembre de 1845, se realiza el primer contrato de arriendo de beneficio de minerales con la sociedad Santa Cecilia. Al comienzo de este nuevo contrato entre sociedades se produjo un notable parón por distintas desavenencias que aún no han llegado clarificadas, pudiendo considerarse tres los principales motivos:
El primero de ellos, que los mineros no pudieran cumplir alguna de las condiciones que “La Bella Raquel” impuso en el contrato; el segundo, que los ingleses no tuvieran finalizadas en el momento las instalaciones de la fábrica y los minerales siguieran acumulándose, obstaculizando el trabajo, sin poder darles salida y ser beneficiados; y el tercero que al trabajar los minerales en enormes cantidades correspondientes al trabajo en fábrica, los resultados no fueran tan satisfactorios como los obtenidos al ensayar a menor escala cuando a su llegada comprobaron pequeñas muestras del mineral.
Lo único que se conoce con certeza ya que existen documentos que lo demuestran, es que surgió un pleito entre ambas sociedades, perjudicando en mayor medida a la sociedad Santa Cecilia, cuyas acciones sufrieron un quebranto en el precio de cotización.
Finalmente y para solucionar cuanto antes este problema que obstaculizaba los trabajos, medió de buena manera el director facultativo y la Junta Directiva, llegándose a la firma de un nuevo contrato en el que se establecían nuevas condiciones, tales como:
-Se obligaba a los ingleses a tomar 800 quintales de mineral desde 1º de Junio hasta finales de Agosto de 1846; y 1300 desde 1º de Septiembre en adelante, hasta el fin del año 1849. Durante este periodo y por entregas mensuales llegaron a recibir 200.459 quintales.
-En la segunda condición se obligaba a los mineros a dejar 10.000 quintales de mineral en depósito para entregar a la fábrica en caso de esterilidad, accidentes en la marcha de las labores o mayores pedidos de parte de aquella.
-Por la novena condición se daba por concluido el pleito sin posteriores consecuencias.
Pese a que sería de interés encontrar y estudiar este contrato en profundidad, su paradero sigue siendo desconocido.
El diseño de la fábrica corrió a nombre del propio director, John Taylor quien siendo conocedor de la calidad y cantidad del mineral, apremió en la construcción de las instalaciones y maquinaria que el mismo proyectó con las que consiguió mejorar el proceso de amalgamación inglés de Freiberg.

5. ÉPOCA FLORECIENTE DE LA CONSTANTE O DE LOS INGLESES

“La Constante era ya un pueblo lleno de vida y animación, de aspecto inglés, cuya vista encantaba á todo el que lo veía por primera vez, desde el boquete ó cortadura de Mogarra; estaba en forma de anfiteatro dividido en dos secciones, formada la una por la fábrica, y otra por el pueblo verdaderamente dicho, circunvalado por el río Bornova, con calles rectas y esmeradamente limpias, y gozando de una escrupulosa higiene debida á los consejos del profesor D. Manuel Taín, médico-cirujano de la compañía. Las casas estaban blanqueadas luciendo sus jardincitos a la entrada, matizados de flores y haciendo magnífico contraste con las esbeltas chimeneas (construidas por el Sr. Lillot), siempre humeando, ó lanzando el vapor a las nubes que rodeaban los montes gneísicos inmediatos.
Era realmente un cuadro encantador.
Este texto extraído del referente “El País de la Plata” plasma a la perfección la imagen que la fábrica y su poblado otorgaba, y la vida que llegó a crear en su época de mayor esplendor.
Primeros directores de la fábrica.
Al nacimiento de “La Constante”, en 1845, se situó al mando de la misma D. Guillermo Pollard, un hombre físicamente alto y elegante, de carácter respetuoso y muy entendido en el beneficio de minerales. Anteriormente había ejercido su profesión en Méjico, en las Salinas del peñón Blanco, donde actuó de científico itinerante, hasta 1842. Sin embargo, no fue con él con quien la fábrica obtuvo sus mayores beneficios, ya sea porque la maquinara era insuficiente o la cantidad de minerales desmesurada para ser trabajada en estas instalaciones.
Tras la muerte del Sr. Pollard en 1849, fue sustituido por D. Juan Trenear, también había ejercido su profesión en Méjico, en la Compañía Real del Monte. Era un hombre afable y con tacto de gentes, aunque reservado. Comenzó su carrera de minero desde simple entibador hasta beneficiador de minerales, por ello supo dirigir la fábrica desde el sentido más práctico e ilustrado. Bajo su mando, “La Constante” alcanzó su mayor apogeo.
En esta época llegó a la fábrica D. Eduardo Rowse a la edad de 24 años, ingeniero mecánico inglés nacido en Chasewater (Cornwall), donde residía parte de la familia Taylor. Era un hombre muy perfeccionista y meticuloso, como demostró a su llegada montando la maquinaria de tal manera que se llegó a decir que parecía más un laboratorio químico. Al mismo tiempo creó una fundición de hierro de tal nivel que fue comparada con la Sanford en Madrid.
Eduardo Rowse dedicó 30 años de su vida al trabajo en dicha fábrica, primero como segundo director en el orden jerárquico de la dirección, encargado de la maquinaria y posteriormente llegó a convertirse en el director general de “La Constante” sustituyendo a Juan Trenear.
Trajo consigo a su familia formada por su esposa Elizabeth Rowse nacida en Mold (Flint), la cual llegó tres años más tarde que él y su hermano Tomas Rowse nacido en Chasewater (Cornwall), ingeniero mecánico al igual que él que llegó a la fábrica un año más tarde que Eduardo. Anita Rowse, hija del matrimonio, nació en Atienza (Guadalajara) y hasta la vuelta a Inglaterra vivió toda su vida en ella.
Existen otros miembros pertenecientes a esta familia censados, de los cuales no se llega a discernir el parentesco.(Censo Familia Rowse adjunto en galería de imágenes) La familia Rowse vivió y trabajó para la fábrica hasta el primer periodo de decadencia de esta en 1879, cuando la producción dejó de ser rentable.

