Serventesios al bucanero

Entre mares navega un marinero
mirando cómo puede saquear
al pueblo con su juego de trilero
desde un destierro muy particular.

Los grumetes que limpian la cubierta,
el agua sucia, tiran a la mar
y el capitán estando muy alerta
les alienta y les alza su pulgar.

Por un lugar oscuro de su exilio
llega el pirata con un barco nuevo
en donde buscará tener auxilio
en la oquedad oculta del erebo.

Pensando que sería de justicia
que su tiempo le fuera muy longevo
sabiendo que la vida le es propicia
se dispone esperar para el relevo.

Con engaños sutiles y pericia
consigue de repente su proeza,
enfangado el pirata en su codicia
se pone los laureles en la cabeza.

Diciendo que se den por bien pagados
aquellos que le dieron su grandeza
y mientras se perdona sus pecados,
exhibe prepotente su proeza.

A toda vela y con futuro incierto
el bucanero vaga en su bajel 
y al crear el saqueo desconcierto,
su intención ocultó entre el infiel.

Desde el puente de mando usa las riendas
y a los incautos guía en su interés
mientras otros le hacen las enmiendas
vive su estatus tal, como lo que es.

Quedarán estos hechos relegados
cuando al final le llegue la ocasión
de recoger del mar abandonados
a náufragos de barcos sin timón.

Perdidos dejará mientras zozobran
con el rumbo sin una dirección
y al ver a otros piratas que se ahogan
se aleja con su gorra de patrón.

Los grumetes que limpian la cubierta
las aguas sucias tiran a la mar
y el capitán estando muy alerta
les alienta y les alza su pulgar.

Entre mares navega un bucanero
mirando cómo puede saquear
al pueblo con su juego de trilero
desde un destierro muy particular.

Antonio Nieto Bruna
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19-11-2019










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