Cuentan de un
pobre que un día
en la miseria buscó
aquello que le sobró
al rico en su demasía.
Pensando en la carestía
al otro solicitaba
algo de lo que ganaba
con sudor de ajena frente
y del trabajo decente
que con él especulaba.
El potentado decía
con reflexión prepotente
y con su voz imponente,
¡es fruto de mi valía!
Por lo que le prestaría
con un interés variable
de hipoteca prolongable
una burbuja con humo,
para gastar en consumo
y en terreno urbanizable.
Los ávidos usureros
apuntándose a la fiesta
en su ganadora apuesta
gastan ajenos dineros.
Con motivos muy groseros
el peculio poderoso
y el interés vanidoso
adoctrinando a los fieles
hacen sumisos peleles
y al político ambicioso.
El hombre ya en su avaricia
busca ganar su fortuna
aun a costa de la hambruna
causa de tanta impudicia.
Mientras que se beneficia
de miserias que provoca
otro se lleva a la boca
sus despojos y desechos;
remitiéndome a los hechos
la muerte no se equivoca.
Esta capital tendencia
que a todo humano domina
ha de llevar a la ruina
si no usamos la conciencia.
Pudiera ser apariencia
o desahogadamente
buena parte de la gente
que habitamos este mundo
estamos en un rotundo
sueño profundo inconsciente.
El primer mundo hace gala
de prima y riesgo rentable
cuando la bolsa inestable
la fortuna nos regala.
El bono inversión tan mala
la basura fue aflorando
su rédito está dejando
más ricos a los más ricos
salarios que son más chicos
y al tercer mundo llorando.
Este cuento está acabando
lo mismo que comenzara
sin que por ello afectara
a quien sigue mendigando.
Cuando nos pillan mirando
hacia lados algo opuestos
estamos siempre dispuestos
a calmar nuestra conciencia
al pensar que la decencia
se gana con vanos gestos.
en la miseria buscó
aquello que le sobró
al rico en su demasía.
Pensando en la carestía
al otro solicitaba
algo de lo que ganaba
con sudor de ajena frente
y del trabajo decente
que con él especulaba.
El potentado decía
con reflexión prepotente
y con su voz imponente,
¡es fruto de mi valía!
Por lo que le prestaría
con un interés variable
de hipoteca prolongable
una burbuja con humo,
para gastar en consumo
y en terreno urbanizable.
Los ávidos usureros
apuntándose a la fiesta
en su ganadora apuesta
gastan ajenos dineros.
Con motivos muy groseros
el peculio poderoso
y el interés vanidoso
adoctrinando a los fieles
hacen sumisos peleles
y al político ambicioso.
El hombre ya en su avaricia
busca ganar su fortuna
aun a costa de la hambruna
causa de tanta impudicia.
Mientras que se beneficia
de miserias que provoca
otro se lleva a la boca
sus despojos y desechos;
remitiéndome a los hechos
la muerte no se equivoca.
Esta capital tendencia
que a todo humano domina
ha de llevar a la ruina
si no usamos la conciencia.
Pudiera ser apariencia
o desahogadamente
buena parte de la gente
que habitamos este mundo
estamos en un rotundo
sueño profundo inconsciente.
El primer mundo hace gala
de prima y riesgo rentable
cuando la bolsa inestable
la fortuna nos regala.
El bono inversión tan mala
la basura fue aflorando
su rédito está dejando
más ricos a los más ricos
salarios que son más chicos
y al tercer mundo llorando.
Este cuento está acabando
lo mismo que comenzara
sin que por ello afectara
a quien sigue mendigando.
Cuando nos pillan mirando
hacia lados algo opuestos
estamos siempre dispuestos
a calmar nuestra conciencia
al pensar que la decencia
se gana con vanos gestos.
Antonio Nieto Bruna
Copyright ©
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25-6-2012
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