Método de trabajo y beneficios.
El método de trabajo inglés era muy disciplinado, instaurando sus propias normas. No recibían los minerales que no tuvieran una ley de onza y media o dos onzas de plata por quintal, aspecto que podían permitirse debido a la gran cantidad de mineral extraído en ese momento. Esto generaba que los minerales que no cumplían esa ley fueran vertidos a las escombreras o amontonados en las explanadas cercanas a las minas.
El negocio de la compañía resultaba muy rentable económicamente: compraban la plata a muy bajo precio y la vendían por cantidades bastantes más altas. Así pues si el quintal daba dos onzas ellos pagaban ocho reales por cada una, y si contenía cuatro, pagaban catorce reales. El primer contrato, mencionado anteriormente, duró hasta 1852 durante el cual la compañía debió obtener grandes ganancias.
Cada semana recibían 1.500 quintales que generaban 6.000 onzas y un total de 24.000 al mes; suponiendo que pagaran a catorce reales cada una, debían pagar mensualmente a la sociedad Santa Cecilia la cantidad de 336.000 reales. Si la vendían a 20 reales, supone 480.000 reales, por lo que obtenían como beneficio mensual la cantidad de 144.000 reales.
Con el fin de aumentar más aún su beneficio solicitan que les sea disminuido el precio que pagan por el azogue para su producción:
“(18 de Mayo) Real orden, mandando que el azogue que se reclame en lo sucesivo, con destino á objetos industriales y de las artes, se entregue al precio de 400 quintales real.
Ilmo. Sr. : He dado cuenta á la reina de la exposición de D. Enrique O´Shea y D. Guillermo Kennedy, representantes de la fábrica de fundición de plata por amalgamación titulada La Constante, en la provincia de Guadalajara, en la que haciendo presente la importancia de dicha fábrica por el favor que dispensa a la industria y productos que ha proporcionado al Tesoro desde su instalación en el año de 1845, con la amalgamación de más 42000,000 en barras de plata para la acuñación de moneda, solicita que el azogue necesario para las operaciones de la fábrica se entregue a razón de 272 reales quintal, en vez de los 700rs. Á que se les cobra, que es el precio de costo y costas á que se les facilitaba en virtud de reales órdenes en la época en que se establecieron, y con el que se contaron al hacer el cálculo de gastos para la marcha de la misma sin pérdida de sus intereses, añadiendo que con el actual de 700rs. Les será imposible continuar beneficiando minerales.
Enterada de todo S.M. y teniendo presente que si bien son dignos de consideración los servicios de conveniencia industrial que está prestando la fábrica La Constante, no puede bajarse el precio del azogue a los 272 rs. Quintal según pretenden sus representantes, porque el precio de costo y costas á que sale al estado en la actualidad es más alto que en épocas anteriores por la disminución de las destilaciones, acordada á consecuencia de la menos venta de este artículo que ocasiona la aparición en los mercados del procedente de la mina Nuevo Almadén en la California, y la dificultad que presenta enmarcar precio de costo y costas para cada partida que se reclame para objetos de industria, por tener el gobierno existencias de destilaciones correspondientes a diferentes años; de conformidad con lo expuesto por esa Dirección y Junta Directores de Hacienda, se ha servido mandar que el azogue que se reclame en lo sucesivo con destino á objetos industriales y de las artes, con arreglo á lo prevenido por Real orden de 12 de Abril de 1848, se entregue al precio de 400rs. Quintal, que es al que por término medio le sale al Gobierno por costo y costas en Almadén, con la condición de que las entregas se hagan en las minas en los frascos ó vasijas que lleven para envasarlo los interesados que lo reciban, y la facultad de tomar los frascos del establecimiento, satisfaciendo su coste por separado al precio á que los tenga contratados el Estado.
De Real orden lo comunico á V. I para los efectos correspondientes. Dios guarde á V.I. muchos años. Madrid 18 de Mayo de 1853 –Bermúdez de Castro – Sr. Director general de Fábricas de efectos estancados, Casa de moneda y Minas.
La vida en “La Constante”
“Nada faltaba en aquel barranco antes desierto. Había escuelas para niños y niñas, hospital, casino, teatro, comercios, etc., para comodidad y distracción de los habitantes de la fábrica, que sumarían unos 70 á 100 vecinos con sus familias, sin contar los obreros que residían en Gascueña y Robledo y acudían diariamente a la lista convocados por el sonido de una campana.
Todo ello estaba bajo la inspección de los citados directores, y todo pagado por la compañía inglesa.
“No se escaseaba, pues, ni se echaba de menos en aquel apartado rincón de las estribaciones del Alto Rey. Contribuían a la animación de la colonia la afabilidad y buen trato de los señores D. Juan Trenear, D. Eduardo Rowse, D. Benjamines Daley, D. Jorge Espender (único que no pudo aprender el español), D. Guillermo Oliverson, el químico, Mister Ochinsón, D. Tomás Rowse y el médico Sr. Taín con sus apreciabilísimas familias.”
La importancia de estas líneas radica en discernir entre ellas la admiración que sentía por este poblado todo aquel que tuvo conocimiento de él.
Tras lo descrito queda patente el importante nivel social y de vida que adquirió la población. Una población en su mayoría inglesa, pues no solo los directivos e ingenieros procedían de Gran Bretaña si no también carpinteros, herreros, químicos, maestros, etc.; pues los habitantes de la zona carecían de conocimientos para realizar sus respectivas labores al nivel que ellos requerían y la función de los españoles se limitó a la de guarda y jornalero en hombres y sirvienta en mujeres. Los ingleses practicaban la religión predominante en su país, el Protestantismo, poseían pequeñas zonas o lugares de culto en sus viviendas.
Todas estas medidas de trabajo son necesarias a lo largo de toda la primera etapa de “La Constante”, en la cual, pese a que finaliza cuando deja de ser rentable para sus fundadores, fue en la que alcanzó los mayores beneficios que conoció el lugar, no llegando a conseguir jamás resultados semejantes. Este primer periodo, a su vez, atravesó distintos momentos en función de sus beneficios:
De 1845-1849, durante la dirección de Guillermo Pollard, a pesar de la gran cantidad de minerales extraídos, no resulta suficiente su método de beneficio presumiblemente porque las instalaciones eran insuficientes para abarcar la magnitud de los trabajos.
En 1850, con la entrada de Juan Trenear como director, comienza la etapa de mayor auge. La fábrica se ve mejorada gracias a los conocimientos de Eduardo Rowse. Este periodo de éxito culmina en 1855 debido a la falta de mineral, puesto que la extracción disminuye al perderse la dirección del filón.

Por la información recogida acerca del expediente de venta de piedra de 1855, se deduce que la fábrica sufrió una ampliación correspondiéndose con la etapa de mayor auge de la misma, quedando a la vista que las instalaciones disponibles hasta ese momento no abarcaban la producción con la trabajaban. En este documento se muestra que la piedra existente en el terreno de su propiedad está agotada puesto que solicitan el material de una zona concreta conocida por ellos.


Autor: Manuel Asenjo. Publicado en la revista "La Ilustración Artística" Nº 1395-septiembre 1908

