Villancico minero











Está en la plaza Mayor
una estrella muy fulgente
anunciando la inminente
llegada del Salvador.
En el huerto el labrador
quita de sus muros hiedra
y el Bornova de la sierra
trae el agua transparente
para que el Niño en la fuente
lave el mal de nuestra Tierra.

Ya están llegando los Reyes
subiendo el arroyo Rama
hasta el pesebre de grama
donde acunado por bueyes
el predicador de leyes
trajo un mensaje rotundo
para unos será profundo,
para otros es solo un cuento,
y el pecador de argumento
lo usa en su interés inmundo.

Pastores con sus ovejas
vienen desde el Alto Llano
a ver al Niño Cristiano
que entre luz de candilejas
de casas nuevas y viejas
suben por Santa Cecilia
y en la plaza hacen vigilia
adorando al Redentor
pues dicen que con amor
al hombre lo reconcilia.

Pasan años, pasan fiestas
y la vida va pasando
mientras se nos va volando
buscamos muchas respuestas
y en Las Minas ya están puestas
las luces de Navidad
que alumbra la oscuridad
de este mundo tan sombrío
y esperando pase el frío
deseemos felicidad.








Genealogías

No me tachen de indecente
porque sean inconexos
algunos tallos convexos
que no se miran de frente.
Pues todo se hace evidente
cuando la ira da su fruto
del brote que nació bruto
marchitado en sus heridas,
son las gotas contenidas
de un esperpento atributo.

El árbol de nuestras vidas
crece recto desde el suelo
y su copa mira al cielo
con las ramas extendidas.
Derechas o retorcidas
a la tierra nos sujetan
las raíces que completan
con sus savias y energías
aquellas genealogías
que en el fondo en él vegetan.

Con o sin alegorías
nuestros frutos se desprenden
y mientras ellos descienden
van pasando nuestros días.
Aunque no son garantías
de un sano y buen crecimiento
aun dándoles alimento
todas las dúctiles ramas
quedaran como retamas
a merced de lluvia y viento.

El bosque cubierto en gramas
adorna los verdes prados
con tiempos acrisolados
de bienes y algunos dramas.
Por ello cuando las llamas
amenazan la arboleda
al árbol solo le queda
esperar que pase el mal
y luchando hasta el final
saldrá de entre la humareda.

Solo en lo trascendental
en su árbol el ser humano
si no quiere ser profano
busca su razón vital.
Otros en lo natural
basaran sus pensamientos
y en muchos conocimientos
que en la razón han quedado,
por ello nuestro legado
guardará los argumentos.

Buscando los argumentos
vemos en nuestro legado
que en la razón han quedado
los muchos conocimientos
basados en pensamientos
de todo lo natural.
La propia razón vital
hace que seamos profanos
algunos seres humanos
solo en lo trascendental.

Saliendo de la humareda
y luchando hasta el final
se soluciona este mal
aunque al final poco queda
perdido entre la arboleda
que ha consumido las llamas.
Los bienes y algunos dramas
en tiempos acrisolados
adornaron verdes prados
y al bosque cubre de gramas.

A merced de lluvia y viento
quedaran como retamas
algunas torcidas ramas,
aunque sirvan de alimento
para un sano crecimiento
mientras te dé garantías.
Y van pasando los días
cuando del árbol descienden
los frutos que se desprenden
con o sin alegorías.

En el fondo en él vegetan
aquellas genealogías
con sus savias energías
las raíces que completan
a la tierra nos sujetan
derechas o retorcidas.
Con las ramas extendidas
mirando la copa al cielo
mientras crece desde el suelo
el árbol de nuestras vidas.

De un esperpento atributo
son las gotas contenidas
marchitado en sus heridas
del brote que nació bruto
cuando la ira nos da el fruto
de lo que se hace evidente.
Aunque nunca estén de frente
algunos tallos convexos
porque sean inconexos
no me tachen de indecente.



Antonio Nieto Bruna
Copyright ©
16-12-2019



Soneto impuro

Me encuentro de la vida prisionero
sintiendo que me falta la verdad
pues entro como Alicia al agujero
y atisbo una fingida realidad.

Me inspiro de mi sueño más certero
buscando desterrar a la maldad
y observo que tan solo con dinero
se obtiene la llamada libertad.

El ser humano al ser tan altanero,
al mundo con absurda vanidad
hará que se convierta en basurero.

Podría remediar su necedad
si fuera un poco menos pordiosero
y no echara al vergel su suciedad.


Antonio Nieto Bruna
Copyright ©
1-12-2019