Ulises cautivado fue por Gea
y en su viaje a la empresa colonial
quiso ser con su gracia personal
en Ítaca un actor en su odisea.
Pretendiendo emprender esa tarea
Ulises se encontró lo irracional,
a Temis la heredera universal
la que todo lo enreda y maniquea.
La encarnación del buen orden divino,
se encoleriza y sufre de sofocos
cuando Ulises le hace ver su sino.
Al comprobar que fueron unos pocos
los que tal vez marcaron su destino,
preguntará si estamos todos locos.
Antonio Nieto Bruna
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30-8-16
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