De 1856-1860 sufre un periodo de decadencia, disminuyendo hasta una octava parte.
De 1861-1866 vuelve a aumentar la producción llegando a alcanzar la mitad que la conseguida en los primeros años. Este resurgir fue debido a un aumento en la extracción de mineral de plata del filón.
Parte de la fábrica fue vendida en lotes, quedando una sección de la colonia inutilizada. Fueron tres trabajadores de la misma los que compraron La Constante al precio de 10 millones de reales.
De esta forma se marchan los “padres” de La Constante a su tierra de origen, llevándose consigo el entorno extraordinario que habían creado y por el que aún hoy es recordada con admiración.
La alta clase social y cultural de la colonia se manifiesta en gran medida en las construcciones y el urbanismo. Construyeron por separado casas de trabajadores y casas de los “amos”, tal como los denominaban los primeros. Las viviendas de los “amos” eran de importantes dimensiones, buena construcción y llegando a contar con retretes, algo inusual en la época. Contaban con acabados de calidad, revistiendo las paredes interiores con papel pintado, mientras que las casas de la zona apenas lucían una simple capa de barro. Instalaron una cocina económica en cada habitación como modo de proporcionar calor, lo que generaba un mayor confort. En la planta baja, realizaron unas grandes cristaleras que permitían el paso de la luz solar aprovechada por las mujeres para broncear su piel, al tiempo que dejaban admirar los bellos jardines situados en la parte frontal de las viviendas, jardines con numerosas variedades de flores traídas desde Inglaterra y nunca antes vistas en las tierras de la Serranía.
Las casas blancas recubiertas de coloridas flores contrastaban con la arquitectura negra tan cerrada típica de la zona, sorprendiendo a todos aquellos que se acercaban.
Trabajo en la fábrica y periodos que atravesó bajo el mando de los ingleses. La mayor parte del mineral beneficiado en la fábrica se vendía a La Casa de la Moneda de Madrid, sin embargo, en las épocas de mayor auge, era tal la cantidad de mineral que se producía que parte de ella se trasfería a Cartagena (Murcia) y exportaba hasta Inglaterra al Puerto de Bristol.
Para trasladar semanalmente los lingotes hasta la capital española eran empleados una sección de individuos, encargados de escoltar la valiosa mercancía. Al mismo tiempo ellos suministraban, en nombre de la Corte, lo necesario para los ingleses y los trabajadores de la fábrica.
El gran valor de la materia que se trabajaba llevó a los ingleses a instaurar un sistema de seguridad interno por el cual los empleados eran registrados a la entrada y salida de sus diferentes turnos de trabajo, y la fábrica quedaba bajo la custodia de dos guardias privados a lo largo de todo el día.
De 1867-1879, con Eduardo Rowse ya como director, se produce un gran bajada en el año 1866 que es remontada en 1867 pero en menor medida que años anteriores y continúa su descenso progresivo hasta 1879, año en que los ingleses sin obtener los beneficios esperados deciden vender la fábrica. En este periodo la sociedad La Bella Raquel compró o arrendó las minas: Santa Catalana, Perla,
Tempestad; con la intención de sacar a flote La Constante. Más tarde tuvo que seguir arrendando minas como: Unión, Verdad de los Artistas, Suerte y San Carlos. Sin embargo, el arrendamiento de estas minas no evitó el ya temido final.

Resumen de beneficio de estas etapas:
“Los ingleses hicieron esfuerzos supremos para sostener su fábrica, que representaba un valor mínimo de ocho á diez millones de reales en maquinaria, hierro, leñas, carbón y edificios, con talleres de carpintería, herrería, fundición, hornos, almacenes, etc., etc., y todo lo necesario a una industria de beneficio de minerales, a caso la mejor de Europa.
Llegó un momento en que este buen deseo no bastó y su director Sr. Rowse disolvió la Compañía La Bella Raquel, vendiendo por lotes los efectos y mobiliario y la fábrica á los obreros que la poseen en la actualidad, hijos y educados en el país los cuales benefician los minerales que rebuscan en
las escombreras y que no tardarán en agotarse.”

6. PROCESO DE PRODUCCIÓN

El proceso de producción de lingotes de plata llevado a cabo en “La Constante” se basa en el sistema de amalgamación de Frierberg.
El siguiente texto es una traducción de un documento original en lengua inglesa en el cual se describe el método de trabajo llevado a cabo en “La Constante”.
“Los minerales tratados en la Constante son obtenidos de las minas de Hiendelaencina, y contienen plata en varios estados de combinación, pero principalmente en la forma de sulfuros de antimonio diseminado, consistiendo principalmente en sulfato de barita, junto con una pequeña porción de cuarzo, acompañado por considerables cuantías de hierro, que sobretodo aparece en la superficie del filón.
Además de los sulfuros de antimonio, arsénico, etc., en combinación de sulfuro de plata, los minerales contienen piritas de hierro sin combinar, con pequeñas cantidad de galena y cobre. El mineral, cuando se entrega en el establecimiento, se mezcla con más o menos porciones de pizarra procedentes de las rocas en las cuales el filón se encuentra encerrado; y los minerales más pobres normalmente contienen mucha más de esta sustancia que los minerales ricos. Inmensas cantidades de estos minerales, demasiado pobres para ser almagamados con éxito, eran antiguamente tirados a las minas; pero esta pérdida, ha sido evitada empleando un mejor sistema de extracción, y un mayor cuidado en la selección del mineral.

Molienda y Cocción de Minerales Crudos._ Los minerales tras comprarlos de las minas son inmediatamente llevados a las cilíndricas ruedas del molino, y machacados y tamizados a través de la malla metálica. Tras ello, por paquetes, el mineral reposa aparte y es pesado en presencia de las dos partes, una de quien es designado por las minas de donde el mineral es adquirido, y la otra de la parte de los trabajadores encargados de la reducción. Tan pronto como el mineral ha sido pesado, se lleva a los almacenes donde los distintos paquetes son acumulados uno encima de otro, y se sacarán cuando se requiera. Los hornos empleados para la calcinación de los minerales con sal son, en La Constante, ocho en número; seis de ellos con chimeneas giratorias movidas por maquinaria parecida a los calcinadores de Bruton’s, mientras que los dos restantes son hornos manuales con el ordinario retumbar. La maquinaria empleada realiza de tres a cuatro revoluciones por hora, y tiene chimeneas móviles de catorce pies de diámetro. Cada horno requiere un gasto de alrededor de medio caballo para girarlo, y está provisto de un solo fuego que consume de 120 a 140 libras de madera de pino por hora.
Una mejora en estos aparatos ha sido realizada por Mr. West, quien emplea dos fuegos, y así reparte equitativamente la temperatura por la superficie de la chimenea. Este mejorado calcinador se observa en las siguiente figura, en las cuales A es la entrada a la zona del calcinador; B, una ventana; C, una tolva de hierro fundido a través de la cual se alimenta de mineral; y D, tres fuelles construidos dentro del arco de mampostería. La mesa giratoria E, sobre la que se extiende la mezcla a ser calcinada, tiene una ligera superficie cónica, y está hecha del mejor juego de ladrillos refractarios recubiertos de un caparazón de hierro.
El forro del hierro F, en el que la mesa calcinadora gira, debería estar construida igualmente con material refractario. Los fuegos G, están situados a cada lado del horno, al que cuando atraviesan los productos de combustión, salen por el tiro H, hacia la chimenea.

Tras la calcinación, el mineral pasa a través de un canal de hierro I, a las cámaras J, donde es depositado. La abertura K, bajo el horno, tiene como fin dar espacio de trabajo a la rueda y el piñón que comunica el movimiento a la mesa giratoria. El pie que soporta la maquinaria perpendicular, es soportado por el bloque de piedra L, y el horno está firmemente sustentado por las vigas M.



