Al dolor de una amiga

¡Cuánto dolor lacera tu alma herida!
¡Cuántas piedras marcaron tu camino!
¡Cuánto penar si al fin serás vencida!
Por el cobarde, vil y cruel destino.

Arrastras la cadena dolorida
al llevar con tu pena un triste sino,
mientras vivas la pérdida sufrida
que te acompañe su halo más divino.

Ningún amparo puede compensarte
esa angustia de tu alma derrotada,
solo queda llorarla y levantarte.​

Si encuentras la respuesta por callada
de sueños en la noche al desvelarte
haz poemas que evoquen su mirada.​


Antonio Nieto Bruna
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26-8-2011


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