a otear sigiloso a una presa
y le hizo al muy ingenuo la promesa
de poner como marca su marchamo.
La pieza que buscaban era un gamo
hijo de ciervo y dama montañesa
que con su manto rojo en la dehesa
pastaba sin un dios y sin un amo.
Apostado
entre el cieno y la ribera
estaba
diligente el carcamánondeando orgulloso su bandera.
Decidido
y con firme el ademán
su escopeta que lleva en bandolerase dispara abatiendo a un charrán.
Lo que dice
el refrán:
Aquellos
que disparan a los cielosla concordia la tiran por los suelos.
8-4-2019