La mezcla de mineral y sal se hace lo mejor posible, especialmente para los hornos mecánicos ya que en ellos la carga es ligeramente agitada por los rastrillos: son cargados con el mineral y la sal mediante las tolvas de hierro y se sitúan inmediatamente sobre el centro de cada una de las chimeneas.
Para el suministro de las tolvas, alrededor de un montón de catorce quintales de mineral, con un 5 o 6 % de sal, es, de vez en cuando, preparado desde la plataforma superior del horno, y unas cuantas paletadas arrojadas ocasionalmente, según sea requerido; teniendo cuidado siempre de tener
suficiente en las tolvas para prevenir el escape de vapores ácidos a través de ellas desde el horno. El tiempo durante el que el mineral debe estar en el aparato, y la cantidad calcinada por hora, depende necesariamente de la rapidez del movimiento dado a la chimenea circular, y el ángulo fijado a los agitadores. La cantidad aproximada que pasa a través de cada horno en 24 horas es de 84 quintales, o 3,5 quintales por hora; o por cada giro de la base, cerca de un quintal es descargado desde el horno.
Comparada con los hornos de calcinación alemanes, la maquinaria de los hornos se encuentra menos eficientes para el tratamiento de los minerales ricos, particularmente cuando están cargados de humedad y contienen mucho sulfuro, en cuyo caso el exceso de producción de grumos se convierte en un serio inconveniente. Pero en virtud de los trabajadores, ellos parten con la ventaja de calcinar una mayor cantidad en un menor tiempo, sin requerir mayor asistencia de la necesaria para suministrarlos con mineral y combustible.
El manejo de los fuegos es también un tema importante, por un lado, si son olvidados y la temperatura se convierte en mínima, el mineral continúa pasando igualmente a través del horno, pero no puede ser apropiadamente calcinado; y por otro lado si aumentamos la temperatura y se descuida, los
trabajadores a veces cargan el rallador con combustible en tanta cantidad que se recalienta el mineral.
De los tres hornos manuales usados en la Constante uno es muy antiguo, y solo se emplea para secar la sal antes de la molienda, y para calcinar otras cantidades de materiales rehusados de contener plata. Los otros dos son similares en forma a los de Freiberg, y trabajan de muy parecida manera. Son empleados sobre todo para la calcinación de mineral que contiene de 9 onzas en adelante por quintal.
Una carga para estos hornos pesa alrededor de 540 libras, y consiste en 495 libras de mineral seco, 40 libras de sal, y 5 libras de humedad. Una menor proporción de sal puede ser empleada en la calcinación de minerales muy pobres, pero raramente es menor del 6%, para los minerales ricos es necesario añadir una mayor proporción de sal, frecuentemente como un 15%. Cuando una carga es introducida en el horno, es extendida sobre la superficie de la chimenea mediante un rastrillo, y por espacio de una hora nada de combustible es arrojado al rallador, mientras el mineral es constantemente revolviéndose, con el fin de evaporar la humedad y prevenir la formación de grumos.

Autor: Manuel Asenjo. Publicado en la revista "La Ilustración Artística" Nº 1395-septiembre 1908


El fuego es entonces gradualmente incrementado, y el mineral, que con los grados aumenta tanto la temperatura que la materia sulfurosa entra en ignición, es removida ininterrumpidamente con el rastrillo, exponiendo continuamente ciertas superficies a la acción del aire. La carga es así mismo rotada con el fin de, vez en cuando, exponer igualmente todas las partes a la acción del fuego. Tras el periodo de dos horas el mineral se ha cocido, cuando al fuego le queda para apagarse alrededor de una hora. Es entonces cuando se le vuelve a impulsar sobre cerca de tres cuartos de hora, para causar que los sulfuros producidos por la oxidación de los sulfuros metálicos reaccionen con la sal, que en presencia de óxidos metálicos, desarrolla cloro, que se combina con la plata y otros metales presentes.

La operación entera, desde la introducción hasta la retirada de la carga, ocupa cuatro horas, durante las de 140 a 160 libras de madera son consumidas. Los sulfuros metálicos, contenidos en los minerales ricos trabajados en los hornos, no suponen más del 9 o 10 %, mientras que en los minerales pobres la proporción es considerablemente menor.


Autor: Manuel Asenjo. Publicado en la revista "La Ilustración Artística" Nº 1395-septiembre 1908

Sulfuro de hierro es un ingrediente necesario en los minerales de plata para ser sometidos a este proceso de amalgamación, y durante el proceso de cocción es oxidado y parcialmente convertido en sulfato que reacciona con la sal, desarrollando los gases necesarios para convertir la plata en cloruro. La proporción de sulfuro de hierro requerida para este fin se vuelve variable considerando diferentes minerales. En Freiberg al menos 20% era considerado indispensable, mientras que en la Constante se han obtenido buenos resultados con solo un 8%, operando siempre con minerales ricos.

Los minerales de plata de este vecindario están acompañados de sulfuros y arsénicos de otros metales, y las piritas encontradas es muy pobre en plata y fácilmente oxidable. La pureza comparativa de estos minerales radica en su manera de calcinación, para el caso de los minerales que contienen grandes proporciones de sulfuros y arsénicos, es necesario un exceso de cloro para hacer efectiva su completa descomposición.


En el horno manual, como mucho un 14% de sal era formalmente añadido, pero con minerales que contenían 9 onzas de plata por quintal un 6%, muchas veces se encontraba suficiente. Separar los minerales ricos de los pobres, y tratarlos por separado se ha encontrado muy ventajoso aquí, al igual que en Freiberg. La calcinación de los minerales con sal es la más importante de las operaciones relacionadas con este proceso de amalgamación, ya que de ella depende en gran medida la naturaleza de los resultados obtenidos de los barriles; ya que la plata extraída debe ser proporcional con la cantidad de cloruro producido en el horno. El éxito de la calcinación es, por tanto, juzgado por la proporción de cloruro de plata contenido en el mineral cocido. Está establecido en la Constante que
repose por algunas horas una pequeña porción del mineral cocido con amoniaco diluido; este es entonces arrojado a un filtro, el residuo bien lavado, y finalmente secado y ensayado para plata. Es obvio que el peso de este metal obtenido indica la cantidad restante sin combinar con cloro. Otro método, en algunos aspectos preferible al proceso con amonio, es tratar el mineral cocido con una fuerte solución de sal común. Para este fin algunos gramos del mineral calcinado, según es extraído del horno, son arrojados a un filtro al que se vierte una caliente saturada solución de sal, hasta que el líquido que se filtra no persiste más la blanca precipitación de cloruro de plata para ser más diluida con plata. El mineral residual es entonces secado y ensayado para plata, como en el caso anterior. Se ha sugerido que el mineral crudo, que en la actualidad tamizado por un tamiz de diez-agujeros, sería mejor si machacara más fino con el fin de que el oxígeno en el aire y los gases producidos en el proceso de calcinación con sal, se difuminen por la carga. Si el mineral es muy finamente machacado previo a la calcinación, la porosidad de la carga es adecuadamente disminuida, y en consecuencia la calcinación se convierte en un proceso más lento además de que se facilita la formación de grumos.

Tamizado y molienda de minerales calcinados.
Los minerales calcinados, antes de ser sometidos a la amalgamación en los barriles son previamente tamizados por un tamiz de 60 agujeros, y la porción que no pasa es finamente machacada, con el fin de que todas las partículas de plata que contengan pueda ser expuesta a la acción del mercurio; la porción que pasa por el tamiz, cuando acumula un 40% es llevada directamente a los barriles de amalgamación. La porción gruesa del mineral, que se permite acumular en el almacén del horno, es, cuando se requiera, sacada y pasada entre un par de muelas de cilindro por las que cae en un tamiz giratorio de sesenta agujeros; el mineral grueso que escapa a este tamiz es entonces subida mediante un elevador, y arrojada a una tolva de un segundo par de pequeños cilindros, desde donde el mineral cae en otro tamiz del mismo grado de finura que el primero.


