Un año en el Alto Rey
la historia nos
acredita
que el cielo se
encapotó
al inicio de la Misa
truenos y rayos
quisieron
malograr la
Eucaristía,
una centella cayó
y cobró dos tristes
vidas,
un año en el Alto Rey
al inicio de la Misa.
Habitantes de
Albendiego
eran los que
morirían,
de ese lugar de
la sierra
subían de
romería,
sin saber por dónde
entraba
cayó aquel rayo
en la ermita
los fervientes
que allí estaban
vieron la llama
asesina.
Habitantes de
Albendiego
subían de
romería.
Pasado el primer
momento
aterrados muchos
se iban
y algunos más
valerosos
a los graves
atendían,
a los leves
evacuaban
y curaban sus
heridas
en una tarde de
perros
de una oscuridad
muy fría,
pasado el primer
momento
a los graves
atendían.
Quince fueron
los heridos,
dos por siempre
quedarían
sus recuerdos en
el pico
de la bella
serranía
unos eran de
Bustares
otros de
Hiendelaencina
alguno era de
Pradena
lo dijo la
prensa escrita,
quince fueron
los heridos
de la bella
serranía.
Donde ven unos
milagros
otros ven solo
energías
donde algunos
ven el sino
otros solo
sienten ira.
Uno de los
fallecidos
a una niña
sostenía
con su zurrón la
salvó
de la descarga
sufrida.
Donde ven unos
milagros
otros solo
sienten ira.
Esta historia
deja claro
que cuando te
llega el día
ni con quicio ni
con santos
de morir nadie
se libra.
No le demos ya
más vueltas
a nuestras
egolatrías
solo estamos de
prestado
disfrutemos de
la vida.
Esta historia
deja claro
de morir nadie
se libra.
Antonio Nieto Bruna
Copyright ©
1-9-2012
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