El jardín de las Hespérides

Esos versos que brotan en la mente
con la pluma que fluye como arteria
del jardín conservado por Hesperia
te permiten usarlos simplemente.​

Mientras tanto las ninfas de la noche
con sus cantos te llevan al erebo
y oscurecen con farsas del malevo
a quien deja en la vida su derroche.

Cuando Hades a bien tenga en llamarnos
y Caronte al cruzar el Aquenonte,
esperemos los versos encontrarnos.

La meta nos la marca el horizonte,
si al llegar al final quisiera guiarnos
el poema puede ser que nos remonte.​


Antonio Nieto Bruna
Copyright ©
11-9-2010


No hay comentarios:

Publicar un comentario