              Fotografía cedida por Facebook Guadalajara España


Las partículas más duras, que no pasan por este segundo tamiz, son finalmente machacadas en muelas horizontales de piedras Frances. El mecanismo de cuatro de esas muelas, de las cuales hay ocho en la fábrica, están representadas en la figura 51, en la que un par de piedras están mostradas en sección. En la tolva circular A se introduce el material para ser machacado; BB’ son conductos de hierro para repartir el material entre las superficies de la muela C, y la cama de piedra C’; D envolviendo la muela, a la cual se entrega el material machacado; E el agujero en el centro de la muela ; F eje conductor en continuación con G para la correa de la polea; HH’ regula los tornillos para elevar la muela C; J la rueda conductora; K corona de la rueda; L rueda que da movimiento a los piñones MM’; N astil vertical para la conducción de los aparatos suplementarios. Cuatro pares de piedras son conducidas por la rueda L. La superficie de la muela es paralelo a la cama de piedra desde la periferia a un tercio de su diámetro; la línea de la cara menor del runner se eleva entonces para recibir el suministro. Las siguientes características representan varios detalles relativos a estos aparatos.

Las siguientes características representan varios detalles relativos a estos aparatos.

              Fotografía cedida por Facebook Guadalajara España


Diámetros de las piedras --------------------4pies 2 pulgadas.
Grosor del apoyo -----------------------------12 pulgadas.
Grosor de las muelas -------------------------14 pulgadas.
Cantidad de agujeros de la tolva ---------100 por pulgada cuadrada.
Número de revoluciones ------------------100 por minuto.
Molienda cada 10 horas --------1 tonelada por par de piedras.
Caballos empleados ---------------5 toneladas por par de piedras.
Revoluciones del tamiz --------------------23 por minuto.
Diámetro del tamiz -------------------------30 pulgadas.
Longitud del tamiz -------------------------108 pulgadas.
Nº de agujeros por pulgada cuadrada en el tamiz -------------3600.
Característica de la muela ----------------- Zumbido francés.
Característica del apoyo ----Cuarzo compacto, moderadamente duro.
Duración de la muela ------------------------------18 semanas.
Duración del apoyo --------------------------------22 semanas.

En lugar de afinar el tamizado y llevar el restante del mineral calcinado directamente a las muelas, y allí aplastarlo y molerlo todo hasta un fino polvo, debería ser preferible quitar primeros los grumos de mineral, que son siempre producidos en la operación de calcinación, pasando el mineral a través de un tamiz de la misma finura que el empleado en las muelas de moler el mineral crudo.

Los grumos, que deberían ser separados del mineral calcinado por el tamiz antes mencionado, contienen una considerable proporción de plata no convertida en cloruro, debido a la circunstancia de que esos grupos se forman al comienzo de la operación, por lo que las porciones interiores escapan de la acción de los gases producidos en un periodo posterior. Estos grumos deberían ser rotos y sometidos a una segunda calcinación, ya sea individualmente o mezclados con las cargas normales de mineral crudo. En los hornos manuales se produce una porción mucho más pequeña de grumos que en los mecánicos, por el movimiento continuo al que están sometidos en el primero.



Amalgamación.
El número total de barriles empleados es sesenta, siendo cada uno, interiormente, tres pies de alto y dos de diámetro. El departamento de barriles está dividido en tres secciones: Nº1 contiene 12 barriles, Nº2 contiene 24 barriles; y el Nº3, 24 barriles. Todos ellos pueden ser conducidos por la fuerza del agua; aquellos de los Nº 1 y 3 también pueden ser trabajados por vapor. Los barriles son situados a una altura de alrededor de 12 pies desde el suelo. Inmediatamente sobre ellos, y planeando sobre el suelo superior, están fijadas las tolvas de hierro para recibir el mineral para ser amalgamado, que es introducido en los barriles con manguitos de cuero, con los que todas las tolvas son provistas. La cantidad de carga de cada barril es de 13 quintales; pero las tolvas son capaces de sostener un poco más. Estás son cargadas por un grupo de hombres, de los que cada uno carga con un saco de mineral de alrededor de un quintal. En el departamento de barril Nº3, se encuentra un rail entre las tolvas, con la intención de que puedan ser regular y rápidamente cargadas con la cantidad exacta de mineral. La forma interna de los barriles es, cuando están nuevos, cilíndrica; pero, tras ser usados durante un tiempo, sus dimensiones se incrementa sobretodo en la parte central.
La cantidad de agua introducida en cada barril varía con la naturaleza del mineral, pero la cantidad normal es sobre 320 libras; y el hierro contenido en cada cantidad de 100 a 150 libras.
Considerables rasgaduras en los barriles son causadas por usar grandes pedazos de hierro de todo tipo para el fin; y esta acción es menos efectiva que el uso de piezas pequeñas de hierro.
Con la carga de mineral y agua introducida, los barriles son puestos en movimiento, y giran al ritmo de 8 a 10 revoluciones por minuto durante dos horas y media, con el objetivo de que el mineral, el agua y las piezas de hierro se conviertan en una mezcla perfecta. Después se detiene y se examina el estado de la pasta. Si está muy blando, o muy duro, se añade más mineral o más agua según se requiera. Cuando se encuentra la pasta en la consistencia adecuada (que es lo dura suficiente para permitir que se forme una bola en la mano), se vierte el mercurio, alrededor de cuatro quintales por barril. Tras la introducción del mercurio, los barriles son conducidos al ritmo de 18 a 20 turnos por minuto, por un tiempo de 16 horas y media, al final de las cuales la amalgación se considera consumada. Los barriles entonces se rellenan con agua, con el fin de aprovechar la pasta líquida y acumular los restos de mercurio argentífero y removerlos lentamente por espacio de dos horas.
Cuando se descargan los barriles, el mercurio es primero vertido en otra hilera de barriles y conducidos entonces a una nave, en la que se recoge los restos de plata de todos los barriles, y la superficie impregnada con mercurio es cuidadosamente limpiada. El metal fluido es entonces retenido en bolsas de lona que retienen la amalgama sólida, mientras que el líquido sobrante de mercurio se filtra y cae en un tanque situado debajo. Durante esta operación, que dura una hora, los barriles están continuamente en movimiento; porque antes de verter finalmente los residuos el mercurio tiene que haberse eliminado a través de los filtros.
El proceso de amalgamación incluye tres operaciones:
1- Los barriles son cargados con mineral, agua, y hierro (sin mercurio), y sen hacen girar al ritmo de10 giros por minuto, hasta dos horas, o hasta que la mezcla sea homogénea. Estando esto completo, se introduce el mercurio.
2- A los barriles se les pone en un movimiento más rápido, de 18 a 20 giros por minuto, y continúan con esta velocidad alrededor de 16 horas y media; al final de las cuales se considera efectiva la completa amalgamación de la plata.
3- Para recolectar el mineral argentífero es necesario reducir la consistencia de la pasta contenida en los barriles. Para este fin son rellenados con agua, y conducidos despacio, a 8 o 10 revoluciones por minuto por espacio de 2 horas o 2 horas y media, La amalgama es entonces descargadas y en consecuencia los residuos; los barriles se descargan cada 24 horas. La cantidad de pureza de los minerales tratados es de alrededor 4 onzas por quintal.


Tratamiento de la Amalgama.
La amalgama sólida colectada en bolsas de lona antes mencionada, es tratada con una forma muy sencilla de destilación, para el objetivo de separar el mercurio de la plata. La amalgama a ser destilada es moldeada en una forma cilíndrica encima de un trípode de hierro que soporta un disco perforado. Sobre la pieza cilíndrica de amalgama se coloca una campana de cobre o hierro que asegura el contacto y el sellado de las uniones. La temperatura alcanzada por la combustión volatiza el mercurio, que es rápidamente condensado y colectado en el agua fría contenida en la cisterna inferior. Alrededor de 2000 libras de amalgama son normalmente trabajadas de una vez; cerca de 48 horas se requieren para completar la destilación; y sobre 40 sacos, y 80 arrobas de carbón es consumido durante el proceso.

