Despidiendo al año viejo


Despidiendo el año viejo
deseo con esperanza
que el nuevo traiga bonanza
no solo a cualquier pendejo.
¡Ladrón!, no me des consejo
de cómo llevar la crisis,
saldrás fijo de tu lisis
sin caer en el agujero,
gastándote el vil dinero
a otros dejas en la tisis.

No sé si nuestros políticos
nos sacarán de la ruina,
de manera peregrina
pues son, de ellos poco críticos.
Los estudios analíticos
demuestran que la conciencia
para el que tiene insolencia
no necesitará de ella,
nos han de dejar la pella
a costa de la evidencia.

Bendito aquel veintinueve
que pagándolo el banquero
se quedará sin dinero,
aunque sufriese la plebe.
A nadie ya le conmueve
ver la suerte del ajeno
pues aun siendo algo obsceno,
piensan que suerte ha tenido
quien fortuna ha obtenido
con influencias en un pleno.

En tiempo de vacas gordas
la ambición se nos dispara
la fortuna solo ampara
a quien con ella se engorda.
La humanidad queda sorda
y muda con la inmundicia
se vale de su justicia
y del poder del dinero
que haciendo de su escudero,
al pobre le meretricia.

Cantándonos villancicos
démonos felicidad
con paz amor y hermandad
sin besar en los hocicos.
Haremos después añicos
todos los buenos deseos
siguiendo a corifeos
que auguran bajos impuestos,
disfrazándose de honestos
exhibirán sus trofeos.

Campana sobre campana
y sobre campana es una,
quien hace de su fortuna
una cuota ciudadana.
Campana sobre campana
y sobre campana dos,
quien reza fiel a su dios
descargará la conciencia;
espero sin indulgencia
el año nos diga adiós.











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