A veces en la
noche me despierto
y miro su dormir
en nuestra cama,
entonces me solapo
a su pijama
y cubro el torso medio descubierto.
El día nos regala
el sol y advierto
la forma que al
trasluz como holograma
dibuja la silueta
de mi dama
haciendo del deseo
un buen acierto.
Momentos de la
vida cotidianos
ensalzan los instantes más hermosos,
con hechos
trascendentes o mundanos.
Por ello si no
fueran lujuriosos
los versos de
estos sueños tan cercanos,
que suenen claros
limpios y armoniosos.
Antonio
Nieto Bruna
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6-6-2015
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