Según se desprende de la forma de los aparatos, una porción de la amalgama cae en la cisterna inferior; la cual está preparada para separar por filtración del mercurio fluido. Esto generalmente acumula de 60 a 80 libras en peso. La cantidad de plata cruda cedida por cada 2000 libras de amalgama es generalmente sobre 290 libras, o 14,5% de la amalgama trabajada. La plata tiene un color marrón-blanco, en exceso porosa y se rompe fácilmente en piezas con un martillo.






Fusión y refinado.
La plata porosa obtenida de la destilación de la amalgama es fundida, en la Constante, en una especie de cúpula denominada “cras”. Cuando el metal está limpio de impurezas que dificultan la maleabilidad de las barras resultantes se utiliza el “cras” para su fusión a altas temperaturas. Pero cuando, como es frecuente en los trabajos de amalgamación, la plata a ser fundida contiene materias q dificultan la maleabilidad, la extracción de estos es fácilmente efectuada por los aparatos. La cantidad de impurezas requerida para conferir la propiedad de
fragilidad a la plata fundida es, sin embargo, muy pequeña, y normalmente consiste en plomo, sulfuro, antimonio y hierro. Estos cuerpos pueden ser eliminados por copelación con el plomo, una operación que está considerada difícil y cara. Fundir la plata en crisol de plomo negro se vuelve preferible. Debe ser esa pureza con repetidas adiciones de carbón en polvo, escurridas y desespumada, con lo que finalmente se obtiene en un perfecto estado maleable. En vez de emplear crisol de plomo negro, es preferible usar vasijas de hierro capaces de fundir de 500 a 600 modelos al tiempo, que ya fueron empleadas en Freiberg y resultaron responder satisfactoriamente. Por fusión en crisol de hierro forjado, la plata se obtiene libre de impurezas, afectando a su maleabilidad, y resultando inepta para el acuñamiento por prensa.
Tratamiento de residuo_ Los residuos, cuando son descargados de los barriles, son conducidos en unos grandes tanques, en los que son girados en unos agitadores verticales, sujetados en unos brazos de hierro. El fango es retenido en estos tanques por varias horas, y continúa en movimiento por los agitadores; con el fin de que las partículas de amalgama diseminada en los residuos, se quede en el fondo y se recoja posteriormente; mientras , una corriente de agua fluye por los tanques para lavarlo. Cuando se descargan los tanques, el fluido va directamente al río.
Costes del tratamiento de los minerales en “La Constante”
Costes de los trabajos mecánicos de los hornos
Madera para cada horno por semana 940 reales de vellón (rs)
Sal, 6%. 3.528 libras a 14 rs por quintal 494 rs
Cortar madera 19 rs
Mano de obra para cada horno 184 rs
-----------
Rs. 1.637
Mineral calcinado por semana, 588 quintales en cada horno; 1637÷588=1,8 rs. Por quintal
Hornos manuales
Cada horno calcina 210 quintales de mineral rico por semana
Cada horno consume 294 arrobas de madera 294 rs
Cada horno consume 12% de sal=2.520 libras 353 rs
Mano de obra 242,6 rs
-------------
Rs. 889,6
889,6÷210=4,26 rs. por quinal
Por consiguiente el gasto de calcinación en hornos mecánicos es 2,18 rs por quintal
Por consiguiente el gasto de calcinación de hornos manuales 4,23rs por quintal

Media del gasto de calcinación 3,2 rs
Sección de 24 barriles
Desgaste y roturas 800 rs
Hierro consumido, 5 arrobas 120 rs


Mercurio, calculando pérdida
de 5 onzas y media por pieza de plata,
0 454 libras a 5,62 reales 2551 rs
Mano de obra 1157rs ----------
Rs. 4628

Mineral amalgamado por semana en 24 barriles,
2.352 quintales; 4628÷2352=1,96 rs
Incidentes 0,4 rs
-------------


Coste de amalgamación 2 rs por quintal




Sumario
Coste de machaqueo por quintal 0,95 rs
Coste de calcinación por quintal 3,2 rs
Coste de amalgamación por quintal 2 rs
Coste de destilación de la amalgama, y fusión de las barras 0,8 rs
Mano de obra y materiales diversos 3 rs
------------
Total Rs. 9,95


La cantidad de mineral que se reduce cada 60 barriles por semana es 5880 quintales.
Peso del mineral que todos los hornos calcinando al mismo tiempo 4058 quintales
Seis hornos mecánicos 3528 quintales. Tres hornos manuales 530 quintales.
Estos trabajos producen un beneficio final desde 1800 quintales de mineral por semana, más de lo que el presente número de hornos puede, a pleno rendimiento, calcinar. Cuarenta barriles serían aparentemente suficientes para almagamar todo el mineral que puede ser calcinado, pero, como el suministro de agua es irregular, es ventajoso tener barriles extras para que mientras se está llevando a cabo la calcinación sin interrupción, el mineral acumulado durante el secado pueda ser fácilmente reducido cuando el suministro de agua sea abundante.
Notas relativas al costo, en la Constante:
Coste de leña por 100 libras, 10d.
Coste de mercurio por libra, ls. 2d. incluido el transporte.
Coste de sal por 100 libras, 3s. incluido el transporte.
Coste del transporte de mineral de las minas al trabajo, sobre 3s. por tonelada.
Coste de mano de obra, por día, 1s.
Pérdidas estimadas de mercurio por barra de plata, 5.5 onza
Pérdida estimada de plata por ciento, en productos ensayados, sobre 12.
Periodo de tiempo que un barril de madera dura en un trabajo normal, 6 meses.
El sueldo del molinero en muelas horizontales, 9.5 d. por tonelada de mineral molido.
Los mineros de las muelas de machaqueo, incluidos los trabajos manuales, normalmente cuesta, 3.75 d. por tonelada.
El tamizado de mineral calcinado se realiza por contrato, a la media de ¾d por quintal de polvo fino. Este fino polvo normalmente supone la cantidad de 35 a 40% del mineral calcinado.
Hacia 1881, solo aparece Juan Arroyo como propietario de La Constante, el cual se unirá a D. Benito Ibave Cortázar como dueños de la fábrica en los siguientes años de la segunda etapa.

8. ÉPOCA FLORECIENTE DE D. BENITO IBAVE CORTÁZAR
Conocedor del pasado fructífero de las minas de Hiendelaencina, acude Benito Ibave, procedente de Aramayona provincia de Alava, para ponerse al mando de la fábrica e intentar conseguir los éxitos cosechados en tiempos pasados. Se desconoce con exactitud el año en que se convierte en dueño de La Constante, aunque se sitúa entre 1882-1883.
Ibave pertenecía a una adinerada familia vasca poseedores de caseríos en aquellas tierras, sin embargo, desde su llegada a la fábrica, echó raíces en estas tierras de la Sierra Norte de Guadalajara donde formaría su propia familia y donde se le recordará por ser un hombre generoso e involucrado con el pueblo de Gascueña. Fue un hombre religioso, que cada domingo acudía a caballo a la Iglesia del pueblo, y realizó generosos donativos a la misma como unas vinajeras de plata y un arco de hierro. A su muerte dejó una capellanía que realizaron hasta la década de 1950. Igualmente tuvo relación, aunque en menor medida, con el pueblo de Condemios, de donde procedía su esposa, Agustina Martín Municio, a la que curiosamente conoció en “La Constante” cuando ella llevaba a pastar sus ovejas por la zona. El matrimonio se encuentra enterrado, junto con los padres de ella, en el cementerio de Gascueña, donde queda patente su vínculo con el pueblo, así como su alto rango social, debido a la gran lápida de piedra bajo la que descansan, la cual destaca considerablemente entre las tumbas de tierra y cruces de los lugareños.

