Cuando éramos jóvenes siempre los días
salían temprano y los sueños tardíos,
la vida traía con más desafíos
algunos proyectos y lluvias baldías.
Buscando las metas el tiempo gastamos
y así lo pasamos sorbiendo las horas,
pensando tan solo en aquellas demoras
atrás sin quererlo los planes dejamos.
El hoy nos parece cercano y seguro
y nuestras vivencias que no han de volver
nos dejan un lienzo color claroscuro.
Quedando el presente lejano al ayer
llegó de repente el incierto futuro
y quiso el pasado volver a nacer.
Antonio Nieto Bruna
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22-7-2018
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