Pudiera ser que a
veces la verdad
se quedase
guardando a la excelencia,
si estuviera
adornada de humildad
y de gotas
sensibles de inocencia.
Apelando a la
seria honestidad
se podría mirar en
la conciencia,
para buscar si en
tanta iniquidad
se camufla el
disfraz de la apariencia.
Mientras tanto se
exhiben sin rubor
las almas que
presumen de preclaras
y niegan otro
juicio de valor.
Como el agua que
brota de alfaguaras
fluirán cual manantial
del interior,
maneras de decir
las cosas claras.
Quien quisiera
viajar con la verdad
llevando en su
maleta la excelencia
no deberá olvidar
que la humildad
no es tan solo un
patrón de la inocencia.
No se puede buscar
la honestidad
donde nunca se
encuentre la conciencia
libre de todo afán
de iniquidad
para usar el
disfraz de la apariencia.
Entre el recelo y
falta de rubor
afloran mentes
rectas y preclaras
que escuchan todo
juicio de valor.
Y de ellas al
igual que de alfaguaras
con fuerza manarán
del interior
ideas nobles, íntegras y claras.
Antonio Nieto Bruna
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16-3-2018
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