Trabajo de D. Benito Ibave en “La Constante”
Ibave adquirió su parte de la propiedad de La Constante a bajo coste, pues a su llegada la producción era escasa y las instalaciones deficientes. Formaban en este momento la dirección de la fábrica D. Benito Ibave Cortazar junto con D. Juan Arroyo el anterior empleado de los ingleses. Este último desaparece de su cargo al poco tiempo, desconociéndose el momento y la causa.
En 1884 la Dirección solicita a la Administración de Contribuciones y Rentas de Guadalajara la comprobación parcial y clasificación de la finca, con el propósito de disminuir el impuesto de la contribución que pagaban, pues el estado de la fábrica ya no era el mismo que el considerado para el impuesto. Gran parte del poblado se encontraba en ruinas o había desaparecido por venta, y otra, aunque en buen estado, no era de utilidad.
Este documento es de gran importancia pues es el primero encontrado hasta la fecha en el que se describe el poblado, cada edificio con sus dimensiones, características físicas y su emplazamiento referido al total, lo que ayuda a conseguir una idea cercana a cómo se distribuyó la fábrica, así como el poblado. Durante los primeros años de esta segunda etapa la fábrica continuó su periodo de decadencia hasta 1892, año en el que se vuelve a producir de manera destacable alcanzando los 15.000 kg. Este nuevo despunte fue debido a la aparición de Bontoux, un banquero francés refugiado en España a raíz de una famosa quiebra.
Comenzó beneficiando las escombreras de las que no obtuvo grandes beneficios ya que estas habían sido rebuscadas anteriormente, adquirió entonces varias minas a bajo coste creando la sociedad “Nueva Santa Cecilia”. La importancia de su papel en esta historia fue su intuición para seguir excavando por debajo de las cotas alcanzadas, donde acertadamente aparecieron nuevos minerales argentíferos, de menor calidad que los primeros pero en grandes cantidades, lo que generó un nuevo auge en el distrito minero.
La fábrica mantuvo una producción alternando periodos fructíferos con otros decadentes hasta 1917, cuando comienza su decadencia final concluyendo con el cese de la misma en 1926. D. Benito Ibave fallece en 1914 pasando la dirección de fábrica a manos de un familiar llamado Enrique Medinabeitia Ibave, a la edad de 24 años , quien acudió a la fábrica desde tierras vascas igualmente junto con su familia, el cual la sostuvo hasta 1926 cuando el beneficio era nulo. Este emigró entonces a Cataluña en busca de nuevos negocios, dejando la fábrica al cuidado de los escasos habitantes dedicados únicamente a la producción del molino harinero.
A la muerte de D. Benito Ibave “La Constante” figura como propiedad de las siguientes personas:
50% Enrique Medinabeitia Ibave (Familiar de Benito Ibave Cortázar)
El 50% restante queda en manos de las hermanas de Agustina Martín Munico, esposa de Benito Ibave:
1/3 Bibiana Martín Municio
1/3 Martina Martín Municio
1/3 Juana Martín Municio

TERCERA ETAPA

9. DE FÁBRICA A MOLINO
Hacia 1926 La Constante deja de funcionar como fábrica de beneficio de minerales, pasando a utilizarse únicamente el molino harinero, que ya poseía desde sus orígenes, por las pocas personas que quedan como habitantes del poblado.
La familia Medinabeitia-Ibave, pese a que emigró a Cataluña en busca de nuevas oportunidades, continuó siendo propietaria de la finca hasta 1959, junto con las herederas por parte de Agustina Martín Municio.
Desde el cese de la fábrica hasta la última venta de esta, es decir el periodo de 1926 a 1957, fue una familia procedente de Gascueña la que mantuvo con vida la finca, dedicándose a labores de cultivo, ganadería y molienda de trigo y cebada.
Los animales de los que disponían para su beneficio eran: 16 vacas, 5 yeguas, 2 mulas, un rebaño de ovejas y otro de cabras, siendo estos dos últimos cuidados por los dos pastores que allí vivían. Los almacenes y el hospital fueron convertidos en las cuadras de estos animales.
La familia se componía los siguientes miembros:
Francisco Garrido Barrio Padre
Gabina Somolinos Ortega Madre
Nicolás Garrido Somolinos Hijo
Germán Garrido Somolinos Hijo
Enrique Garrido Somolinos Hijo
A la muerte de los padres fueron los hermanos Nicolás y Enrique junto con sus familias, dos pastores y un guarda los únicos y últimos habitantes de La Constante.
Comenzó beneficiando las escombreras de las que no obtuvo grandes beneficios ya que estas habían sido rebuscadas anteriormente, adquirió entonces varias minas a bajo coste creando la sociedad “Nueva Santa Cecilia”. La importancia de su papel en esta historia fue su intuición para seguir excavando por debajo de las cotas alcanzadas, donde acertadamente aparecieron nuevos minerales argentíferos, de menor calidad que los primeros pero en grandes cantidades, lo que generó un nuevo auge en el distrito minero.
La fábrica mantuvo una producción alternando periodos fructíferos con otros decadentes hasta 1917, cuando comienza su decadencia final concluyendo con el cese de la misma en 1926. D. Benito Ibave fallece en 1914 pasando la dirección de fábrica a manos de un familiar llamado Enrique Medinabeitia Ibave, a la edad de 24 años , quien acudió a la fábrica desde tierras vascas igualmente junto con su familia, el cual la sostuvo hasta 1926 cuando el beneficio era nulo. Este emigró entonces a Cataluña en busca de nuevos negocios, dejando la fábrica al cuidado de los escasos habitantes dedicados únicamente a la producción del molino harinero.
A la muerte de D. Benito Ibave “La Constante” figura como propiedad de las siguientes personas:
50% Enrique Medinabeitia Ibave (Familiar de Benito Ibave Cortázar)
El 50% restante queda en manos de las hermanas de Agustina Martín Munico, esposa de Benito Ibave:
1/3 Bibiana Martín Municio
1/3 Martina Martín Municio
1/3 Juana Martín Municio
Durante la Guerra Civil Española abandonaron el poblado para refugiarse en el pueblo de Gascueña. En esos años La Constante fue duramente castigada, saqueada por los dos bandos y bombardeada, afortunadamente sin acierto, en sus terrenos más próximos. Debido a estos ataques se destruyó la maquinaria que hasta el momento había producido luz eléctrica para el poblado.
Tras la Guerra la familia Garrido volvió a la finca, pero el nuevo régimen franquista limitaba la molienda, por lo que tuvieron que afrontar importantes multas por continuar usando el molino.
Medinabeitia se comunicaba a intervalos de tiempo con la familia Garrido mediante correspondencia, llegando a proponerles la venta de la finca, oferta denegada por Los mismos. Hacia 1957 la finca es vendida al segoviano Gregorio Pérez-Lobo y a Zacarías Fonseca Pérez. Tras esta adquisición, la familia Garrido se trasladó definitivamente al pueblo de Gascueña.



