Divino heredero


Tú, pequeño ser,
te crees heredero
de un Dios verdadero
y le pones de escudero
para alcanzar tu fin,

tú, quien creaste
sus mandamientos
para expiar tus pecados,
pon los pies en la tierra
y deja que ella,
te enseñe la verdad.

Por muy cruda que sea
no hay más cielo que la tierra
ni más infierno,
si no tu maldad,
si todavía no aprendiste
en la razón de tus errores
y aprender de los anteriores
sigues sin saber.

Podrás entonces ver
la historia repetida
como noria enloquecida,
yendo unas veces para arriba
y otras veces del revés,
mereciéndote después
la patada de algún loco
con sus doradas espuelas
y las almas en patera
desembarquen a tu puerta
pidiendo un trozo de pan.

Si no te sientes capaz
de dar sentido a lo dicho
siempre podrás hacer
lo que el sabio hizo,
la vista volverla atrás
y contemplar,
que alguien es capaz
de comer tus desperdicios.



Antonio Nieto Bruna
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2-12-2008




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