El bálsamo de fierabrás

Purgando las heridas dejarán de doler
pasiones que se adueñan del verso que aquí anida,
con savia de los druidas la ínfula a de ceder,
las ambiciones sueñan y la pena se olvida.

Cuando pasa la aurora llega el anochecer,
la razón y el saber enseñan que en la vida
la ida turbadora dirá como volver.
Pues, ¿por qué no ceder con la ilusión fingida?

Nunca podrá sanar cura de fierabrás
no se debe abusar del bálsamo si es vano,
al procurar lavar manchas de los demás.

Siendo el secreto arcano del rezo y su penar
la lágrima al secar de un dios casi pagano,
al ojo del humano que usa para soñar.

Antonio Nieto Bruna
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23-1-2011


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