10. ÚLTIMA VENTA A PÉREZ-LOBO
En 1957 se realiza la última venta hasta el momento de La Constante pasando a manos de Gregorio Pérez-Lobo y Zacarías Fonseca Pérez.
Esta propiedad en conjunto apenas se mantuvo durante un año debido a las discrepancias existentes entre ambos dueños. Durante una ausencia prolongada de Gregorio, Zacarías sacó beneficio de la finca vendiéndola en lotes. Contrató gente de los alrededores para despiezar todo aquello que podría ser reutilizado, principalmente las tejas y las grandes vigas de madera de pino, así como los restos de maquinaria y mobiliario, de donde debió obtener la mayor parte del beneficio. Al regreso del primero, éste al discrepar con este hecho, decidió adquirir el total de la finca comprando la parte de Zacarías.
Una de las antiguas viviendas principales, nº 4 y 5 de la cerca, fue rehabilitada como residencia familiar al adquirir la propiedad. El uso al que destinaron a partir de entonces La Constante fue al de residencia esporádica, en periodos de vacaciones y fines de semana. Fue en una de estas estancias cuando se produjo allí el último nacimiento hasta la fecha de una de las hijas de Gregorio, Raquel, nombre en honor a la antigua compañía inglesa (La Bella Raquel).
Con el paso del tiempo se plantaron chopos cubriendo toda la superficie del poblado que crecieron al tiempo que se degradaban más los restos arquitectónicos, llegando a quedar destruidos y quebrados por las raíces y las ramas. Estos árboles han sido talados para su venta en una sola ocasión, volviendo a replantarse posteriormente.
La vivienda anteriormente citada quedó posteriormente en desuso al ser edificada otra de nueva construcción sobre el cuarto de los veladores, acondicionada y adecuada a las comodidades actuales.
A la muerte de Gregorio Pérez-Lobo, la finca fue heredada por sus hijos, propietarios de “La Constante” en la actualidad.

11. ESTADO ACTUAL.
En la actualidad, el fin al que se dedica la finca es a residencia ocasional de la familia Pérez- Lobo.
En el río Bornova a su paso por la misma se puede practicar la pesca sin muerte, además de estar integrada en el coto de caza del término de Gascueña. Sin embargo, de la fábrica y el poblado no se obtiene ningún beneficio, habiendo quedado en el olvido desde hace años, lo que ha acelerado su estado de ruina.
Desde hace tiempo no se realizan operaciones de mantenimiento por lo que los viejos chopos que no fueron talados en su momento y las plantas nacidas del abandono han crecido de manera asilvestrada llegando a ocultar el escaso legado arquitectónico que aún continúa en pie.
No es difícil observar paredes enteras derrumbadas por las raíces de los árboles, chopos dentro de edificios, antiguas calles actualmente irreconocibles por la actuación de las plantas. Todo ello ha creado una imagen desoladora que el tiempo apenas deja concebir lo que en un día fue La Constante.


EPÍLOGO

Legados

Escritas quedan partes de la historia
reseñas de presentes y pasados
rincones que nos dejan sus legados
en forma de leyenda honor y gloria.

Vivencias iluminan la memoria
nostalgia de parajes olvidados
algunos hoy incluso abandonados
son causa de tendencia migratoria.

Por mucho que la vida nos aleja
de orígenes, de espacios y de ancestros,
persiste lo que tanto enorgullece.

La tierra en su relieve nos refleja
hayedos, ríos, montes, pueblos nuestros
lugar que al Universo lo embellece.




Agradecimiento en general
Quiero agradecer a la totalidad de autores y personas que han intervenido directa o indirectamente en esta recopilación, su contribución a la creación de esta documentación que divulga  las cualidades y virtudes de este acogedor pueblo, Hiendelaencina y de sus alrededores.
Para lo que me he documentado de artículos y documentos de los siguientes autores:

Don Antonio Herrera Casado (Recorrido desde el Pelagallinas hasta La Nava de Jadraque), (Rutas), Don Tomás Nieto Taberna, Doña Esther Alegre Carvajal, Don Joaquín Latova, Don José Salvador García (Historia y patrimonio de la Iglesia de Santa Cecilia), Don Abelardo Gismera Angona, Don José de la Corte, (La Ruta del suponer) Don José Antonio Alonso Ramos, Don Daniel Regidor Ipiña, Doña Esperanza de Coig-O´Donnell Magro, Doña Carmen E. Narro Sánchez, Don Jorge Morín de Pablos, Don Carlos Fernández Calvo, Don Luis Monje Arenas, Don Joaquín Saldaña Don Alejandro Cardaba y Don Juan Carlos Aragones (Fotografías) Don Eusebio Meléndez García (La plata en las minas de la Alcarria), Don Antonino Bueno experto en mineralogía y  a Don Iñigo Orea Bobo, Ingeniero de minas, Doña Gloria Viejo Ibarra y Doña Ana Parra Bodega (ESTUDIO HISTÓRICO DE LA FÁBRICA DE BENEFÍCIOS DE MATERIALES, LA CONSTANTE). En especial quiero agradecer a mi amiga Montserrat Anubla Vinuesa, la colaboración prestada en la redacción y elaboración de este documento. 

Agradecimiento Plan de Musealización de Hiendelaencina
Mariano Escribano Gismera, José Salvador García, Joaquín Latova Ortega y José Luis Llorente (Ayuntamiento de Hiendelaencina); Sergio David González Egido (Fundación General del Medio Ambiente de Castilla La Mancha); Guillermo Laine San Román y Claudio Álvarez Rodríguez (SADIM); Jesús Martínez Frías y Cesar Menor Salván (Centro Astrobiología del INTA-CSIC); Ángel Paradas Herrero (IGME); Benjamín Calvo Pérez (ETSI Minas de Madrid); Francisco Javier Carrasco Milara (Minas de Almadén); Jesús Madero Jarabo (Museo de Ciencias de

Castilla La Mancha); Nuria Velasco Hernanz; Diputación de Guadalajara; Caja de Guadalajara.


Bibliografía

Pagina de turismo de Atienza (Rutas con destino o salida en Atienza)
Wikipedia (Situación geográfica). Pueblos negros de la Sierra Norte de Guadalajara, El País que nunca se acaba, Plan de musealización de Hiendelaencina, Patrimonio de la Iglesia de Santa Cecilia, Los pueblos abandonados de la Sierra, Recorrido desde el Pelagallinas hasta La Nava de Jadraque, (Internet). Historias cuentos y rimas, La plata en las minas de la Alcarria, Plan de musealización de Hiendelaencina.
ITGE 1972. Informe sobre trabajos de investigación minera y
sus resultados en los filones de la zona de Hiendelaencina
(Guadalajara). ITGE, Madrid, 21 pp. López Gómez A. 1969. El distrito minero de Hiendelaencina (Guadalajara). Cuadernos de Geografía, 6, 1-4
www.nuevaalcarria.com/jprovincia/general/131063-las-minas-podrian-volver-a-generar-riqueza-en-hiendelaencina
www.excursionesysenderismo.com/rutas/r_guadalajara/ruta_223_gu.htm
http://laalcarriaobrera.blogspot.com.es/2008/04/informe-sobre-las-minas-de-plata-de.html